por Jorge Alvariño
Presidente de la Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay
Dinámica Cooperativa. No. 119. Octubre 1997

Hemos recibido con agrado la invitación de Dinámica Cooperativa para expresar el pensamiento de las Cooperativas de Trabajo.

El empleo y su contracara, el desempleo, presentan la situación más dramática que este mundo globalizado nos regala. Y nos regalará.

Mucho hemos leído y visto más todavía de los proyectos económicos en curso, en lo que se refiere al empleo-desempleo, ocupación-desocupación, etc., etc., pero no hemos escuchado tanto acerca de las consecuencias mediatas e inmediatas de estas situaciones.

Este dramatismo creciente en el que está sumido este sector de los buscaempleos, no es injustificado. Es la percepción individual y colectiva que esta situación no es circunstancial, que perdurará en el tiempo, y que cuando termine será tarde. Todo el tiempo transcurrido será tiempo menos de vida digna, menos de salud, de educación, y más de deterioro.

Ante estas situaciones, lo único que escuchamos son llamados a la cordura, a evitar la crispación, a no fruncir el ceño, a preocuparnos por los números "grandes", por la "macroeconomía", etc., y técnicos y políticos embarcados en estas ondas expelen su fraseología justificatoria de tal panorama.

Todos sabemos qué está pasando, no somos ciegos, todos sabemos lo que la gente pide, no somos sordos. En la medida que reconozcamos el problema podremos discutirlo e intentaremos entre todos, solucionarlo, porque las cooperativas de trabajo han sido, a lo largo de su historia, colaboradores permanentes en la solución de los problemas del desempleo en nuestro país. Han demostrado que a pesar de los avatares socio-económicos, permanecieron tozudamente en el universo económico uruguayo.

Este sector de la economía social ha permitido mantener la fuente de empleo de miles de uruguayos, mejorando su calidad de vida e integrando a nuestra sociedad, trabajadores, que de mantener su situación de desocupación, integrarían las legiones de marginados, que hoy tanto nos preocupan. Y esto ha sido, y es, sin ningún tipo de apoyo estatal.

Las cooperativas de trabajo han respondido activamente y con gran vitalidad a medidas que no le han costado al estado un solo peso.

Medidas políticas que favorecen la creación de cooperativas, al estilo de las cooperativas de taxis, han quitado un problema al estado y solucionado la actividad de cientos de trabajadores.

Pero estamos seguros que en este momento es necesario que el estado, los trabajadores, las Ong’s, discutan las medidas necesarias que promuevan realmente una política de estado encaminada a la necesaria reactivación de las fuentes de empleo, y también estamos seguros que las cooperativas de trabajo pueden ser un referente importante a la hora de aportar la experiencia acumulada en largos años de lucha por el mantenimiento de los puestos de trabajo.

Y es en este sentido, que la Federación de Cooperativas de Producción (trabajo) y el Centro Cooperativista Uruguayo han comenzado a trabajar en esta dirección, desterrando el pesimismo del "no se puede", "no te dejan", "es imposible", y el mensaje encaminado a la indiferencia, tan de moda hoy en día, y que sirve únicamente para ver un mundo que no es el real.

Pero ya no podemos pensar solamente en apoyos puntuales para particulares problemas.

Hoy es necesario afirmar que el problema de la desocupación es grave.

Que el problema de la subocupación también es grave.

Que el problema de la marginalidad derivada de largos años de desocupación, es gravísimo.

Que es necesario revertir estas situaciones con políticas que puedan prolongarse en el tiempo, independientemente de los gobiernos que se sucedan.

Políticas que contemplen a la sociedad en su conjunto y no solamentge a la ganancia de las empresas, políticas que promuevan no sólo el empleo, sino también la protección de las fuentes de trabajo existentes y que peligran, en fin, medidas correctivas y que pongan en el centro de la mira al hombre, que es el objeto por el que se conformó esta organización de personas que se llama estado uruguayo.

Hoy más que nunca precisamos una herramienta legal que estimule la creación de puestos de trabajo cooperativos a imagen y semejanza de la ley de Forestación.

El estado realizó un enorme esfuerzo en desarrollar un sector importantísimo de nuestra economía. Hoy en día se están viendo los resultados, llegando a extremos, que seguramente a partir de su propio desenvolvimiento, genera problemas de infraestructura vial y ferroviaria para el traslado de la producción.

Ese enorme esfuerzo realizado por el estado debería repetirse hacia otros sectores, que en este caso generan más mano de obra agregada con un evidente sentido de crecimiento real y de distribución más equitativa.

Esta herramienta legal deberá necesariamente contemplar a las cooperativas de trabajo, porque éstas han demostrado que cada peso invertido se ha colocado en el país, que cada peso producido fue reinvertido en el país, que no hay ningún trabajador enriquecido con los dineros cooperativos, y que el estado (todos nosotros), no ha cargado con el enorme peso de deudas o inversiones que han generado bancos fundidos o enriquecimientos de individuos o sociedades anónimas, que seguramente colocarán en el exterior las ganancias obtenidas a partir de los financiamientos que todos nosotros (el estado) le hemos dado.

Hoy creemos necesario embarcarnos en la lucha por la herramienta legal que subsidie y beneficie con créditos de largo plazo y bajos intereses a las cooperativas que presenten proyectos viables y que crean fuentes de empleo reales, encaminadas con realidad al verdadero crecimiento, al verdadero desarrollo que es el crecimiento y desarrollo de la gente.

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