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Cooperativismo y raíces tradicionales

por Gonzalo Abella
(especial para vecinet y autogestión vecinal)

El movimiento cooperativo latinoamericano reconoce como fuente de inspiración al movimiento de los Tejedores de Rochdale y otros emprendimientos europeos que efectivamente sentaron las bases para el cooperativismo moderno. La propia filosofía del cooperativismo se inspira claramente en el pensamiento avanzado norteamericano y europeo, que se expandiera en el siglo XVIII, especialmente en Francia; y es su fuente nutricia la madurez de una clase obrera industrial que a través de las trade unions y las más radicales sociedades de resistencia inauguraron en el siglo XIX un nuevo mensaje de solidaridad.
Más atrás en la misma Europa podemos encontrar las formas de solidaridad aldeana y los movimientos heréticos cristianos que quisieron recuperar la dimensión del vivir comunitario.
Pero la lista no debería agotarse allí. Por ejemplo, en la América precolombina existían instituciones cuya supervivencia (en la práctica o en la memoria) permitió una más eficiente implementación de las cooperativas.
Citaré entre ellas el aillu andino, célula comunitaria que ni los Incas ni los españoles ni los gobiernos liberales pudieron destruir; y el concepto de minga que en todas las culturas no imperiales significó el deber de apoyar al momentáneamente desvalido en forma solidaria.
También en las Misiones Jesuíticas los indios reducidos recuperaron viejas prácticas solidarias propias de su cultura pero ahora relacionadas con los nuevos vínculos a un mercado exterior regido por relaciones mercantil dinerarias.
En el mundo gaucho, tan permeado por la tecnología, la religiosidad y la ética de los pueblos originarios de la pradera, la propiedad privada era algo inimaginable; y cuando finalmente se impuso por el alambrado de los campos (1875) muchos propietarios supieron mantener con su peonada un vínculo solidario y de lealtades mutuas que erróneamente se vio desde al ciudad como una simple relación feudal. En realidad, si el alambrado de los campos consolidó la injusticia del latifundio, culminó un proceso atroz que había comenzado con el genocidio indígena (1831), no borró sentimientos anteriores que algunos nuevos dueños manipularon pero otros respetaron en mayor o menor grado.
Pero además la pradera conservó pertinaz la memoria de una propuesta solidaria, multicultural, que los dotores liberales hubieran borrado gustosamente: la gesta de Artigas.
Artigas no es un milagro inexplicable, no es la perfección en un tiempo imperfecto. Es la expresión de la alianza en pie de igualdad de los pueblos originarios no imperiales con los afro americanos, las nuevas comunidades indio cristianas, los criollos discriminados, los mestizos y los mulatos, todos ellos enfrentados a la opresión colonial y a la opresión de las nuevas oligarquías criollas en alianza con Inglaterra. 
Los documentos artiguistas, si bien están influidos por las corrientes renovadoras de la época, son ante todo la síntesis de los encuentros en torno al fogón, allí donde las culturas peregrinas dialogaban
horizontalmente, a veces directamente y a veces a través de sus representantes y jefes espirituales.
La propuesta agraria de Artigas no se basa en un reparto uniforme e igualitario de tierras (las repartibles son sólo aquellas de los "malos europeos y peores americanos") sino en la garantía de acceso a ese bien para todos junto a la salvaguarda de los derechos indígenas sobre sus tierras ancestrales y el de las comunidades afro americanas sobre las tierras necesarias no como posesión sino como usufructo y relacionamiento comunitario. Todo el entramado legal se basa en medidas y reglamentos provisorios que se refrendan, más que por el documento, por las lanzas en constante vigilia.
Sin este espíritu, tan presente de una forma u otra en el imaginario colectivo uruguayo, no puede explicarse el extraordinario desarrollo del espíritu cooperativo y sus logros aún en tiempos de turbulencias y desazones.

