autogestión vecinal

(Diario El Observador - 19/08/1999)

Centro juvenil Bella Italia
Un espacio cotidiano

Desde 1995 funciona en el barrio Bella Italia un local que brinda a jóvenes y adolescentes actividades culturales y recreativas, capacitación y pautas para su desarrollo personal

Bella Italia
Protagonistas

por Valeria García de la redacción de El Observador

La música suena muy fuerte y algunos bailarines exhiben sus habilidades en complejas coreografías. Hay una puerta que no se cierra nunca para los jóvenes en Aparicio Saravia y Florencia. Allí funciona desde 1995 un centro del Foro Juvenil, que tiene como objetivo que ellos “sigan en carrera”: reciben capacitación, realizan actividades recreativas y los responsables insisten en su desarrollo personal.

Esta no es una experiencia aislada. Forma parte del proyecto Puertas, que también es una realidad en la Ciudad Vieja, Capurro y La Tablada desde 1991. A la tarea del Foro Juvenil se sumaron desde 1997 la Intendencia Municipal de Montevideo y el Instituto Nacional del Menor (Iname).

Cada día se acercan 100 chicos entre la hora 15 y las 19. Tienen entre 12 y 24 años, y gran parte de ellos no asiste al liceo ni tiene empleo fijo.

La convocatoria inicial fue salir casa por casa a informarle a los vecinos de la inminente apertura del local. A eso se agregó charlas y afiches. “Al otro día de la inauguración había 60 muchachos aquí dentro”, dijo a El Observador Víctor Minetti, asistente social.

El sector al que apuntan es muy vulnerable. “Cuando salen de la escuela, la mayoría no piensa en seguir estudiando”, afirmó Malena Pérez, coordinadora de todos los centros. Con las áreas que desarrollan intentan que los jóvenes no queden fuera del circuito laboral y social.

En el área recreativa y cultural su intención es brindarle un “espacio cotidiano” en el que puedan reunirse fuera de las calles. Se juega al voleibol, al ping pong y reciben clases de educación física. “El fútbol se excluye porque lo juegan en el campito”, dijo Minetti.

Muy importante para ellos, porque no hay en Bella Italia otros ámbitos de esta naturaleza, son los talleres de teatro y expresión plástica. El centro también apoya a una red de músicos de la zona en la organización de recitales y, en los próximos días, el músico Jorge Schellemberg dictará unas clases.

Otra actividad que entusiasma a los jóvenes son las salidas. Se realizan paseos por diferentes sitios de la ciudad y campamentos de verano.

La capacitación pone énfasis en acompañar la educación curricular y lograr la reinserción escolar. “Se basa en las destrezas y habilidades básicas”, dijo Pérez. Así que los ejercicios de cálculo y la lectoescritura es lo fundamental. Y la informática es la otra herramienta que se les proporciona. “Todos se entusiasman con esto porque sienten que los conecta al mundo. Además, aprenden rápido”, aseguró la coordinadora. De los cursos más específicos se dictó uno de encuestadores.

El otro énfasis está en el desarrollo personal y del grupo. Se transmite a los chicos normas de convivencia y comunicación. Por ejemplo, que avisen si van a faltar, que pidan las cosas en lugar de exigir y que cuiden la higiene personal y del lugar. Y sobre todo nuevas formas para resolver los conflictos.

“Tienden a usar la violencia física y verbal cuando tienen problemas, o a romper cosas si algo no sale bien. Insistimos en que razonen y cuenten lo que les pasa, aunque estén enojados”.

Las familias son el otro extremo del proceso de formación. Hay padres que pasan a buscar a los más chicos en invierno, otros no saben bien qué hacen los jóvenes en el centro, pero se quedan tranquilos si están allí.

“Al centro lo respetan como si se tratara de un instituto de educación formal”, contó Minetti. Pero también surgen problemas cuando los padres no quieren que sus hijos compartan con lo que consideran “malas compañías”. Por eso el centro realiza reuniones de información para los padres e intenta que los jóvenes no se aparten de los niños y adultos del barrio. Pérez puso como ejemplo el pasado día del niño. “Se invitó a los pequeños de la zona para ver la obra de teatro infantil que prepararon en el taller”.

Bella Italia

El barrio vive una situación muy tensa debido al abrupto cambio que sufrió la mayor parte de su población. Bella Italia no era en absoluto una zona carenciada, sus vecinos tenían cultura de trabajo y un pasar económico aceptable. Pero cerraron las fábricas que daban empleo a la gente del lugar y esto provocó una gran violencia, que se trasluce en el importante número de muertes por conflictos. Las peleas a golpes de puño también están a la orden del día. En los jóvenes que asisten al centro del Foro Juvenil estas consecuencias se manifiestan en una ansiedad desmedida por concretar cosas. Ellos quieren obtener resultados rápidos de los cursos a los cuales concurren y conseguir un empleo. En la edición del boletín informativo tienen necesidad de que salga a la calle de inmediato. “Es un barrio muy conflictivo. Tienen gran resistencia a llevar una vida de miseria a la cual no estaban acostumbrados. Albergan mucho resentimiento y no saben bien cómo enfrentar los nuevos problemas”, dijo Malena Pérez.

 

Protagonistas

Leticia, 15 años
“Vengo cuando me aburro en mi casa. Acá me divierto. Además quiero saber algunas cosas más. Estudio computación y voy al taller de teatro. El profesor nos da el libreto y lo aprendemos. Pero el vestuario lo hacemos nosotros. O me puedo quedar dibujando. Yo terminé la escuela, pero nunca fui al liceo y tampoco quiero ir, no me gusta”.

Adán, 20 años
“Hice acá el curso de encuestadores. Vengo también como integrante de la red de músicos. Voy a formar una banda de hip hop. Yo soy cantante. Escribo mis propias letras que hablan de la verdad, como de la gente que no puede salir de la droga. También me gusta la bandeja de sampleo. No voy al liceo ahora, pero voy a volver”.

Luis24 años
“Vengo al taller de informática y a jugar al voleibol y al ping pong. También trabajo en un boletín que sacamos en el centro, donde hago entrevistas. Tengo una página sobre el barrio. Lo último que escribí fue la historia del asentamiento 17 de Junio. Soy pintor automotriz y me gusta hacer afiches en la computadora. Y quiero aprender más cosas”.

John, 22 años
“Yo toco el bajo en La rocka, un grupo de rock. Cuando organizamos un recital en el centro nos dieron terrible mano. Acá juego al voleibol y al ping pong. También participé como cantante en un taller de murga que dictó Pinocho Routín. Hasta hace poco trabajaba, pero ahora estoy sin empleo. Espero conseguir algo lo más pronto posible”.

Lorena, 13 años
“Venir al centro me gusta porque aprendo y me divierto. Me encuentro con mis amigas y puedo quedarme dibujando tranquila. Tengo clases de computación y participo del taller de teatro. Hace poco hicimos una obra que se llamaba El mago de calitrón, que preparamos para el Día del Niño. El que dirigía la obra era el profesor Carlos Saralegui”.

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Edición Internet 1999: Guillermo Font


Guillermo Font - ELECTRICISTA
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