logo.esp.gif (4996 bytes) Energía y banca multilateral en América Latina: Contradicciones entre la realidad y el discurso.

Capítulo 7

EL CASO DE COLOMBIA

Las instituciones

La estructura institucional del sector energético colombiano se está modificando. En la actualidad, hay una redefinición de las funciones que cumple el Estado, que tiende a centrarse más en la planificación, regulación y control, dejando la parte empresarial al sector privado y a empresas públicas.

La política energética está en la órbita del Ministerio de Minas y Energía, que encara la planificación, la supervisión, el financiamiento y el control del sector energético, mediante diversas agencias especializadas. Una Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), interministerial, regula los mercados energéticos, controla los monopolios, determina los peajes de transporte, las tarifas y los criterios de gestión empresarial.

La Superintendencia de Servicios Públicos tiene la misión de defender a los consumidores. Pero existen serias dificultades para proteger al consumidor y garantizar sus derechos. En un contexto de libre mercado, las empresas presionan para mantener sus ventajas y la definición de las regulaciones para cada sector energético aparece como muy compleja.

Diversas empresas eléctricas públicas (Isa, Isagen, etc.), Ecopetrol (petróleo y gas), Ecocarbón y otras (carbón) son los actores empresariales principales, pertenecientes al Estado. La actual política se orienta a dar mayor autonomía de gestión a las empresas públicas, dotándolas del carácter de agentes de derecho privado.

A la vez, se están abriendo nuevos espacios para la inversión privada, mediante privatizaciones y concesiones. Para disminuir los riesgos, aumentar la rentabilidad y, por ende, hacer más atractivo el sector energía para la inversión privada, el Gobierno está modificando las formas de contratación: entre otros mecanismos ha suscrito garantías de compra de energía de 10 a 25 años de duración.

Las fuentes energéticas de Colombia

La producción energética colombiana creció un 68% entre 1980 y 1995 -17% en términos per cápita-.

El petróleo es la más importante fuente de energía de Colombia (45% de la oferta interna). Este hidrocarburo y el carbón mineral son las principales producciones energéticas colombianas y las de crecimiento más dinámico, siendo ambos rubros de exportación. Colombia exporta el 51% de la producción total de petróleo y el 82% del carbón mineral –representando el 10% de las ventas mundiales de carbón-.

Un alto porcentaje del consumo interno de petróleo es industrial. Debido a la promoción realizada por el Gobierno y a su bajo precio, se consume un petróleo denso para su uso en calderas, con una proporción muy alta de azufre y nitrógeno. Pese a la elevada disponibilidad de petróleo, la capacidad de refinación del hidrocarburo no es suficiente para garantizar el autoabastecimiento de gasolina, por lo que Colombia es un importador de este energético para el transporte. No se observan políticas de Estado para aumentar dramáticamente la capacidad de refinación y asegurar el autoabastecimiento.

La demanda interna de carbón mineral es muy baja en relación a las reservas que el país posee.

El gas natural significa el 14% del consumo de energía. Se emplea principalmente para la generación de electricidad y en el sector industrial.

La leña representa el 13% del consumo energético nacional. En su casi totalidad es utilizado en las residencias del medio rural, para cocción. En las zonas rurales este energético es apropiado por las personas sin ningún costo monetario.

La hidroenergía tiene una significación menor en el consumo colombiano. Hasta fines de los años ‘80 la generación eléctrica se duplicaba de década en década, pero en los ‘90 hubo un enlentecimiento en el crecimiento, lo que coincide con un cambio en las políticas de la BMD, ahora más centradas en programas de ajuste sectorial y de desarrollo del mercado de la energía eléctrica, que en la construcción de infraestructura.

Otra fuente de alguna relevancia en la matriz energética colombiana es el residuo de bagazo de caña (utilizado por los ingenios y por el sector agropecuario),

Los nuevos marcos regulatorios

Las leyes de servicios públicos y de electricidad, de 1994, cambiaron el papel que venía desempeñando el Estado, al establecer que éste será menos empresarial y más de planeación, regulación, control y vigilancia, promoviendo la libre competencia en las actividades del sector, accionando sin interferir en las gestión de las empresas energéticas.