Soberanías locales federadas y concepción descentralizadora Artigas partía de la propuesta de Patria Grande con soberanías locales federadas. Esta concepción descentralizadora debía regir tanto para las
alianzas entre provincias como para el gobierno de cada provincia en particular. Téngase en cuenta que la diversidad cultural interna de cada provincia era mucho mayor que hoy. La pérdida de diversidad cultural y de biodiversidad van de la mano. 
En las
Instrucciones del Año XIII (condiciones para la alianza interprovincial) hay propuestas para el relacionamiento interprovincial y otras que plantean el relacionamiento descentralizado entre localidades, comunidades y cada gobierno provincial. Allí, por ejemplo, se dice claramente que ningún gobierno provincial podrá prohibir a una comunidad en su jurisdicción el derecho a tener su propio armamento de autodefensa. En general, es muy claro el espíritu de la propuesta: el gobierno provincial
sólo se ocupará de aquellos asuntos que las comunidades deleguen en él a título expreso; lo mismo hará el Gobierno Superior de la Nación en relación a las provincias.
Es sintomático también que en pleno segundo sitio a Montevideo, Artigas establece la capital en Villa Guadalupe (Canelones) pero una vez controlado Montevideo por Otorgués, la capital DE TODA LA LIGA DE PROVINCIAS es
Purificación, una humilde toldería multicultural en el Norte.
Parece muy claro el espíritu consecuentemente descentralizador que es a la vez DESCONCENTRADOR DE PODER.

Comunidades intercambiaban propuestas en forma horizontal Artigas muchas veces emplea el término CONFEDERACION que implica un grado aún menor de compromiso administrativo mutuo. Algunos autores han querido ver en esto un proceso gradual de aproximación a una constitución federal, pero parece más lógico pensar en diferentes énfasis según lo que exige cada coyuntura.
Como advierten muchos autores, entre ellos Danilo Antón, tanto la federación norteamericana como la artiguista tienen como fuente de inspiración las federaciones de naciones originarias americanas, donde los representantes de las comunidades intercambiaban propuestas en forma horizontal y respetuosa. He sido testigo en el mundo guaraní sul-matogrossense de varias reuniones de representantes (aty guasú, o sea "reunión grande") y he admirado, a pesar de mis limitaciones idiomáticas, el clima de reflexión profunda que se mantiene.
Comienza como una serie de monólogos: nadie retruca al que hizo uso de la palabra con anterioridad, parece que no lo hubiera escuchado; pero poco a poco las nuevas rondas de intervenciones van incorporando lo oído en los intercambios; nadie se ofende porque el tomen una idea y la hagan suya sin
nombrarlo aquellos decían lo contrario apenas unos minutos antes.
Las primeras acciones libertarias en las trece colonias norteamericanas, en pleno siglo XVIII, las emprendieron patriotas disfrazados de indios; en los fogones artiguistas se cantaba: "Cielito, cielo que sí/ tómense su chocolate/ aquí somos puros indios/ y sólo tomamos mate" y se usaba la vincha blanca porque el blanco era el color charrúa para la declaratoria de guerra. Después, cuando el artiguismo es desterrado, San Martín le dice a las provincias: "un genio maléfico os ha inspirado la idea de federación" y Rivera, justificando el genocidio indígena, compara a los charrúas con los iroqueses para explicar por qué su destrucción era inevitable. ES importante recordar que Benjamín Franklin y otros independentistas ilustres de la primera época decían que eran precisamente los iroqueses el ejemplo más perfecto de federación. Cuando se habla de la influencia norteamericana sobre Artigas, se nos hace creer que se trata del odioso liberalismo norteamericano, cuando esa influencia fue muy otra.

