autogestión vecinal

FUCVAM
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SEMINARIO INTERNACIONAL
Producción Social del Hábitat
y Neoliberalismo:
el capital de la gente
versus la miseria del capital
Montevideo, 1 al 6 de octubre 2001
Federación Uruguaya de Cooperativas de Viviendas por Ayuda Mutua
Secretaría Latinoamericana de Vivienda Popular
Coalición Internacional del Hábitat

SELVIP

Comunidades Productivas Solidarias
con familias de jóvenes y adultos de sectores populares
del conurbano bonaerense

Asociación Civil Don Jaime de Nevares

TITULO DE LA IDEA:  Comunidades Productivas Solidarias
Regiones donde la idea está siendo implementada: conurbano sur (Diócesis de  Quilmes, Florencio Varela y Berazategui) e interior sur (región de la denominada cuenca lechera) de la provincia de Buenos Aires.

1.         TRES FRASES PARA EXPLICAR LA IDEA

La innumerable cantidad de recursos derivados a la asistencia social en la región en las diferentes problemáticas,  su falta de articulación y la ausencia de una estrategia integral que los ponga en función de proyectos de promoción y desarrollo, (sin contar las pérdidas y derivaciones por corruptas administraciones), no sólo no disminuyen los efectos de la exclusión social sino que además, en su propia implementación desvirtúa cualquier proceso de fortalecimiento de la  sociedad civil, aumentando los niveles de dependencia asistencialista y clientelar.

La creciente concentración en el conurbano bonaerense, sin planificación y con agudización de las desigualdades sociales, genera altos niveles de violencia que sólo podrán ser revertidos con propuestas de promoción y desarrollo que articulen las capacidades actuales de la mano de obra deteriorada, la recuperación de tecnología sencilla (agrotecnias) no contaminantes, le recuperación de áreas rurales sin uso con la consecuente construcción de espacios más abiertos y socialmente más saludables, la producción en función de la promoción humana, la disminución de la pobreza y la formulación de procesos de capacitación más solidarios y humanizadores: la generación de Comunidades Productivas Solidarias.

UNA PROPUESTA DE RELOCALIZACION DE COMUNIDADES EN EL CAMPO PARA GENERAR NUEVAS UNIDADES COMUNITARIAS DE PRODUCCION Y COMERCIALIZACION SOLIDARIA CON UN FUERTE COMPONENTE DE AUTOGESTION, SUPONE UN PROFUNDO Y COMPLEJO PROCESO COLECTIVO DE DEBATE, DISEÑO, PLANIFICACION, CAPACITACION ORGANIZACIÓN Y GESTION, QUE SUPERE LOS LIMITES DE LAS ACTUALES CONCEPCIONES ECONOMICISTAS DE FORMULACION DE PROYECTO SOSTENIDOS EN EL EJE COSTO / BENEFICIO

2.         CARACTERIZACION DEL PROBLEMA

Es la  provincia de Buenos Aires donde se encuentran las extensiones de  tierras más productivas de nuestro país. Incongruentemente se siguen reiterando manifestaciones cíclicas de pobreza debido a dificultades estructurales de los grupos dirigentes para impulsar proyectos de desarrollo con consenso social. Parecería inexplicable el aumento creciente de hombres, mujeres y niños padeciendo hambre, en la entrada de un nuevo milenio y con el actual avance tecnológico

No podría enmarcar la problemática sin una –aunque breve- referencia a la actual situación de la economía internacional, fundamentalmente en este avanzado proceso de globalización economómica mundial. Para lo cual voy a hacer mías las consideraciones realizadas por los Centros de Estudios e Investigación de la Conferederación General del Trabajo (Propuesta Económica de Emergencia “Reactivación, empleo y protección de la producción y el trabajo argentino”) y de la Central de Trabajadores Argentinos (Transformar la crisis en una oportunidad “Shock distributivo y profundización democrática”).

La economía mundial que hoy tenemos puede describirse como un sistema donde convive una base tecnológica propia del siglo XXI con intentos por imponer ideologías que sostienen marcos regulatorios propios del siglo XIX. Esto plantea un funcionamiento del desarrollo capitalista que profundiza aún más, sus tendencias a la crisis (subconsumo, sobreproducción y caída de la tasa de ganancia).

La aplicación de viejos criterios de medición y regulación de la productividad en un contexto de nuevas tecnologías que aceleran la capacidad de sustitución de la fuerza de trabajo, y su combinación con formas de gestión del Estado que se fundan en criterios de rentabilidad y eficiencia, de manera excluyente y a expensas del universo de conquistas culturales, sociales y de resguardo del medio ambiente, provocan:

·      tendencias estructurales a la insuficiencia de demanda (depresión mundial)

·      caída de la tasa de ganancia en los sectores productivos

·      generalizado proceso de concentración

·      predominio de la valorización financiera.

          La base tecnológica hoy disponible y el predominio de los mercados de los países desarrollados permiten reintroducir formas de regulación y acumulación altamente inestables que se asientan en:

·      Maximizar ganancia reduciendo  la inversión en fuerza de trabajo

·      Reinversión de la ganancia, que además de ser baja en su destino productivo, se acumula cada vez más en medios materiales de producción (sobre un parque tecnológico distinto al anterior y fuertemente ahorrador de mano de obra).

