Albert Einstein Einstein no fue un astrónomo, sino un físico. Sin embargo, el alcance de sus descubrimientos, que modificaron radicalmente la concepción misma del Universo, justifica su recuerdo junto a los personajes de la astronomía. Albert Einstein nació el 14 de marzo de 1879 en Ulm, Alemania. Al año siguiente, su padre, Hermann Einstein y su tío Jakob Einstein se mudaron a Munich, donde instalaron un pequeño negocio de ingeniería eléctrica. Albert inició allí la escuela, que seguía el estilo rígido y estereotipado, característico de esa época, en Alemania, y la encontró intimidatoria y aburrida y, consecuentemente, demostró escasas habilidades. A instancias de su madre, también estudió música y aprendió a tocar cumplidamente el violín, práctica que seguiría a lo largo de toda su vida, como manera de relajarse del trabajo y motivo de reunión privada, con amigos de similar sensibilidad, y con quienes tocaría en grupo. Su tío Jakob, por su parte, lo estimuló a desarrollar el interés por las matemáticas y su tío Cäsar Koch, le contagió una insaciable curiosidad por las ciencias. A los 15 años, con calificaciones pobres en historia, geografía y lenguaje, dejó la escuela sin recibir diploma y fue a Milán, a donde se había mudado su familia, tratando de recobrarse de los reveses económicos que sufriera su padre en los negocios. Casi enseguida, continúa su educación en Suiza, que culmina con cuatro años de física y matemáticas en la renombrada Academia Politécnica de Zurich. A fines de 1900, luego de su graduación, adoptó la ciudadanía suiza, y se desempeñó durante dos meses como profesor de matemáticas y luego se empleó como examinador en la Oficina de Patentes en Berna. Habiendo obtenido un ingreso seguro, en 1903 se casó con Mileva Maric, que era su novia desde la universidad. A comienzos de 1905, Einstein publicó en los Annalen der Physik, prestigiosa publicación mensual alemana, su tesis “Una Nueva Determinación de las Dimensiones Moleculares”, que le permitió obtener el Doctorado en física de la Universidad de Zurich. Y ese mismo año, hizo en los Annalen cuatro publicaciones más, que cambiaron para siempre la visión que los hombres tenían del Universo. Tenía 26 años. La primera publicación, “Über die von der molekularkinetischen Theorie der Wärme geforderte Bewegung von in ruhenden Flüssigkeiten suspendierten Teilchen” (Sobre el movimiento de Pequeñas Partículas Suspendidas en un Líquido Estacionario –requerido por la Teoría cinético molecular del calor) aportó una explicación teórica del movimiento browniano. En “Über einen die Erzeugung und Verwandlung des Lichtes betreffenden heuristischen Gesichtspunkt” (Sobre un nuevo enfoque acerca de la producción y transformación de la luz), Einstein postula que la luz está compuesta de quantos, individuales (más tarde llamados fotones), que además de exhibir el comportamiento ondulatorio, demuestran tener ciertas propiedades características de las partículas. De un solo golpe, este planteo revolucionó la teoría de la luz y daría explicación, entre otros fenómenos al de la emisión de electrones, por parte de algunos sólidos, cuando reciben luz –fenómeno conocido como efecto fotoeléctrico. La magnitud de la ruptura con las teorías anteriores, se evidenció cuando la exposición sobre la naturaleza de la luz, que hiciera Einstein en la Conferencia de Salzburgo de 1909, recibió el rechazo de Max Plank, que oficiaba como presidente y la incredulidad de los restantes asistentes, a excepción de uno. La Teoría Especial de la Relatividad, publicada por primera vez como “Zur Elektrodynamik bewegter Körper” (Sobre la Electrodinámica de los Cuerpos en Movimiento) tuvo sus antecedentes en un ensayo que Einstein escribió a los 16 años. La teoría sostiene que, si para todos los sistemas de referencia la velocidad de la luz es constante y todas las leyes naturales son iguales, entonces ambos, el tiempo y el movimiento, resultan relativos al observador. Su cuarta publicación, “Ist die Trägheit eines Körpers von seinem Energieinhalt abhängig?” (La inercia de un cuerpo ¿depende de su energía?) siguió la orientación matemática de su Teoría Especial de la Relatividad, y establece la equivalencia entre la masa y la energía. Según esta, la energía E de una cantidad de materia con masa m, es igual al producto de la masa por el cuadrado de la velocidad de la luz, c. Y se expresa matemáticamente como E = mc^2. La valoración pública de las nuevas teorías y el reconocimiento a su creador, vendría muchos años más tarde, pero Einstein había ya ganado su puesto entre los más eminentes físicos europeos, con quienes inició un creciente intercambio de opiniones y consejos. Mientras Einstein continuó el desarrollo de su teoría, tratando de abarcar también los fenómenos gravitatorios, dejó la Oficina de Patentes y retornó a la docencia, primero en Suiza y luego en la Universidad Alemana de Praga, donde se le concedió el título de profesor. En 1912 regresó al Politécnico de Zurich, y allí se lo describe como un hombre feliz, contento con su matrimonio y sus dos