Referéndum contra los Artículos 612 y 613
La derogación
triunfaría hoy
por una ventaja
de 3 a 1
(El Observador)
En 1992 el 71,5 % contra las
privatizaciones
(vecinet-notici@s)
Luz verde para derogación
de artículos 612 y 613
(La República)
Con un 16% de indecisos, hoy
votaría en contra de la ley sobre ANTEL-ANCEL
el 63% de los uruguayos
y a favor el 21%.
La
derogación es mayoritaria también entre blancos y colorados.
(Informe de Factum Opinión Pública, especial para El Observador)
Cuando todavía no se ha convocado
formalmente a referéndum, todo indica que las nuevas normas sobre ANTEl y ANCEL
mueren a más tardar a fin de año, es decir, quedan derogados los artículos 612 y
613 del presupuesto nacional. Es un hecho que las firmas cubren los
requerimientos mínimos constitucionales, es decir, superan el 25% del total de
inscriptos en el Registro Cívico Nacional. Pero además la intención de voto de
los uruguayos es de meridiana claridad: si la votación se realizase hoy la
derogación triunfaría en una relación de 3 a 1. Exactamente hay 63% en contra,
21% a favor y 16% de indecisos. Si se proyectan los indecisos en función de
varios componentes (simpatías políticas, juzgamiento de la gestión del gobierno,
visión sobre el papel del Estado, opinión sobre el desempeño de ANTEL), al día
de hoy se registraría una votación de 74% por la derogación de la ley, 24% por
su mantenimiento y 2% en blanco. Los frenteamplistas votarían en contra por 9 a
1, los colorados lo harían en una relación de 5 a 3, los independientes y de
otros partidos por 11 a 3, y entre los blancos habría un virtual empate (aunque
también con leve ventaja en contra de la ley). En todos los segmentos políticos,
niveles socioeconómicos y grupos de edad del país predomina la oposición a la
ley.
Pero si todos los dirigentes blancos y colorados juegan su pellejo en el
referéndum, podría aventurarse un cambio, en particular una nítida ventaja del
mantenimiento de la ley entre los blancos y una ajustada diferencia en favor de
la norma entre los colorados, donde el electorado del Foro Batllista es
fuertemente estatista. Aún así lo único posible para la coalición de gobierno es
atemperar una derrota, que igual sería categórica: en lugar de una diferencia de
3 a 1, bajaría al 2 a 1. El resultado más favorable a la coalición oficialista
sería:
En contra 66%
A favor 2%
En blanco 2%
Para llegar a estas cifras es
necesario que se vuelquen en contra de la ley casi todos los blancos y colorados
que estén indecisos e incluso todos los que estén tibiamente a favor de la ley
(en principio en contra, pero sin tener seguridad de mantener esta decisión de
voto). Aún así es un resultado muy negativo para el gobierno. Y obtenerlo supone
comprometer todo el prestigio político de todos los líderes colorados y blancos.
El tema aparece como particularmente difícil para Julio Ma. Sanguinetti para
quien una campaña activa a favor de la ley lo ubicaría en una fuerte asintonía
con la gran mayoría de su electorado, cuya oposición a la ley es casi similar a
la del electorado frenteamplista, tanto en cantidad como en intensidad.
El grupo de edad más estatista, y en este caso más firme opositor a las normas
sobre ANTEL y ANCEL, son las personas de 24 a 46 años de edad, es decir, las que
se socializaron políticamente entre 1976 y 1994 (votaron por primera vez entre
el plebiscito constitucional de 1980 y las elecciones nacionales de 1994). El
grupo en que predomina el estatismo, pero en forma algo más atenuada es el de
personas mayores de 60 años. Y en posturas intermedias, fuertemente estatistas,
pero sin llegar al máximo, se encuentran quienes tienen de 16 a 23 años y el
tramo que va de 47 a 59. Los niveles socioeconómicos alto, medio y semibajo no
presentan demasiadas diferencias, mientras que el nivel propiamente bajo
presenta el menor rechazo a las normas sobre ANTEL y ANCEL.
Con este panorama parece que lo más favorable al oficialismo es apresurar la
derogación por vía parlamentaria y eludir el camino de las urnas.
Luz verde para
derogación de artículos 612 y 613
(La República)
El senador colorado Alejandro
Atchugarry transmitió el martes al senador José Korzeniak del Encuentro
Progresista la disposición de modificar el articulado del proyecto que deroga
los artículos 612 y 613 y contemplar las aspiraciones de los promotores del
referéndum.
En estos días la Corte Electoral se pronunciará oficialmente sobre si alcanzaron
las firmas para habilitar el recurso interpuesto, lo cual extraoficialmente ya
se vislumbra como un hecho al superarse las 620 mil firmas requeridas.
Korzeniak recordó que "el Poder Ejecutivo envió un proyecto por el cual se
establece en el primer artículo, que se derogan los artículos 612 y 613 del
Presupuesto, que es lo que nosotros quisimos cuando promovimos el referéndum
contra esos artículos".