·      Incremento de la productividad bajo su medida aparente (reducción de trabajo nuevo incorporado por los trabajadores a un volumen determinado de bienes y servicios).

La tasa de crecimiento de la especulación es mayor que la tasa de crecimiento de la economía real. Como la especulación financiera suele recaer, en una proporción importante, sobre las monedas locales y la deuda pública de los estados, y estos recaudan sobre la base de la evolución de la economía real, la diferencia de tasas anteriormente mencionada explica que tarde o temprano se asiste a situaciones de insolvencia que se expresarán en algún punto de la cadena de pagos (Asia, Rusia, Brasil, etc.). Asimismo, en este contexto se opera una expansión del desempleo a escala planetaria y un aumento en los niveles de precarización al tiempo que se resienten las condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo. Nos acercamos así, al núcleo de la contradicción que queremos destacar. La nueva base tecnológica maximiza la capacidad productiva al tiempo que requiere de fuerza de trabajo crecientemente calificada. Pero los criterios que gobiernan la gestión de esta base tecnológica deprimen la demanda y ponen en crisis la reproducción de la fuerza laboral. Afrontar esta contradicción exige plantear que la humanidad necesita, en la presente etapa, una nueva regulación económica. Regulación que debe promover una mayor formación de la fuerza de trabajo a efectos de poder aprovechar y disponer cabalmente de los medios materiales que suministran nuevas tecnologías y vincular a todos los ciudadanos al proceso económico incrementando el número de beneficiarios efectivos de las potencialidades de la revolución tecnológica.

En nuestro país se aplicaron permanentes medidas de ajuste –como condición para el refinanciamiento de créditos internacionales- combinadas con el programa de convertibilidad, que han producido profundas transformaciones de carácter regresivo en nuestra estructura socioeconómica. Se verifica fácilmente repasando las siguientes variables:

-          La Deuda Externa pública aumentó desproporcionadamente de 60.000 millones a 140.000 millones de dólares y genera la creciente necesidad de nuevos endeudamientos considerando tan sólo el pago de los servicios de esta deuda.

-          El Estado perdió la casi totalidad de su patrimonio empresarial, estimado en más de 35.000 millones de dólares a través de las privatizaciones de empresas de servicios públicos, emprendimientos estratégicos, y banca nacional y provincial.

-          Se asistió a la continuidad del proceso de desindustrialización iniciado en los años 70, a la liquidación de la pequeña y mediana empresa y al quebranto de las economías regionales.

-          El consumo superior creció de 43.000 millones en 1993 a los actuales 95.000 millones, mientras que el consumo de los sectores asalariados cayó de 97.000 millones hasta 72.500 millones en 1999. Esta elitización de la demanda demuestra que la recesión prosigue y se va a seguir prolongando.

         Luego de las transformaciones vividas durante la década del noventa la dinámica vigente en la economía argentina impone, sobre el mercado laboral, el siguiente cuadro de situación:

·      Cuando la economía crece, el desempleo se mantiene estructuralmente alto (nunca inferior al 12%), la precariedad se expande (las nuevas ocupaciones son de baja calificación y magro nivel de ingreso), por ende, aumenta el subempleo y el sobreempleo y la pobreza crece de modo sostenido.

·      Cuando la actividad económica cae (es el caso del año 1999), el desempleo sube de manera significativa (es probable que terminemos 1999 con cifras de desocupación cercanas a las del año 1995, 18%) la precariedad se mantiene en los niveles alcanzados, y la pobreza se expande significativamente en línea con la tasa de desocupación. Escalón este que no podrá absorberse dado el comportamiento ya descrito para la fase de expansión.

      La dinámica expuesta define tres cuestiones básicas:

·      A mayor nivel de PBI se coexiste con la misma tasa de desocupación. Por ejemplo, pese a que la economía de 1998 es mayor que la de 1994, la tasa de desempleo es la misma.

·      Todo salto en la pobreza (ocurrido en los momentos de recesión) debe entenderse como estructural. De acuerdo con lo expuesto, durante las fases de crecimiento económico, la pobreza no sólo no se reduce sino que puede incluso crecer lentamente.

·      A igual nivel de desempleo le corresponde un mayor nivel de pobreza. Así, con un 12% de desocupación, la pobreza en el Gran Buenos Aires ascendía en 1994 al 19% de la población. A finales de 1998 con el mismo nivel de desempleo la pobreza ascendía al 26%.

      En este marco, si los datos del Banco Mundial señalan que a marzo de 1999 el 36% de la población argentina es pobre (en valores absolutos esto representa 13.400.000 argentinos pobres según su ingreso) pocas dudas caben respecto a que ingresaremos al año 2000 con un 40% de la población en esta situación. Además el 8,6% de la población vive en la indigencia (en valores absolutos en el país hay 3.200.000 indigentes). Y lo que es más grave aún con un 45% de los niños bajo la línea de pobreza y con una mayoría de niños a la hora de considerar a esa parte de la población. Un país donde la mayoría de los niños son pobres y la mayoría de los pobres son niños.

