Agenda
1999
MECANISMOS
ESTATALES
PARA EL ADELANTO DE LA MUJER
La Plataforma de Acción de la lV
Conferencia de Naciones Unidas sobre la Mujer, establece: "Los
mecanismos nacionales para el avance de las mujeres son los
organismos centrales de coordinación de políticas de los
Gobiernos. Su tarea principal es prestar apoyo en la incorporación
del concepto de igualdad entre mujeres y hombres en todas las
esferas de la política y a todos los niveles de gobierno...»
Las
acciones que los gobiernos se comprometieron a realizar para el
logro de este objetivo, incluyen:
•
asegurar que la responsabilidad para el avance de las mujeres
sea ubicada al nivel gubernamental más alto posible, tal como
en el gabinete ministerial.
•
a partir de un fuerte compromiso político, fortalecer los
mecanismos existentes y establecer claramente su mandato y su
autoridad, siendo elementos críticos la disponibilidad de
recursos adecuados y la habilidad y competencia para influir en
las políticas, formular y rever la legislación realizando,
entre otras, las siguientes funciones: análisis político,
información, defensa de los derechos involucrados, coordinación
y monitoreo de la implementación.
•
proveer entrenamiento al personal para el diseño y análisis de
datos con perspectiva de género.
•
establecer procedimientos para asegurar al mecanismo el acceso a
la información sobre la formulación de las políticas más
generales en etapas tempranas y darle participación en los
procesos gubernamentales de desarrollo y revisión de las
mismas.
En
el Uruguay, el balance sobre los mecanismos creados destinados a
promover la equidad de género, es desalentador.
Si
bien se han multiplicado los mismos, también se revelan varios
obstáculos. El principal de ellos es la falta de voluntad política
para implementar realmente órganos o institutos capaces de
llevar adelante una tarea tan amplia. Los mecanismos creados son
"cuasi" honorarios y resalta en ellos su escasez de
recursos financieros y humanos. El personal no ha sido
cuidadosamente seleccionado: se ha tenido que recurrir a
personal en disponibilidad de otras dependencias y a la dedicación
honoraria de personas con responsabilidades importantes en otros
ámbitos que no pueden dedicar el tiempo necesario a las tareas
requeridas.
La
falta de voluntad política de alto nivel ha permitido que
proliferaran varias instancias sin ninguna coordinación entre
ellas (y tampoco existen en el plano informal, salvo
excepciones, como la Oficina del Ministerio de Salud Pública
con el Instituto Nacional de la Familia y la Mujer, a instancias
de las propias oficinas). Las acciones de cada instancia no
necesariamente «empujan» en el mismo sentido e incluso podría
darse la circunstancia de que lo hagan en sentidos divergentes.
Así, los principios que sostiene el INFM para el tratamiento de
la Violencia Doméstica no son los mismos que los que se manejan
en las instancias del Ministerio del Interior.
No
parece estar claro si todas las instancias tienen suficientes
elementos de formación y conocimiento como para realizar
acciones orientadas por los marcos de los convenios, pactos y
declaraciones que el país ha firmado.
En
ese panorama, la Comisión de la Mujer de la Intendencia
Municipal de Montevideo, pese a que no ha logrado incorporar la
perspectiva de género a todas las políticas que desarrolla la
IMM, aparece como una excepción a los restantes mecanismos.
Existe coherencia y claridad en cuanto a los objetivos; adecuada
relación con las ONG de mujeres -tanto para la fijación de sus
políticas, como para la realización de actividades- y alta
cobertura en relación con lo que han logrado otras instancias.
A
la hora de establecer estrategias para impulsar mecanismos en el
Estado, varias necesidades surgen del diagnóstico. En especial,
la de involucrar a altos niveles de gobierno en el
establecimiento de una política estatal.
Se
constata:
•
Falta de concreción de la mayoría de los compromisos signados
por Uruguay a nivel internacional, durante esta década.
•
Falta de voluntad para establecer una política de estado
con respecto a la superación de las desigualdades y
discriminaciones de género.
•
Ausencia de la perspectiva de género en los planes de
desarrollo y/o las políticas públicas.
•
Insuficiencia política, administrativa y financiera de las
iniciativas públicas (en adelante "mecanismos")
destinadas a garantizar a las mujeres el ejercicio pleno de la
ciudadanía.
•
Carencia de status, recursos y competencias adecuados en los
mecanismos existentes -todos los cuales tienen además, ubicación
sectorial- para influir en los altos niveles de toma de decisión,.
•
La marginación de la mayoría de los mismos de las estructuras
regulares de gobierno, perjudicados por mandatos poco claros y
por el escaso apoyo de los dirigentes políticos nacionales.
•
Ausencia de disposiciones para la coordinación entre dichos
mecanismos y/o de un órgano rector que oriente todas las
actividades que se desarrollan.
•
La "informalidad" del cargo de Directora del INFM, la
insuficiencia de status y la ausencia de una estructura que le
permita el respaldo "desde adentro" de otras mujeres
con peso en la esferas públicas, le resta fuerza para influir
en múltiples decisiones que se toman a niveles muy altos de los
órganos gubernamentales.
•
Ausencia de procedimientos para asegurar formalmente la
participación de las ONG de mujeres en las actividades, las
consultas, los programas y las políticas dedicadas a lograr la
equidad de género.
Como
lo dice la Plataforma de Acción de Beijing "Sin la
participación de las mujeres en los altos niveles de toma de
decisiones... es muy poco probable la integración real de la
dimensión de igualdad en la formulación de políticas
gubernamentales".
Formular
una política de Estado global, activa y visible para superar
las desigualdades de género en el Estado y en la sociedad, que
asegure la incorporación de la perspectiva de género a todas
las políticas públicas y actuaciones del Estado y contribuya
al empoderamiento de todas las mujeres uruguayas.
Implementar
el cumplimiento de los compromisos que el país ha firmado a
través de Conferencias Internacionales y Regionales.
Asegurar
-mediante el análisis previo de sus posibles efectos- que las
decisiones, las responsabilidades y los beneficios de las políticas
públicas, tengan una distribución equitativa que contribuya al
empoderamiento de las mujeres.
Promover
estrategias estatales basadas en la igualdad entre mujeres y
hombres -incluyendo medidas de acción positivas- a fin de
eliminar los obstáculos para el ejercicio de los derechos de
las mujeres y erradicar todas las formas de discriminación
contra ellas.
Incorporar
la perspectiva de género en los puntos de vista que sostenga el
país en los foros internacionales (mundiales y regionales), a
través de la participación de mujeres con conocimientos de la
misma, en las delegaciones del país y la redacción de los
documentos que en cada caso corresponda, incluyendo
negociaciones y acuerdos para la integración y el comercio.
Crear
un "Sistema Nacional de Políticas para la Equidad de Género",
encargado de definir objetivos, formular, implementar, realizar
el seguimiento e incorporar la perspectiva de género y su
evaluación, a las políticas generales y sectoriales, mediante
coordinación con los restantes organismos públicos. Otorgarle
mandatos y atribuciones claramente definidos, que le permitan
tener las competencias y las funciones necesarias para tener
influencia en los restantes ámbitos estatales correspondientes
a los tres poderes del Estado, los órganos autónomos,
descentralizados y de contralor y los gobiernos departamentales.
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