"Pero el proyecto que envió el Ejecutivo y que acaba de entrar ahora a la
Comisión de Constitución y Legislación tenía una segunda norma por la cual se
hacía una especie de estimación de cuál es el régimen vigente que queda dentro
de Antel", puntualizó. Por tanto, a título personal opinamos que "con este
segundo artículo no podíamos votar el primero de la derogación, y como
consecuencia, había que hacer el referéndum".
Sin embargo, "en estas condiciones, el senador Atchugarry anunció que el Poder
Ejecutivo está dispuesto a desglosar la cosa, y que se trate un proyecto de ley
que diga solamente se derogan los artículos 612 y 613 del Presupuesto, y lo otro
estudiarlo después en otro proyecto o en una discusión que no sea un proyecto de
ley, pero no tratarlo ahí".
"Si eso es así, yo entiendo que hay que votar esa derogación porque hay que ser
coherente con la postura de que no queríamos esos artículos y que la
consecuencia jurídica si sale esa ley, es que no haya plebiscito. ¿Por qué?
Porque el plebiscito tiene por objeto, si se gana, derogar esos artículos y si
los mismos ya no existen, están derogados, obviamente, ya no tiene objeto",
consideró el parlamentario encuentrista.
El artículo segundo del proyecto establece que "la prestación a terceros del
servicio público de telefonía fija, conmutada y referida al tráfico nacional
continuará siendo realizada en exclusividad por la Administración Nacional de
Telecomunicaciones". De esta manera se asegura que Antel tendrá únicamente el
monopolio de la telefonía básica, compitiendo en el resto de los servicios.
Sin recursos
A nivel de la Corte Electoral, el conteo y revisión de papeletas para habilitar
el referéndum continúa independientemente de los anuncios de derogación de los
artículos del presupuesto referidos a Antel.
El ministro Edgardo Martínez Zimarioff dijo a LA REPUBLICA que para la Corte "no
existe nada hasta que la ley no esté promulgada. Si efectivamente se derogan los
artículos se suspende el proceso de forma inmediata a la promulgación de la
derogación, pero no antes".
Los dactilóscopos terminarán de revisar todas las firmas dentro de dos semanas y
ya es seguro que se alcanzarán las 620 mil papeletas necesarias para habilitar
el recurso. Por otra parte, la Comisión de Asuntos Electorales todavía no se ha
expedido sobre la viabilidad del mismo, aunque también hay mayorías para
aprobarlo. La comisión tiene plazo hasta setiembre para expedirse, por lo que el
llamado a referéndum podría seguirse demorando.
Por otra parte, el Poder Ejecutivo continúa sin transferir los recursos
prometidos para realizar el proceso de revisión de firmas. Martínez Zimarioff
indicó que la transferencia de estos fondos es "independiente de que se haga el
referéndum. El dinero que estamos pidiendo es por un trabajo que ya se hizo y no
para el posible acto. Tenemos que pagar por la revisión de la documentación
porque la ley nos obliga a cumplir plazos que requirieron que la gente trabajara
doce horas por día".
Hasta el momento, la Corte Electoral ha pagado con el dinero correspondiente a
la Inscripción Cívica pero una parte del trabajo realizado "no se ha podido
pagar porque no tenemos más recursos. Necesitamos que el Poder Ejecutivo realice
la transferencia".
En 1992 el 71,5 % contra las privatizaciones
(vecinet-notici@s)
El 13 de diciembre de 1992 la ciudadanía uruguaya se manifestó por una aplastante mayoría a favor de mantener las empresas públicas dentro de la órbita estatal, rechazando radicalmente la propuesta del gobierno del entonces presidente Luis Alberto Lacalle a favor de la privatización,
informó La República.
Con un 71.57% de votos a favor los uruguayos derogaron los artículos 1, 2, 3, 10 y 32 de la Ley Nº 16.211, denominada Ley de Empresas Públicas. El Sí triunfó en todos los departamentos del país.
De un total de 1.801.516 votos válidos, 1.289.503 ciudadanos se pronunciaron por el Sí, mientras que únicamente 489.847 (27.19%) votaron por el No. Hubo 22.136 votos en blanco (1.22%), 107.888 observados y 36.760 anulados. El triunfo del Sí fue inapelable y llegó a superar el 80% en algunas localidades como Juan Lacaze. A las 21 horas del domingo 13 de abril, Lacalle ya había reconocido públicamente su derrota.
La campaña para derogar cinco artículos de la Ley de Empresas Públicas comenzó el 20 de diciembre de 1991, el día que se conformó la Comisión de Defensa del Patrimonio Nacional y Reforma del Estado.
En un acto realizado en el Palacio Legislativo, personalidades de diversos sectores políticos y el PIT-CNT se unieron para iniciar la recolección de firmas que permitiría llevar a referéndum los artículos de la norma privatizadora.
En su declaración, la Comisión planteaba que los artículos que finalmente fueron derogados habilitaban "un desmantelamiento indiscriminado y discrecional de las empresas públicas en general, y de Antel en particular, cuyas consecuencias para nuestro Uruguay pueden ser devastadoras".
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