vecinet – No. 659 – Plan de Emergencia (III) – 11/12/04
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"No venderé el rico patrimonio del pueblo al bajo precio de la necesidad" "Cuando se trata de salvar los intereses públicos, se sacrifican los particulares" "Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana" "La causa de los pueblos no admite la menor demora" "... que los más infelices sean los más privilegiados" "Unión caros compatriotas y estad seguros de la victoria" "En lo sucesivo solo se vea entre nosotros una gran familia" José Artigas
"...es necesario contar historias del pueblo de tal forma que en vez de paralizarnos nos lleve a la acción" Danny Glover
"La revolución de las Tecnologías de la Información ha evolucionado para servir a los mercados, pero ha dejado de lado a las necesidades de la gente" Vandana Shiva
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AUTOSERVICIO Tío Pancho
s u m a r i o (hacé clic en el título)
1- Plan de emergencia empleo y salarios (III)
2- Pobreza, cultura y escuela (I)
1- Plan de emergencia empleo y salarios (III)
(borrador que está sometido a revisión, actualización, profundización y desarrollo)
Fundamentos
El Uruguay esté en emergencia. Hay una emergencia social y una emergencia productiva como hemos desarrollado en los capítulos respectivos.Pero lo común a ambas, donde está el eje de la emergencia y donde está la clave para solucionar la problemática global es en el campo laboral de la generación de empleo y la mejora de los niveles salariales más sumergidos.
Casi 200 mil desocupados, casi 500 mil personas más con problemas de empleo, un salario real que cayó 25% en la crisis y que hoy, a pesar de un año de reactivación económica, sigue cayendo.Un salario mínimo que es el más bajo de la región siendo la mitad del que le sigue que es el de Brasil y el 20% del de Chile.
Por todo ello es que se hace necesario un Plan de emergencia laboral con medidas que mejoren la cantidad y calidad de los empleos, así como los ingresos y al mismo tiempo sea un reactivador del consumo interno para donde trabajan más del 90% de las empresas del país.
En ese sentido el plan de empleo debe incorporar un conjunto diversos de programas que, desde diferentes perspectivas, debe apoyar la generación sustentable de empleo y la mejora de los ingresos más sumergidos.
En esa dirección definimos un conjunto de medidas que van de lo más particular e inmediato a lo más general, pero que forman en sí un conjunto de articulado que llamamos Plan de Empleo y Salarios
Propuestas
1. Políticas de Empleo Transitorio
Se implementarán Programas de Empleo Transitorio por el cual se remunere a las personas que trabajen efectivamente, en tanto exista la figura reglamentada de un empleador (público o privado) que cubrirá las cargas sociales.
Para ello se definirán:
a) Realización de tareas comunitarias coordinadas con las Intendencias Municipales.
b) Trabajo en empresas que suscriban convenios de reactivación tripartitos específicos (empleador /MTSS/ trabajadores) sobre la base del aumento de la plantilla laboral.
2. Programas de Opción Productiva en diferentes zonas del país y de mejoramiento del hábitat.
Desde los mismos se atenderá antes que nada la percepción de una Renta Básica que asegure el derecho de subsistencia a aquellos hogares que se encuentran por debajo de la línea de indigencia. Dichos programas implicarán a la vez procesos de inclusión social a través del trabajo.
Serán Programas creados por decisión del gobierno, financiados y supervisados por éste, llevados adelante directamente por el Estado o a través de alianzas institucionales con organizaciones de la Sociedad Civil.
Se promoverá que la permanencia sea transitoria y se estimulará en los participantes la generación de aptitudes y actitudes para su ingreso a otras instancias -tales como los programas de reconversión laboral o los que se proyecten en el ámbito de UTU- en forma coordinada con el desarrollo de su trabajo productivo, por el cual serán remunerados.
Así se atenderá el derecho de los adultos, a integrarse a un programa que le devuelva su derecho a ser y su derecho a hacer a través de su inclusión en el trabajo productivo. El ser humano precisa producir, precisa ver el fruto de su esfuerzo, precisa sentirse útil produciendo, reflejarse en sus propios productos, cubrir sus necesidades y las de su familia, que su esfuerzo sea validado, encontrar en el trabajo el camino del reconocimiento social. Eso es para el Frente Amplio, Encuentro Progresista, Nueva Mayoría, producir humanidad.
Como en todos los programas de empleo y trabajo se exigirá a los adultos a cargo de los hogares que sus hijos a cargo cumplan con los controles médicos y con la asistencia a centros de estudio, siendo estos elementos requisitos para la participación del adulto en los Programas de Opción Productiva y de empleo y trabajo en general.
3. Programa de Obras Públicas
Un primer programa de empleo en el Plan de Emergencia debe ser el desarrollo de una mejora en los niveles de la inversión pública tanto en construcción de vivienda como en general en obras públicas.