      Este cuadro es paralelo a otro fenómeno: la consolidación de una cúpula empresarial que, durante las últimas dos décadas, ha tendido a independizar su ciclo de negocios de la evolución de la economía local. Es decir, se expande a una tasa mayor cuando la economía crece y cuando esta ingresa en recesión sigue expandiéndose. Dos datos sirven para ilustrar esta afirmación. Durante la década del ochenta mientras la economía cayó un 1,9% anual, los activos de las primeras 100 firmas crecieron al 6,1%. En la presente década, mientras el PBI partiendo de sus bajísimos niveles de 1989/90 creció un 50 % entre 1991y 1997 (en buena medida por utilización de la capacidad ociosa de los años mencionados), las primeras 200 firmas aumentaron sus ventas un 114%, siendo la tasa de crecimiento anual  de las primeras cien -16,9%- superior a las del segundo centenar -12,8%-. Pero lo que es más relevante es que frente a la recesión del año 1995 (caída del 4,4% del PBI) la facturación de las doscientas primeras se incrementó un 11%.

En el mismo sentido otros datos abonan esta afirmación. Un estudio reciente del INDEC para las 500 firmas de mayor facturación, constata que durante el período 1993-1997 mientras el valor agregado crecía un 37%, la productividad lo hacía en un 53%. Performance ésta asentada en la expulsión de 63.000 trabajadores y en la extensión de la jornada laboral. En este marco, las ganancias de las firmas crecían un 69% y los salarios apenas se movían marginalmente incrementándose en un 6%. El sendero descrito permite tomar conciencia cabal del carácter regresivo y polarizante del sendero económico recorrido.

En números globales, la productividad creció un 70%, el PBI un 50%, la PEA un 30% y los ocupados un 15%. Frente a este proceso que implicó la agudización de la polarización en la distribución del ingreso no se verificó ninguna alteración positiva en el comportamiento agregado de la inversión reproductiva, ni tampoco en la inserción internacional de la economía argentina.

      Lo expuesto es el resultado de por lo menos cuatro características que han definido nuestro país en los últimos veinte años:

a)   La regresividad distributiva

b)   El papel del Estado centrado en la canalización de subsidios al capital concentrado durante la década pasada y en la transferencia de activos durante los noventa.

c)   El tipo de capitales que integran la cúpula: se trata de conglomerados dueños de conjuntos de empresas que actúan en diversos sectores de la economía. Situación esta que les permite continuar su expansión aún frente a los cambios en el orden macroeconómico, aprovechando el dinamismo diferencial de los distintos sectores de actividad, los aumentos de productividad no distribuidos y la transferencia de ingresos en contra de los asalariados y las Pymes.  

d)   La valorización financiera ligada al fenómeno del endeudamiento externo. Esto implicó durante la década del ochenta que la cúpula empresarial dominante tomó deuda para valorizarla en el sistema financiero local (con cargo al Estado) y alimentó con esto una espectacular fuga de capitales al exterior. De igual modo, aunque bajo nuevas condiciones, durante los noventa los pasivos externos de los agentes económicos principales se vincularon con la compra de empresas públicas a bajo precio optimizando la inversión con la obtención de excedentes en mercados oligopólicos sin regulación alguna o realizando fuertes ganancias patrimoniales revendiendo sus posiciones accionarias en los consorcios de las empresas privatizadas. Por ambos métodos se alimentó también una importante fuga de capitales (cerca de u$40.000 mill. entre 1993 y 1997).

      El resultado de este comportamiento por parte de la cúpula redunda en la afirmación de una economía centrada en el predominio de actividades ligadas al sector servicios y a la explotación de producciones fuertemente asentadas en el aprovechamiento de los recursos naturales. Asimismo, se multiplica el endeudamiento y se sostiene una elevada fuga de capitales al exterior como evidencia de un comportamiento rentístico.

       El panorama descrito combina entonces:

·      Un modelo económico que aún creciendo no tracciona favorablemente los ingresos del conjunto de la población.

·      Una cúpula empresarial que ha tendido a independizar su suerte de la evolución económica local sea por su participación en mercados protegidos o segmentados, o sea por su readecuación frente a las consecuencias de la apertura comercial y financiera realizada.  

        El sostenimiento de un cuadro de esta naturaleza define:

a)   Límites infranqueables para la gestación de un marco elemental de compromiso social que permita profundizar la democracia.

b)   Que el núcleo de la crisis social es la desestructuración del mercado laboral. Este promueve un progresivo deterioro por tres vías:

·          El alto nivel de desempleo estructural y el modo en que la evolución de esta variable influye sobre el crecimiento de la pobreza.

·          El efecto que los elevados niveles de desocupación tienen sobre los niveles de ingreso y las condiciones laborales de los ocupados.

·          La ruptura de las condiciones de sustentabilidad de las políticas sociales. Un esquema ocupacional donde apenas un 28% de la fuerza de trabajo disponible puede ser considerada asalariado formal pone en crisis todos aquellos sistemas sustentados en contribuciones y aportes dependientes del salario. Por ende, el acceso al empleo como forma de acceder a la ciudadanía social ha colapsado en la Argentina. No sólo por la dificultad de acceder a la ocupación, sino que además, frente al proceso de precarización vivido, tener empleo no garantiza ni supone el acceso simultáneo a las principales coberturas sociales.