La política de dar participación a los inversionistas privados se explicitó en la Constitución Nacional, al establecer la libertad de entrada para cualquier gestor, público o privado, en las actividades energéticas, salvo las que exceptúe la ley, como en el caso de la transmisión eléctrica del sistema interconectado.

Las nuevas reglas apuntan a dar mayor autonomía de gestión a las empresas públicas del sector energía, dotándolas al mismo tiempo del carácter de actores de derecho privado que deben operar en mercados competitivos.

En el sector eléctrico el marco regulatorio separa las actividades de generación y distribución, lo que llevó a dividir la empresa estatal Interconexión Eléctrica Nacional -ISA, en dos entidades independientes: ISA - transmisión e ISAGEN (generación). El mercado eléctrico se clasifica en dos categorías: el mercado regulado y el mayorista. En el regulado se realizan las ventas a pequeños y medianos consumidores. El mercado mayorista lo conforman las ventas que realizan las empresas eléctricas entre sí y entre ellas y los grandes usuarios, bajo las reglas de libre oferta y demanda, y se presenta bajo dos modalidades: transacciones de corto plazo en la Bolsa de Energía y contratos a largo plazo.

La Bolsa de Energía, bajo la administración de ISA, realiza hora a hora, transacciones de electricidad en cantidades y precios determinados por la libre oferta y demanda de acuerdo con las reglas comerciales predefinidas. El transporte de energía se garantiza por medio de las redes de transmisión del Sistema Interconectado nacional.

En el sector petrolero, Colombia optó por el modelo de una empresa estatal que negocia diversas modalidades de participación en la producción, dejando que el riesgo exploratorio sea asumido por los inversionistas privados, lo que no excluye la incursión estrictamente privada en diversas fases de la industria. Lo predominante es un esquema de asociación obligatoria con Ecopetrol.

El estado de la privatización del sector energético colombiano se resumen en la siguiente tabla.

ESTADO DE LA PRIVATIZACIÓN EN EL SECTOR ENERGÍA DE COLOMBIA
  PRIVADA PÚBLICA MIXTA
HIDROCARBUROS
Producción X X X*
Transporte X X X*
Distribución mayorista X* X X
Distribución minorista X    
Petroquímica X X* X
Refinación   X  
GAS NATURAL
Producción X X X*
Transporte X* X X
Distribución X*   X
CARBÓN
Producción X*   X
Transporte X    
Distribución X    
ENERGÍA ELÉCTRICA
Generación X X* X
Transmisión   X  
Distribución X X*  
Comercialización X X*  
(*) Sector predominante

Fuente: Otero, Diego. Experiencias del actual proceso de participación privada en el sector energético. Un análisis crítico. 1996

Pese al establecimiento de la Superintendencia de Servicios Públicos con la finalidad de proteger al consumidor, se reconoce la existencia de dificultades para garantizar sus derechos.

La política energética

Fuentes de energía

Si bien el Plan Nacional de Desarrollo promueve la expansión de los diferentes subsectores energéticos, apuntando a garantizar el abastecimiento, se pone un especial énfasis en las producciones exportables: petróleo y carbón. Se pretende intensificar y optimizar la contribución de las exportaciones energéticas al crecimiento global de la economía colombiana y a la generación de excedentes para nuevos proyectos de inversión. A tales efectos, se trata de concentrar los esfuerzos en dos frentes:

* el aumento de las reservas petroleras, fomentando la exploración y explorando en nuevas cuencas -con una participación limitada de Ecopetrol;

* el estimulo a las inversión en carbón, fortaleciendo a Ecocarbón y promoviendo convenios especiales de exploración/ explotación con agentes privados; a la vez, el Estado se propone jugar un papel activo en la apertura y mantenimiento de mercados externos.

El Plan se plantea, por otra parte, la construcción de la red troncal de gasoductos, para aumentar la disponibilidad de gas natural; y la expansión en generación y transmisión de electricidad.

El Plan se propone, asimismo, la energización del medio rural, aumentando la cobertura del servicio de energía, con los recursos energéticos más apropiados para el medio -lo cual exige la participación de las comunidades locales-. Por lo tanto, la energización no es equivalente a la electrificación. En concreto, se propone el ahorro y sustitución de la leña comercial, complementados por una reforestación multipropósito, y la mejora en la gestión y cobertura de la electrificación rural.

