Carnaval 2003
Salto: Zona Este
recoge desafío

La Zona Este recoge el desafío para el Carnaval

A medida que pasan los días, se hace habitual ver a los vecinos de la Zona Este escrutando el cielo, leyendo pronósticos meteorológicos en los diarios, o consultando los informes en Internet. La inquietud es compartida: ¿lloverá el miércoles 5 de marzo?. ¿Será que por fin disfrutaremos de un desfile de carnaval en la Avenida Batlle?.

Parece exagerado, pero es real; se palpa, se respira una ansiedad generalizada por el desfile de carnaval que debió hacerse el domingo pero que no pudo ser a causa de las lluvias.

El Atlético Juventus y ASAC asumieron el desafío de organizar varias actividades propias del carnaval, para que éste y la alegría popular sobrevivan.

El Shopping y varias empresas comerciales importantes se sumaron a la iniciativa y de a poco se fue construyendo una conciencia colectiva en los diversos barrios que componen la Zona Este, y también en el cinturón de chacras y colonias cercanas, en el sentido de que es posible, aún con pocos recursos, disponer algunas jornadas de encuentro y de alegría popular. Es como una tregua en medio de una guerra, o una luz de esperanza en medio de las tinieblas, o un remanso de brisa durante una tormenta que parece interminable.

Bienvenida a la inventiva de la gente.

Por eso el llamado de Juventus y ASAC a la improvisación expontánea de la gente para participar del desfile infantil y de adultos con un disfraz del tipo que sea, con un carrito alegórico, con un grupo de mascaritos, con un pito, una matraca o un redoblante. No se precisaría mucho más. Sin embargo, desfilarán todas las agrupaciones de carnaval, las Reinas de los barrios y sus princesas, un conjunto humorístico y varias mascaradas.

El que tenga ganas de respirar alegría, que no se anule a sí mismo; el que disponga un tambor o cualquier otro instrumento de percusión, que organice una batucada y salga a desfilar el miércoles 5 de marzo para recuperar un poco de buena onda. Y el que no tenga nada para disfrazarse y ningún elemento para hacer ruido, que salga igualmente a desfilar al estilo de las antiguas Vías Blancas, por la hermosa pista que es la Avenida Batlle, ahora bien iluminada.

Participar, para que el esfuerzo valga la pena.

Al otro día del desfile la crisis seguirá presente, pero el encuentro de las personas y el atisbo de una sonrisa del amigo que hace tiempo que no vemos, se convertirá en un recuerdo inolvidable. Y el carnaval recobrará sus bríos añejos, prolongando su magia y su canto a la vida de los pueblos.

Así, los que han dedicado muchas horas a organizar todo esto, podrán decir, simplemente: ¡valió la pena tanto esfuerzo!.

Si el desfile es exitoso, es probable que en los próximos años el Carnaval vuelva a los barrios, para quedarse.