En resumen, el problema del desempleo constituye el punto central de la Argentina en la actualidad:

·      No puede atacarse al empleo en negro, a la sobreocupación y al deterioro en los niveles de ingreso sino se atiende específicamente a la población desocupada, ya que la misma tracciona hacia abajo al conjunto de la estructura ocupacional en término de degradación de las condiciones de empleo y los niveles de ingreso.

·      No se puede afrontar seriamente el problema de la pobreza sin atender específicamente al desempleo ya que el mismo constituye el factor principal de degradación social y de afectación de la impronta cultural histórica que caracterizó a nuestra sociedad.

·      Sin enfrentar el desempleo no hay mercado interno en la Argentina, puesto que la desocupación es el principal factor de perjuicio de las posibilidades de las pequeñas y medianas empresas en nuestro país.

·      El desempleo y la degradación social como la inseguridad que esto impone, debilita al extremo el desarrollo y el fortalecimiento institucional de las organizaciones populares y comunitarias.

·      El desempleo contribuye al cuestionamiento central de la construcción de una ciudadanía democrática, generando conflictos con potenciales niveles de violencia que contrastan con los reclamos sostenidos.

Junto a los integrantes de la Asociación Civil Don Jaime de Nevares y al Equipo Diocesano de Pastoral Social del Obispado de Quilmes venimos trabajando en una extensa Red de Organizaciones de Tierra y Vivienda Popular en el conurbano sur de Buenos Aires, desde hace más de quince años, con bastantes logros en lo que hace a la generación de políticas populares de Hábitat. Entre ellos la primera legislación e implementación de una propuesta planificación participativa local con control y diseño de presupuesto, redistribución de ingresos públicos hacia los sectores más desprotegidos, etc. (Fondo y Consejo Comunitario para la Tierra y la Vivienda de Quilmes, que controla el 40% de los ingresos recaudados por el impuesto a los derechos de construcción en el municipio)

Sin embargo los distintos avances alcanzados por las organizaciones comunitarias no han podido atender a la gran demanda generada últimamente por el proceso incesante de desigual concentración urbana que se complementa con la profunda crisis económica y socialmente expulsiva en el resto del país, consolidando grandes conglomerados poblaciones en la creciente miseria producto de los actuales procesos de exclusión.

Obviamente con el incremento de la desocupación y sus correlatos de violencia social y marginalidad en aumento.

Al contrario, las pocas experiencias exitosas que se han logrado realizar en el mejoramiento urbanístico y el recupero de tierras abandonadas para vivienda popular, han servido como polo de atracción para contingentes de población que siguen ingresando al conurbano en busca de mejores condiciones de vida. La profunda crisis económica sigue expulsando estos contingentes ya no sólo desde diferentes rincones de nuestro país, sino también desde otros países del continente.


Dentro de  la zona sur del conurbano que rodea Buenos Aires, el territorio perteneciente a la Diócesis de Quilmes que comprende tres distritos (Quilmes, Berazategui y Florencio Varela) es una de las zonas más castigadas por los efectos del flagelo de la desocupación y subocupación. Según el ESEQ-95 (Estudio socioeconómico de la Ciudad de Quilmes) el total de la población de los 3 mencionados distritos es de 1.062.923 habitantes y  441.168 de ellos componen la población económicamente activa (PEA).  De este sector, 352.168 se encuentran ocupados y 89.431 son desempleados abiertos (subocupados); sin embargo, dentro de los primeros un total de 105.651 personas se desempeñan en puestos precarios de escasa productividad y magros ingresos, es decir, dentro del sector de autoempleo precario urbano. Si sumamos la población desempleada con la ocupada precariamente, el total de personas con problemas de empleo de los tres distritos ascendería a 195.082, prácticamente el 50% de la PEA, teniendo en cuenta que a la grave situación ocupacional debe sumarse el hecho de que muchas familias no tienen satisfechas gran parte de las necesidades básicas a nivel de vivienda, salud, educación e incluso alimentación. Por otro lado, el hecho que el crecimiento demográfico ha superado la capacidad de infraestructura de servicios para los cuales estaban preparados los municipios, obliga a buscar formas alternativas de planificación y ejecución para resolver las necesidades de la población. En este sentido se hace indispensable partir de las propias experiencias comunitarias de las organizaciones sociales y de las potencialidades que puedan generar, tanto por sus propuestas, como por el aprovechamiento de sus propios recursos.

El  Municipio de Quilmes es el más urbanizado de los tres distritos mencionados y precisamente es el que con mayor crudeza manifiesta los peores niveles de desigualdad social. Está situado en la zona sur del conurbano bonaerense,  entre el primer y segundo cordón industrial, a 15 kms. de la Ciudad de Buenos Aires. Su superficie territorial ocupa 100 kms. cuadrados con una población de más de medio millón de habitantes.

Se trata  de  una región  con  recursos  urbanísticos  dispares: existen barrios residenciales, sectores intermedios y finalmente, capas claramente segregadas que carecen de los servicios  básicos elementales  como  agua  corriente,  red  cloacal,  etc.   Estos sectores, carentes de otras alternativas habitacionales, a  causa de las fuertes crisis económicas que ha sufrido nuestro país,  se han instalado en las zonas abandonadas. El porcentaje en Quilmes de viviendas precarias, asciende a más del 30%, con un nivel  de concentración   en asentamientos  y   barrios   de emergencia (denominadas villas miseria) del 70%. El crecimiento demográfico excede la posibilidad estructural de satisfacer las mínimas necesidades de los mismos.

