ALMAS GEMELAS (10)

- UNA BENDICION PARA LOS PICHONES
- LOS HICE UNO DESPUES DEL OTRO
- LA RESTAURAClON DE LAS ALMAS
- RETORNO AL CIELO



Buenos Aires, 05/11/87

UNA BENDICION PARA LOS PICHONES

Para mis benditos ángeles
y como pichones a la vez,
pichones de una Paloma muy grande,
Paloma que es el Espíritu Santo
y que se convierte en la Madre,
como Inmaculada del Cielo,
que pronto la Bendición
Ella les dará también.
Pichones divinizados,
pero... tan grande es la humildad...

y los veo a todos de pronto... ustedes conocen la paloma que representa al Espíritu Santo y cuando de pronto la paloma, como les he dicho, se comienza a transformar en la Inmaculada. O sea, Padre, Hijo, Espíritu Santo, es Padre, Hijo y Madre, que así lo ha revelado EL.
Pero ahora de pronto los estoy viendo como si se hicieran todos como pichoncitos de paloma, pero blanquísimos, son de una blancura tal. Ahora en algunos estoy viendo como si el plumaje tiene colores distintos, como si los colores de un arco iris se reflejan en las plumas. En otros son como los tonos de una alborada maravillosa.
Si esos rayos del sol en las tonalidades les confieren también colores increíbles. Pero la mayoría como si con el alita quisieran taparse, como si eso representara un gesto de humildad de ustedes. Como si no quisieran decir, ah! yo soy hijo de Dios, y saca la cabecita y quiere volar muy alto, como si tuvieran temor, de que
si eso lo intentaran se les quiebre las alas y derrumbarse en tierra.
Dice EL:

Pichones que en el ejemplo que dan,
de ternura y de humildad,
mas resplandecientes de luz,
luz que a tantos llegarán.

y veo ahora, mi Señor, como si de pronto les crecen las alas, crecen. Pero ellos quieren crecer, no para sentirse fuertes, poderosos, sino para sentirse con la fuerza necesaria para ayudar. Veo como si de su plumaje la luz que irradia son como sogas que se arrojan al mar para sacar a los que se están ahogando.
Son también como lazos divinos de amor, como para rescatar de tantos lugares. Veo como incendios mi Señor, y como si al mismo tiempo, estas plumas y esas luces que despiden como si quisieran entrar en esas hogueras para salvar y los veo... y en estos momentos debe haber un incendio muy grande, mi Señor, en el mundo, por lo que estoy viendo. Es como si con las alas y las plumas quisieran apagar el fuego, apagarlo. Y tratar de dar toda la ternura y curar esas llagas que estoy viendo. Pero hay seres que no se pueden levantar más mi Señor..... aahh! perdón por favor.....

Mis pichones, que crecerán las alas,
y en la fuerza del amor,
sentirán que pueden volar,
y estar en los lugares
donde habrá mayor terror,
mayor confusión,
el caos, todo lo que se anunció,
y en esos momentos, mis bien amados,
con esa fuerza de la fe y de la comprensión
con esa humildad, pero al mismo tiempo,
como soldados valerosos acudirán,
para rescatar de esos verdaderos infiernos,
Sí, hijos amados, el infierno está en la Tierra,
y a mis ángeles también hay que ayudar.

Estoy viéndolos de pronto, es como si cumplieran parte, es como si se sintieran cansados, pero al instante... es como si se sacudieran como diciendo, pero el cansancio de dónde, cómo, no puede ser! Y vuelven con más fuerzas. Algunos no han recibido alimentos y es como si ese árbol de la Sabiduría que tiene todos los frutos, en un instante les ofrece uno, muy tierno, muy jugoso. No necesitan más. Ese que parece tan pequeño, ese es el fruto de la fe. Y ese fruto les dio una fuerza tan grande, tan grande ...
Aquel otro, nunca lo había visto, mi Señor. El fruto de la honradez. Y veo como si ese fruto de pronto estalla, porque es tanto lo que tiene, estalla y al estallar sabe dónde ir. Va a cada boca, y cada uno lo toma como una hostia consagrada. Es la primera vez que me muestras esto mi Señor.

