.Página Inicial > Informes Anteriores > Informe del Martes - 27/07/1999  

 
Gratuidad de la enseñanza es
cuestionada en todo el mundo


La huelga que lleva ya cuatro meses en la Universidad de México (UNAM) puso de relieve la lucha por mantener la condición gratuita de la educación superior en muchos países en desarrollo, forzados a reducir la asignación de fondos para el sector social.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se paralizó el pasado 20 de abril debido a la decisión de las autoridades universitarias de introducir una matrícula equivalente a unos 100 dólares por estudiante y por año. Actualmente los estudiantes pagan apenas unos 20 centavos de dólar, mientras el resto de los 3.200 dólares gastados anualmente en cada uno los aportan los contribuyentes. Los administradores de la UNAM arguyeron que necesitan dinero extra para adquirir computadoras, equipar laboratorios y bibliotecas, entre otros rubros, y que el gobierno no les puede otorgar más fondos.

En un esfuerzo por poner fin a la huelga, las autoridades decidieron revocar la decisión sobre la matrícula obligatoria y anunciaron que el pago sería voluntario, pero el conflicto continúa. Los estudiantes sostienen que no se trata sólo de la matrícula, y exigen una revisión de la forma de gobierno de la universidad para corregir lo que consideran una mala administración de los recursos y garantizar una educación de buena calidad. Una de sus preocupaciones es que cerca de 90 por ciento del presupuesto de la institución se destina al pago de salarios. ``A menos que haya una reforma y garantías de que no se sancionará a los estudiantes huelguistas``, la paralización continuará, advirtió el líder estudiantil Jorge Mendoza. Por otra parte, las autoridades arguyen que las reformas propuestas introducirían un modelo populista de administración que requeriría decisiones unánimes sobre todos los temas importantes, lo cual alejaría tanto a estudiantes como a profesores de sus respectivas ocupaciones.

La huelga representa un gran desafío político en vísperas de las elecciones presidenciales del año próximo.

Mezclados con el conflicto de la UNAM se encuentran temas más amplios relacionados con los problemas que enfrentan las universidades públicas del Sur en desarrollo en un período de liberalización y políticas de libre mercado. Uno de ellos es que muchas naciones en desarrollo, como México, ya no pueden seguir ofreciendo educación universitaria gratuita cuando tienen otros desafíos más acuciantes.

Al mismo tiempo, el aumento de la inversión en la educación terciaria se considera esencial para garantizar la competitividad en la nueva economía global. México invierte sólo 110 dólares por persona en educación, es decir 93 por ciento menos que sus socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Estados Unidos y Canadá. Con una brecha tan grande, es imposible competir de igual a igual, señalaron observadores.

En el sudeste de Asia, casi 50 por ciento de los presupuestos de educación se destinan a las universidades, mientras el resto se reparte entre la enseñanza primaria, secundaria y otros sectores, informó desde Nueva Delhi el corresponsal de IPS Ranjit Dev Raj. Algunos consideran que las prioridades están mal ubicadas y que los estudiantes universitarios deberían hacerse cargo de una mayor proporción de sus costos educativos. ``No están claras las razones económicas de un subsidio público tan alto a la educación universitaria``, observa un análisis realizado por la Organización de las Naciones Unidas en Asia Meridional.

Muchos países en desarrollo, forzados a reestructurar sus economías, se ven obligados a reducir sus inversiones en el sector social y a introducir el cobro de matrículas en varios servicios sociales, incluida la educación. La cuestión de los subsidios de la educación terciaria se plantea en un momento de declive de la calidad educativa en muchas instituciones públicas, que no satisfacen las exigencias de preparación de los empleadores del sector privado y enfrentan la competencia de las universidades privadas.

Elaine Robinson, secretaria general de la Universidad de Indias Occidentales, consideró irrazonable de parte de los estudiantes esperar que el gobierno cargue con todo el costo de su educación terciaria, informó desde Jamaica Lloyd Nicholas. ``Nuestra sociedad creció acostumbrada al concepto de la educación gratuita, y por eso se rebela ante la idea del pago de una matrícula``, observó. La matrícula universitaria fue abolida en Jamaica en los años 70, durante el gobierno del Partido Nacional del Pueblo, pero fue reintroducida a mediados de los 80 por el Partido Laborista. Actualmente, los estudiantes jamaiquinos pagan entre 15 y 20 por ciento del costo de su educación en la Universidad de Indias Occidentales, lo que oscila entre 800 y 2.800 dólares por año.

En India se introdujeron matrículas de forma progresiva en instituciones profesionales del gobierno como el Instituto Indio de Tecnología y facultades de medicina. Pero a menudo la introducción de la matrícula perjudica a los estudiantes pobres, que realmente necesitan del subsidio del gobierno. Por ejemplo, la asignación presupuestal a las instituciones terciarias de Jamaica cayeron hasta 10 por ciento este año, y como resultado muchos estudiantes tienen severas dificultades para continuar con su actividad, señaló Phillip Chambers, vicepresidente del Gremio de Estudiantes de la Universidad de Indias Occidentales.


Gumisai Mutume, IPS

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