El impacto de la inversión pública y de la construcción sobre el nivel de empleo en términos de cantidad de puestos de trabajos, de rapidez en su efecto y de acceso de un sector de menor calificación que es uno de los sectores de mayor nivel de desempleo, hacen de este programa un referente indispensable de la acción. El financiamiento de este programa constará de tres fuentes alternativas:
El propio presupuesto a partir de una redistribución del gasto público, reduciendo gastos vinculados a la mala gestión de compras públicas, los contratos de obra de tipo clientelístico en especial los de la ANEP, los gastos del servicio exterior o del ministerio de economía y finanzas entre otros.
La concesión de obra pública
Fondos de las AFAPs. Proponemos que la liquidez transitoria que tienen las AFAPs y que bordea el 20% de sus recursos, se reduzca a 5% y el excedente se reinvierta en obras públicas, lo que significa fondos inmediatos para dicho uso. En particular proponemos que parte de ese excedente (por ejemplo un 5%) se vuelque a la compra de bonos de reconstrucción ferroviaria, con los cuales se financie un proceso de recuperación de este sector.
4. Rebaja de aportes patronales a la seguridad social.
Hoy la política de aportes patronales es extremadamente desigual y errática sin ninguna justificación, al mismo tiempo que no ha exigido el cumplimiento de contrapartidas en materia de aumento del empleo. Por lo cual a efectos de resolver esa desigualdad y avanzar en el uso del instrumento como estimulador de la contratación de mano de obra proponemos una tasa única de aportación de 5% (excepto transporte que mantendrá su exoneración y en el caso de la construcción el aporte será el equivalente al pago de los beneficios sociales más un 5%), lo que permitiría una mejora sustantiva en los sectores de comercio y servicios que generan más de la mitad del empleo en el país.
Al mismo tiempo y como apoyo general para las contrataciones posteriores a esta propuesta que signifiquen aumento neto de plantilla de trabajo, no habrá aportes patronales a la seguridad social de manera transitoria.
5. Programa de subsidios a la creación de empleo sustentable, de calidad y con ingresos adecuados.
Esta línea de trabajo está orientada a promover, vía diferentes formas de subsidios y apoyos a ser estudiados en concreto, el nuevo empleo en empresas que se ubiquen en el área de exportaciones o sustitución de importaciones y elaboren un proyecto de aumento del nivel de actividad con aumento del empleo y sus resultados sean materializables en mayores exportaciones u otras variables de incruento de la producción.
Dicho subsidio será a término y se irá reduciendo gradualmente.
Como mecanismo de contralor la empresa debe certificar el aumento neto del empleo cada cierto período de tiempo.
6. Programa de recuperación de unidades productivas en dificultades
Otra línea de acción que viene desarrollándose con esfuerzos aislados y sin apoyos públicos es la recuperación de unidades productivas con problemas.
Un gran número de empresas se encontrarían en condiciones de reactivarse de recibir un apoyo del Estado que le permita cubrir sus necesidades inmediatas de capital de giro y afrontar parte de su endeudamiento. Ello supone una rigurosa selección que incluya un estudio de viabilidad que muestre que es una empresa en condiciones de recuperarse y un grupo de trabajadores dispuestos a emprender de manera cooperativa la gestión de la empresa.
El aporte del estado será: La generación del estudio de viabilidad; El apoyo en capacitación a la gestión empresarial; Un aporte de capital de giro a través de una línea especial en el BROU; Un acuerdo de postergación de pagos de deudas ligados a resultados futuros; Monitoreo y seguimiento durante un año del desarrollo de la experiencia.
7. Mejoramiento de los Salarios más sumergidos
Un proceso de emergencia requiere aumentar los niveles salariales más sumergidos.
a) En particular un primer caso es el Salario Mínimo Nacional, cuyo nivel es el más bajo de la región y está en el orden de la mitad del de Brasil que es el que le sigue.
En ese sentido, y desligando el salario mínimo de los ajustes de las prestaciones de la seguridad social, proponemos un aumento al nivel del valor de Brasil, lo que lo llevaría a 2.500 pesos.
En esa dirección debe mejorar igualmente el salario mínimo rural que al citado nivel.
b) En segundo lugar es necesario recuperar algunos niveles salariales del sector público, muy sumergidos (salud, educación y policía) y al mismo tiempo, algunos de ellos, de alto valor en un proceso de desarrollo. Ello será una nueva contribución a la mejora del mercado interno por el rápido traslado al consumo de estos aumentos. En ese sentido la legislación actual permite aumentos diferenciales a estos tres sectores y sería la forma de hacerlo.
c) En la misma dirección que lo anterior mejorarán las jubilaciones más sumergidas.
d) Finalmente una última medida en materia de ingresos se refiere a la eliminación del IRP para los salarios más bajos de 3 a 6 salarios mínimos y la rebaja de 6 a 4% en los salarios de 6 a 10 salarios mínimos. Una medida contraria a la que tomó recientemente el gobierno que le dio esa rebaja a los salarios más alto en un acto notorio de injusticia social. Pero además de injusta ineficiente en la emergencia económica ya que cuando se da mejoras de salario líquido a quienes ganan entre 3 y 13 mil pesos, estas mejoras rápidamente se trasladan al consumo de alimentos, de vestimenta, al pago de tarifas públicas, en definitiva a fortalecer la producción nacional y el mercado interno.
