Hierro defendió el papel del Estado en la economía uruguaya, pero advirtió
que para subsistir estas empresas deben "tener herramientas, como las
asociaciones", que les permitan conseguir capital y tecnologías para romper
con la dependencia de los exiguos recursos de las arcas estatales o de las
tarifas que pagan los consumidores.
Gargano, en cambio, promovió como modelo de gestión que el Estado uruguayo
en solitario acometa la reforma de ANCAP, porque "la refinería se paga sola"
y de ese modo el Estado puede disponer de toda la ganancia que las empresas
públicas producen para volcarlas a "educación, salud y políticas sociales".
El debate se produjo el martes 23 en el salón de actos de la Bolsa de
Valores de Montevideo (BVM) y fue organizado por la Asociación Comercial del
Uruguay, una gremial que nuclea a comerciantes del centro de Montevideo y
grandes empresas de transporte y servicios.
Modelo para armar. Una reflexión del
empresario Julio Sánchez Padilla (CITA) disparó un intercambio ideológico
entre los oponentes. Sánchez Padilla calificó de "mentira" que se "entregue
la mitad de ANCAP", como sostiene el eslogan de los promotores de la
derogación de la ley, y sostuvo que en el mundo actual "todas las empresas
deben aggiornarse para seguir existiendo".
El vicepresidente Hierro aventuró que cuando exista competencia "ANCAP sola
durará de dos o tres meses a un año como máximo" y por eso dijo que "la ley
es un intento sabio, consensuado y maduro para salvar a la empresa y dotarla
de un modelo para los próximos 30 años".
Pero según Gargano, la ley habilita una suerte de venta. "Es una venta por
30 años y no hay ninguna disposición que establezca cómo hay que devolver
los bienes: nos pueden devolver chatarra o algo tecnológicamente atrasado",
indicó.
Para Hierro, empero, el modelo de "Estado inversor" que caracterizó a las
empresas públicas uruguayas "está agotado".
"Ustedes saben que soy nacionalista y batllista, quiero al Estado, pero soy
consciente de que tenemos que dotarlo de herramientas para que no
desaparezca", añadió.
"Hemos invertido U$S 300 millones en la refinería, todavía debemos U$S 120
millones y hay que seguir invirtiendo porque una refinería es algo muy
costoso de mantener. Yo prefiero invertir ese dinero en escuelas y que sea
un socio extranjero el que ponga esa plata", reflexionó el dirigente
colorado.
Gargano discrepó con esta visión y se mostró partidario de que el Estado se
mantenga al frente de las empresas públicas. "En el caso de ANCAP la
refinería se paga sola, es una inversión que ahora mismo se está amortizando
con venta de combustible excedente a futuro", afirmó.
"Yo no creo que un socio extranjero venga sólo para colaborar con la
inversión. Ustedes son comerciantes y conocen la lógica del capitalismo:
conseguir un lucro a partir de la inversión de capital, y está bien que así
sea", dijo el presidente del Partido Socialista.
"Pero yo tengo 65 años y cada vez estoy más convencido de mis ideas: las
empresas públicas tienen que ser eficientes, dar ganancias y transferirlas a
rentas generales para invertir en educación, salud y otras necesidades
sociales", prosiguió. "Entonces, ¿por qué vamos a regalar la mitad de esa
ganancia, que es para la sociedad, a un inversor privado?", preguntó
Gargano.
El senador socialista también citó un estudio suyo donde surge que desde
1992 las empresas públicas contribuyeron con U$S 1.900 millones que "fueron
a rentas generales para pagar pasividades, salarios y políticas sociales".
Hierro respondió al razonamiento: "Pero senador, eso es un bonito sueño:
usted sabe que Petrobras es un gigante (por la empresa estatal brasileña de
petróleo) y luego que se liberalizó el mercado se asoció y utilizó un
mecanismo igual al nuestro, se desprendió del 50% de las acciones de la
empresa".
"¿A ustedes les parece que la ANCAP sólita, en medio de los monstruos, va a
poder enfrentar la competencia?", repreguntó Hierro.
