Evaluación
Preliminar -Trabajo-
La voluntad política
en la construcción de la igualdad de oportunidades
Sobre la base de la información
aportada a través de entrevistas y publicaciones institucionales,
se revisaron programas, proyectos y acciones de carácter estatal
dirigidos a mejorar la situación de las mujeres en el área
laboral. Se intentó asimismo evaluar la incidencia de la Conferencia
de Beijing en la creación de nuevos organismos, líneas de
trabajo o modificación de las características de las acciones
o las metodologías de trabajo.
La información
El primer elemento considerado
para establecer un indicador de voluntad política consistió
en valorar la existencia o inexistencia de información relevante
desagregada por sexo. En este sentido, se entendió conveniente evaluar
el estado de la información que recoge y brinda al público
el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), debido a que es el
principal sistema de estadísticas oficiales de carácter socioeconómico
y demográfico, de cobertura nacional aunque urbana, y en forma continua
en el tiempo.
Si bien el INE releva la información
tomando en cuenta las características personales de la fuerza de
trabajo (edad, sexo, etc.) pueden constatarse algunas carencias en la desagregación
por sexo en la información que se encuentra disponible al público.
En el desglose por estrato socioeconómico en algunas de sus fuentes,
por ejemplo, los resultados de la Encuesta de Gastos e Ingresos y algunos
trabajos relativos a las características de la población
según línea de pobreza, la desagregación por sexo
de dicha información es insuficiente. Por su parte, en los datos
disponibles de la Encuesta Continua de Hogares, se ubican vacíos
en lo referente a niveles educativos de la PEA y los ocupados.
Existe otra importante carencia
relativa a lo que se han considerado indicadores específicos de
género, es decir aquellos que dan cuenta las especificidades que
se originan en el comportamiento de hombres y mujeres en el mercado laboral
atendiendo a sus responsabilidades en la esfera de la reproducción
biológica y social. Si bien se dispone de algunos datos para tales
fines se requieren procesamientos especiales para la obtención de
los indicadores.
En el resto de los organismos
en los que se recabó información, se obtuvo desagregada por
sexo en casi todos los casos, aunque como se puede ver en el relevamiento
de proyectos y programas, la misma no es completa.
Programas, proyectos
y acciones
En el ámbito de los
organismos responsables de programas, proyectos y acciones tendientes a
mejorar la situación de la fuerza de trabajo ya sea mediante la
promoción de actividades de generación de ingresos, o una
mejor inserción el mercado de trabajo a través de la capacitación
profesional, puede observarse una relativa preocupación por llevar
adelante medidas específicas de apoyo a la situación de las
mujeres.
En ello incide el hecho de
que el incremento del desempleo y de los empleos de baja calidad se han
convertido en uno de los temas especialmente sensibles desde el punto de
vista social y político, en un contexto de reconversión productiva
con pérdida de puestos de trabajo y desplazamientos de la mano de
obra. A ello debe agregarse que la evolución de la oferta de trabajo
ha estado impulsada principalmente por el incremento de la participación
económica de las mujeres. Probablemente, también confluyen
en la preocupación por la problemática femenina en el mercado
laboral, el acento puesto en los estudios académicos respecto a
las segmentaciones del mercado de trabajo, así como en la acción
del movimiento de mujeres y de las mujeres sindicalizadas en esta problemática.
Finalmente la acción de los organismos internacionales, particularmente
OIT parecen tener una importante influencia en la consideración
del tema.
En el campo de la capacitación
las acciones encaradas son recientes (evaluaciones de impacto por sexo,
sistematización de la información) o están en proceso
de implementación (Programa de igualdad de oportunidades en el empleo;
Comisión Tripartita de Igualdad de Oportunidades). No obstante puede
percibirse, que aun cuando incipientes se han realizado avances en los
esfuerzos para conocer el comportamiento específico de las mujeres,
para impulsar acciones tendientes a romper la segmentación tradicional
entre los empleos femeninos y masculinos y prestar apoyo en lo vinculado
a las denuncias y solución de controversias en lo relativo al acoso
sexual.
En el área de la asistencia
técnica o de gestión empresarial de apoyo a microemprendimientos
puede distinguirse entre programas que se orientan a la población
en situación de pobreza del medio rural y el resto.
En el primer caso, se ha optado
por un programa orientado específicamente a las mujeres (MGAP, FIDA);
el mismo ha impactado a un número relativamente pequeño de
beneficiarias. Se carece en cambio de una política institucional
que permita incluir en forma transversal la perspectiva de género
en el conjunto de acciones y programas. No obstante, se observa una óptica
de carácter tradicional respecto a la concepción de integrar
a la mujer al desarrollo y aun no contempla pese a los objetivos generales
del programa, la aplicación de la transversalidad de las acciones
dirigidas hacia las mujeres. Sin embargo, es quizá en este ámbito
donde aparece con mayor claridad explicitada en forma institucional la
necesidad de apoyar a las mujeres como una de las condiciones para el desarrollo
económico y social.
