Como la institución de desarrollo más grande del
mundo, el Banco Mundial tiene un profundo impacto en la mujer. Muchas de las críticas
hacia el Banco, encuentran que sus políticas y fórmulas económicas son "ciegas al
género" y que no toman en cuenta las inequidades existentes. Los críticos
argumentan que al usar modelos que no diferencian entre hombres y mujeres, el Banco falla
en reconocer los obstáculos que impiden a las mujeres una participación igualitaria en
los resultados positivos del desarrollo, como el acceso a bienes y servicios, educación,
seguridad, salud, protección legal y oportunidades económicas.
Algunas críticas van más allá de la idea de que el Banco "no hace
suficiente" y reclaman que sus políticas, programas y proyectos impactan a las
mujeres negativamente. El Programa de Ajuste Estructural del Banco (SAP), es un
ejemplo de ello. El SAP genera grandes cambios socioeconómicos, imponiendo
prescripciones de austeridad a los países deudores. Esto incluye políticas fiscales
conservadoras, descentralización, privatización económica y orientación de mercado; y
ha sido ampliamente criticado por el perjuicio a los menos favorecidos, incluyendo a las
mujeres. Mientras el Banco y el IMF dicen que estos programas son necesarios para
revitalizar la economía de los países en desarrollo, muchos críticos condenan al SAP
y dicen que sus impactos negativos en lo social y en el medio ambiente imposibilitan un
desarrollo sustentable.
En años recientes, la abogacía de género se ha concentrado en presionar cada vez
más al Banco para que éste se responsabilize de su impacto sobre la mujer. En el pasado,
quienes intervenían en la defensa de género se enfocaban en los programas del sector
social del Banco, como los préstamos para la planificación familiar, educación y fondos
de inversión social. Sin embargo, este tipo de préstamos y programas "suaves",
como el Banco los llama, únicamente compromete un pequeño porcentaje de sus operaciones.
Es por esto que actualmente, quienes intervienen en la defensa de género están
estudiando el impacto que cada aspecto de las operaciones del Banco tiene sobre la
mujer.
Los Compromisos Recientes del Banco Mundial con respecto al Género
En respuesta a las presiones externas e internas, en los últimos años el Banco ha
lanzado una serie de iniciativas y cambios en sus políticas para asegurar que los temas
de género estén presentes en la toma de decisiones y durante las operaciones. El Banco
ha creado una política que dice que cada aspecto de sus programas debe incluir una
"dimensión de género"1. Sostiene que su objetivo es atender las
desigualdades genéricas existentes en los países prestatarios, para lo cual incorporará
la perspectiva de género en todas sus políticas y programas.
Muchas organizaciones de mujeres se han visto apoyadas por el compromiso de James
Wolfensohn, actual presidente del Banco. Desde que llegó al Banco en 1995, ha trabajado
para asegurar que las nuevas políticas e iniciativas de género del Banco sean ejecutadas
en la práctica. En un discurso reciente a una delegación de organismos que trabajan en
la defensa de género, habló acerca de las dificultades de institucionalizar las
iniciativas de género dentro del Banco; pero también dijo que ha habido un progreso y
que continuará comprometido con los desafíos futuros.
Hay gente en el Banco, como su presidente, que está comprometida en dirigir sus
esfuerzos hacia la inequidad de género. Pero también es evidente que para que el Banco
atienda integralmente a la inequidad de género, necesita haber un importante cambio
interno. La mayoría de los críticos coinciden en que, más allá de los papeles, existe
una enorme necesidad de resultados reales. Aunque se han diseñado políticas y mecanismos
para atender las cuestiones de género, muchos creen que este acercamiento no puede ser
sostenido por el modelo de desarrollo impulsado por el Banco.
El Banco debe incorporar una serie de iniciativas como incentivos al personal,
capacitación en género y directrices obligatorias para asegurar que el Banco pueda
avanzar hacia los objetivos de equidad de género. Cuando se escribió esta Guía, la
estructura del Banco -y por lo tanto sus habilidades- para dirigir los temas de género,
necesitaban un mayor fortalecimiento.
Los cambios no se dan fácilmente en el Banco, pero quienes intervienen en la defensa de
género han encontrado que la presión externa puede ser altamente efectiva. A través de
la participación, monitoreo y vinculación con el Banco, el público puede hacerlo
congruente con sus políticas y objetivos. Este tipo de escrutinio ayudará a mantener el
compromiso del Banco para atender la inequidad de género. Más aún, la interacción
entre el Banco y el público puede construir vínculos a largo plazo para coadyuvar con al
Banco a una forma de desarrollo más abierta y centrada en la población.
La Guía Ciudadana sobre Género y el Banco Mundial ha sido creada para asistir
a quienes son afectados por, o están interesados en, el impacto de los préstamos del
Banco sobre la mujer. Esta guía pretende ser un instrumento que:
Destaque los compromisos recientes del Banco para atender la inequidad de
género y promover la participación pública;
Explique cómo quienes intervienen en la defensa del género pueden involucrarse en
la toma de decisiones y operaciones del Banco; y
Provea detalles sobre cómo acceder al personal, información y recursos del Banco;
y cómo establecer contacto con redes que intervienen en la defensa del género.
El Capítulo Dos contiene un panorama de los antecedentes, estructura,
propietarios y métodos de operación del Banco. El Capítulo Tres destaca los
compromisos recientes del Banco para atender la inequidad de género, sugiere acciones
iniciales para involucrarse en el monitoreo y la vinculación con el Banco; y detalla las
distintas maneras para acceder al proceso de toma de decisiones y operaciones dentro del
Banco. El Capítulo Cuatro provee información sobre los contactos en el Banco, una
lista de documentos clave y del personal responsable de los temas de género; y
explicaciones de otros aspectos importantes. Este capítulo también incluye una lista de
las redes defensoras de género existentes que actualmente están involucradas en el
monitoreo e interacción con el Banco.