LA REPUBLICA - 24/1/00 - PAGINA 4
Proyecto municipal para reformar
el sistema de limpieza
Autoridades y técnicos de la
Intendencia de Montevideo (IMM) y la Junta Departamental tienen a
estudio un proyecto para reformar la normativa que rige el
sistema de limpieza de la ciudad, haciendo hincapié en la
educación de la población, aplicación de sanciones y control
de la higiene con "brigadas de inspección".
El proyecto de la IMM prevé "premiar" a los barrios
según su nivel de pulcritud.
El proyecto fue elaborado por una comisión técnica nombrada en
1997 por el director del Departamento de Desarrollo Ambiental,
Luis Lazo. Luego de trabajar durante dos años sobre el texto, la
propuesta no obtuvo la atención de las autoridades políticas,
por lo que el director de la División Limpieza Urbana, Immer
Prada, resolvió presentarla públicamente para "generar la
discusión".
El jerarca dijo a LA REPUBLICA que el proyecto "debe
llevarse a un nivel público porque estos elementos no tendrán
salida si no se colectiviza la discusión. Si no hay debate
colectivo, siempre se va a tratar de un proyecto polémico y
resistido por alguna de las partes. Esta no es la última palabra
sino una propuesta para discutir".
De cualquier forma, Prada advirtió que la aplicación de la
nueva normativa quedará para el próximo período de gobierno,
porque los tiempos políticos no permitirán analizar la
propuesta en forma conjunta en lo que queda de este quinquenio.
En la actualidad, el texto está a estudio de técnicos y
autoridades del Departamento de Desarrollo Ambiental, Servicios
Jurídicos, varios Centros Comunales Zonales (CCZ) y algunos
ediles del Encuentro Progresista. El tema ya fue planteado a
nivel de la Mesa Política del Frente Amplio y la Departamental
de Montevideo.
Responsabilidad de todos
El objetivo de la comisión técnica
es modificar los decretos 14.001 y 24.542, que rigen el
ordenamiento de la limpieza urbana, ya que sus integrantes
consideran que "el 80 por ciento de las normas ya no tiene
vigencia". Paralelamente se crearía un nuevo decreto -que
todavía debe ser discutido- para sustituir los alterados.
En una conferencia dictada por Prada el 5 de junio del año
pasado durante el Encuentro de Medio Ambiente organizado por la
IMM, planteó la necesidad de incrementar la educación a la
población aumentando la cantidad de "campañas puntuales y
específicas para cada lugar, localidad y zona". En su opinión,
el mantenimiento de la limpieza podría incrementarse
"premiando" los barrios de acuerdo a su nivel de
pulcritud, no en efectivo sino mediante "reformas y
reparaciones de plazas, veredas, etc.", lo que "generaría
expectativas y llevaría al trabajo colectivo de la
comunidad".
Diariamente, la IMM recolecta en las 28.000 cuadras de la ciudad
650 toneladas de basura que se suman a otras 150 recogidas por
las empresas privadas. Además, entre 250 y 300 toneladas se
juntan de calles, arroyos y baldíos, al tiempo que se queman de
20 a 30 toneladas de residuos hospitalarios por lo que el
director afirma que "este municipio no podrá seguir
invirtiendo dinero si nuestros comportamientos no cambian".
Además de educar para mejorar la clasificación y ordenamiento
de la basura, se proponen modificaciones para el Servicio de
Recolección Final de Residuos, que permitan una ampliación de
las áreas y separación de los lugares de colocación de la
basura según su calificación, logrando un mayor aislamiento de
la misma del medio ambiente.
Vacío legal
Prada considera que existe una
"carencia de normas" que apunten a mantener la ciudad
limpia en primer lugar para optimizar la recolección de residuos
en segundo término. En ese sentido cree que se debe lograr que
los vecinos clasifiquen sus residuos y minimizar el contacto de
los mismos con los funcionarios municipales, lo que implicaría
un mayor uso del sistema de contenedores. Sin embargo, este punto
también deberá ser analizado con mayor profundidad porque
aproximadamente la cuarta parte de los vecinos se manifiesta
contra el sistema por los ruidos provocados al levantarlos.
Por otra parte, se apunta a optimizar la limpieza de calles y
veredas, por lo que se propone un artículo que prohíba "el
estacionamiento de vehículos o la colocación de cualquier tipo
de obstáculo en la vía pública que obstruya la limpieza de las
aceras en los días prefijados por la IMM". Prada indicó
que en la capital "los medios mecánicos no cubren la
necesidad del barrido. Montevideo tiene más de 300.000 vehículos,
no tiene playas de estacionamiento y se dispone de pocos garajes,
por lo que los coches permanecen estacionados en las aceras.
Alguna norma tiene que aplicarse y este es el inicio para que no
se continúe desperdiciando operarios intentando barrer".
Por otra parte, se responsabilizará a los particulares por la
limpieza de las veredas en el frente de sus casas y a los
vendedores callejeros por mantener limpia la zona donde trabajan.
Atención hurgadores
En un artículo que Prada prevé
sea "exageradamente polémico y provocador", los técnicos
proponen que "las personas que sean sorprendidas rompiendo
las bolsas intencionalmente o hurgando incurrirán en infracción
y sin perjuicio de las sanciones correspondientes, serán objeto
de incautación de los materiales o de la carga que transportan,
así como de los vehículos utilizados para tal fin".
Un decreto de 1990 permite la acción de los hurgadores, por lo
que el tema deberá ser revisado y discutido para definir las
acciones que podrán seguir realizando los conocidos
"clasificadores de basura", que no serán eliminados
por el nuevo decreto. En otro artículo del nuevo decreto se prohíbe
"la selección, remoción, recolección, adquisición,
venta, transporte, almacenaje o manipuleo de toda clase de
residuos domiciliarios que se encuentren en la vía pública".
Según Prada, "estos son elementos polémicos que no vamos a
resolver entre cuatro paredes con genialidades individuales. Esto
se resuelve cambiando ideas colectivamente".
Control total
Para controlar la correcta ejecución de la limpieza en la ciudad, se propone la creación de una "Brigada de Inspección de Limpieza", que podrá observar, amonestar, aplicar multas a quienes ensucien y "tomar toda medida sobre los clasificadores de residuos, cualquiera fuere su característica, que en la realización de la labor correspondiente produzca daño o peligro a la higiene pública". En uno de los artículos se especifica que "cuando produzcan un daño a la higiene pública por la recolección o clasificación de los residuos, los inspectores podrán retener el vehículo del clasificador incautando todos los residuos recolectados por éste hasta que el clasificador repare el daño o peligro, dejando la vía pública en el estado que se encontraba. Se podrá requerir el apoyo de la fuerza pública". En el mismo, se aclara que "reparado el daño se levantará la medida debiendo permitir al clasificador continuar con la recolección, dejándolo asentado como antecedente agravante para futuras infracciones".
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