En el caso del apoyo a microemprendimientos
por parte de la Corporación Nacional para el Desarrollo no se han
explicitado, según la información obtenida en la entrevista
realizada, orientaciones de política o acciones que consideren específi-camente
la situación de las mujeres.
A partir de la información
obtenida en las entrevistas puede advertirse que en términos generales,
más que en función de políticas gubernamentales, la
preocupación por acciones orientadas a mejorar la situación
de las mujeres depende en gran medida de la incidencia de las personas
que se ubican en los distintos lugares de responsabilidad. Es decir, que
influyen elementos subjetivos o de sensibilización acerca del problema
o la comprensión de las implicancias de esta problemática,
para resolver problemas del mercado de trabajo y la situación socioeconómica
de determinados sectores sociales más que orientaciones propias
de políticas de estado en torno a una perspectiva de género.
Como resultado de ello puede
observarse la carencia de una política global que coordine acciones
y evaluaciones de las mismas y que por lo tanto, permita adoptar políticas
de género transversales. A su vez, tampoco se definen presupuestos
específicos, sino más bien las acciones van surgiendo de
las preocupaciones de los responsables y en todos los casos, la experiencia
internacional o las organizaciones internacionales son un fuerte estímulo.
No es posible al menos en esta
primera etapa cuantificar recursos económicos destinados a las acciones
porque no están disponibles o porque no está sistematizada
su información.
De todo lo anterior parece
surgir con claridad la falta de un compromiso estatal respecto a la mejora
de la situación de las mujeres.
Finalmente debe señalarse
que este informe no pretende ser exhaustivo tanto por las mencionadas dificultades
que plantea la existencia de información dispersa como por tratarse
de una primera aproximación en las tareas de seguimiento. Por lo
tanto, puede presentar vacíos o aspectos que no han sido suficientemente
recogidos. Resta señalar que se agradece a todas los funcionarios
requeridos a los efectos de realizar las entrevistas, quienes invariablemente
colaboraron con amabilidad y buena disposición.
1 La población en edad
de trabajar son los Individuos mayores de 12 o 14 años
de acuerdo a las fuentes de referencia (censos o encuestas de hogares).
Se conoce como Población Económicamente Activa
a los individuos en edad de trabajar que trabajan o buscan trabajo.
Por lo tanto, la Tasa de actividad es la proporción
de los activos respecto a los que están en edad de trabajar (en
porcentajes).
2 Desempleados:
personas mayores de 14 años que se encuentran sin trabajo durante
el período de referencia, pero que están en condiciones de
trabajar y buscan empleo. Tasa de desempleo: Proporción de
los desempleados respecto a la población económicamente activa
(en porcentajes).
3 Se refiere al informe
realizado por Rosario Aguirre y Alma Espino "Diágnostico sobre la
calidad del trabajo de las mujeres en Uruguay" a solicitud de PREALC-OIT
finalizado en 1998 y que sirvió de base a este trabajo.
4 Son subempleados aquellas
personas que involuntariamente trabajan un volumen menor a las 40 horas
semanales en las categorías de asalariado o miembro de cooperativa
de producción.
5 El concepto de empleo
precario define como precaria a "toda forma de empleo que total o parcialmente
no se ajuste al modelo de empleo típico", entendiendo por
éste "el que se realiza para un único empleador en el
local de éste, en régimen de jornada completa, por un período
generalmente indefinido y realizado al amparo de las normas vigentes que
regulan el trabajo subordinado en todos sus aspectos". (INE, 1992)
6 Se consideran restricciones
en el empleo las situaciones de subempleo y precariedad.
7 De los usuarios inscriptos
durante 1995 en el Programa de Reconversión Laboral, el 55% eran
hombres y el 45% mujeres. Es decir que al principio, una mayor proporción
de usuarios masculinos ingresaba al Programa, pero fueron las mujeres las
que culminaron en mayor proporción los cursos de capacitación.
La edad promedio de los hombres era 34 años y la de las mujeres
37.
8 En Varios se incluyen
Construcción, Soldadura, Refrigeración, Diseño Gráfico,
con preponderancia masculina y Peluquería, Primeros Auxilios, con
mayoría femenina.
9 En 97 localidades en
18 departamentos. 10 La información desarrollada
en los apartados 2.3, 2.4 y 3 se obtuvo de las entrevistas realizadas por
B. Lovesio y K. de León a: Alicia Bueno, presidenta de la Comisión
de la Mujer Rural, Juanita Miños, encargada de la Unidad Mujer y
Joven, Diego Paysée, director del PRENADER, Walter Arias, encargado
del Programa Microcuencas y Nélida Genissans, directora del programa
de Desarrollo Social del Instituto Nacional de Colonización.
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