8. Apoyos tributarios a las microempresas
Proponemos una reducción del 50% en los actuales tributos que gravan la pequeña empresa y el monotributo.
Las pequeñas y medianas empresas constituyen un centro neurálgico para la generación de empleo y se debe tender al mayor grado de formalización en dicho sector. La formalización tiene mucha importancia desde el punto de vista de la integración de los trabajadores a las prestaciones de seguridad social y una importancia mínima desde el punto de vista de la aportación de estas empresas al fisco. Además, esta medida va en la dirección señalada en el Plan de Gobierno, de ir simplificando el esquema tributario.
En ese mismo sentido se facilitará los costos de iniciación para las microempresas que inicien su trabajo, lo que se sumará al beneficio tributario antes mencionado.
9. Programa de Jubilación anticipada
Entre 55 y 65 años hay 55 mil cotizantes al BPS. La propuesta es que se puedan acoger a los derechos jubilatorios por la mitad de la jornada y por la mitad de su remuneración.
El incentivo sería triple: aunque se retire antes de los 60 años se le aplicaría la tasa de reemplazo de los 60 años. Se les elevaría el tope de 10.480 a 12.300 que es lo que regirá en adelante. Para la jubilación parcial se exigiría 30 y no 35 años de trabajo.
El estímulo al empleo es que cada dos trabajadores que se acojan a este beneficio se crearía un puesto de trabajo que estaría exonerado de aportes patronales de acuerdo a una medida enunciada anteriormente. (vecinet)
sumario
2- Pobreza, cultura y escuela (I)
por Psic. Jorge Ferrando / vecinet
Al acercarnos a la temática de la "cultura de la pobreza" rápidamente nos surgen una serie de obstáculos que deberemos tomar en cuenta para su análisis: la explicitación de qué entendemos por cultura y junto a ello, cómo definimos la pobreza. Sobre ambos conceptos hay mucho escrito; me limitaré a señalar grandes trazos que nos permitan rápidamente introducirnos en una reflexión que nos acerque a la comprensión de la realidad concreta que viven miles de compatriotas.
La CULTURA es un producto humano; expresa una diversidad de rituales, costumbres, valores, lenguajes, conocimientos, prácticas, concepciones, interpretaciones, resultantes de la relación de las personas entre sí y con la naturaleza. Nos muestra un modo de significar cuánto ocurre a nuestro alrededor, y de actuar en consonancia con ello.
Es por tanto, constitutiva de nuestra identidad individual y colectiva. La cultura entreteje vínculos, símbolos, creencias, para darnos soporte y pertenencia. Pertenecemos, formamos parte, estamos incluidos en una cultura.
Pero nuestra extracción social, el hábitat en el cual nos criamos, la escolaridad, la nacionalidad, las creencias religiosas, las relaciones sociales, la edad, la profesión, le dan a esa identidad y a esa pertenencia, rasgos particulares que construyen las subculturas; "los jóvenes", "los canarios", "los montevideanos", "los informáticos", "los de La Teja" son expresiones que dan cuenta de características diferenciales dentro de una cultura que nos engloba como uruguayos.
Desde mi punto de vista, la pobreza uruguaya constituye una subcultura, en la medida en que los pobres desarrollan rasgos que de algún modo los identifican y diferencian, pero dentro de un contexto cultural del que también forman parte, a pesar de las diversas formas de exclusión y marginación. Esta visión se apoya en que es una pobreza que surge de procesos migratorios rurales (en una primera etapa) y urbanos (por desplazamientos internos) de sectores de población relativamente integrados en la sociedad uruguaya, a diferencia de lo que conocemos de otros países con fuertes raíces indígenas.
La POBREZA es también un producto humano, resultante de la marginación política, económica y social de importantes sectores de la población, con ingresos insuficientes, con carencias de alimentación, salud, vivienda, y servicios (como luz, agua y saneamiento). Todo esto provoca un deterioro global de las condiciones y calidad de vida, debilitando la salud física y psicológica de los individuos, afectando su desarrollo personal.
Es un fenómeno complejo, que abarca una diversidad de dimensiones (económicas, sociales, ambientales, psicológicas, culturales, religiosas) difícilmente cuantificables; es un concepto relativo, según escalas de valores, factores ideológicos, visiones políticas, corrientes teóricas de quiénes la analizan, variando así el criterio de qué es lo justo y aceptable como decoroso para una sociedad.
Complementariamente, y dadas las actuales expectativas de consumo, se ha elevado notoriamente el mínimo de lo considerado indispensable para vivir de modo "no pobre". En consecuencia, cuando hablamos de los pobres, nos estamos refiriendo a personas cuyas condiciones de vida no son -a nuestro juicio- las aceptables para vivir dignamente en esta sociedad.
Al explicar la pobreza, se ha resaltado su rasgo de carencialidad. El pobre es fundamentalmente el que no tiene, el que carece de... vivienda, salud, vestimenta, alimentación, educación, trabajo, cultura, deseos de vivir, progresar y triunfar en la vida.
A partir de la carencialidad se han elaborado la mayor parte de las teorías explicativas, y en consecuencia, se han diseñado estrategias de abordaje que intentan satisfacer las múltiples insatisfacciones.