Monopolios. Para Hierro, el meollo
de la discusión radica en la caída de todos los monopolios establecidos en
el Tratado de Asunción que dio origen al MERCOSUR. "Creo que todos estamos
de acuerdo con el MERCOSUR, pero ahora resulta que ustedes (por el Frente
Amplio) no quieren la caída de los monopolios que es una consecuencia
natural de la integración".
"En todo caso el que no cree en el MERCOSUR es el presidente Batlle, que
anda en Miami proponiendo otras cosas", respondió Gargano.
"Pero sobre los monopolios creo que usted está planteando un error que mucha
gente comete, porque el proceso de integración no establece una caída
automática de los monopolios, y lo digo con conocimiento de causa porque en
la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado llevo años estudiando el
Tratado de Asunción", reflexionó el legislador frentista.
"Creo que en este tema, como sucede en la Unión Europea actualmente, se
puede negociar la caída de los monopolios de acuerdo a la realidad de cada
país. Por ejemplo, hasta hoy en Francia existen monopolios", recordó
Gargano.
Luego de este contrapunto intervino Héctor Parrella, presidente de la Unión
de Vendedores de Nafta (Unvenu), que nuclea a 500 estacioneros. "¿La ley
asegura rentabilidad a nuestro sector? ¿No se pueden arreglar las
ineficiencias de ANCAP ahora, aun sin ley?", preguntó Parrella.
Hierro respondió que el interés sectorial "es legítimo, pero ninguna ley ni
ningún decreto del gobierno puede asegurar la rentabilidad a ningún sector".
En cuanto a las ineficiencias, Hierro señaló que en el Parlamento hubo "un
lobby brutal de los funcionarios y gerentes de ANCAP para derogar una ley
que eliminaba el servicio médico del ente" que cuesta "mucho más que una
cuota mutual".
"Acá el Parlamento ha querido recortar beneficios y los sectores públicos se
oponen, y claro, al final alguien paga la cena", añadió el vicepresidente.
Gargano, en cambio, defendió a los funcionarios y gerentes del ente. "El
costo de ANCAP es apenas el 10% del costo del combustible", dijo. "Me consta
que los funcionarios en este período aceptaron recortar gastos, hicieron un
esfuerzo muy grande y se bajó 3% el costo de ANCAP. Sinceramente no creo que
se pueda bajar mucho más el precio por esta vía", afirmó.
Precio. En las preguntas de los
asistentes se hizo evidente que la principal preocupación de los empresarios
es si los combustibles bajarán con la aplicación de la ley de asociación. El
presidente de CUTCSA, Juan Salgado, afirmó que la "gran preocupación" del
sector transportista es el constante aumento del precio de los combustibles
y preguntó si esta ley garantizaba una rebaja.
Hierro enfatizó que la ley "por primera vez en la historia del Uruguay fija
un precio máximo del combustible y establece la calidad de los mismos". A
continuación, leyó el artículo 6 de la ley que establece que el precio
máximo en boca de refinería no puede superar al precio de paridad de
importación.
"La ley es muy clara: ANCAP debe producir como máximo al mismo precio que
producen nuestros vecinos. Si no lo logra, se habilita la importación para
que se encargue de topear el precio", añadió.
Gargano, en cambio, sostuvo que "no existe ninguna garantía de rebaja en la
ley" porque "habla del precio en boca de la refinería, pero después no
existe ningún marco regulatorio para el precio del transporte y la
distribución del combustible".
"No lo digo yo, lo dice Jorge Sanguinetti, el actual presidente de ANCAP. El
negocio de los combustibles está en las dos puntas: la extracción de
petróleo y la distribución, no en la boca de la refinería", añadió.
Gargano leyó un cuadro comparativo según el cual la nafta en Uruguay es más
cara que la de los restantes países de la región, pero el gasoil uruguayo
actualmente es el más barato. "Vean: acá tenemos subsidios cruzados y
ustedes hoy pagan el gasoil más barato de la región. Ojo porque esto se va a
terminar si viene una empresa extranjera y van a pagarlo más caro", advirtió
Gargano. |