Así se puede caracterizar a la población de Quilmes como una población joven, a la vez que a los efectos de este proyecto debemos tomar en cuenta al sector empobrecido de la población total, entre 10 y 19 años del Distrito, que ascendería a 240.350 personas.

Del total de la población de Quilmes (508.114) según censo INDEC 1991 (informe Cáritas Diocesana):

§         107.959 personas se encuentran con Necesidades Básicas Insatisfechas (21,2%)

§         Niños de 5 a 14 años sin escolaridad: 5,1%

§         Niños de 10 a 14 años que ya no asisten a la escuela: 7,8%

En cuanto al área de salud, encontramos los siguientes datos de acuerdo a lo publicado en el Informe del Promin:

§         Tasa de Mortalidad General para el Partido de Quilmes es del 7,2%, y se ha mantenido relativamente estable desde 1990.

§         Tasa de Mortalidad Infantil del Distrito es de 25,9% manteniéndose estancada y siendo la más alta de los 19 partidos del Conurbano Bonaerense.

Sin embargo, en este contexto, se vienen desarrollando diversas respuestas desde el esfuerzo comunitario y solidario de las organizaciones populares, esto es de innumerables conjuntos de personas que se agrupan en torno a dar respuesta colectiva y organizada a sus reivindicaciones.

En este territorio, existen más de 30 comunidades urbanas inscriptas dentro de estas características, sin tener en cuenta los barrios circundantes que en su mayoría responden a un encuadre similar en cuanto a la carencia de infraestructura urbana. El proceso de empobrecimiento de las últimas décadas ha producido una serie de fenómenos como ser el surgimiento de “nuevas barriadas” producto de ocupaciones masiva de tierras en la región, a cargo de familias muy jóvenes que buscan desesperadamente un lugar donde vivir. Es así que ante la falta de vivienda, surgen las comisiones vecinales y cooperativas de autoconstrucción o ayuda mutua que gestionan sus reivindicaciones ante los organismos pertinentes o autogestionan desde caminos alternativos; ante la falta de trabajo, las comisiones de desocupados, las bolsas de trabajo, las ferias de trueque y los microemprendimientos; ante la desnutrición, los comedores infantiles y comunitarios,  los grupos de redes solidarios de apoyo con profesionales voluntarios; ante los problemas de salud surgen las cooperadoras comunitarias en torno a los centros asistenciales o unidades sanitarias de los propios barrios y coordinadas por los mismos vecinos afectados, o como en el caso de las drogadependencias y el avance del VIH- SIDA han surgido grupos de auto-ayuda que -en la medida de sus posibilidades, muy pocas por cierto- se articulan en torno a los servicios de atención o a grupos solidarios de colaboración.

Por otro lado la dimensión y la complejidad que ha ido adquiriendo la problemática de la drogadependencia sumada a la irrupción del SIDA en los sectores más vulnerables de nuestra comunidad hacen indispensable que los programas de prevención-intervención sanitaria, junto a los  procesos de trabajo y de gestión tanto en el  ámbito estatal como en el no gubernamental y privado, adquieran un mayor aprovechamiento de los recursos humanos, materiales y de tiempo.

Como ejemplo de ello podemos citar datos resultado de nuestro propio trabajo de campo en el territorio: en un barrio de apenas cinco años de existencia trasladado de Quilmes a Florencio Varela, con 331 familias con miembro de 25 años de edad promedio, hemos detectado seis casos de VIH-SIDA, esto es casi el 2%. Ante lo cual las instituciones y organizaciones comunitarias que desarrollan actividades por la promoción de las mejores condiciones de vida se  ven en la necesidad de incorporar procesos de capacitación y de disponer mecanismos y propuestas de acción a la altura de la demanda que los afecta.

Se debe tener en cuenta a la vez que estas instituciones son el resultado del esfuerzo comunitario en poblaciones de escasos recursos que intentan buscar respuestas mínimas ante las múltiples necesidades de los sectores más castigados social y económicamente. De ahí que surja la necesidad de utilizar diferentes agentes y niveles que generen propuestas de fomento que contemplen dichos esfuerzos y permitan un mejor aprovechamiento de los recursos –aunque escasos- disponibles, que incluso puedan acceder a un marco institucional y legislativo que les permita dialogar y gestionar con las autoridades con mayor fundamento y proponer alternativas viables, dentro del marco de situación actual, a los problemas que aquejan a estas comunidades.

En síntesis:

-          incremento de la desocupación, con correlatos de violencia social y

marginalidad en aumento.

-          proceso incesante de desigual concentración urbana que se complementa con la profunda crisis económica y socialmente expulsiva en el resto del país, consolidando grandes conglomerados poblaciones en la creciente miseria producto de los actuales procesos de exclusión.