Esta visión parcial de la realidad, los ha colocado como objeto de prácticas asistenciales públicas y privadas que no han modificado sustancialmente su situación. Por el contrario, la sociedad ha desnudado sus propias carencias: falta de una perspectiva pedagógica transformadora, ignorancia sobre el universo cultural y psicológico que pauta sus relaciones sociales, ausencia de un enfoque integral, desconocimiento del protagonismo de la gente para resolver sus propios problemas, imposición de diagnósticos, proyectos, métodos, y formas de combatir las dificultades.
Los pobres son además, depositarios de un conjunto de problemáticas que abarcan a toda la sociedad: transgresión de las normas, violencia, abandono, falta de afecto, delincuencia. Y frecuentemente se los identifica como los principales responsables de su pobreza.
EN CONSECUENCIA, NO HAY POSIBILIDADES DE ENCARAR SERIAMENTE UNA PROPUESTA TRANSFORMADORA DE ESTA REALIDAD, SI NO SE TRABAJA CONJUNTAMENTE SOBRE NUESTRAS CONCEPCIONES, IMAGENES, PREJUICIOS, Y RECHAZOS HACIA LOS POBRES.
1) Acercándonos a la subcultura de la pobreza
En diversas ocasiones, trabajando en forma de taller con grupos, les he propuesto caracterizar en pocas palabras, sus percepciones sobre la cultura de los pobres. De allí extraigo algunas frases:"los pobres son gente sin cultura, ignorantes" / "son gente irrecuperable" / "son el germen del cambio, a partir de lo sencillo" / "viven una cultura de la solidaridad" / "son la máxima expresión de la violencia cotidiana" / "son muy religiosos, porque buscan soluciones sobrenaturales" / "dependen de lo que otros les den".
Cualquiera de estas frases que tomemos, nos ayudarían a una profunda reflexión sobre nuestras percepciones acerca de los pobres, punto de partida de cualquier acción educativa, social, cultural, religiosa, que estemos emprendiendo. Las comparto con el lector, para que haga su propio análisis.
La vida de los pobres está pautada centralmente por la lucha cotidiana por la supervivencia. Es en torno a esta tarea que se va estructurando un universo psico - socio - cultural que tiende a reproducir aquellas conductas y actitudes que resultan "más exitosas" para sobrevivir, sin modificar estructuralmente la situación. Forma parte de estas estrategias, el conocimiento informal de la red de servicios disponibles al nivel de comedores, parroquias, programas de ayuda de los cuales puedan obtener algún beneficio.
Vivir el presente adquiere un primer plano, ya que lo único seguro es lo que se tiene, lo concreto y visible, al alcance de la mano. Las posibilidades de planificar y proyectarse son casi nulas, cuando la experiencia histórica está cargada de frustraciones y fracasos. El individualismo prevalece como conducta, porque se pone en juego la sobrevivencia. Esto no impide lazos de solidaridad y cooperación cuando ayudan a la mejor satisfacción de las necesidades inmediatas. El esfuerzo físico, la sobrevaloración del cuerpo como herramienta para trabajar y obtener los recursos necesarios, son otros rasgos característicos.
En general, predomina una visión fatalista en torno a la vida y a la factibilidad de los cambios; esto tiene como una de sus consecuencias, la pasividad , la dependencia de los recursos y las soluciones que otros puedan aportar.
La principal forma de expresarse y manifestar opiniones y sentimientos se da a través del lenguaje por la acción; la bronca que puede terminar en una puñalada, la atracción sexual que origina el embarazo adolescente, la expresión de afecto que se manifiesta en el "pegoteo", son formas concretas de mostrar atracción o rechazo. A su vez, muestra las dificultades en el proceso de simbolización que permite la mediatización de la palabra.
La comunicación interna y externa adquiere características diferenciales. En el barrio, "entre iguales", se da con mayor expresividad, cargada de palabras que pueden resultar incomprensibles para los “externos” pero que estarán llenas de significado para quienes la comparten. Hay movimientos, gestos, posturas corporales, bromas que dicen mucho por sí mismos, sin grandes elucubraciones teóricas.
Cuando se trata de la relación con otros, integrantes de una clase social diferente, se tenderá a una menor expresividad, a posturas que generen compasión, a utilizar el "lenguaje del otro" para mostrar cierto nivel que forma parte de una "cultura imitativa".
Hay una religiosidad intensa, fruto de esa relación tan cercana entre la vida y la muerte, entre los deseos de vivir mejor y la frustración cotidiana, entre la resignación y el afán de justicia. La Virgen y los Santos son una expresión más cercana y tangible de un Dios que premia y castiga, que exige y consuela, que acoge y abandona.
Se vive en infracción; la legalidad predominante no siempre es respetada, generándose otra legalidad acorde con aquellos códigos que posibilitan mejor la supervivencia de estos sectores. La transgresión de las normas imperantes, asumir conductas castigadas, recurrir a actividades ilegales para obtener recursos, forma parte de lo cotidiano.
