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Descentralización y participación
Sin embargo se mueve
Al cumplirse el primer año del cuarto mandato frenteamplista en Montevideo, dos de los ejes estratégicos definidos -descentralización y participación popular- apenas han tenido su vigorcito y no han llegado ni a medio camino.

por Daniel Erosa (extractado de Semanario Brecha 07/07/06)

    Según dicen, hay razones para explicar el agua tibia en cada etapa. Una paquidérmica estructura de lentas reacciones generada por el clientelismo político, la falta de experiencia de la izquierda para administrarla e imponer un cambio de cultura tanto en los vecinos como en los funcionarios, la ausencia de apoyo económico y hasta cierto hostigamiento de los gobiernos nacionales, la necesidad de desviar recursos para generar políticas sociales que el Estado abandonó por mandato neoliberal, las fuertes trabas impuestas por las diferentes chacritas de poder que ya existían y las que se fueron generando luego, la crisis de 2002, las variadas concepciones de gestión de los distintos equipos municipales, etcéctera.
    Pero hoy la realidad no admite más demoras. Se ha acumulado suficiente experiencia y el escenario político es muy otro: hay otras siete intendencias frenteamplistas y el gobierno nacional es “amigo”. Por eso, tanto las autoridades actuales como los propios ciudadanos se dan cuenta de que ya es hora de poner –al menos– a trotar al elefante.
    La definición política de acercar la Intendencia a la gente desconcentrando servicios y fomentando su participación es, según dijo a BRECHA Walter Cortazzo, director del Departamento de Descentralización, una prioridad de este gobierno. Si bien se reconoce que los tiempos institucionales son muy distintos a las velocidades que la gente exige, Cortazzo asegura que se han propuesto con firmeza “romper con las inercias”, y coordinar planificadamente toda la gestión comunal. A su departamento, asegura, le tocó “el rol de sacudir la estructura. Vamos a radicalizar la transversalidad interna del municipio para actuar con una misma política sobre todo el territorio”.
    Tres definiciones apuntan a ese objetivo: un nuevo sistema para subdividir la ciudad en regiones, el potenciamiento de los centros comunales zonales (CCZ) y la puesta en marcha del presupuesto participativo (pp).
NUEVOS CAMINOS PARA DESCENTRALIZAR. Según explicó a BRECHA el edil socialista Gastón Silva (véase entrevista adjunta), habrá tres oficinas regionales que atenderán seis centros comunales cada una, y que “estarán enclavadas en el corazón de la zona para dar una respuesta más efectiva. Contarán con obreros y técnicos para las diversas tareas y con cierta maquinaria para resolver problemas concretos”.
    Con respecto a los CCZ, la idea es cambiarlos por centros cívicos de información ciudadana, darles otra “musculatura”, transformarlos en oficinas grandes y espaciosas de atención personalizada. Asignarles más personal, mejor capacitado, que pueda resolver más trámites.
    Cortazzo asegura que encontraron “debilidad en los centros comunales. Sobre todo carencia de respuestas a las solicitudes de los vecinos”, o reflejos “tan lentos que resultan igual de ineficientes”. Para el director es un objetivo claro y definido recomponer la credibilidad, con eficiencia y respuestas más rápidas: “Los reclamos no se pueden perder más en ningún cajón”, asegura. Una de las mayores quejas de los vecinos es justamente ésa: llegar a un acuerdo que luego será incumplido por la Intendencia. “Es una crítica real y si no la tomamos, no avanzamos. Estamos en un pozo y si no nos damos cuenta, no salimos”, dice Cortazzo.
    El edil comunista Carlos Tutzó piensa que en el segundo período de Arana se constató un estancamiento del proceso de descentralización. “Los procesos de ejecución de las medidas que planteaban los vecinos fueron efectivamente de una lentitud desmotivadora.” Y agrega que “ahora votamos en el presupuesto un incentivo para los funcionarios que van a trabajar a los centros comunales. Necesariamente tienen que estar más capacitados, porque tienen que dar respuestas sobre todas las áreas”.
    PARTICIPO, LUEGO EXISTO. “Hay una responsabilidad del proyecto de gobierno municipal en no haber sabido dar cabida a una mayor participación”, asegura Tutzó, y opina que se deben asumir las dificultades propias de la izquierda en ese sentido: “Venimos de cien y pico de años donde los departamentos de la comuna son feudos de poder, pero también tenemos que ver que llevamos 16 años de gestión y no hemos logrado los canales para que la gente sienta que participando colabora a resolver cosas”.
Cortazzo dijo que la actual administración tiene “una responsabilidad política de promover la participación. Falta mucho. Pero tiene que haber un cambio de cultura sobre todo acá adentro”. Para eso, dice, hay que realizar una mejor gestión, lo que redundará en que la gente tenga más confianza y “tome realmente parte, participe”. Por eso, en esta etapa, “vamos a destinar una partida de dinero para que los ciudadanos decidan libremente en qué gastarla”.
    Esta propuesta es parte medular del pp, que establece un sistema por el cual por primera vez los vecinos proponen obras concretas y cuentan con una partida discrecional de más de 100 mil dólares por CCZ para ejecutar la obra que tenga más votos. El monto se incrementará año a año, y la obra deberá hacerse sí o sí en el plazo previsto.
    “Promovimos este modelo y ya se ven resultados. Hubo 120 propuestas para 2006 y 2.171 para ejecutar en 2007”, explica Cortazzo.
    Sin embargo, para Tutzó, si bien es positivo ese interés de los vecinos en proponer planes para los barrios, “a nivel popular vamos a tener que hacer un trabajo motivador y romper algunos códigos instalados. Porque no a todo el mundo le gusta que le vengan a reclamar. No todos concebimos lo mismo sobre la palabra participación. Hay gente que piensa que la descentralización debe ser un engranaje del gobierno y nosotros creemos que debe ser una herramienta de exigencia, que empuje y desburocratice”.
A pesar de todas las dificultades y matices planteados, el saldo general de la gestión, según los entrevistados, es positivo. Explican que se partió de muy abajo en estos temas, que no había una demanda popular definida, que el cambio de cultura partió de la propuesta política y que, así y todo, Montevideo sigue siendo un modelo en el proceso de descentralización y participación popular frente a muchas ciudades de América Latina.
   
