autogestión vecinal

A r t i g a s
el resplandor desconocido
(ensayo histórico)
© GONZALO ABELLA

Capítulo IV

La memoria popular. Vivo en el corazón de la gente

     ¿Qué siente hoy nuestro pueblo hacia Artigas?

     Voy a transcribir algunas opiniones.

     Aclaremos que este capítulo solamente pretende ser un aporte basado en la transcripción de un diálogo fresco que siempre procuro mantener con toda la gente en diversos puntos del país.

     Pero al mismo tiempo es una propuesta muy seria a investigadores y cientistas sociales.

     No hice una encuesta, según lo establecen las reglas del método cuantitativo; tampoco realicé entrevistas en profundidad que "saturasen la muestra" como exigen los cualitativistas.

     Valoro mucho las encuestas, sobre todo si se complementan con entrevistas en profundidad que esclarecen el sentido profundo de las tendencias de la opinión pública. Todo eso es necesario y habrá que hacerlo. Al menos así lo creemos los que estamos persuadidos de la vigencia del artiguismo.

     ¿Por qué es tan importante lo que sienta la gente sobre Artigas?

     El artiguismo sigue siendo una cosmovisión transformadora si hay gente que la hace suya. Una propuesta, por más brillante que sea, no transforma el mundo simplemente porque es correcta, adecuada, necesaria; debe ser además comprendida y aceptada.

     Si además esta propuesta va a encontrar poderosas resistencias ( y creemos que está ocurriendo así), entonces para ser una palanca de cambio debe seducir, enamorar, dejar una estela de "mozos (y mozas) que la sigan, alucinados", como se dice que la palabra de Artigas dejaba entre la juventud gaucha de su tiempo.

     No trabajé, insisto, con una muestra representativa del público uruguayo. Yo simplemente conversé, en rueda abierta y mate en mano, a veces con el apoyo de mi esposa Isabel, otras veces en el marco de las actividades del Grupo Sepé, con mucha, muchísima gente, sobre José Artigas. Generalmente me hice de un tiempo para registrar las reflexiones de mis interlocutores.

     Al transcribirlas no altero el orden en que las tengo registradas ni las pretendo reagrupar por categorías de análisis. Sí excluyo las repetidas, o demasiado semejantes, y les aclaro que incluirlas reforzaría numéricamente (aumentaría las frecuencias de) los juicios más positivos sobre Artigas. Los juicios favorables, inclusive de abierta admiración, son abrumadoramente mayoritarios, aunque no unánimes.

     Veamos algunas de las respuestas más típicas.

     - Un joven urbano: "Ninguno como él, fue único."

     - Una muchacha urbana: "Lo mejor que nos pasó. Ya no hay gente así."

     - Una mujer madura urbana: "¿Sabés qué es Artigas? Todo lo que nos hace falta."

     - Otra: "Lo mejor de América. Pero claro, tuvo la mala suerte de nacer en un país chiquito. Si fuera argentino, o brasileño... ¡lo conocería todo el mundo!"

     - Otra: "Mirá, andá a saber... Ahora todo el mundo le pone flores. Yo pienso con mi cabeza, ¿entendés? Debe haber andado bien con Dios y con el Diablo. Dios me perdone pero..."

     - Otra: "Ah, fue genial. Después no hubo ningún otro, ¿entendés? Ningún otro."

     - Otra: "Parece que fue muy mujeriego... Pero tuvo una gran visión. Un demócrata, un héroe. ¿Qué más?"

     - Hombre de asentamiento precario: "Si él estuviera habría coraje para decir las cosas como son, sin pelos en la lengua, y hacer lo que hay que hacer" (¿...?) "Bueno, sacar a talerazos a esos bandidos de la política."

     - Peón rural: "Lo más grande. Bien gaucho, pero bien gaucho era el hombre."

     - Pastor de la Iglesia Valdense: "Lo digo siempre y algunos se ríen: Jesús, Valdo y Artigas. Ahí tenemos el camino."

     - Director del Ateneo de Montevideo: "Hay que bajar a Artigas de esa estatua; él se fue, no quiso volver. Ahí hay que poner al fundador de nuestra Patria, a Rivera."

     - Joven del interior: "Lo traicionaron los que hoy están gobernando. Bueno, los abuelos de los que hoy gobiernan, ¿no? Los que amasaron fortunas. Y disculpame, pero fue gente de Montevideo que lo traicionó. La gente de campaña no."

