Comisión Nacional de Seguimiento (CNS)
Mujeres por democracia, equidad y ciudadanía - Uruguay

 

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Evaluación Preliminar -Trabajo-

La voluntad política en la construcción de la igualdad de oportunidades

Sobre la base de la información aportada a través de entrevistas y publicaciones institucionales, se revisaron programas, proyectos y acciones de carácter estatal dirigidos a mejorar la situación de las mujeres en el área laboral. Se intentó asimismo evaluar la incidencia de la Conferencia de Beijing en la creación de nuevos organismos, líneas de trabajo o modificación de las características de las acciones o las metodologías de trabajo.

La información

El primer elemento considerado para establecer un indicador de voluntad política consistió en valorar la existencia o inexistencia de información relevante desagregada por sexo. En este sentido, se entendió conveniente evaluar el estado de la información que recoge y brinda al público el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), debido a que es el principal sistema de estadísticas oficiales de carácter socioeconómico y demográfico, de cobertura nacional aunque urbana, y en forma continua en el tiempo.

Si bien el INE releva la información tomando en cuenta las características personales de la fuerza de trabajo (edad, sexo, etc.) pueden constatarse algunas carencias en la desagregación por sexo en la información que se encuentra disponible al público. En el desglose por estrato socioeconómico en algunas de sus fuentes, por ejemplo, los resultados de la Encuesta de Gastos e Ingresos y algunos trabajos relativos a las características de la población según línea de pobreza, la desagregación por sexo de dicha información es insuficiente. Por su parte, en los datos disponibles de la Encuesta Continua de Hogares, se ubican vacíos en lo referente a niveles educativos de la PEA y los ocupados.

Existe otra importante carencia relativa a lo que se han considerado indicadores específicos de género, es decir aquellos que dan cuenta las especificidades que se originan en el comportamiento de hombres y mujeres en el mercado laboral atendiendo a sus responsabilidades en la esfera de la reproducción biológica y social. Si bien se dispone de algunos datos para tales fines se requieren procesamientos especiales para la obtención de los indicadores.

En el resto de los organismos en los que se recabó información, se obtuvo desagregada por sexo en casi todos los casos, aunque como se puede ver en el relevamiento de proyectos y programas, la misma no es completa.

Programas, proyectos y acciones

En el ámbito de los organismos responsables de programas, proyectos y acciones tendientes a mejorar la situación de la fuerza de trabajo ya sea mediante la promoción de actividades de generación de ingresos, o una mejor inserción el mercado de trabajo a través de la capacitación profesional, puede observarse una relativa preocupación por llevar adelante medidas específicas de apoyo a la situación de las mujeres.

En ello incide el hecho de que el incremento del desempleo y de los empleos de baja calidad se han convertido en uno de los temas especialmente sensibles desde el punto de vista social y político, en un contexto de reconversión productiva con pérdida de puestos de trabajo y desplazamientos de la mano de obra. A ello debe agregarse que la evolución de la oferta de trabajo ha estado impulsada principalmente por el incremento de la participación económica de las mujeres. Probablemente, también confluyen en la preocupación por la problemática femenina en el mercado laboral, el acento puesto en los estudios académicos respecto a las segmentaciones del mercado de trabajo, así como en la acción del movimiento de mujeres y de las mujeres sindicalizadas en esta problemática. Finalmente la acción de los organismos internacionales, particularmente OIT parecen tener una importante influencia en la consideración del tema.

En el campo de la capacitación las acciones encaradas son recientes (evaluaciones de impacto por sexo, sistematización de la información) o están en proceso de implementación (Programa de igualdad de oportunidades en el empleo; Comisión Tripartita de Igualdad de Oportunidades). No obstante puede percibirse, que aun cuando incipientes se han realizado avances en los esfuerzos para conocer el comportamiento específico de las mujeres, para impulsar acciones tendientes a romper la segmentación tradicional entre los empleos femeninos y masculinos y prestar apoyo en lo vinculado a las denuncias y solución de controversias en lo relativo al acoso sexual.

En el área de la asistencia técnica o de gestión empresarial de apoyo a microemprendimientos puede distinguirse entre programas que se orientan a la población en situación de pobreza del medio rural y el resto.

En el primer caso, se ha optado por un programa orientado específicamente a las mujeres (MGAP, FIDA); el mismo ha impactado a un número relativamente pequeño de beneficiarias. Se carece en cambio de una política institucional que permita incluir en forma transversal la perspectiva de género en el conjunto de acciones y programas. No obstante, se observa una óptica de carácter tradicional respecto a la concepción de integrar a la mujer al desarrollo y aun no contempla pese a los objetivos generales del programa, la aplicación de la transversalidad de las acciones dirigidas hacia las mujeres. Sin embargo, es quizá en este ámbito donde aparece con mayor claridad explicitada en forma institucional la necesidad de apoyar a las mujeres como una de las condiciones para el desarrollo económico y social.

