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Toda actividad del hombre tiene un carácter global, cada vez que nos apartamos de la integración neurosensitiva y psicomotriz para dedicarnos a un trabajo parcial, se produce una desviación marcada por el signo de la ineficiencia, la inutilidad y , en parte, el perjuicio.
El esbozo de una Teoría del Entrenamiento debería abarcar:
En realidad el hombre y su relación con la humanidad van mucho más allá de su mundo físico. Hoy los caminos del entrenamiento deportivo deben resurgir hacia sus cauces más profundos, sus bases pedagógicas y el respeto, junto a todas las leyes biológicas, de la condición integral del hombre.
Allí aparece una propuesta que valora por encima de todas las capacidades motoras, a esa condición neuro-sensitivo-emotivo-motriz. Esto es el entrenamiento por la calidad.
El ser "fisiológico" se manifiesta en un contexto histórico, político y cultural. Este contexto es determinante y altera sustancialmente los aspectos psico-biológicos del hombre.
Conjugamos así varios conceptos:
Prof. Gabriel Molnar |
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"El Entrenamiento es el Arte y Ciencia del Rendimiento Humano." "Es un Arte, porque cada uno da su toque único personal y de estilo a lo que hace." "Es una Ciencia, porque hay método y proceso en el desarrollo de la obtención del rendimiento humano." "Un Programa de entrenamiento más realista y ajustado a la experiencia, producirá los mejores deportistas ... " Esta es la escuela del entrenamiento como Arte. "Solamente comprendiendo las teorías científicas, un entrenador podrá producir deportistas de primer nivel ... " Esta es la escuela del entrenamiento como Ciencia. Ambas escuelas tienen razón en parte, y en parte no la tienen, y son por igual culpables de no servir al entrenamiento como profesión, ni a sus deportistas. F. Horwill (1991), M. Freeman (1991), T. Bompa,1990, F. Dick (1978)
¿Esto hace que la periodización sea mágica? Desde luego, no lo es. La afirmación de que la periodización del entrenamiento sigue leyes objetivas, independientes de la voluntad humana, se considera a veces irreconciliable con el carácter libre del trabajo creador del entrenador y del deportista, como un intento de encorsetar la actividad de éstos dentro de unos límites prefijados. Pero pensar así es interpretar mal las cosas.
En consecuencia, libertad de decisión no significa sino capacidad para tomar decisiones con conocimiento objetivo.
La experiencia obtenida de la observación de los efectos fisiológicos, biomecánicos y psicológicos del entrenamiento específico y de las estrategias, recogidos en un período de sesiones y en una cantidad de sujetos, sustenta el valor científico de la acción del entrenador . Cuando el entrenador elude o pasa por alto lo científico, aprende más lentamente y sus deportistas pagan cara esa ignorancia. El precio que los deportistas pagan porque, imitando al avestruz, los entrenadores se resisten a aprender algo nuevo que la ciencia les brinda.
Sin embargo, ninguna teoría tiene valor; a no ser que se base en la práctica. Existe el peligro de acentuar excesivamente lo teórico rechazando lo práctico, o de poner el control de la práctica en manos de teóricos inexpertos. Aprendemos con la ayuda de nuestros deportistas, o a costa de ellos. Geoffrey Dyson (1980) señaló que, en el pasado, "los entrenadores tendían a considerar cada hecho como una experiencia aislada, con su propia imagen y enigma". Añadió correctamente: "en ésta época en la que el lenguaje de los eruditos importan tanto en el mundo, el disparate oscuro y "doctoral" es a veces aceptado, como erudición genuina". La búsqueda del conocimiento es una aventura interminable, que bordea con la incertidumbre. En el entrenamiento, debemos mantener una mente abierta. Uno de los más grandes errores es, a veces, estar absolutamente seguro de alguna cuestión técnica, porque la historia de las ciencias, al igual que la historia de los deportes, muestra, una y otra vez, cómo teorías sacrosantas se derrumban ante una nueva evidencia adversa. Un pormenorizado conocimiento teórico científico no es garantía de que un entrenador sea experto, y tampoco lo son los años de experiencia de un entrenador cuya mente esté cerrada para la ciencia y para las ideas que contraríen las nociones que él sustenta. ¿La ciencia pertenece al deporte? ... Por su puesto que sí, porque las leyes de la naturaleza y de su intérprete (la ciencia del deporte), gobiernan todo desempeño. "A medida que los deportistas y los entrenadores continúen esforzándose en procura de niveles de rendimiento cada vez más elevados, el científico especializado en deporte deberá ser capaz de ayudar al equipo, constituido por el entrenador y el deportista, a que se entrene no solamente con más ahínco sino también con más inteligencia." Jarver y Brown, (1993)
El rendimiento deportivo es una combinación mucho más compleja que la que advertimos. Incluso hoy, sólo estamos bordeando un conocimiento total. No estamos para nada cerca del fondo de ese conocimiento.
Recopilación: Prof. Gabriel Molnar |
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El análisis unilateral de un fenómeno complejo es siempre erróneo.
Recopilación: Prof. Gabriel Molnar |
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