Reestructura empresarial y de mercados

La política actual está modificando el papel del Estado en el sector energía, que será menos empresarial y más de planeación, regulación, control y vigilancia. Se promueve el ingreso de nuevos agentes privados al sector, ya sea mediante la venta de activos estatales, ya se mediante la apertura de nuevos espacios para la inversión privada (concesiones de explotación, etc.). Las empresas públicas continuarán desempeñando un papel importante, pero tenderán a actuar como actores de derecho privado, operando en mercados competitivos.

Financiamiento de inversiones, precios y tarifas

Tradicionalmente, la política tarifaria en el sector energético colombiano fue diseñada con criterios políticos y sociales, dejando en un segundo plano los criterios económicos. El consumo energético fue subsidiado. Esto provocó un uso poco eficiente de la energía, no estimulándose el ahorro.

Buscando mecanismos para racionalizar la demanda -en particular mediante tarifas que reflejaran los costos reales de producción- se encaró una reestructura tarifaria. Pero la misma se vió frenada -y debió aplicarse gradualmente- por los costos sociales que provocaría, por el empuje que le daría a la inflación y por el temor a una respuesta violenta por parte de la población. En muchas regiones hay reacciones muy fuertes frente a incrementos tarifarios. En los últimos años hubo un gran incremento en la cartera morosa de las empresas y un aumento de las pérdidas de energía, en especial en el subsector eléctrico.

Debido a que el gobierno colombiano no permitió un desmonte más acelerado de los subsidios, debido a las consecuencias que acarrearía, el Banco Mundial canceló el último desembolso del crédito de ajuste sectorial para el sector eléctrico (U$S 75 millones en un total de U$S 300 millones).

En las principales ciudades, el 10% más pobre de la población gasta hasta el 11% de sus ingresos en energía, mientras que el promedio en el conjunto de la población es del 2-3% . El mayor porcentaje de los energéticos se utiliza para cocinar. Este diferente impacto del costo energético en los presupuestos familiares se manifiesta en el diferente acceso al servicio de electricidad: mientras entre el 20% más rico de la población tiene servicio eléctrico el 98% de las familias, entre el 20% más pobre hay un 18,7% de familias sin acceso a la electricidad.

El costo de acceso a los servicios de electricidad y de gas natural varía según las características socio-económicas de las diferentes zonas del país. La nueva política apunta a organizar un sistema de subsidios cruzados tal que los estratos de población de más altos ingresos costeen parte del subsidio para los estratos de población más pobres. En años anteriores dicho subsidio era pagado enteramente por el Estado.

Uso eficiente de la energía

Colombia ha venido haciendo un uso ineficiente de los recursos energéticos, demandando una cantidad tal de ellos que se está presionando la base de recursos naturales renovables y no renovables en una mayor escala de la que podría hacerlo.

Por eso el Plan Nacional de Desarrollo plantea como metas la conservación de energía y la sustitución de fuentes por energéticos menos costosos. La estrategia formulada enfatiza dos frentes: mejorar el conocimiento de la demanda y adecuación de la gestión de la misma. En este último sentido se proponen dos tipos de instrumentos: adecuadas señales de precios y tarifas, y programas específicos de uso eficiente de energéticos -apoyados en actividades de investigación y desarrollo-.

Se plantean también programas de sustitución de algunos energéticos poco eficientes. Es el caso, por ejemplo, de la leña, cuya participación en la demanda es muy alta (más del 13.12%) siendo el 96% utilizado a nivel residencial, básicamente en el sector rural y para cocción. Las pérdidas en el consumo de leña son muy altas. Por esta razón, se han organizado programas para la reducción en su uso que no han sido muy efectivos, debido a que en muchos de los casos estos están dramáticamente separados de la realidad de los usuarios de la leña. Generalmente este energético es apropiado por las personas, sin ningún costo monetario, en las zonas rurales del país. Debido a que los otros energéticos tienen un costo, la penetración de los sustitutos escogidos en los programas (carbón en forma de briquetas y GLP) avanza muy lentamente y sobre todo para la leña comercial, es decir, la utilizada por las clases más pudientes para simple disfrute (en chimeneas por ejemplo).

