El Referéndum del 7 de diciembre
de 2003 |
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por GERARDO AGOSTO (La República)
Todas las asociaciones de ANCAP con
eventuales inversores privados ya sea para procesar combustibles y alcoholes
como lubricantes o portland presumían, a priori, una "cesión" de la "gestión"
de los "servicios públicos", según un pormenorizado análisis contenido en un
informe reservado de los gerentes de ANCAP.
Los jerarcas intermedios de la empresa pública detectaron "con preocupación y malestar" las principales premisas con las que se realizaron las propuestas de asociación.
"En todos los casos de asociación, el gerenciamiento quedaría en manos de los empresarios privados", advirtieron a LA REPUBLICA las fuentes que confiaron los documentos oficiales.
El informe brindó especial destaque a las propuestas de asociaciones con las principales multinacionales petroleras del mundo.
Los gerentes que elaboraron el informe observaron con especial recelo que la propuesta de "asociación estratégica" entre ANCAP y una eventual empresa petrolera significaría que el empresario privado tendría derecho a voto con el 49% de las acciones y ANCAP con el 48%. Un 3% no tendría derecho a voto.
Pero el Directorio de la "nueva sociedad", anotaron los gerentes, estaría presidido por "un representante" del empresario privado y tendría cuatro directores. ANCAP tendría tan sólo dos directores.
La Ley 17.448 que habilita a ANCAP a proponer "asociaciones estratégicas" con inversores privados que aporten capital exige "mayorías especiales" en la "sociedad" para "un conjunto de decisiones" en las que tendría participación la empresa pública.
No obstante, la Gerencia General de la "asociación estratégica" sería ocupada por "el socio", al igual que tres Gerencias. Sólo una Gerencia quedaría en manos de ANCAP.
Unicamente en el caso de las Subgerencias es que ANCAP recupera cierta ventaja: tendría tres mientras que el privado una.
Aparte de asumir la "gestión" del "servicio público", el empresario privado asociado con ANCAP sería usufructuario de la infraestructura de ANCAP que fuera construida durante décadas de historia con los aportes de la ciudadanía uruguaya.
Una vez finalizada la adjudicación, las propiedades de ANCAP, aunque ya obsoletas, volverían a dominio de la empresa pública.
"La gran cuestión es en qué condiciones deberán ser devueltos los activos de ANCAP", apuntaron los gerentes en su informe.
La mencionada "sociedad", indicaron los gerentes, "recibirá en usufructo los siguientes activos que pertenecen a ANCAP, y que deberán ser devueltos al ente una vez finalizada la asociación: refinería, Terminal del Este, Tablada, Acciones en Ducsa, Lubricantes y Gasur". Además, y "como transferencia de propiedad", el "socio" recibiría beneficios de la "venta de acciones de Petrolera del Conosur". "Quedarían fuera de la asociación el Gas Natural y PetroUruguay", comentaron los gerentes en referencia a una empresa, ésta última, que arrojó millonarias pérdidas a ANCAP en Argentina dando motivo a una investigación parlamentaria y actuales indagaciones judiciales.
El 2 de julio de 1999 empezó a regir una controvertida "asociación estratégica" de ANCAP con la empresa argentina Loma Negra, mediante un "acuerdo comercial" que fuera propiciado con anterioridad por los gobiernos de ambos países.
La "gestión" de la "nueva sociedad", que lleva por nombre "Cementos del Plata", pasó a manos de la empresa privada. Tres directores son del inversor y dos de ANCAP. Sin embargo, ANCAP aportó el 55% del capital accionario mientras que Loma Negra aportó el 45%.
"El gerenciamiento de Cementos del Plata es realizado por personal de Loma Negra", advierten los informantes de LA REPUBLICA.
"Para peor", agregaron las fuentes, la comercialización de portland a través de "Cementos del Plata SA" ha decaído desde que se materializó el acuerdo: la participación del producto de ANCAP en el mercado uruguayo cayó de un 53% a un 46%, de acuerdo a los últimos datos disponibles.
La División Portland de ANCAP, señalaron con ironía las fuentes, "dio ganancias desde que existe y nunca trabajó en régimen de monopolio, sino de competencia; casualmente comenzó a dar pérdidas a partir de la concreción de la sociedad".
Los inversores privados, indicaron por otra parte los informantes, "nunca cumplieron los compromisos" de ventas asumidos por contrato, y llegaron a no exportar "absolutamente nada para Argentina". Las fuentes recordaron que el principal argumento del gobierno para propiciar el acuerdo comercial estribaba en que la "asociación estratégica" con Loma Negra permitiría aumentar las ventas de portland uruguayo en territorio argentino.
También quedó en manos de una empresa privada y extranjera la "gestión" y el "gerenciamiento" de la comercialización de las bebidas alcohólicas que producía ANCAP.
Los balances negativos no se hicieron esperar.
"El gerenciamiento quedaba a elección de Morrison", se indignaron los informantes, al subrayar que "toda la operativa de producción continuaba a cargo de ANCAP".
El 23 de setiembre de 1999, ANCAP firmó la constitución de una sociedad, (AMBD SA), con la firma escocesa Morrison Bowmore Distillers, propiedad de Suntory, una multinacional japonesa, que empezó a operar el 2 de noviembre de 1999.
"Ya en el primer ejercicio", se lamentan las fuentes de LA REPUBLICA, "los costos de comercialización superaban en valores constantes a los que antes tenía ANCAP".
La ruptura de la sociedad se produjo a fines de 2001. "La decisión de rescisión del contrato se vio demorada" porque "la Presidencia de ANCAP" pretendió "salvar la sociedad a cualquier costo".
Se pretendía "fortalecer" su producción de alcoholes en base a "la experiencia de empresas de primera línea", posicionar sus marcas en nuevos mercados regionales, y "penetrar en el segmento de los whiskies de alto precio".
"El socio, detentando la gerencia de la empresa se desvió completamente de los objetivos firmados; priorizó la colocación en la plaza local de los productos importados del socio en detrimento de los de ANCAP", y además, "ocultó y falseó información".
ANCAP había concedido que hubiera "un reparto de utilidades diferencial en los primeros tres años (80% ANCAP y 20% Morrison), y a partir del cuarto año un 50% para cada socio. Las exportaciones que se consiguiesen serían repartidas desde el inicio en un 50% para cada parte".
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