-          ausencia total de políticas estatales que articulen los esfuerzos y la capacidad de autogestión de la comunidad para la resolución de problemas con estrategias a mediano y largo plazo

Esta compleja trama de estructuración social basada en la desigualdad no parece tener miras de revertirse, sino todo lo contrario. Lo enmarca el aumento de los conflictos sociales que se generan en nuestra región que combinan las demandas por trabajo y techo. Como dato significativo podemos citar que solamente  durante los últimos tres años hemos intervenido en quince conflictos colectivos (entre ocupaciones masivas de tierra, suspensión de desalojos, cortes de rutas y ocupaciones de fábricas por despidos) que involucraron más de 5.000 familias afectadas).

Asimismo se comenzó a visualizar que afrontar propuestas de resolución para el acceso a la tierra y la vivienda popular, que no contemplen el problema ocupacional, lo único que hace es prolongar (y cada vez menos) los impasses de conflictos por demanda de trabajo. A la vez que se potencia el proceso de desigual concentración urbana, generando verdaderos “bolsones de pobreza” con un nivel potencial de conflictividad en aumento.

Para esta situación, las administraciones municipales no cuentan con los recursos materiales y humanos adecuados para encontrar nuevas formas de gestión que atienda simultáneamente a la emergencia pero con la posibilidad de ir gestando estrategias regionales de mayor alcance y soluciones integrales. Si además tenemos en cuenta el bajo grado de legitimidad política y social alcanzado por los dirigentes con el incremento de hechos o sospechas de corrupción, el déficit se hace aún mayor. Por eso es que en los últimos años se está recurriendo a la presencia de instituciones de apoyo como las Organizaciones No Gubernamentales (que también poseen límites muy precisos para afrontar esta problemática) o a las instituciones religiosas (principalmente la Iglesia Católica a través de sus estructuras de asistencia como Cáritas) que tampoco pueden superar el asistencialismo a corto plazo.

La presencia de nuevos agentes como los Organismos No Gubernamentales (incluyendo a la Iglesia) más que expresar las virtudes de sus acciones (muy nobles por cierto), muestran con mucha crudeza la ausencia permanente de políticas estratégicas por parte de los organismos del Estado. O con otras palabras la fuerte crisis de la política que la lleva a abandonar su rol de herramienta del desarrollo democrático de nuestra sociedad.

Para afrontar esta situación con una proyección global sería necesario reemplazar el criterio de rentabilidad del capital o tasa de ganancia que sólo busca disminuir salarios, cargas sociales e impuestos, por el criterio de eficiencia del capital material y financiero invertido para producir mayor valor agregado y no sólo ganancia. Este criterio debe articularse con otro: el de eficiencia social del valor agregado producido. Se busca así que crezca la parte del valor agregado que queda disponible para los asalariados y la población luego de retirada la ganancia. Ambos criterios se asocian con un modo distinto de medir la productividad. Como señaláramos anteriormente, frente al concepto ya descrito de la productividad aparente, se sostiene el concepto de productividad global. Es decir, la optimización de los medios materiales de producción y de la fuerza de trabajo empleada para producir valor agregado suplementario por encima del valor agregado disponible de acuerdo a las tasas, acuerdos y normas en vigor.

Optimización que debe estar orientada principalmente al impulso del mercado interno y a la generación de productos que además puedan atender a la emergencia social vigente.

Los criterios expuestos se completan sustituyendo la competencia destructiva de la economía actual por estrategias de cooperación en una zona o región determinada y por la decisión de repartir los gastos de investigación y formación de la fuerza de trabajo. Estrategias de cooperación que potencie propuestas con un alto contenido de participación social (fundamental para la generación de consensos en épocas de crisis), que incorporen a la tierra como escenario principal de una propuesta cultural de desarrollo solidario y comunitario, que combine uso de energía y tecnología alternativa, al servicio del hombre y en un diálogo más armónico con la naturaleza: las comunidades productivas solidarias. 

3.         LA IDEA

PROMOVER UNA PROPUESTA DE RELOCALIZACION DE POBLACION EN EL CAMPO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES PARA GENERAR NUEVAS UNIDADES COMUNITARIAS DE PRODUCCION Y COMERCIALIZACION SOLIDARIA CON UN FUERTE COMPONENTE DE AUTOGESTION EN EL MARCO DE UN PROYECTO CULTURAL DE DESARROLLO SOLIDARIO Y COMUNITARIO PONIENDO LA TECNOLOGÍA AL SERVICIO DEL HOMBRE EN COMUNIÓN CON LA NATURALEZA.

La población a la cual se priorizarán las acciones está constituida por hombres y mujeres en su mayoría jóvenes expulsados del mercado de trabajo, con baja o nula calificación laboral, con sus necesidades básicas insatisfechas provenientes de los sectores más vulnerables de nuestra región y aledaños. En una primera etapa se ajustará a alcanzar entre 200 a 300 familias en estas condiciones.

La innovación que se plantea está sustentada a partir de la elaboración colectiva de programas de relocalización productiva que reoriente la representación comunitaria sobre el rol de la tierra concentrada del conurbano superando su esquema tradicional de “espacio dormitorio”, para ponerla en función de la creación de nuevos espacios sociales con desarrollo autosustentable.