Por tanto, entre las metas teóricas y las acciones reales puede haber una gran distancia...

También hay importantes pérdidas, y por ende baja eficiencia, en el consumo de bagazo de caña y de electricidad, sobre todo en su consumo doméstico. En su utilización para cocción y calentamiento de agua, la electricidad podría ser reemplazado por energéticos más eficientes. Justamente esa es la idea del Plan de Masificación del Gas Natural, aunque para la implementación de este se tienen dos inconvenientes básicos: los patrones culturales y el costo en el cambio de Electricidad a Gas Natural derivado de la instalación y las nuevas estufas. En cuanto a los patrones culturales, se debe decir que en Colombia el uso de Energía Eléctrica para cocción y calentamiento de agua es considerado como un indicador de status. Además, la instalación de las nuevas redes, tanto al interior como al exterior de las construcciones se hace sin tener en cuenta elementos estéticos, lo cual es un serio inconveniente para la población de sectores socioeconómicos más elevados.

En el caso del petróleo hay una contradicción. Se están discutiendo formas para atraer a más inversionistas extranjeros, disminuyendo los impuestos petroleros y las regalías (que actualmente tienen el nivel más alto del mundo), con una visión un tanto inmediatista, sin pensar en la importancia de utilizar racionalmente este recurso, teniendo en cuenta que este es un recurso no renovable. Esto en mucho se debe a que la llamada renta petrolera es una de las fuentes más importantes de recursos para el país, y que la política económica depende en buena medida de esa renta.

Por otra parte, el Ministerio de Minas y Energía observa más como un obstáculo (como una traba burocrática) que como una necesaria restricción en la toma de decisiones y un instrumento de planificación, a las licencias ambientales que expide el Ministerio de Medio Ambiente.

Impactos ambientales y sociales

El impacto ambiental y social de los proyectos del sector energéticos se presentan en dos etapas * Exploración, construcción, explotación y transporte : los efectos se concentran en regiones rurales* Uso de los energéticos: los efectos se concentran en las urbes

Impactos ambientales

En la explotación, producción y transporte de Gas Natural y Petróleo los principales efectos ambientales son:

* La degradación de los suelos, manifiesta en procesos erosivos, originada en la construcción de vías de acceso y campamentos y en la explanación del terreno para perforación de pozos, la producción de hidrocarburos y su transporte.

* La alteración de la calidad del agua producida por vertimientos líquidos. Contaminación hídrica por derrames de petróleo y contaminación con residuos peligrosos, tanto aguas superficiales como subterráneas.

* La contaminación atmosférica producida por la quema de gases en algunos campos

* Aumento de la deforestación y depredación de ecosistemas únicos, en muchos casos estratégicos

* Disminución de la biodiversidad

* Ruptura de delicadas cadenas tróficas con muy lento proceso de recuperación (sobre todo en la cuenca amazónica)

* Contaminación por infiltraciones de tanques, así como por descarga de aceites y solventes.

A su vez, la refinación del petróleo se identifica como uno de los puntos más importantes en la problemática ambiental relacionada, debido a su potencial contaminante del aire y la generación de una gran cantidad de desechos químicos con variados niveles de toxicidad. En Colombia se consume aún petróleo para su utilización en calderas debido a su costo y a la promoción que hizo el gobierno de la utilización para estos fines del "crudo de castilla" un petróleo muy denso, con una gran proporción de aromáticos y con un porcentaje de azufre y nitrógeno inusitadamente altos. Ya que por sus características era muy difícil de vender en el exterior, se promocionó como combustible industrial. Esto acarreó consecuencias ambientales adversas, debido a las emisiones de óxidos de azufre y nitrógeno.

En la extracción y transporte de carbón (a cielo abierto) los principales efectos ambientales son:

* Sobre el aire: Altas concentraciones de polvo de carbón tanto en el interior como en el exterior de la mina

* Sobre el agua: contaminación de ríos cercanos a la explotación por partículas sólidas y por minerales solubles

* Sobre el componente biótico: deforestación de capa vegetal (6000 ha por mediana y pequeña minería), con la consecuente disminución de especies de flora y fauna en la zona afectada

En el caso de la minería de socavón, debido al bajo nivel de tecnificación, a la falta de recursos y de capacitación de los mineros, los impactos generados por esta actividad son cuantiosos. Entre otros, destacan:

* Descapote, daño de los suelos

* Activación de procesos erosivos

* Destrucción de fauna y flora en las zonas de explotación

* Contaminación de aguas subterráneas que se infiltra en las minas, y que es bombeada a los ríos sin tratamiento alguno.