La democracia directa local

Durante algún tiempo pensé que Artigas era un obsesionado por la equidad entre los seres humanos, pero después me di cuenta que esa no era su preocupación central pues es muy y difícil establecer la equidad en un universo multicultural donde se persiguen sueños tan diversos, y donde hasta la tierra misma puede ser objeto de compraventa para unos y lugar sagrado para otros.
En realidad lo que Artigas buscaba era que nuestro continente (irreversiblemente mulato y mestizo) no tuviera mayorías marginadas; que el que quisiera urbanizarse lo hiciera, pero el que quisiera vivir del trueque en naturaleza también pudiera hacerlo. No se advirtió que cuando afirma que "los indios tienen el principal derecho" está diciendo al mismo tiempo que la Naturaleza tiene sus derechos. Las culturas indígenas no pueden vivir en un paisaje artificializado, por lo tanto "promover la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable"· como él pedía implicaba preservar espacios incontaminados de naturaleza.
La democracia de Artigas tiene base en la democracia directa local, celosa de los fueros de la comunidad, y en la delegación de la menor cantidad posible de atribuciones a un gobierno central rígidamente reglamentado, porque "es muy veleidosa la probidad de los hombres y sólo el freno de una Constitución puede asegurarla".
Las formas comunitarias de consenso no podían ser tampoco iguales en todas las comunidades sino que debían estar en función de sus tradiciones culturales específicas.

La diversidad respetuosa

El mundo gaucho fue un laboratorio de respeto a la diversidad cultural porque coexistía con pueblos originarios, criollos transgresores de la Ley colonial y comunidades de prófugos afro americanos. Pero además el mundo gaucho en sí mismo llevaba la diversidad de sus raíces. La pradera era la fiesta de la diversidad respetuosa.
Por lo tanto la propuesta de Artigas se limita a expresar una realidad existente. No sólo multiétnica, como dice Antón, sino además (y es lo más importante) multicultural. No había una cultura hegemónica. 
El ejército con el que San Martín cruzó Los Andes era multiétnico por la composición de sus filas, pero no multicultural: los oficiales criollos, formados en la escuela europea, lo dirigían en exclusividad. En cambio, las fuerzas armadas de la Liga Federal eran una coalición de grupos DE DIFERENTES CULTURAS que coordinaban acciones con gran independencia, por consenso. Había tropas regulares divididas en caballería, infantería y marina, pero había sobre todo montoneras de a caballo, grupos indígenas conducidos por sus propios jefes, grupos afro con sus propios líderes, y destacamentos provinciales a las órdenes intransferibles de un caudillo del mimo pago. Pongo este ejemplo porque la forma de hacer la guerra defensiva es expresión de la propuesta cultural subyacente de un estado o una
coalición de pueblos.
La integración multicultural artiguista no era ni homogeneización cultural ni su otro extremo igualmente odioso, el apartheid; era el libre tránsito, la libre opción de cada uno y de cada una en una oferta diversa de formas de vida coexistiendo en forma fraterna, donde los derechos de una cultura sólo desaparecían donde comenzaban los derechos de las demás.

El concepto de propiedad

En la propuesta artiguista el concepto de propiedad va cambiando en cada territorio según las pautas culturales de los pueblos que lo ocupan. La reforma agraria que propone para las zonas criollas de la Banda Oriental es mucho más individualista que la que diseña su lugarteniente Andresito para la Provincia de Misiones. Esto no es una discrepancia entre Artigas y Andresito sino una sabia adecuación a las características de cada población.
Mientras en la Banda Oriental "los más infelices" tienen derecho a una suerte de estancia para cada familia en particular, en Misiones las tierras expropiadas pasan a la comunidad según la vieja tradición de la zona.
Pero siempre, aún en zonas donde la tierra se distribuye a la usanza europea, se procura una rigurosa equidad y el derecho a la propiedad se rige por la máxima que el propio Artigas expresa así: "cuando se trata de salvaguardar los intereses públicos se sacrifican los particulares".

Ver también
- Concejales Vecinales de Mesa 1 y mejoras en el barrio
- Haciendo la Ciudad entre todos
- Gobiernos Locales de Montevideo
- Cooperativistas, Gobierno Local y Descentralización
- Símbolos del Cooperativismo
- ¿Qué es una Cooperativa?
- La Organización Cooperativa
- Principios Cooperativos
- Capítulo 10 de la Ley Nacional de Viviendas
- Glosario de conceptos, significados y palabras
- A City Built by Us All
- Housing Cooperative for Mutual Aid "Nuevo Amanecer" (New Sunrise)

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