hijos, Hans Albert y Edward. En abril de 1914, la familia se mudó a Berlín, al aceptar Einstein un cargo con la Academia Prusiana de Ciencias. El contrato, le permitió continuar sus investigaciones, con sólo algunas disgresiones para dictar conferencias en la Universidad de Berlín. El estallido de la guerra, tomó a la familia separada, ya que su esposa e hijos se encontraban de vacaciones de verano en Suiza, impidiendo el retorno durante varios años. Esta situación originó un deterioro de las relaciones que terminó en el divorcio. Por su parte Einstein aborrecía la guerra y era un crítico del militarismo alemán, entre la complaciente comunidad científica de Berlín. Pero su principal ocupación era el perfeccionamiento de su “Teoría General de la Relatividad”, que publicó en los Analen der Physik como “Die Grudlagen der allgemeinen Relativitätstheorie” (Los fundamentos de La Teoría General de la Relatividad), en 1916. Su contenido medular explica que la gravitación no es una fuerza, como había dicho Newton, sino un campo que se curva en el continuo espacio-tiempo, debido a la presencia de una masa. Indicó también que esta afirmación podría comprobarse o refutarse, midiendo la desviación de la luz de las estrellas, cuando ellas pasaran cerca del Sol, por ejemplo durante un eclipse total. Los cálculos de Einstein anticipaban una desviación del doble de la que surgía de acuerdo con la mecánica newtoniana. Sus nuevas ecuaciones explicaban también, por primera vez, el pequeño adelanto que presenta el planeta Mercurio en su perihelio, y dieron una razón al corrimiento hacia el rojo, de la luz emitida por las estrellas cuando se encuentran en campos gravitatorios fuertes, comparados con los espectros de estrellas en campos gravitatorios débiles. Mientras duró la primera guerra mundial, Einstein incrementó paulatinamente su apoyo al pacifismo, hasta llegar a distribuir literatura en apoyo de la paz a los simpatizantes en Berlín. Su pensamiento concordaba con el del escritor y pacifista francés Romain Rolland, con quién se entrevistó durante una visita a Suiza. El diario de Rolland nos dejó una de las mejores semblanzas de Einstain cerca de los 30: “Einstein es todavía un hombre joven, no muy alto, de rostro ancho, con una gran hirsuta y rizada melena de cabello renegrido, salpicado de gris desplegándose en alto desde su ancha frente. Su nariz es carnosa y prominente, su boca pequeña y con labios gruesos, las mejillas rosadas y la barbilla redonda. Lleva un bigote pequeño y recortado.” La opinión de Einstein sobre la humanidad durante el período de guerra, quedó registrada en una carta a su amigo, el físico danés de origen austríaco, Paul Ehrenfest: "El antiguo Jeová está todavía de viaje. Mata al inocente junto con el culpable, de manera tan salvajemente ciega, que no pueden ni sentir su propia culpa … Nos encontramos en una epidemia de tristeza, que luego de haber causado infinitos sufrimientos, un día desaparecerá y se transformará en uno monstruoso e incomprensible motivo de estupor para las generaciones venideras. En 1919, la Royal Society de Londres, envió una expedición científica a las Islas Príncipe, en el golfo de Guinea, que fotografió el eclipse solar del 29 de mayo. Terminados los cálculos de posición, se constató la verificación de las predicciones anticipadas por Einstein a partir de su Teoría General de la Relatividad. Pocos podían entender de relatividad, pero los enunciados básicos eran tan revolucionarios y la comunidad científica estaba tan asombrada, que inmediatamente fue aclamado como el mayor genio sobre la Tierra. Einstein mismo estaba asombrado y aparentemente disgustado por la reacción, ya que le preocupaba las continuas interrupciones a su trabajo. Después de su divorcio, en 1919 se casó con Elsa, la hija del primo de su padre, que había quedado viuda. Ambos, con las dos hijas de Elsa, continuaron su vida en Berlín, sin escapar a las demandas de su posición de encumbrado sabio. A pesar del creciente deterioro político de Alemania, Einstein atacaba al nacionalismo y promovía los ideales pacifistas. Fue acusado de “bolcheviquismo físico” y logró muchos enemigos cuando comenzó a dar apoyo al movimiento Sionista. Nunca se había comprometido mucho con el judaísmo, pero insistía en que así como un caracol puede dejar su caparazón y continuar siendo un caracol, así un judío podía abandonar su fe y continuar siendo judío. Aunque Einstein causaba preocupación en Berlín, era tan solicitado desde otras ciudades de Europa, que viajaba constantemente, para dar conferencias sobre Relatividad. Era corriente verlo llegar en vagones de tercera clase, con un violín bajo el brazo. Luego de rechazar una gira de conferencias con alojamiento en hotel de lujo en Londres, aceptó hacer un tour por EEUU, en respuesta a un pedido del líder sionista Chaim Weizmann para recaudar fondos para la Fundación pro Palestina. A pesar de ser presentado casi como una atracción de circo, Einstein quedó complacido por el nivel de la investigación científica y la actitud idealista de la gente.