* Aumento de concentraciones de metano, con explosiones por mezcla metano - oxígeno

* Contaminación atmosférica por partículas en suspensión ligadas con enfermedades respiratorias

* Incremento en la carga de sedimento en las corrientes de agua

* Altos niveles de accidentalidad

En la Generación de energía hidroeléctrica los impactos sobre el medio físico están asociados básicamente con el cambio en el régimen de flujo de aguas superficiales y subterráneas; en el caso de embalses, también la desestabilización de suelos. Estos impactos son en la mayoría de los casos, altamente probables, poco o nada mitigables y con un radio de acción más bien amplio. Entre los muy diversos impactos destacan:

* Erosión del Suelo

* La disminución paulatina de la capacidad de los embalses, afectados por la erosión y la sedimentación. Esto produce la disminución de la vida útil y capacidad de generación de las plantas

* Erosión aguas abajo del embalse

* En algunos casos, la disminución en los caudales en los tramos bajos de varios ríos y un incremento de caudal en los canales receptores

* Producción de ácido sulfhídrico en varios embalses, debido a la no remoción de la biomasa vegetal antes de inundar y a la calidad de las aguas aportantes

A su vez, los impactos sobre el medio biótico están relacionados con la alteración de bosques y con efectos sobre otros recursos (agua y ecosistemas) como consecuencia de la creación de embalses (cuando esto es necesario). Los principales impactos son

* Destrucción de flora y fauna en un área por la inundación. Ruptura de las relaciones biológicas establecidas y de la biodiversidad

* Sustracción de coberturas de bosques primarios, secundarios, rastrojos y pastos

* Supresión de hábitats de comunidades bióticas terrestres

* Interrupción de las migraciones de peces

* Sustitución de hábitats acuáticos

En el caso de la Generación termoeléctrica los principales impactos son:

* Atribuibles al almacenamiento y transporte interno de combustibles: contaminación atmosférica por material particulado, contaminación por hidrocarburos debido a posibles derrames.

* Atribuibles a la combustión: emisión de óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos no quemados, dióxido y monóxido de carbono, producción de cenizas y escoria lo cual produce alta emisión de partículas a la atmósfera

* Contaminación hídrica: producción de desechos de agua caliente (contaminación térmica de cuerpos de agua), y con residuos grasos o aceitosos

* Otros impactos: contaminación por aceites y grasas

En el caso del uso de los combustibles, sobre todo en el medio urbano, la combustión completa e incompleta de combustibles fósiles para transporte, e industria, es una causa importante en la contaminación atmosférica. El sector tiene una importante participación en la contaminación atmosférica por quema de:

* Gasolina y otros derivados
* Leña
* Bagazo de caña
* Carbón
* GLP y GN

Hay elevadas emisiones de CO, SO2, Hidrocarburos volátiles y NOx en automotores debido a:

* Tipos de gasolina usada en Colombia, en cuanto a contenidos de azufre, olefinas y compuestos oxigenados entre otros

* Edad del parque automotor

* Deficiencias en mantenimiento de los vehículos

* Tecnologías inadecuadas en la combustión

El 75% de los contaminantes atmosféricos provienen del parque automotor. Las termoeléctricas, por su parte, emiten:

12000 Tn SO2/año

20000 Tn NO/ año

Todas estas emisiones están ligadas con enfermedades respiratorias de alto porcentaje de aparición en Colombia.

Impactos sociales

En la explotación, producción y transporte de Gas Natural y Petróleo los principales efectos sociales son:

* Fomento de la colonización por apertura de vías, regalías y expectativas económicas ligadas al sector energético

* Alteración de culturas nativas

* Segregación racial

* Inflación regional

* Cambios en los patrones culturales, en las normas, tradiciones y religión

* Diferencias muy grandes en salarios entre funcionarios y con las personas de la región

* Introducción de enfermedades foráneas

* Cambio de hábitos alimenticios

* Problemas de cubrimientos de los servicios públicos básicos

* Aumento de la prostitución y el consumo de alcohol

Los Uwas, una comunidad indígena, ha tratado de impedir la explotación petrolera en su habitat, por consideraciones culturales muy válidas, incluso con la amenaza del suicidio colectivo.