     - Niño, 8 años: "Peleó contra los españoles y siempre ganaba" (...) "¡No, no perdió! ¿Estás loco?" (¿...?) "¡ Yo qué sé por qué se fue al Paraguay! Ya había ganado..."

     - Muchacha rural: "Lo más grande... lo más grande después de Dios y su Santa Madre."

     - Señor Mayor: "Se ha exagerado mucho, me parece. Fue como todos en una época muy violenta. Con errores y virtudes. Muy conocedor de la campaña, como Rivera."

     - Señor maduro, en el centro: "Ah, ¿usted se interesa por esas cosas? Es lo que más me interesa a mí, qué casualidad. Leo todo lo que aparece sobre Artigas."

     - Anciano en un barrio periférico: "La gente no sabe, la gente de ahora no sabe lo grande que fue..."

     - Joven punk: "Pah... me mataste. Cuentan tantas cosas... Yo creo que hay joda, no nos cuentan todo. Andá a saber."

     - Muchacha urbana: "Lo odié en el liceo, porque el profesor de Historia era un botón. No me interesa."

     - Niña, 9 años: "Fue muy bueno. Quería que fuéramos libres."

     - Ciego en la principal avenida: "Yo oigo cosas de Artigas y es como recuperar la vista".

     - Hombre joven urbano: "Se fue y no quiso volver. Que le pongan flores los paraguayos."

     - Adolescente: "Siempre defendía a los indios, a los negros, a todos esos."

     - Muchacha estudiante: "Nunca entendí que en la escuela nos hablaran bien al mismo tiempo de Artigas y de Rivera, cuando éste quiso matar a aquél. Hay una carta, ¿no? De Rivera, pidiendo la cabeza de Artigas a no sé quién... a un gaucho... Una de dos... ¿no te parece?"

     - Productor rural: "Fue la piedra angular de la Patria."

     - Mujer madura: "Fue el Che Guevara de su época."

     - Anciana: "Un santo varón. Le rezo muchas veces."

Charlas con turistas, mayoritariamente argentinos:

     - "Y... Fue un gran caudillo rioplatense. Lástima que fue separatista, pero era un gran luchador."

     - "Enseñó democracia y republicanismo. En Argentina lo sentimos nuestro. Rioplatense, quiero decir."

     - "Fue el heroe de acá, ¿no? Entonces no puedo hablar mal de él... Creo que no se llevaba bien con nosotros, los porteños. Fue en la época de San Martín, por ahí..."

     - "No te enojes, pero es de lo mejorcito entre los caudillos argentinos. Argentino como Güemes, como Felipe Varela. Nunca quiso separarse de las demás provincias, eso vino después."

     - "En el colegio, allá en Liniers, me hablaron pestes de Artigas. Pero ahora creo que debió ser un gran hombre. Con errores, como todos."

     - "Eu nâo conheço... Sim, eu moro en Buenos Aires, mais eu nâo sou argentino, nâo, graças a Deus..."

     - "A mí en Paraguay siempre me sorprende eso: no hay uruguayo que llegue a Asunción, joven o viejo, hombre o mujer, que no quiera ir ¡antes que a cualquier otro lugar! al solar de Artigas."

     Dejo para el final un diálogo con un peón rural que conocí casualmente, en un viaje de ómnibus entre las ciudades de Salto y Artigas. Largo viaje y largo diálogo que terminó así:

     - "¿Artigas? Bueno, esas son palabras mayores. Mi abuelo me hablaba mucho de Artigas y entonces se le llenaban los ojos de lágrimas. Y mire que mi abuelo era gaucho crudo, indio crudo era. Mi abuelo se metía en el monte a rezar y a juntar yuyos. Pero si hablaba de Artigas le temblaba la voz. M'hijo, me decía, él es un amigo. Un compañero. Lo decía como cosa de ahora, no de antes. Como si él lo viera ahora,(...) y mi abuelo no decía "amigo" como yo le puedo decir a usted, si vamos juntos de joda. Amigo era algo que se encontraba en el monte, algo protector, algo mágico era... una protección, ¿me entiende? Bueno, cosas de mi abuelo..."

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Guillermo Font - ELECTRICISTA
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