El Referéndum del 7 de diciembre
de 2003 |
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Sobre precios políticos y reales por Carlos Santiago LA REPUBLICA 04/10/2003 |
Cuando los defensores de la ley de
asociación con privados de ANCAP afirman que con el acuerdo con una
multinacional el precio de los combustibles, que seguimos pagando los
sufridos uruguayos, descenderá, no están diciendo la verdad. Además ello es
un argumento improvisado, falto de sustento que, además no concuerda con la
realidad del país ni, tampoco, con la historia de las privatizaciones a
nivel de la región. Por supuesto que cuando el vicepresidente de la
República, senador Luis Hierro López, aseguró en el marco de la Bolsa de
Comercio que ello ocurriría, su afirmación se basó en una orientación
destinada a ganar adeptos a la causa de las privatizaciones.
Claro es más que efectista asegurar tal cosa, pues el terreno está abonado y si su afirmación fuera realmente plausible y creída, con el caldo de cultivo existente en una población agobiada, su argumentación ganaría en fuerza pero estableciendo una contradicción implícita: que es la política tarifaria llevada adelante por el gobierno y "aconsejada" por el Banco Mundial la agresiva para el bolsillo de la gente y para el desarrollo de la economía. Es evidente que todo lo que se mencione en torno a una rebaja de las tarifas, no cae en saco roto. Sin embargo, para intentar un análisis profundo del tema es necesario partir de algunas premisas que son básicas. En un marco teórico de fijación de precios, se podrían manejar algunos elementos que tienen, en materia de combustibles, componentes bastante rígidos. Un 40% del precio del crudo, un 10% por el precio ANCAP (refinación, sueldos, distribución, etc.) y otro 10 % en la operativa de la venta misma (estaciones de servicios, fletes, etc.). Ello conforma en las naftas un 50 % del total. El otro 50% está integrado, en esa gran torta inicial, por los impuestos que deben pagar los consumidores. Esa es la base inicial de los costos fijos que, en teoría, deberían manejarse para la fijación del precio final. Sin embargo, además, hay otros elementos que conspiran para que en estos momentos los uruguayos sigamos pagando los combustibles más caros de la región. Uno de ellos es la política tarifaria que poco tiene que ver con esa torta que está en la base de la formación de los precios. Una política negativa incluso para ANCAP, pues no existe una relación vertical, directa, entre esa torta básica con el precio final. Como ANCAP hasta hoy no ha explicitado ningún tipo de paramétrica, no sabemos cómo inciden sobre el precio final los estándares de producción que, evidentemente, no son los óptimos, porque el consumo sigue bajando. Por ello los sobrantes de combustibles livianos (naftas) siguen siendo "malvendidos" a la Argentina. Nadie ha explicado, por ejemplo, cómo se conforma ese precio de cuatro centavos de dólar el litro. ¿Ese es un precio comercial o es un precio ruinoso, destinado a achicar rápidamente el sobrante? ¿Tiene relación con la torta inicial de componentes? ¿Este es un precio político y el de la comercialización interna no lo es? Para ello es bueno introducirnos en otro perfil del tema. ¿Por qué hablamos de la absurda política tarifaria? Porque es evidente que en la conformación de un precio, el volumen del consumo de un producto es fundamental. La experiencia que hizo la propia ANCAP bajando en abril el precio de las naftas, fue más que interesante, pues no sólo se multiplicó el consumo de las mismas, sino que mejoró por razones a analizar la recaudación, reduciendo el volumen del sobrante de combustibles. Al bajar el precio final, por mayor recaudación, no sólo mejoró el "costo ANCAP" sino también la recaudación impositiva y las ganancias de los distribuidores, quedando rígido solamente el precio del crudo. ¿Entonces por qué no se siguió adelante con esa experiencia? ¿No era una mejor ecuación para la comercialización? Para el ministro de Economía Isaac Alfie, un fiel cumplidor de lo estipulado por los organismos de crédito, es bueno que las tarifas sean altas para que así --dijo textualmente-- los que tienen más paguen más. Es tan absurda esa afirmación como la de quienes sostienen que los combustibles bajarán si ANCAP se asocia con una empresa multinacional. Lo repetimos, la experiencia continental indica lo contrario porque, además, es evidente que el costo ANCAP se multiplicará, pues allí se sumarán las utilidades que pretenda el socio. ¿Alguien puede asegurar, para terminar esta reflexión, que con la asociación el crudo llegará a la refinería de La Teja a un precio distinto al básico actual? Y, por supuesto. ¿Los precios en algún momento dejarán de ser el resultado de "ecuaciones" políticas y se basarán alguna vez en los valores reales? El único camino para que ello ocurra es que ANCAP siga siendo un bien de propiedad de los uruguayos y que el gobierno fije políticas realistas que tengan en cuenta el costo real, la capacidad de compra de los uruguayos y los caminos para la reactivación que se elijan. Lo de Hierro López no es más que un tiro publicitario. ¿Y lo de Alfie? Más vale dejarlo a la consideración del lector. |
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