Los pobres son generadores de cultura; la misma no pasa por la instrucción escolar, por el conocimiento de los artistas de la música clásica o la pintura, ni por el dominio de muchas palabras. No existe la gente sin cultura; sí existen culturas diferentes. Hay valores compartidos, que pueden expresar una fuerte solidaridad en situaciones dramáticas, y que pueden llevar a conductas violentas ante situaciones de temor, inseguridad o de falta de respeto. El sentido de la vida, la propiedad, el amor, los vínculos, existe, pero con una significación diferente a la predominante en la sociedad: es la perspectiva del que vive el presente y lucha por sobrevivir.
De todos modos, la realidad de los pobres es heterogénea. Sería muy simplista englobar a todas las personas que viven en esta situación en la misma generalización. Pero cada vez que no entendamos algo (por ej. por qué roban, o por qué tienen tantos hijos) sepamos que hay una explicación atrás, que sólo será comprensible desde esa perspectiva.
Por ello considero tan relevante, que a la hora de reflexionar sobre los pobres, seamos capaces de reflexionar sobre nuestros prejuicios, imágenes, ideas, valores, y cómo nos afectan en la capacidad de comprender. Reconozcamos nuestra propia ignorancia.
2) Dinámica familiar
La vida en condiciones de pobreza afecta la dinámica familiar, en la medida en que todos los integrantes se ven exigidos a dar respuesta a esa lucha cotidiana.
Generalmente, es la madre la figura central, estable, permanente, en torno a la cual giran los otros miembros. Los hijos van naciendo y creciendo, en muchos casos provenientes de diferentes padres, como consecuencia de parejas más o menos estables de la mujer.
En nuestra cultura, prevalece el modelo de "familia ideal" conformada por padre, madre e hijos; corresponde al hombre desempeñar un rol proveedor de recursos económicos para todo el núcleo, mientras que la mujer se ocupa fundamentalmente de la crianza de los hijos y el cuidado de la casa. Los hijos tienen como principal tarea crecer y educarse, incorporando las pautas de socialización que les permitan insertarse con éxito en la sociedad adulta. Dentro de la familia, el padre tiene un rol "normativo" (puesta de límites, acceso a los códigos del mundo exterior) mientras que la madre deberá cumplir un rol “nutricio” (brindar afecto, alimentar, cuidar por la salud).
En la práctica, las familias pobres (al igual que muchas otras, de diferentes sectores sociales) no suelen funcionar de acuerdo a este ideal, pero el mismo actúa sobre ellas, generando cierta culpabilidad por no poder cumplir con la expectativa social de "normalidad". De todos modos, las nuevas formas de ser familia que se van gestando en todas las clases sociales, posiblemente flexibilicen las actitudes y juicios condenatorios.
En distintos trabajos en los que me referí al tema(1), definí la estructura familiar predominante en la pobreza como de tipo matriarcal. En esta conceptualización, se destaca ese rol materno como dominante y poseedor del poder en el núcleo, donde los hijos son vividos como una parte de sí, y el compañero (esposo, pareja ocasional o inestable) tiene un lugar subordinado y desvalorizado por la mujer. Numerosos testimonios surgidos del trabajo de asistencia psicológica en policlínica, dan cuenta de ello; en el mismo sentido se orientan las reflexiones de diversos psicólogos que han trabajado en estos sectores(2).
Sin embargo hay otros enfoques que interesa rescatar, sobre todo tomando en cuenta que la tendencia a considerar a la escuela como un "segundo hogar" y a la maestra como una "segunda madre", establece nexos profundos entre ambas instituciones (familia y escuela). Es así que M. Mazzotti y L.Tricotti(3) luego de reconocer que la madre es generalmente la figura estable en la familia, que presenta dificultad para reconocer cuál es el lugar y las funciones del padre, y que el hombre está muchas veces ausente, constatan en sus experiencias que "el hombre es señalado, la mayoría de las veces, como cabeza de autoridad, cuando integra el grupo familiar. Si falta, la madre desempeña su rol, y realiza sus funciones mientras llega la oportunidad de sustituirlo con un nuevo compañero. Pero ello no conlleva el prestigio diferencial que se le otorga a la figura paterna".
Más adelante agregan: "Las mujeres que no tienen pareja se sienten además solas y desprotegidas, a pesar de que la experiencia conyugal raramente es satisfactoria. Imaginarse como mujer sola les devuelve una imagen de mujer incompleta, no realizada, en permanente situación de riesgo". El hombre mantendría un lugar de dominador, y la mujer de sometimiento. Este poder se manifiesta restringiendo a la mujer, limitando sus movimientos, sus trabajos, su relación con los otros.
"De esta manera es posible postular que el condicionamiento cultural que implicita que el hombre es superior al ser femenino, atraviesa y se filtra a través de todas las capas sociales".
Otras autoras(4) sostuvieron: "En la población rural, origen de las poblaciones marginales, la familia funcionó durante siglos de acuerdo con el modelo patriarcal; la desintegración de esa sociedad dio lugar a la desorganización de ese modelo, introduciendo ciertas características propias de la familia de tipo matriarcal, habitualmente asociada a formas de propiedad distinta".