En el caso del apoyo a microemprendimientos por parte de la Corporación Nacional para el Desarrollo no se han explicitado, según la información obtenida en la entrevista realizada, orientaciones de política o acciones que consideren específi-camente la situación de las mujeres.

A partir de la información obtenida en las entrevistas puede advertirse que en términos generales, más que en función de políticas gubernamentales, la preocupación por acciones orientadas a mejorar la situación de las mujeres depende en gran medida de la incidencia de las personas que se ubican en los distintos lugares de responsabilidad. Es decir, que influyen elementos subjetivos o de sensibilización acerca del problema o la comprensión de las implicancias de esta problemática, para resolver problemas del mercado de trabajo y la situación socioeconómica de determinados sectores sociales más que orientaciones propias de políticas de estado en torno a una perspectiva de género.

Como resultado de ello puede observarse la carencia de una política global que coordine acciones y evaluaciones de las mismas y que por lo tanto, permita adoptar políticas de género transversales. A su vez, tampoco se definen presupuestos específicos, sino más bien las acciones van surgiendo de las preocupaciones de los responsables y en todos los casos, la experiencia internacional o las organizaciones internacionales son un fuerte estímulo.
 
 

No es posible al menos en esta primera etapa cuantificar recursos económicos destinados a las acciones porque no están disponibles o porque no está sistematizada su información.

De todo lo anterior parece surgir con claridad la falta de un compromiso estatal respecto a la mejora de la situación de las mujeres.

Finalmente debe señalarse que este informe no pretende ser exhaustivo tanto por las mencionadas dificultades que plantea la existencia de información dispersa como por tratarse de una primera aproximación en las tareas de seguimiento. Por lo tanto, puede presentar vacíos o aspectos que no han sido suficientemente recogidos. Resta señalar que se agradece a todas los funcionarios requeridos a los efectos de realizar las entrevistas, quienes invariablemente colaboraron con amabilidad y buena disposición.
 

 

  • 1 La población en edad de trabajar son los Individuos mayores de 12 o 14 años de acuerdo a las fuentes de referencia (censos o encuestas de hogares). Se conoce como Población Económicamente Activa a los individuos en edad de trabajar que trabajan o buscan trabajo. Por lo tanto, la Tasa de actividad es la proporción de los activos respecto a los que están en edad de trabajar (en porcentajes).

  •  2 Desempleados: personas mayores de 14 años que se encuentran sin trabajo durante el período de referencia, pero que están en condiciones de trabajar y buscan empleo. Tasa de desempleo: Proporción de los desempleados respecto a la población económicamente activa (en porcentajes).

     3 Se refiere al informe realizado por Rosario Aguirre y Alma Espino "Diágnostico sobre la calidad del trabajo de las mujeres en Uruguay" a solicitud de PREALC-OIT finalizado en 1998 y que sirvió de base a este trabajo.

    4 Son subempleados aquellas personas que involuntariamente trabajan un volumen menor a las 40 horas semanales en las categorías de asalariado o miembro de cooperativa de producción.

     5 El concepto de empleo precario define como precaria a "toda forma de empleo que total o parcialmente no se ajuste al modelo de empleo típico", entendiendo por éste "el que se realiza para un único empleador en el local de éste, en régimen de jornada completa, por un período generalmente indefinido y realizado al amparo de las normas vigentes que regulan el trabajo subordinado en todos sus aspectos". (INE, 1992)

     6 Se consideran restricciones en el empleo las situaciones de subempleo y precariedad.

    7 De los usuarios inscriptos durante 1995 en el Programa de Reconversión Laboral, el 55% eran hombres y el 45% mujeres. Es decir que al principio, una mayor proporción de usuarios masculinos ingresaba al Programa, pero fueron las mujeres las que culminaron en mayor proporción los cursos de capacitación. La edad promedio de los hombres era 34 años y la de las mujeres 37.

      8 En Varios se incluyen Construcción, Soldadura, Refrigeración, Diseño Gráfico, con preponderancia masculina y Peluquería, Primeros Auxilios, con mayoría femenina.

     9 En 97 localidades en 18 departamentos.

    10 La información desarrollada en los apartados 2.3, 2.4 y 3 se obtuvo de las entrevistas realizadas por B. Lovesio y K. de León a: Alicia Bueno, presidenta de la Comisión de la Mujer Rural, Juanita Miños, encargada de la Unidad Mujer y Joven, Diego Paysée, director del PRENADER, Walter Arias, encargado del Programa Microcuencas y Nélida Genissans, directora del programa de Desarrollo Social del Instituto Nacional de Colonización.

     

     

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