Siempre hay una primera vez,
en la cual mis hijos recibirán,
toda la fuerza y comprensión del Cielo
y pronto, Luz inmensa irradiarán.
Mas, ninguno en sí la notará,
los demás a ellos dirán,
pero también el que dice, Qué luz veo en ti,
también ese ser luz irradiará sin fin.

Mi Señor, y aquello otro, ¿qué estás mostrando? veo como si la tierra de pronto se estuviera. como cayendo. Te veo a TI, ahora sí, inmenso en el espacio, sosteniendo a la tierra y volviéndola a colocar en su sitio. Y veo como la sostienes en tus manos. Pero no quiero ver cómo quedaron tus manos al tocar la Tierra. Porque veo que corre por tus manos, al levantarla como hilos de sangre. Esa tierra que se está desangrando, como la sangre que corre de tus hijos, como lo anunció tu Jesús cuando volvería, en esos momentos tan difíciles, desangrándose auténticamente y desangrándose en otra forma. Por ese enfrentamiento que hay en los hogares, que sin que corra sangre, corre por el dolor que se siente, por ese desentendimiento, esa incomprensión, esa intolerancia que hay. Parece que hay desamor.
Y sin embargo si uno padeciera los otros se volcarían desesperados para ayudar.

Así es, mis bien amados -dice EL-
todos prontos para ayudar,
cuando vean a un hermano
hambriento o desesperado,
presurosos irán y dirán:
aquí están mis manos
y al instante, vacías, ¿qué puedo ofrecer?
pero surgirá el milagro almitas mías,
estamos en tiempo de los grandes comienzos,
de los milagros que por ustedes YO brindaré.
Mis manos estarán en vuestras manos.

Claro, mi Señor, tus hijos no pueden tener por sí mismos el Poder.

No, - dice EL- mis manos,
en las manos de mis hijos,
para todo poder brindar,
mis manos en vuestras manos
y al mundo vamos a transformar.
Que el tiempo corre a prisa,
todos mis hijos se identificarán,
aquellos que están en otros sitios,
otros que de aquí a otros lugares partirán,
pero partirán con los cuerpos
para poder ayudar.
No piensen que los necesito
como almas errantes, o en espíritu, jamás,
sino con cuerpo y en alma.
Y ese doble beso que siempre se darán,
ese doble beso representa,
como mi Jesús lo hacía allá
y ha corrido a través de los tiempos
y el sentido se olvidó,
doble beso de la Paz,
del cuerpo y del alma,
como si fuera todo junto
transformado en el Divino Amor.
Amén


Montevideo, 22/03/87

LOS HICE UNO DESPUES DEL OTRO

Bendita y adorada,
Bendito ángel del Cielo
que en la tierra estás consagrada,
Bendita, bendita, alma,
alma que es de Eternidad
con qué amor en el Cielo te engendré mi Susana,
aquí, con dudas, con titubeos, con desazones,
pero has pasado por todo,
por las elevaciones y por las traiciones,
has recibido traición y has traicionado a la vez,
has sido santa y lo opuesto, sí mi bien.
Has pasado por todo,
pero ahora pronto tendrás
la firmeza, la seguridad,
y en un pasaje verás,
todo lo que has tenido que realizar,
para comprender luego a tantos más.
Llega la estrella que a ti te llama,
llega la estrella en que ese Hijo está,
ese Hijo que es tu pareja,
los hice uno inmediato al otro,
porque es el ser que siempre te amparará.
El ser que más te ame
después de MI y de Mamá,
Sí, alma mía, sí, mi bien amada,
así mi Susana todo es,
el agua....

Veo que bebes, mi Señor, y es como si al beberla la vuelves a volcar
acá, es algo que nunca lo vi,

Es de mi SER el agua,
por eso en esta representación está,
es de mi SER el agua
con todo el Amor
que he depositado en ella
y que ahora beberán.
Adelante, adelante mi bien,
a nada debes temer,
sabes que a los que me llevo
han cumplido su misión
en esa etapa, larga o pequeña,
pero luego tú en todos verás,
que todos en la misma medida,
en dolor, y en tanto más.
Adelante, adelante te reitero,
un besito te doy YO,
un besito puro del Dios Padre.
Soy lo auténtico, lo verdadero
y tú eres hija de infinito Amor
Amén.



