Adaptación, Restauración
y Supercompensación
Los efectos adaptativos del entrenamiento
están en relación directa con los estímulos que los
provocan (la especificidad del proceso adaptativo).
El entrenamiento interesa a los órganos,
las funciones y los comportamientos.
Si se le examina desde el punto de vista
del proceso adaptativo puede ser analizado para su estudio desde le punto
de vista:
- anatómico (estudio de las adaptaciones
morfológicas),
- bioquímico ( estudio de las modificaciones
bioquímicas),
- funcional ( estudio de las adaptaciones funcionales),
- psicológico (por el estudio de la dinámica
de la motivación y de los procesos del aprendizaje).
La adaptación de las diversas funciones orgánicas es específica,
pero no ilimitada, ya que es posible solo en ciertos límites establecidos
por el patrimonio genético (genotipo) del individuo. Es por esta razón
que pueden distinguirse adaptaciones genéticas y extragenéticas.
Las adaptaciones genéticas son las que conciernen al programa
genético codificado en el núcleo celular y desarrollado en
el transcurso de la evolución. Este programa es estable y sus modificaciones
sólo son posibles por la mutación y la selección, exigiendo
plazos muy prolongados y conciernen a la especie y no al individuo.
Las adaptaciones extragenéticas, conciernen a cada individuo y
son obtenibles con el entrenamiento y se desarrollan en estructuras y funciones
potencialmente modificables aunque sea dentro de los límites establecidos
por el genotipo.
Se distinguen 2 tipos de adaptación extragenética:
- la adaptación metabólico- funcional o aguda,
- la adaptación epigenética o crónica.
La adaptación metabólico-
funcional refiere al conjunto de modificaciones que se producen inmediatamente
de realizado un ejercicio.
La adaptación epigenética
refiere a las modificaciones estables producidas por el proceso del entrenamiento.
Esta adaptación es una condición dinámica de tipo
progresivo, pero también regresivo ya que depende la reiteración
de los estímulos.
Ambas adaptaciones (aguda y crónica)
están fuertemente ligadas, tanto que la primera se modula a partir
de la modificación dinámica de la segunda. En el entrenamiento
hay , entonces, adaptaciones inmediatas y diferidas, y un efecto acumulativo
buscado por el proceso del entrenamiento.
Los procesos de adaptación se rigen
por el concepto del heterocronismo ya que el proceso de supercompensación
presenta una variabilidad individual muy importante y un comportamiento
claramente diferenciado en los diferentes órganos y funciones.
Entrenamiento y Adaptación
La teoría de la adaptación
del organismo humano a los medios y métodos del entrenamiento está
pasando por una etapa de cambio y desarrollo muy importante, hay que entenderla
dentro de un proceso de desarrollo y crecimiento, en un sistema de puntos
de vista que definen la esencia del proceso dentro de un conjunto de causas
íntimamente relacionadas y vinculadas al medio ambiente, y las leyes
de las reacciones de adaptación.
Hoy, la teoría moderna del
entrenamiento busca medios y métodos más efectivos y una estructura
de competición óptima, fundamentados en las leyes de la adaptación
humanas.
La adaptación crónica aparece
gradualmente a partir de la realización repetidas de adaptaciones
agudas, mediante la cual el organismo adquiere una nueva cualidad al final
de la adaptación progresiva: de no adaptado pasa a ser adaptado.
La Interrelación entre la función
de la célula y su aparato genético es una etapa clave para
la formación de todas las reacciones de la adaptación crónica.
Todos las cambios estructurales en órganos y tejidos, obedecen a
la activación de los ácidos nucleicos y de las proteínas
en las células responsables de la adaptación.
El sistema funcional de adaptación está integrado por una
vía aferente (sensitiva), una vía de regulación neurohumoral
(intermediaria), y una vía efectora (motora-funcional).
El incremento de la performance en la adaptación
se consigue mediante 2 procesos principales: un proceso neurosensitivo y
motriz de control y regulación y los cambios morfofuncionales del
sistema muscular. (hipertrofia, metabolismo, enzimas, capilarización,
remoción, etc.)
El concepto de adaptación
está estrechamente ligado al concepto de reservas funcionales o sea
el máximo nivel de actividad de los diversos órganos y tejidos
en función de su nivel de actividad en el reposo.
La velocidad y magnitud de los procesos
de adaptación están directamente vinculados al tipo (entrenamiento
o competición), intensidad (submáximas o máximas),
volumen (alto o bajo) y objetivo de las cargas propuestas (velocidad, fuerza,
resistencia, coordinación, etc.)
Las cargas físicas extremas pueden
tener para el organismo consecuencias negativas que se manifiestan en el
agotamiento directo del sistema funcional y especialmente de sus eslabones
que soportan la carga fundamental, en segundo lugar, en los fenómenos
de adaptación cruzada negativa, es decir en la destrucción
de los sistemas funcionales y de las reacciones de adaptación no
relacionadas con la carga física.
Cuando las cargas superan las posibilidades
de adaptación humanas, la formación de una adaptación
crónica no puede llevarse a cabo y causan la aparición de
micro y macro lesiones musculares, necrosis muscular, edemas inter e intracelulares,
así como un conjunto de cambios patomorfológicos cardiovasculares,
respiratorios, inmunológicos y endócrino metabólicos.
Las reacciones de adaptación se agotan
al acabarse las capacidades del aparato genético de las células
diferenciadas para la regeneración de ARN y albúmina, siendo
esta insuficiencia funcional un signo de envejecimiento del sistema.
Por ejemplo: el entrenamiento excesivo e
intensivo de la fuerza, provoca un aumento de la proteínas contráctiles
(hipertrofia), sin la correspondiente síntesis proteica mitocondrial
y proporcional vascularización muscular (disminución del aporte
de O2)
Es muy importante destacar que las sesiones de entrenamiento intenso
(máximo) son necesarias para intensificar la síntesis proteica,
que permite sustituir y recomponer las estructuras celulares agotadas y
sustituir las proteínas envejecidas y dañadas.
Una de las características más
importantes de los procesos de recuperación luego de las cargas de
entrenamiento y competición es la no simultaneidad (heterocronismo)
de la recuperación de las distintas variables morfo-funcionales y
metabólico-plásticas.
La alternancia sistemática
de sesiones con diferentes objetivos específicos es la forma de regulación
de los procesos de agotamiento y de los procesos de recuperación
para alcanzar las respuestas de adaptación óptimas.
El factor decisivo
es la selección de los métodos de entrenamiento, su orden
de aplicación, su combinación en las distintas sesiones y
la planificación racional de los procesos de recuperación.
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"El conjunto del Sistema Morfológico,
Funcional y Metabólico, presenta respuestas de adaptación
específicas para los distintos tipos de carga (estímulo),
expresados en las diferencias de intensidad, volumen, densidad y periodización
de la misma."
Recopilación: Prof.
Gabriel Molnar |