Mercedes
Umaña
En relación a la experiencia de El Salvador, voy a seguir una secuencia desde lo que
fue la apertura del CAS, pasando luego a lo que ha sido el ejercicio SAPRI , y finalmente
analizar qué perspectivas le vemos, desde Las dignas hacia el movimiento de mujeres.
El documento CAS se abrió los días 23, 24 y 25 de octubre de 1996. En El Salvador no
había una clara idea de qué era el CAS. Fue una convocatoria un tanto sorpresiva en el
ámbito general. Fue orientada hacia la sociedad civil, incluyendo sindicalistas, grupos
de mujeres, organizaciones mixtas. Había una diversidad de apreciaciones en términos de
qué se esperaba de esa reunión. Había de todo, desde quien pensaba que solamente iba a
escuchar, pasivamente, cuál era la política del Banco Mundial para El Salvador, hasta
quienes decían "vamos a poder pedirle dinero al Banco", con las manos tendidas.
Había de todo un poco.
La invitación nos agarró un poco por sorpresa, incluso a Las dignas. A la hora de
sentarse pudimos darnos cuenta del propósito del CAS en El Salvador. Hubo una petición
formal de tener un margen de tiempo mayor, para poder preparar nuestras participaciones
entre los distintos sectores que estábamos involucrados. Sin embargo, esto no fue
posible. Se nos dijo que el tiempo estaba establecido y no había marcha atrás.
Había unas expectativas generales que no estaban en sintonía, lo que llevó a una
dispersión de la discusión. A muchos les sirvió para desahogarse frente a los del
Banco, hasta a nosotras, que a nivel institucional consideramos que fue un formalismo. Se
había abierto el CAS en El Salvador sin una mayor trascendencia. El colmo fue que a la
hora de preguntar cuál era el documento que había, resulta que no había tal CAS.
Llegaron después en inglés, lo que volvió todo más complejo. Había poca información,
poca preparación. Además de esto la poca preparación tuvo un impacto en una discusión
dispersa y superficial. Incluso la permanencia en diferentes reuniones fue decayendo. Eran
monólogos entre las partes. Consideramos que hay una lección para aprender, desde
nuestra experiencia: la importancia de la información. Después caímos en la cuenta de
la importancia del CAS en nuestro país, como una herramienta para la incidencia política
desde el inicio del proceso. Para una profundización hay un documento que está
detallado.
En síntesis, la experiencia del CAS nosotros la terminamos con disgusto. Pero nos
sirvió para iniciar el proceso de buscar más información.
El segundo apartado tiene que ver con el ejercicio SAPRI en El Salvador. Es un
ejercicio desde la sociedad civil que tiene el objetivo de evaluar el impacto de las
políticas de ajuste estructural, y comienza su práctica a fines de este año 1997. Este
proceso se está impulsando en distintos países a nivel mundial (de Latinoamérica,
formalmente, están El Salvador y Ecuador). En El Salvador la evaluación implica un
proceso de investigación acompañado de discusiones, especialmente orientadas hacia
aquellos sectores de la población que no han tenido voz, que no se han expresado. Este
proceso se supone que contaría con el aval del Banco Mundial, el gobierno y la sociedad
civil.
En nuestro caso, iniciado el proceso investigativo, se comenzaron a detectar algunas
negativas por parte de funcionarios del gobierno (del ministro de Hacienda). Porque
apreciaron que los resultados de la investigación estarían listos en la campaña
electoral presidencial. Esto llevó a una negativa. A partir de esto el Banco Mundial
decidió un compás de espera. Nosotras hemos planteado que se continuara el ejercicio
aunque no esté presente el gobierno.
Esta decisión nos llevó a cabildear con otros funcionarios del gobierno y nos dimos
cuenta que no era una decisión consensuada. Por ejemplo, la ministra de Educación
planteaba que sí era importante continuar en el ejercicio, así como el ministro de Medio
Ambiente.
Decidimos que sí era importante continuar con el ejercicio, involucrando a otros y
otras funcionarios del gobierno para que puedan realizar una discusión interna. Ahí hay
una cierta complejidad que deviene del desgaste político del gobierno de turno, que se
complementa con los resultados de las últimas elecciones que ha significado una nueva
correlación de fuerzas.
Desde el ejercicio SAPRI y desde el movimiento de mujeres, vemos que ha habido poco
interés en involucrarse. Es una dificultad del movimiento, que debe generar una
estrategia de parte de quienes nos involucramos a este nivel. Tanto de traslado de
información como de apertura de espacios para el debate y la discusión. En el próximo
año estamos ya planteando un debate sobre políticas de creación de empleos y ligar eso
con las políticas de ajuste y el impacto que tienen en ese ámbito.
Dentro del ejercicio SAPRI, nuestra participación como Las Dignas ha sido garantizar
que el tema de género sea un eje transversal en toda la investigación, en todos los
debates. Nuestra apreciación es que tenemos un denominador común con los ambientalistas
y con aquellos que están peleando por los derechos de la infancia. Son tres contenidos
que casi siempre están ausentes de la agenda de los economistas, en general.
En término de proyecciones, a nivel institucional estamos apuntando a realizar un
monitoreo sobre la incidencia del Banco Mundial en el terreno de la educación en nuestro
país. Está apuntando a la eliminación de contenidos de estereotipos en los libros de
texto. Desde el gobierno ha habido cierto nivel de apertura y mi impresión es que se
puede lograr un impacto cuantitativo importante. Nos preocupa y nos alienta. Nos preocupa
lo cuantitativo en términos de los requerimientos para nuestra organización, para tener
una calidad en la elaboración. Pero es un imperativo introducirnos y navegar en esas
áreas.
Otro tema de preocupación es todo lo que tiene que ver con el empleo a nivel general.
Queremos profundizar en el manejo de toda la información para hacer un seguimiento
efectivo, para lograr un mejor impacto.