Capitanes de la Arena intenta
reubicar a 32 niños de la calle

Desde hace doce años, el programa Capitanes de la Arena asiste a menores en situación de calle y a niños llamados "fugadores" ya sea de sus hogares o del Instituto Nacional del Menor (Iname). En la actualidad, la organización no gubernamental asiste a 32 niños en régimen de hogar de puertas abiertas.

Jair Barreto, uno de los responsables del programa sostuvo que diversos informes señalan que no existe un conocimiento verdaderamente objetivo y con fundamentos de la situación de los niños de la calle: "La mayoría de los informes, de instituciones públicas y privadas, muestran una combinación de interés político y humanitario en el problema, motivado, no por los propios objetos de interés político y humanitario, sino desde las personas del sector político y privado que, por una u otra razón, están involucrados en el mundo de los niños de la calle", enfatizó.

En la mayoría de los casos, los niños inmersos en esta situación provienen de los sectores más carenciados de la sociedad, con familias que padecen grandes dificultades para organizar una cierta seguridad de existencia.

Sostuvo que en las dos últimas décadas Uruguay ha sufrido un deterioro económico, cuyo emergente más claro ha sido "acelerar el éxodo rural hacia los centros urbanos" y que trajo, como consecuencia inevitable, "el crecimiento y la acentuación de los cinturones de miseria, principalmente en la capital".

"Esta permanencia en la calle comienza a convertirse en su modo de sobrevivencia que incluye la mendicidad, el robo y la prostitución, acompañado de la pérdida o ausencia de hábitos y límites, adquiriendo conductas en conflicto con las normas sociales", dijo Barreto.

Los niños de la calle Fundada en 1987, Capitanes de la Arena es un proyecto del Centro de Investigación y Promoción Franciscano y Ecológico (CIPFE) que surge de la Familia Franciscana del Uruguay, dedicada a la promoción de los sectores socialmente marginados y a la promoción e investigación científico-social de la ecología.

El programa nació como respuesta ante el progesivo aumento de la niñez y adolescencia en situación de calle y la falta de oportunidades reales vinculadas al egreso que potencien en forma efectiva a esta franja de menores. Entre los principales objetivos se encuentra el posibilitar alternativas de promoción, logrando una normal inserción en la sociedad.

"El proceso educativo altenativo que proponemos -sostuvo- se basa en que los involucrados sean capaces de reconocer su realidad, apropiándose de ella y de ser capaces de incidir sobre la misma".

El trabajo de la organización está sustentado fundamentalmente en un primer contacto, para posterior introyección de las normas, las reglas y los hábitos, que se efectivice a través de lo lúdico, priorizando la labor recreativa como forma de contribuir al fortalecimiento de los vínculos, fomentando la participación y el protagonismo para una mejor relación con sus pares y con el mundo de los adultos. Otro de los objetivos principales es el funcionamiento como hogares de puertas abiertas para niños llamados "fugadores".

En ese sentido, dijo que "si bien esto parece algo contradictorio es, sin embargo, parte de una estrategia que, por no ser rígida, intenta recuperar los lazos de confianza con niños que nunca han sido sujetos de derecho".

Causas y efectos Barreto dijo que entre las principales causas -que aparecen en los estudios- están como características recurrentes la ausencia y pérdida de oportunidades de empleo para las personas con bajos niveles de formación conformando un "desempleo estructural" a gran escala.

"La pobreza se está generalizando en el sentido de que la falta de ingresos y los consecuentes problemas económicos suelen ser asociados con problemas de salud y deplorables condiciones de vivienda. El efecto acumulativo de estos factores causa la marginalización y la informalización, comprendidos como procesos donde las personas son progresivamente excluidas de las instituciones distribuidoras que la sociedad 'normal' genera", concluyó Barreto.