Montevideo, 24/07/87

LA RESTAURACION DE LAS ALMAS

Hoy 24 de Julio, acá con Luis, Susana y Elvira. ¿Qué dice Madre el Señor?

¿Qué digo? -dice EL-
doctorados estarán,
la Universidad Divina
los diplomas les brindará.
En letras de oro por la pureza,
doctorados en todas las Ciencias
mis benditos, pero con qué humildad.
Cada uno se querrá sentir más pequeño que los demás,
pero todos estarán al mismo nivel
ninguno superior, ninguno tampoco inferior.
Para MI, todos mis hijos
en la misma condición
que si ahora blancos o negritos,
altos o pequeñitos,
gordos o muy delgaditos,
y en la cumbre o en el fondo de un abismo
entre el estiércol,
entre las flores más sublimes
o revueltos entre las aguas de un océano
donde se siente precipitar hasta el fondo.
Todos son mis hijos
y en cada uno estoy YO.
Pero les vuelvo a reiterar,
llegan los momentos más amargos,
pero no de la Misión,
sino para muchos de mis hijos,
pero todo es necesario
y ahora comprenderán,
porque es otra chispa de la Divina Luz.
Ciudad que se precipita,
cuántos de mis hijos desaparecerán,
con cada uno desaparezco YO,
pero fragmentos de almas como son
esos fragmentos vienen en cada uno a ocupar
como corresponde, su lugar.
Y así van sintiendo en cada paso, más fuerza,
y en otro ser que también regresa,
más fuerza otra vez,
hasta sentir que el alma ya está completa.
y comienzan a obrar con todo el Poder,
con todo el Poder,
Poder del Cielo que trajeron acá,
y se sintieron fraccionar.
Poder del Amor que también sentirán aumentar,
Poder de la Comprensión,
Poder de la Espiritualidad.
Espiritualidad como dicen en lo humano
pero les digo, almas mías, benditas como son,
se acercan esos negros y amargos días
pero se acerca también el néctar
en el brindis Divino,
y con ustedes también brindaré YO.
Néctar del Cielo, apenas, apenas en el paladar
y lo sentirán dentro de todo el cuerpo,
como que la Gloria la pueden por fin paladear.

Como cuántas veces digo mi Señor, cómo quiero paladear cada una de
tus Palabras.

Pero ahora también les diré,
ahora a compartir,
que así bendeciré
y esto que llevarás a tu hogar,
lo bendeciremos envueltito como está
para que lo puedan también compartir.
Bendigo, no digo cada migaja,
como siempre les reitero,

...

Mi Señor, Tú decías que bendecías y no cada migaja, sino como decías TU siempre,

y como te mostré ¿qué te mostré?

que sí, que está todo bendecido, la semilla desde antes de plantar, y que luego rebosa de espigas el trigo. Las manos que estuvieron para todo, para la siembra. El agua como la Bendición que cayó sobre la tierra, los que recogieron esa cosecha, los que la transportaron, el molinero, todos los demás, mi Señor, hasta llegar preparado, por lo tanto si tendrá bendiciones! Y no sólo con tomarlo, con contemplarlo también,