Con el edil socialista Gastón Silva: "Ya tenemos los pantalones largos"
    —¿Hay miedo de trasladar poder a la gente?
    —Creemos que algunas veces hubo falta de voluntad política de la propia izquierda para llevar adelante algunos procesos de descentralización. Ha habido falta de vigor, de empuje. Algunos pueden pensar que la gente no está capacitada para llevar adelante tareas de gobierno. Otra visión dice: si yo traslado poder a los vecinos, pierdo el poder que tengo. Muchos no quieren perder los privilegios de decidir y ejecutar. Es una concepción vertical de gestionar el Estado. También en la izquierda pasa eso. Nosotros creemos que transferirle poder a la gente implica ciertos riesgos, pero si no damos oportunidades nunca vamos a avanzar en ese sentido.
    —¿Y por qué tiene confianza en que eso cambie en esta administración?
    —Primero porque son definiciones que ya se aprobaron a nivel político y porque Ehrlich tiene la firme voluntad de que estos cambios se lleven adelante. Él también ha percibido que si algunas cosas no se transforman, el proceso de descentralización se muere. Y es un proyecto estratégico de la izquierda. Si la gente no se compromete con un proceso político de cambio, es inútil todo lo que se haga por medio de decretos, leyes o discursos. La gente se tiene que adueñar del municipio.
    —Eso se ha dicho siempre y hasta ahora no pasó: ¿por qué la gente va a creer?
    —La política de esta administración es demostrar con hechos. Menos palabras, más realidades. No hablemos más de participación de la gente, démosle participación. Se terminó la época de diagnóstico y acumulación de experiencia. Ya tenemos los pantalones largos. No tenemos que olvidarnos de que ahora nos comparan con nosotros mismos.

Ver también: Descentralización participativa: sin el barrio, nada (con el Concejal Vecinal Guillermo Font)

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