Durante los siguientes tres años, Einstein se dedicó a viajar,
llegando no solo a las capitales europeas sino también al Oriente
y al Oriente Medio y a América del Sur, e incluso a Uruguay
En sus notas escribió que encontró nobleza entre los hindúes
de Ceilán, (actual Sri Lanka) pureza de espíritu entre los
japoneses, y un magnífico alcance intelectual y moral entre los
judíos residentes en Palestina.
Durante la década de los 20, a pesar de los compromisos derivados de su creciente popularidad, Einstein siguió su búsqueda de una relación entre el electromagnetismo y la gravedad, el primer paso hacia el descubrimiento de una ley unificada que explicara todo lo que sucede en el Universo, que se llamaría La Teoría del Campo Unificado. Pero sería una búsqueda elusiva, que lo ocuparía por el resto de su vida. Reconoció como brillante, el concepto desarrollado mediante la mecánica cuántica, pero no aceptó la idea como la solución definitiva, imaginando un Universo siempre predecible. Al respecto, el reconocido teórico cuántico alemán Max Born, un amigo cercano a Einstein afirmó: “Muchos de nosotros interpretan su actitud como una tragedia, tanto para él, que debe tantear su camino en la soledad, como para nosotros, que perdimos nuestro líder y porta estandarte”. Einstein también viajó en varias ocasiones a Monte Wilson, en California, para asistir a seminarios de física. En uno de ellos, a comienzos de la década de los 30, escuchó la exposición por parte del científico belga, abate Georges Lemaître, de su Hypothèse de l'atome primitif (Hipótesis del átomo primitivo) en que empleando la Teoría General de la Relatividad, deducía que el Universo que conocemos, habría resultado de la expansión de un átomo primigenio, y que tal expansión no se habría nunca detenido. Lemaître había publicado la teoría en 1927, al acceder al puesto de profesor de astrofísica de la Universidad de Lovaina. (Un planteo similar, había sido hecho en 1922 por el ruso Aleksandr A. Friedmann, aunque sólo consideró que la Constante Cosmológica tuviera un valor cero. El planteo de Lemaître, resulta más general pues estudia todos los posibles valores de la Constante y sus consecuencias.). Al oirlo, Einstein lo aplaudió de pie y exclamó sonriente: “Esta es la más bella y satisfactoria explicación de la Creación que haya oído.” En 1933, poco después que Adolf Hitler debutara como canciller alemán, Einstein dejó Alemania. Las tropas nazis confiscaron sus propiedades, y él, que estaba convencido de que Alemania se preparaba para una guerra, emitió varios llamamientos para advertir a los países libres de Europa, aconsejándoles armarse y preparar su defensa. Se instaló en EEUU, y aceptó una posición como miembro fundador de la escuela de matemáticas en el nuevo Instituto de Estudios Avanzados, en la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, en la que permanecería hasta su muerte. La guerra le ensombreció el espíritu y gradualmente entro en un estado de resignación. Su esposa falleció en 1936, pero la pérdida no alteró su modo de vida. En 1939, el físico atómico dinamarqués Niels Bohr, comunicó a Einstein que la física Lise Mietner, refugiada alemana en Copenhague, había fisionado átomos de uranio, con una pequeña pérdida de masa, que se había convertido en energía, siguiendo una línea experimental transitada meses antes, con menos precisión por Otto Hahn y Fritz Strassmann en Berlín. Bohr especuló que un proceso de fisión en cadena podría liberar grandes cantidades de energía, y el excepticismo de Einstein fue disipado por las experiencias confirmatorias de Enrico Fermi en EEUU. Ante la inminencia de la guerra en Europa y el temor de que los científicos Nazis pudieran construir una bomba primero, Einstein fue persuadido de escribir al presidente Franklin D. Roosevelt recomendando “estar alerta y si es necesario, tomar rápida acción”. Einstein no supo con certeza de la existencia de la bomba hasta la destrucción de Hiroshima, e inmediatamente se plegó a los científicos que buscaron evitar el uso futuro de la bomba. Su propuesta fue el establecimiento de un gobierno mundial, bajo una constitución preparada por EEUU, Inglaterra y Rusia, que regulara los despligues de poder.
Aunque estas ideas fueron ignoradas por el poder político, su espíritu
no decayó pues su principal interés fue siempre la física.
En 1950 publicó un detallado ensayo matemático sobre el campo
unificado, que fue cortésmente desestimado por la mayoría
de los físicos. Einstein dijo por entonces, sentirse como un extranjero
en el mundo. Su salud se deterioró paulatinamente, y el 8 de Abril
de 1955 murió mientras dormía, en el Princeton Hospital.
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