La
República - 14/08/99 - página 13A 31 años del asesinato de Líber Arce,
la
FEUU criticó las políticas neoliberales y exigió
justicia social
Contra la exclusión
Al cumplirse hoy,
14 de agosto, treinta y un años del asesinato de Líber
Arce por las fuerzas represivas del pachecato, la
Federación de Estudiantes Universitarios (FEUU)
denunció la pobreza, la miseria y la injusticia social
que se arrastran como estigmas del pasado, reivindicando
la lucha del movimiento estudiantil, los trabajadores y
todas las fuerzas de cambio movilizadas por una sociedad
más justa y sin excluidos. En forma paralela, el gremio
fustigó duramente la reforma educativa, aludiendo a su
inspiración economicista y al "vaciamiento" de
contenidos pedagógicos.
Bajo el lema "Junto a los
mártires de la educación del pueblo" y en una
proclama de cinco carillas, los estudiantes sintetizaron
el sentido de su lucha y sus inquietudes por la crítica
situación que afrontan miles de uruguayos, que
atribuyeron al modelo neoliberal aplicado por los
gobiernos de posdictadura.
La FEUU recordó --sucintamente--
los momentos más dolorosos de la lucha popular hace tres
décadas, aludiendo a la salvaje represión desatada
desde el poder en tiempos del pachecato y medidas prontas
de seguridad.
Regresando a nuestro tiempo, la
gremial reflexionó que, 31 años después, "la
pobreza, la injusticia y el poder de un puñado, se
agudizan". Aludieron, en ese marco, a las guerras
que siguen abatiéndose sobre la humanidad y "la
incapacidad de escuchar los anhelos de paz de los
pueblos".
Según la Federación de
Estudiantes Universitarios, el mundo vive hoy
"dominado por un pequeño grupo de grandes potencias
y algunos organismos financieros internacionales".
Los estudiantes denunciaron la creciente concentración
de la riqueza y el vertiginoso crecimiento de la pobreza,
particularmente en las naciones en vías de desarrollo.
La FEUU rechazó la agresión
imperialista, centrando sus críticas en el papel tutelar
de los Estados Unidos y otras potencias aliadas,
aludiendo claramente a las cruentas intervenciones en
Medio Oriente y Los Balcanes.
Refiriéndose a nuestro país, el
manifiesto alude a la incidencia local de la
globalización y a la crisis estructural que se arrastra
desde hace casi cuatro décadas. Al respecto, la FEUU
observa una profundización de las situaciones críticas,
las que atribuye a la imposición de recetas foráneas de
los organismos internacionales y las multinacionales.
Considerando que "los remedios son peores que la
enfermedad", la FEUU afirmó que se "ha
profundizado la explotación de los asalariados",
denunciando que se sigue concretando la
"liquidación" de las conquistas sociales
alcanzadas durante décadas de luchas y
sufrimientos".
Analizando muchas de las
insatisfechas demandas sociales de los uruguayos, la
Federación aludió al déficit de vivienda y las
precarias condiciones de la salud pública.
El manifiesto traza un horizonte
crítico de la realidad social del país, recordando las
altas tasas de desempleo, que afecta en forma abierta a
más de 180.000 personas y a los 600.000 uruguayos que
viven en la incertidumbre por la inestabilidad de sus
fuentes laborales. "Esa realidad no la ve quien no
la quiere ver", expresaron los agremiados.
Aludiendo a la política educativa
impulsada por el gobierno y en particular a la
controvertida reforma diseñada y aplicada por el
Codicen, la FEUU criticó lo que considera actitudes de
"soberbia" y "autoritarismo".
En ese marco se denunció el
"vaciamiento de contenidos" y la concepción
eminentemente economicista del nuevo modelo educativo,
que prioriza la preparación para ingresar a un mercado
laboral, cada vez más acotado, sobre la formación
sistemática y el desarrollo del espíritu crítico.
"Se propone una enseñanza superficial de todo lo
que tiene que ver con los conocimientos sociales,
literarios, artísticos e históricos, que resultan clave
para la defensa de la identidad nacional".
Se pone especial énfasis en
destacar que la reforma educativa "ha sido orientada
por los organismos crediticios internacionales", que
son precisamente los que la financian.
También se critican los
"salarios miserables" de los docentes y una
actitud "cerrada y autoritaria, que establece
sanciones y prohibiciones".
En relación a la Universidad de la
República, la FEUU recordó que en ella se perciben los
salarios más bajos del Estado, denunciando las
prácticas privatizadoras del gobierno, mediante la
habilitación de numerosas instituciones de educación
terciaria. En ese sentido, la gremial reivindicó la
vigencia de la gratuidad, la autonomía y el cogobierno
en nuestra casa de estudios superiores.
Se analiza, con indisimulada
satisfacción, el reciente triunfo de las fuerzas
progresistas en las elecciones universitarias.
La proclama destaca su tajante
rechazo a la reforma educativa, reivindicando la
gratuidad de nuestra enseñanza y la demanda de que el
Estado asigne un 4,5 del PBI a este servicio de indudable
prioridad social. Paralelamente, las banderas de la FEUU
se levantan "por un país productivo y con justicia
social", renovando el viejo grito de guerra:
"Obreros y estudiantes, unidos y adelante".
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