Los impactos socioeconómicos derivados de la generación hidroeléctrica , especialmente cuando existen embalses asociados, son muy fuertes, de amplio radio de acción, y generalmente no prevenibles y muy poco mitigables. Entre esos efectos se encuentran:

* Conflictos con el uso tradicional de la tierra

* Desplazamiento de poblaciones ocasionado por las inundaciones de áreas para embalses.

Potenciales de mejoramiento: eficiencia y fuentes energéticas no convencionales

Fuentes energéticas no convencionales

El impulso que se le ha dado la utilización de energías alternativas menos impactantes al medio ambiente ha sido muy baja. Dentro del Plan Nacional de Desarrollo se ha dicho que la utilización de fuentes energéticas alternativas es una prioridad, siempre y cuando sean viables económicamente. Pero en la actualidad se realizan muy pocos esfuerzos para mejorar estas opciones en el aspecto económico.

Por otra parte, la gestión institucional para el apoyo a estas fuentes se ha concentrado en el INEA, una entidad que no cuenta con el presupuesto y todo el personal necesario para llevar a cabo esta labor. Así se demuestra que, a pesar de la existencia de buenas intenciones, ellas no se han concretado en la práctica.

Los estudios sobre fuentes alternativas son, por tanto, muy insuficientes. Uno de los que destaca refiere al potencial geotérmico, en base a un proyecto financiado por el BID. Se trata del Estudio de factibilidad del Proyecto Azufral - Fase I teniendo en cuenta el potencial geotérmico del país en la región de Nariño, para mejorar la confiabilidad del sistema de generación del país, disminuir el déficit energético en dicha región, para propiciar en un futuro la interconexión entre Ecuador y Colombia y para promover la participación del sector privado en el desarrollo de este recurso natural.

Eficiencia energética

En el marco de un proyecto financiado por el BID se puso en marcha un programa de Uso Racional de Energía (URE).

El programa de URE consta de varias estrategias:

1. Orientación de la demanda de energía: comprende un conjunto de acciones orientadas a inducir en el consumidor mejoras en sus hábitos de consumo, incluyendo la compra de equipos y procesos energéticamente eficientes. Esta estrategia se desarrolla a través de las siguientes actividades

Diseño e implementación de esquemas de incentivos que fomenten el URE: en este punto, se considerarán opciones tarifarias que llevan una señal clara del uso de la energía. También se considerarán esquemas de mejoramiento de la eficiencia en cocción o en los aparatos eléctricos

Identificación de procesos factibles de ser sustituidos y evaluación del potencial de ahorro en sectores de consumo, obteniendo cifras globales y no discriminadas del potencial de ahorro

Programas de formación y entrenamiento y recursos humanos en el URE, a través de un plan de formación a nivel nacional o institucional

Campañas de divulgación del uso eficiente de energía

2. Optimización de los procesos de generación

3. Sustitución de energéticos: las acciones incluyen la sustitución de electricidad por GN o GLP en el sector residencial y comercial, la sustitución de gasolina y diesel por combustibles alternos (GLP o GN comprimido) para el transporte público y la sustitución de leña por GLP en áreas rurales. Entre las propuestas concretas se encuentran:

Uso de crudo pesado como ligante asfáltico para pavimentos, para buscar opciones de utilización del crudo de Castilla

Opciones para la comercialización y uso de las briquetas de carbón en comunidades pilotos, sustituyendo parte del consumo de leña en el sector residencial rural. Nótese como muchas de las opciones consideran a la leña como un energético no adecuado, sin tener en cuenta que es renovable, a diferencia del GLP o el carbón, con el cual pretenden sustituirlo. Hasta cierto punto, se puede decir que no se están evaluando los efectos ambientales a corto, mediano y largo plazo.