Hablarán entonces de una "familia de transición" (patriarcal-matriarcal), "con un marcado predominio del "modo" patriarcal en la relación con el exogrupo y una vigencia igualmente marcada de las relaciones de tipo matriarcal en el adentro del grupo familiar". Las mujeres
Para la mujer, el ser madre se convierte -desde su infancia- en su principal tarea. Esto es lo que su madre recibió como mandato, y es lo que tenderá a reproducir en sus hijas que desde niñas se ocuparán de los hermanos más pequeños, así como de ciertas tareas domésticas.
Identificarse y proyectarse en tanto madre le da seguridad, y permite responder al mandato social que idealiza la maternidad, ideal que se ve reforzado desde los tangos hasta la religión. Es un rol gratificante, que le permite "dar vida", "producir algo" en un contexto fuertemente restrictivo y frustrante.
Frecuentemente, el primer hijo/a nace cuando la mujer está en la adolescencia, produciéndose un conflicto entre sus necesidades generacionales y la asunción de un rol para el que no está suficientemente preparada. Es así que con frecuencia es criado por su abuela, que asume un doble rol materno: de su hija y de su nieto/a.
En una investigación reciente(5), la socióloga María Elena Laurnaga plantea algunas hipótesis acerca de las motivaciones para el embarazo adolescente. Debemos tomar en cuenta su afirmación de que "una de cada cuatro jóvenes entre quince y veinticuatro años en el país, es madre precoz, es decir, que tuvo su primer hijo antes de los ventie años. Esta realidad se duplica en estrato socioeconómico bajo".
Si tomamos en cuenta que un 43% por ciento de los niños uruguayos nacen en los hogares de menores ingresos, y que dentro de ellos un porcentaje importante son hijos de madres adolescentes, la reproducción biológica de la sociedad uruguaya estaría consolidando mecanismos de reproducción intergeneracional de la pobreza que recaen especialmente en las mujeres. La maternidad precoz aparece fuertemente asociada a situaciones de soledad de la adolescente, inestabilidad de pareja, bajo nivel educativo y exclusión del mercado laboral.
Afirma más adelante: "los hogares con jefatura femenina (que son el 23% de los hogares uruguayos) y aquellos en situación de inestabilidad de la pareja progenitora de la adolescente, son quienes mayoritariamente se hacen cargo de la reproducción en situaciones de precocidad".
Considero que estos elementos estructurales afectan de modo significativo la relación escuela - familia, y de modo particular la relación maestra - madre. ¿Esto es tomado en cuenta en la práctica?
A nivel de hipótesis, la autora plantea seis motivaciones posibles en el embarazo adolescente:
+ Como "vía de crecimiento y acceso al mundo adulto" : la maternidad contribuye a revalorizar el rol de la adolescente dentro del núcleo familiar y en el contexto social, tomando en cuenta las imágenes sociales sobre la misma; toma distancia, se constituye en una persona diferenciada de su madre, "crece".
+ Como "regresión" y reedición de la relación infantil con su propia madre: se da una prolongación de la propia infancia a través de la mimetización con su hijo; los roles de madre e hija quedan indiferenciados.
+ Como "factor de revalorización" de la adolescente en su medio familiar y social: la maternidad es casi el único medio para tener algo propio, un proyecto personal realizable, así como puede ser la legitimación de una "maternidad actuada" a través del cuidado de sus hermanos más chicos.
+ Como "transgresión": explicita la maduración sexual de la joven e impone su reconocimiento por el entorno, y especialmente por sus padres en tanto representantes de una sociedad que no acepta la vida sexual activa de la adolescente mujer.
+ Como imitación de la pauta reproductiva materna ("la profecía autocumplida"): la mayoría de las madres precoces son hijas de mujeres que también fueron madres precoces, y que generalmente, en su discurso, manifiestan un proyecto diferente para su hija.
+ Como expresión suprema de la sexualidad "para otro": cumplimiento de un mandato social a través del cual la mujer está para satisfacer en primer lugar las necesidades de otros, y la maternidad es la mayor expresión de entrega a un hombre.
Estas diferentes motivaciones en juego se expresan luego en una relación ambivalente con el hijo/a, deseado y rechazado a la vez, tanto en los planos no conscientes como en lo que hace a su sustento material y afectivo, en la vida cotidiana.
Por ello, el hijo tiende a vivirse más como "un producto que le pertenece" que como un ser capaz de crecer y desarrollarse autónomamente. En esto también va a incidir cuál es el rol que juega el varón.
Los varones
Mientras que para la mujer su identidad aparece fuertemente relacionada con el ser madre, para el varón ésta se vincula al ser trabajador. Como decíamos anteriormente, lo que se le pide fundamentalmente es que sea proveedor de recursos económicos que aseguren el sustento. Su rol en tanto padre es secundario.
Este rol proveedor difícilmente alcance las expectativas generadas, ya que los pobres son justamente quienes tienen niveles de ingreso más bajos, como consecuencia de realizar trabajos mal remunerados, o inestables. Frecuentemente son ocupaciones desvalorizadas por otros sectores sociales, que implican la utilización del esfuerzo físico, sobrevalorando la importancia del cuerpo y lo manual, y subvalorando todo lo relacionado con lo intelectual.