No tenemos antecedentes que a posteriori del fenómeno de ocupaciones masivas de tierra en el conurbano para el acceso a vivienda popular desde los años 80, se hayan producido relocalizaciones sobre tierras en desuso del interior de la provincia de Buenos Aires, a contramano del proceso constante de expulsión de las áreas rurales a las urbanas. Al contrario, no sólo se ha incrementado el proceso, sino que además se está tornando insostenible la persistente concentración de poblaciones pobres y excluidas del mercado formal de la economía, aumentando los fenómenos de marginalidad y empobrecimiento como nunca se han visto en nuestro país.

Costó casi veinte años, que las organizaciones territoriales que se agruparon y articularon en su demanda por el derecho a la tierra para establecerse en el conurbano, pasaran a incorporar la problemática de la vivienda, la infraestructura y el equipamiento social y comunitario como una propuesta integral. A pesar de ello, ahora la desocupación y la falta de trabajo hace necesario repensar nuevas estrategias de resolución de la pobreza, hacia proyectos de promoción y desarrollo. Estrategias que a la vez de atender la emergencia puedan plantearse la construcción de nuevos caminos hacia el futuro.  Creemos que nuestras acciones y experiencias logradas recientemente en los procesos de resoluciones alternativas de conflictos pueden aportar la base necesaria para iniciar una nueva etapa de elaboración de proyectos de mayor alcance para los sectores más empobrecidos.

Las actuales políticas sociales existentes no sólo se encuentran totalmente focalizadas con lo cual disminuyen sus capacidades de impacto integral,  sino que además generan costos excesivos por las modalidades de implementación, (complejidad para la gestión, altos costos de diseño, monitoreo y evaluación, incapacidad para incorporar a las poblaciones afectadas en el proceso, falta de marcos generales o proyectos estratégicos, entre otros).

En las diferentes resoluciones de conflictos que pudimos intervenir, hemos logrado altos niveles de consenso por la posibilidad de incorporar en los mecanismos de decisión a la propia población afectada (a través de acordar diferentes niveles de representación),  y al poder mantener escenarios con la mayor cantidad de agentes involucrados posibles y responsables de las distintas áreas de competencia.

Por un lado percibimos que importantes segmentos de la población más vulnerable de nuestra región está modificando sus expectativas de poder aumentar sus niveles de mejores condiciones vida en este proceso constante de desigual concentración urbana.

“Las promisorias luces de la ciudad ya están dejado de encandilar, para comenzar a cegar”

Por otro lado percibimos que el permanente deterioro de las condiciones de vida está generando consecuencias muy profundas en las poblaciones más castigadas (principalmente jóvenes y niños) que se transformarán en poco plazo en inmanejables, situación muy difícil de revertir a corto plazo. Esta situación está sumergiendo a conjunto muy importantes de personas en la angustia empujándolos a tomar resoluciones desesperadas, y cada vez con mayor exposición a fuertes situaciones de violencia. Como ejemplo podemos citar el hecho que hace cinco años atrás, la mayoría de las organizaciones de apoyo solidario (no gubernamentales), rechazaban a los programas de emergencia laboral por injustos, en la actualidad se encuentran acompañando los reclamos y las gestiones por los mismos programas pero con las asignaciones reducidas a más de la mitad (en su inicio los programas de emergencia laboral abonaban entre $400 a $200 y en la actualidad no superan los $120 para las mismas tipologías). Consecuentemente con esta situación no sólo están aumentando cuantitativamente los conflictos sino que además se están potenciando situaciones de violencia latente de manera preocupante.

4. LA  ESTRATEGIA

Actualmente estamos realizando diversas actividades simultáneas y articuladas en la misma estrategia.

1)     Diseño y gestión para la creación de una Escuela Comunitaria Productiva en el límite del tercer cordón del conurbano sur (más precisamente en el distrito de Berazategui), donde se desarrollarán actividades de capacitación en agrotecnias, planificación participativa, desarrollo local y regional, fortalecimiento institucional, estrategias de construcción de redes, etc. El objetivo es que durante el presente año se lleven a cabo todas las tareas conducentes a tener funcionando la misma el año próximo con la primer promoción instalada.  Para ello se están realizando ya se están realizando las siguientes acciones:

 

-          Elaboración y gestión de un convenio de cesión de derechos con opción a compra de la Asociación Civil Don Jaime de Nevares de diez hectáreas de la localidad de Berazategui (en dos fracciones), para la instalación coordinada con el Municipio de una planta de producción de compost vegetal y un vivero.

-          Inicio de expediente solicitando 300 has pertenecientes al abandonado Batallón de Infantería de Marina 3 de la localidad de Pereyra Iraola (Berazategui) propiedad del Ministerio de Producción de la provincia de Buenos Aires, recepcionado por el Sr. Jefe de Gabinete Lic. Sica.

-          Conformación de un equipo técnico con profesionales provenientes de la Comisión de Biodiversidad de la Secretaría de Agricultura de la Nación y del Grupo de Reflexión Rural.

-          Convenio con la Cooperativa de Vivienda por Autoconstrucción Quilmes y la Comisión de Preadjudicatarios del Barrio La Matera II, para el inicio de dos emprendimientos comunitarios de huerta para el abastecimiento de sus pobladores.

-          Gestiones ante la Fundación Kellogs a través del Lic. Andrés Thompson, para la presentación de un proyecto de solicitud de financiamiento para sistematizar experiencias productivas con utilización de energía alternativa no contaminante en nuestro país, en Brasil y México.