El sector energía y la Banca Multilateral de Desarrollo

Durante los últimos 50 años la BMD ha tenido proyectos en Colombia. Como se puede observar en la tabla 53 y 56, el sector energético, ha venido captando una gran parte de dichos recursos. Cerca del 40% del monto total solicitado se ha destinado a proyectos en este sector, pero con una gran tendencia a concentrar dichos préstamos en el subsector eléctrico. De allí su importancia y su influencia en la deuda externa de la Nación.

Como se puede notar, es en este momento en el que Colombia pasa de una tendencia de gran endeudamiento por proyectos, a la de un menor endeudamiento concentrado en reformas al Estado y cada uno de los sectores que en el Gobierno en dicho momento maneja. No es una coincidencia que esta tendencia (pasar de proyectos individuales a préstamos sectoriales) sea la misma que ha impulsado la BMD, así como que las acciones decididas por el gobierno colombiano tengan una gran concordancia con las políticas del BM y del BID, es decir, modernización del Estado, privatización en la prestación de servicios, las organizaciones estatales como reguladoras y planificadoras entre las más importantes.

En el Informe Anual del Banco Mundial, esto se explicita al decir "En varios proyectos se prestó mucha atención al fortalecimiento de los marcos reglamentarios de sectores específicos, sobretodo para las privatizaciones llevadas a cabo recientemente. Entre ellos se cuenta el proyecto de desarrollo del mercado de la electricidad en Colombia".

Las inversiones de la BMD, entre 1991 y 1997 se concentran fuertemente en el sector eléctrico; en el caso del carbón sólo existen dos préstamos, uno de los cuales también beneficia a la minería para la extracción, transporte y beneficio de otros minerales; en el sector petróleo su acción ha sido nula, así como en el sector de gas.

Existe una ausencia total de proyectos relacionados con el desarrollo y utilización de energías alternativas. Solamente en el proyecto de Uso Racional de Energía, se incluye la realización de un estudio de factibilidad de construir una planta de energía geotérmica que, al ser un crédito reembolsable de una entidad japonesa, debe ser desarrollado por consultores japoneses. No se hallaron indicios de incluir estudios más grandes relacionados con fuentes alternativas de energía.

Adicionalmente, los préstamos a entidades estatales han venido disminuyendo, pero en cambio se han incrementado los préstamos a entidades privadas, a través del CIF, en el caso de Banco Mundial, o directamente con el BID.

La CFI, por ejemplo, esta desarrollando el proyecto 7283 con la compañía colombiana Promigas, que envuelve el plan de expansión a tres años de esta compañía. Se desconoce el monto del préstamo. Se puede establecer que la categoría ambiental del proyecto es B y que, de acuerdo a los impactos señalados en los estudios, se sugerían algunas acciones.

Es preocupante entonces que, por ser desarrolladas poro privados, estos proyectos se conviertan en inobjetables. Por lo pronto, la consecución de la información relacionada con estos préstamos es un punto que dificulta cualquier investigación.

El BID financia el proyecto de Uso Racional de la Energía. El monto del préstamo son US$ 11.000.000, de los cuales US$10.000.000 serán para el desarrollo mismo del programa, y US$1.000.000 provendrán del Fondo Japonés de Consultorías como crédito no reembolsable para llevar a cabo los estudios de factibilidad de la fase I de Proyecto Geotérmico de Azufral. El valor total de todo el proyecto es de US$ 13.300.000 , de los cuales US$ 2.300.000 provendrán de aportes locales.

El proyecto no realiza mayores consideraciones de tipo social. Sólo en muy pocos casos se hacen alusiones a beneficios indirectos de la sociedad. Por otro lado, si se revisan las políticas del GEF con respecto al URE, se encontrará una plena concordancia entre este proyecto y dichas políticas, dejado de lado las especificidades del caso colombiano. En las consideraciones ambientales son muy claros al decir "la reducción en el consumo de combustibles pesados y la sustitución parcial de los mismos por gas natural disminuiría la cantidad total de óxidos de nitrógeno y azufre (NOx y SOx) emitidos a la atmósfera, así como reduciría la emisión de bióxido de carbono y sus efectos en el calentamiento global", lo cual muestra que el BID tiene consideraciones ambientales centradas en las emisiones, ignorando la complejidad del problema en el caso latinoamericano, específicamente en el colombiano.


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