En la relación de pareja, el varón actúa de modo dominante en cuanto a las relaciones sexuales y a la satisfacción por parte de la mujer de algunas atenciones básicas (tener la ropa limpia, la comida pronta, la casa más o menos ordenada); cumple también un rol normativo con ella y sus hijos, de modo muchas veces autoritario y a través del ejercicio de la violencia.
Sin embargo, con frecuencia se coloca en el lugar de hijo de su pareja, reclamando su atención y cuidado, sin asumir responsabilidades. "Internamente, el adolescente ha tenido como único modelo de vínculo con el otro sexo la relación con su madre, sustituyendo al padre en los momentos en que la madre se halla sin pareja, y viviendo dramáticamente la competencia con la nueva pareja".(6)
La impotencia por no poder cumplir lo que se espera de su rol lleva al varón a caer en crisis alcohólicas y ataques agresivos, que desgastan y rompen la relación de pareja, no asumiendo su lugar como figura adulta identificatoria para sus hijos. Por el contrario, internalizan una figura paterna desvalorizada que tienden a reproducir en su desarrollo posterior, trasladando el modelo de relación con su madre hacia su compañera.
La frustración lleva al abandono, generando una experiencia de pérdida que suele quedar sin elaborar, y que se pretende suplir con una nueva relación.
Vale la pena transcibir lo expresado en otra investigación(7): "...ellos viven una experiencia de vida dura, en la que la dominación que llega hasta la exclusión, les hace muy difícil crecer como varones y realizar los mandatos de género". La relación con su mujer y sus hijos es ambivalente, y viven una contradicciòn básica: "llamados a dominar, viven la subordinación, la desvalorización, y la marginación social y política. El mismo sistema que le adjudica roles protagónicos los excluye y estigmatiza por lo que no realizan".
"Esta vivencia es desplazada al espacio familiar, haciendo de este espacio ejercicio de dominación del varón y válvula de escape del sistema social. Golpea a la misma mujer de quien demanda cuidados maternos y a la que teme perder. Su frustración, su dolor, su impotencia, se manifiestan en la agresión contra sí mismo y contra los suyos, en el recurso al alcohol y a la violencia, en expresiones extremas de machismo".
La violencia está en las relaciones cotidianas, como pauta en el vínculo hombre-mujer, padre-hijos, madre-hijos, hermano mayor-hermanos menores; se manifiesta más en el propio medio social que hacia el resto de la sociedad. Niños y niñas la trasladan a sus relaciones en la escuela y con la escuela, repitiendo una conducta aprendida para manifestar disenso, rabia, frustración. El débil papel mediatizador del lenguaje en este medio tan cargado de acciones, traduce rápidamente las emociones en actos. La aplicación de las normas es arbitraria, autoritaria, discrecional, de modo que cuando la escuela quiere habilitar un espacio diferente de relacionamiento aparece la repetición de lo aprendido, o el caos y la confusión derivados de la falta de otras herramientas para operar en una realidad que impone otros códigos.
Frecuentemente el lugar del padre queda inscripto en la experiencia infantil como un espacio débil o vacío, persecutorio y a la vez anhelado. Una mayor presencia de maestros varones en estos sectores favorecería el desarrollo psíquico de niñas y niños, en la medida en que daría nuevos contenidos a ese "mundo interno" cargado de zonas de incertidumbre.
Los niños y niñas
Las vivencias de abandono marcan fuertemente la historia de niños y niñas. La ausencia del padre, las ambivalencias de la madre, las privaciones económicas, la falta de afectos y estímulos que los hagan sentirse queridos, valorizados, estimados, van dejando huellas profundas desde los primeros días de vida.
La primera experiencia suele ser la de un vínculo simbiótico con la madre que permanece en su desarrollo, dificultándole la sustitución por otras mujeres (en el caso del hijo varón) o la diferenciación de ella para elegir su opción de pareja con otros hombres (en el caso de la hija mujer). Desde su concepción, el hijo/a es vivido "en propiedad" , como objeto de gratificación. Al nacer, el niño/a vive experiencias intensas: lactancia prolongada y períodos de total desatención; momentos de sobreprotección y otros de rechazo y agresividad. La mujer revive los vínculos con su madre, y los proyecta sobre su hijo, teniendo escasa capacidad de darle contención a sus propias necesidades y ansiedades.
El control de esfínteres suele aparecer como exigencia tempranamente, y el niño vive arbitrariamente exigencias y castigos ante situaciones que ni siquiera llega a comprender. Esto lo hace extremadamente vulnerable y dependiente de las circunstancias cotidianas que no le permiten fortalecer su Yo.
Lo externo es vivido como persecutorio ya que la separación implica ruptura con lo simbiótico. En consecuencia, se ven limitadas sus posibilidades de introyección, y por lo tanto, de incorporación de nuevos aprendizajes. Las situaciones se vuelven confusas, indiscriminadas. La identidad individual difícilmente se alcance, y tienden a desempeñarse los roles de modos estereotipados. De este modo, cuesta acceder al nivel de lo grupal y funcionar como un miembro distinto y diferenciado.