 

2)     Gestiones e inicio de preparación del primer proyecto de relocalización de 300 familias en la primera Comunidad Productiva Solidaria en el interior de la provincia de Buenos Aires. Para lo cual se están desarrollando las siguientes actividades:

 

-          Coordinación con la Diócesis de Obispado de Quilmes y la Diócesis de Mar del Plata para el acompañamiento y aval de gestiones conducentes a la obtención de tierras.

-          Conformación de una extensión del equipo técnico con profesionales de la región.

-          Elaboración y presentación ante la Presidencia de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires de proyecto de ley para la constitución de una Comisión Bicameral con participación de organizaciones de la sociedad civil que evalúe, diagnostique y diseñe una propuesta legislativa integral de tierras y urbanismo para la región.

Todas las gestiones se están realizando a través de la Asociación Civil Don Jaime de Nevares, y además se encuentran acompañadas con el aval del Obispado de Quilmes y la Secretaría de Extensión de la Universidad Nacional de Quilmes.

Para el desarrollo del proyecto se ha designado al Área de Planificación Participativa de la Asociación Civil Don Jaime de Nevares que ha conformado un equipo interdisciplinario con tres ámbitos:

1)     Organización y Gestión

2)     Capacitación

3)     Apoyo agrotécnico

Actualmente las actividades son apoyadas organizativamente desde la articulación realizada entre la mencionada asociación con la Vicaría de Pastoral Social del Obispado de Quilmes, de la cual varios somos integrantes y el Grupo de Reflexión Rural. Las actividades se sostienen con trabajo voluntario, pero apoyadas en el trabajo cotidiano articulado que ya se viene realizando a partir del Equipo de Resolución Alternativa de Conflictos y los integrantes del Consejo Comunitario de Tierra y Vivienda de Quilmes.

Se ha desarrollado una propuesta tecnológica que reúne condiciones de:

-autosustentabilidad

-manejo de biodiversidad con fines de producción orgánica

-maximización de ocupación directa

-producción de alimentos para consumo fresco y generadora de agroindustrias en pequeña escala.

Esta propuesta recupera conocimientos aplicados en otros momentos de la historia del desarrollo agrícola en general y de los caseríos, villorios, pueblos y ciudades de tamaño mediano, luego abandonados en aras de la “modernización” con los resultados hoy conocidos, entre los cuales, por incumbencia, cabe destacar los siguientes:

La “fabricación” de conocimientos, en general, está dirigida para aplicaciones en la producción con destino al autoconsumo, pero ello no es suficiente, ya que además de servir para ello debe ser usada para proveer de ingreso a los involucrados en aquella, para posibilitarles la obtención de satisfactores de otra naturaleza, que forman parte de los requerimientos de la familia (vestimenta, salud, educación, etc.).

Este modelo, recuperador de conocimientos enterrados por la ignorancia del progreso modernizador, no requiere el uso de agroquímicos inorgánicos, sí usa métodos de control de plagas y enfermedades, así como para el reciclado de nutrientes, orgánicos, por lo cual la implementación de este método beneficia también a los consumidores, tanto por la calidad biológica de los productos como por el menor precio posibilitado por el menor costo de producción.

La implementación del modelo requiere, hasta la entrada en régimen de la producción, de una capacitación en servicio, es decir, capacitación – acción, o capacitar produciendo. El éxito de la capacitación depende fundamentalmente de la voluntad o decisión de los productores respecto a asumir integralmente lo que el modelo implica.

Además, otra condición para el éxito en la implementación del modelo es la del decidido apoyo de las autoridades locales. Como en los primeros años los productos, no obstante su innegable calidad biológica, pueden resultar externamente heterogéneos tanto en coloración, como en formas y tamaños, la comercialización requiere el apoyo de las autoridades locales mediante la adquisición de la producción para abastecer a Hospitales, Escuelas, y dependencias de Gobierno en general, además de una contribución en la propagandización de las cualidades intrínsecas de los productos orgánicos contrastadas con los peligros implícitos en los no orgánicos y en generados a partir del uso de organismos genéticamente modificados u OGM (como también se los conoce), la habilitación de mercados populares en los barrios habitados por personas con bajos niveles de ingresos, entre otros apoyos que incluyen además facilidades para la organización de unidades asociativas de producción y trabajo, apoyo contable, etc.

Las metas previstas son:

Para el presente año organizar la puesta en marcha de la primera parte de la Escuela Comunitaria Productiva, para iniciar al primer curso en el primer trimestre de 2002.

Para el año 2003 se plantea tener definido el lugar de la primera relocalización y comenzar a trasladar el primer grupo al interior de la provincia en la zona definida.

Esperamos que el impacto inicial impulse a la multiplicación de experiencias nuevas y a la vez potencie social y productivamente a las comunidades que vienen promoviendo propuestas alternativas en el resto de la provincia como respuesta a la fuerte crisis de las economías regionales.

Agosto de 2001, Buenos Aires, Argentina
Asociación Civil Don Jaime de Nevares

Más información sobre el tema en la Sección Cooperativismo y Autogestión y Vivienda Popular de esta WEB

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Edición Internet 2001: Guillermo Font


Guillermo Font - ELECTRICISTA
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