bendiciones que reciben de cada alimento
como la Palabra mía,
como la Bendición con la que siempre los envolveré.
Que si llega a Durazno, y el duraznero está
florecido...
muy largo... y también daremos un salto
y Artigas que se levantará
en su Glorioso caballo,
para la última batalla que se entablará.
Batalla sin armas, almas mías.
Y Paysandú también se la verá
el Padre, Sandú, Pay Sandú,
también por estos lares,
también caminará.
Pero ahora está con otro nombre,
en aquel tiempo misionero fue,
ahora está como un pordiosero,
pero como un pordiosero
que lo que recibe en sus manos,
no es para el pan cotidiano
sino para fumar y beber.
Comprenden que hay que pasar por todo,
comprenden almitas mías cómo es,
mas también está fragmentado
y luego sentirán en todo su ser,
toda la fuerza inmensa
sí, como ustedes lo demostrarán.
Y por esa Luz que vengo anunciando
que de cada cuerpo surgirá,
ahora son como filamentos,
y luego, irradiarán toda la potencia del Cielo.
Porque digo, no necesitarán, hijos amados,
de documentos.
Las fronteras no existirán,
pero mientras existan,
no los precisan,
porque el documento cada uno lo es,
en esa luz que irradiarán.
Que se dicen los Sellados,
sí, es el Sello Divino
que en cada uno ha puesto mi mano,
como una estrella refulgente
que no se apagará jamás,
porque siempre encendida la mantendré.
A no inquietarse, reitero,
bendigo todo y en el amor que hay,
bendigo todo y ahora, mi mano
le reparte un bocadito a cada uno
y luego, no olviden, esto,
hay que portar más,
también tú te llevas hijito,
para aquel, tu bendito hogar
para que sea compartido por mi Elaine y por mi Maira,
en esa unión que no se debe quebrar
Amén.


12/8/89

RETORNO AL CIELO

“Retorno al Cielo...'', han pedido.
Nuestro Cielo como abandonado,
bien lo saben así está,
ninguno quiso quedarse en el Cielo disfrutando,
mientras otros estaban padeciendo,
todos vinieron para acá.
Y en ese Retorno, todos al mismo tiempo será,
no olviden cómo Me presenté,
todos mis hijos prendiditos en mi Ser,
cuando el Universo al estallar,
como en luces de divinidad,
diciendo adiós al dolor,
y nuevamente el Cielo en maravillas resurgirá.
Y en ese Retorno al Cielo,
del que no se apartará
ninguno de mis hijos jamás,
será nuevamente para transformarlo,
porque ustedes volverán allá a crear.
Creadores, así como son,
seres de divinidad, de potencia,
de luz y de infinito amor.
Y nuestro Cielo está preparando la música,
con que a todos los recibirá.
Ahora está solo y abandonado,
y en ese silencio y en esa preparación,
cuando llegue el momento,
que entraremos también cantando,
será cuando ya en esa música....

Mi Señor, parece como que la sinfónica más maravillosa, cual no se ha escuchado jamás en la Tierra, está ya preparando los instrumentos.... Esa música, pero no hay instrumentos, es el aire del Cielo, son las plantas que vuelven a resurgir, son las alas que vienen nuevamente a cada uno de tus seres.
Esas alas que quedaron abandonadas, y ya vienen volando, y ellas son la música, ellas son los instrumentos....
Mi Señor, cuánta divinidad...


En ese Retorno, la gran Felicidad,
y ahí también podrán comprender,
que cada uno es triángulo, no hay uno solo,
sino cada uno es triángulo,
aquél, representa a cada ser.
No olviden, como tantas veces anuncié,
cada hijo así está,
estoy a un lado como Padre,
y el Espíritu Santo como la Madre,
Paloma y Mujer a la vez,
cada uno es el triángulo,
ninguno se va a romper,
ninguno formará un cuadrado,
pero todos juntos el más grande...

Y ahora Mi Señor, veo como un gigantesco triángulo.
Pero Te veo a Tí multiplicado en cada parte, en cada parte del triángulo con cada hijo, pero Te veo al mismo tiempo inmenso, sosteniendo todos los triángulos que forman un triángulo enorme, y así, como si de pronto, se entra ya en los Cielos.
Y ahora hay algo más sorprendente.
Cada triángulo que estaba formado de una manera, la base, pero ahora no, ahora se unen dos ángulos y forman....no es un ocho, porque no está redondeado, pero se unen en el centro.
Tú eres infinito, Mi Señor, ¿qué representa?...

Representan mis hijos así de unidos,
de a dos, y de dos en dos,
como también irán por los caminos del Mundo,
de dos en dos, así será en nuestro Cielo,
también por ese infinito amor.
Retorno divino y sublime,
y el Cielo que en silencio está,
en ese silencio también hay palabras, hay susurros,
los susurros y las palabras de vuestras alas,
de esas plumas inmaculadas,
que pronto, nuevamente, a cada uno se unirán.
AMEN



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