Lo intenso de los vínculos, y la falta de espacio psíquico para el ingreso de "un otro" dificulta también el proceso de simbolización. La realidad no puede ser mediatizada ni representada, sino que todo se juega en la acción. Los actos dicen más que las palabras; se vive el presente, lo inmediato. Los sentimientos e impulsos no se controlan sino que se actúan. La tolerancia a la frustración es escasa; todo tiene que ser ya.
Se establece un vínculo demandante que se prolonga en las relaciones con los demás, y se revive especialmente en el encuentro con otras personas dispuestas a dar (maestras, religiosas, promotores sociales). Ante una demostración de afecto se responde con el "pegoteo", el llamar permanentemente la atención, el "ser alguien" a través de las expresiones de cariño o de agresión.
El crecimiento genera nuevas angustias. ¿Cómo resuelven los adolescentes su inserción en el mundo adulto? ¿Tendrán la posibilidad de generar un modelo de relación diferente?
Para que esto sea posible, tendrán que experimentar un modelo diferente y esto sólo se lo podrá aportar la escuela, o su participación en algún tipo de actividad educativa comunitaria (talleres de expresión, recreación, deportes).
De lo contrario, la "circularidad de la pobreza" seguirá su camino: las niñas, cuidando a los más pequeños y llegando a una maternidad temprana; los varones, intentando asumir un rol económico.
En una investigación referida a los niños en situación de calle se constata "el fuerte vínculo, muchas veces indiscriminado, que manifiestan tener las madres con los hijos en situación de calle" lo que explica "“el lugar especial que estos hijos ocupan, encargándose de la función proveedora, apoyo y sostén de la propia madre, asumiendo el lugar del padre ausente".
En cuanto a las niñas, otra investigación sostiene que "la calle es un espacio prohibido y ajeno para las mujeres, y se asocia directamente con el ejercicio prohibido de la sexualidad y la prostitución". Agrega: "las adolescentes conocen estos mandatos genéricos y no pretenden oponérseles saliendo a la calle. Utilizan esta estrategia como forma de atenuar las consecuencias que en la práctica les generan las pautas asignadas: encierro, aburrimiento, soledad. Ellas transgreden entonces, en los hechos, sin intención de hacerlo, las normas y expectativas asignadas, acercándose peligrosamente al estereotipo negativo de ser mujer".
Unas y otras parecen coincidir en que la salida a la calle no produce la ruptura con los modelos "tradicionales". Allí se generan vínculos entre iguales y con el mundo adulto que sirven como socialización hacia lo laboral, y hacia el establecimiento de nuevas relaciones afectivas que pretenden ampliar el marco restringido de la familia y el barrio. Este "enriquecimiento" en las experiencias de vida puede desarrollar alternativas que, sin embargo, no permiten escapar de la pobreza.
Esta afirmación tiene enorme relevancia, por la importancia que hoy han adquirido diversos programas de trabajo con niños en situación de calle. A través de ellos, niñas, niños y adolescentes pueden vivenciar relaciones diferentes y contar con apoyos complementarios a los que les ofrece el núcleo familiar y la escuela. Pero ello resulta insuficiente sin Políticas Sociales que atiendan global e integralmente esta problemática. Implicará el desarrollo de programas de apoyo a las y los jóvenes, a las familias que recién se inician, en áreas claves como el trabajo, la vivienda, la educación. Sólo un proceso de largo aliento modificará profundamente los factores reproductores de la pobreza. (…) (vecinet)
1"Los marginados uruguayos" - Autores varios; Editorial Banda Oriental, 1984.
"Psicología del marginado" - Autores varios; IPRU, 1985. "Pensando en la educación popular" - Jorge Ferrando. Editorial Nordan, 1986.2 "Cuando el encuadre no cuadra", Jorge Ferrando (coordinador) y equipo de investigaciòn sobre el trabajo psicológico en la marginación. Roca Viva Editorial, 1992.3 Artículo "Las familias, las mujeres y los niños: un camino a recorrer", de Mariella Mazzotti y Lilián Tricotti, en el libro "Las familias, las mujeres y los niños: estrategias de superación de la pobreza en América Latina y el Caribe" publicado por FICONG y CIEDUR, Montevideo, 1993.
4 "Familia y marginalidad en el Gran Buenos Aires; una aproximación psicológica", Beatriz Marcer de Stancato y equipo, en el libro "Teoría y técnica psicológica de comunidades marginales"; Roberto Harari (compilador) y un amplio equipo. Ediciones Nueva Visiòn, Buenos Aires, 1974.
5 "Uruguay adolescente: maternidad adolescente y reproducción intergeneracional de la pobreza", Instituto Nacional de la Familia y de la Mujer. Ediciones Trilce, 1995.
6 Del artículo mencionado "Familia y marginalidad en el Gran Buenos Aires".
7 "Una realidad silenciada. Sexualidad y maternidad en mujeres católicas". Mariella Mazzotti, Graciela Pujol y Carmen Terra. Ediciones Trilce, 1994.