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URUGUAY Y EL MERCOSUR
Seguir trabajando
en la integración plena
de Latinoamérica
"América es mi sistema" "La libertad de América es y será siempre el objeto de mi anhelo" "Despliéguense las ideas que harán feliz la América del Sur. Sea ella libre de extranjeros, desterremos de nuestro suelo, hasta el polvo del antiguo despotismo y la posteridad agradecida reconocerá en sus bienhechores el mérito de su felicidad."
    "No hay que temer sino faltar a unos sentimientos que inspiran el honor, la razón y la suerte de la América del Sur."
    "Sean los pueblos libres, decidan de su suerte y cual quiera que sea su resolución, nadie se atreverá de nuevo a violarla. Ella será conforme al espíritu que respira la América por la liberalidad de ideas y fijeza de su destino."
José Artigas
"Los pueblos de la América del Sur están íntimamente unidos por vínculos de naturaleza e intereses recíprocos" José Artigas a Simón Bolívar, 20 de julio de 1819
"La patria es América" "Yo deseo más que otro alguno de reformar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria"
    "Tengamos presente que nuestro pueblo no es europeo, ni el americano del norte; más bien es un compuesto de Africa y de América, que una emancipación de la Europa... De ahora en adelante se nos conocerá con un nombre digno del hombre libre que ha surgido con la independencia; todos seremos ciudadanos… La suerte me ha colocado en el ápice del poder; pero no quiero tener otros derechos que los del más simple ciudadano. (...)"
    "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad." Simón Bolívar
"He dicho Escuela del Sur; porque en realidad, nuestro norte es el Sur. No debe haber norte, para nosotros, sino por oposición a nuestro Sur. Por eso ahora ponemos el mapa al revés, y entonces ya tenemos justa idea de nuestra posición, y no como quieren en el resto del mundo. La punta de América, desde ahora, prolongándose, señala insistentemente el Sur, nuestro norte.Joaquín Torres García

Vázquez al MERCOSUR: Uruguay pide derechos y no dádivas
Venezuela y Uruguay: Más y mejor MERCOSUR

Ministro de Relaciones Exteriores Reinaldo Gargano (Partido Socialista-Frente Amplio)
"Dificultades creadas por las asimetrías del Mercosur han sido un gran obstáculo"
"Seguir trabajando en la integración plena de Latinoamérica"
Realizando un balance de lo actuado por la Cancillería durante 2006, el ministro Reinaldo Gargano otorgó un lugar destacado a los dictámenes favorables a Uruguay que se lograron en tribunales internacionales por el conflicto en torno a las plantas de celulosa. Sin embargo también consideró que los avances en la inserción comercial extrarregional del país son éxitos de su cartera. En cuanto a la situación regional señaló que el desafío para 2007 es profundizar el papel de Uruguay como impulsor de la unión de Latinoamérica, aunque no mencionó el fin del diferendo con Argentina como una meta a alcanzar. Asimismo, y a pesar de haber afirmado que este año se produjeron avances en el Mercosur, el canciller sostuvo que las "asimetrías" existentes dentro del bloque "han sido un gran obstáculo" para cumplir con las metas fijadas por el programa de gobierno para el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Por LOURDES VITABAR - diario La República (Montevideo/URUGUAY) - Miércoles, 03 de enero, 2007 - AÑO 8 - Nº2419

­De las gestiones realizadas por la Cancillería en 2006, ¿cuáles diría usted que fueron las que culminaron con mayor éxito?

­Bueno, sin dudas defender con firmeza y decisión la posición de Uruguay en el tema de la instalación de las empresas Botnia y Ence frente a la situación planteada por el bloqueo de los puentes. Primero, al obtener el rechazo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya al pedido de Argentina de que se detuvieran las obras; luego con el fallo favorable del Tribunal del Mercosur respecto a la ilegalidad que representan los cortes de ruta; y finalmente con la decisión positiva del Banco Mundial de otorgar el financiamiento solicitado por Botnia.

­Pero, ¿son sólo esos los logros de su ministerio en este año que termina?

­No, hay varias cosas más. En primer lugar haber colaborado en el desarrollo de la política de integración de Latinoamérica. Uruguay tuvo un rol destacado en la incorporación de Venezuela al Mercosur, como ahora lo tiene con el ingreso de Bolivia al bloque, lo que se estará concretando en el corto plazo.

También hubo importantes avances en materia de relacionamiento comercial. Por ejemplo, las exportaciones a Rusia pasaron de 30 millones de dólares a 200 millones de dólares; con México comenzamos a implementar un acuerdo de libre comercio y con Irán se adviene una línea de compra de productos primarios como el arroz, que para Uruguay es fundamental.

En otro orden, podemos señalar como un logro la defensa que se realizó de la postura de los países con menos desarrollo en las reuniones del Consejo del Mercado Común del Sur, porque con transparencia y claridad hemos enfatizado la necesidad de que comiencen a funcionar los Fondos Estructurales, que en nuestro país se traducirán en importantes obras de infraestructura.

A la vez, defendimos la relevancia de superar otras asimetrías, como el déficit comercial con los grandes socios del bloque o nuestra insistencia en que se cumplan los pactos, acuerdos y fallos arbitrales que se emitan en el Mercosur.

Otro hecho resaltable, donde el papel del país se vio reforzado, es la acción de esta Cancillería de organizar una jornada de reflexión que contó con la participación de Pascal Lamy y que apuntó a rescatar la Ronda de Doha, especialmente en materia de comercialización de productos agrícolas, focalizando en este punto las barreras que representan los subsidios y los aranceles.

­Al comienzo de esta administración se dio mucho impulso al Departamento 20 y el trabajo que esa dependencia iba a realizar con la diáspora. ¿Pudo lograrse algo en esa materia?

­Sí, la tarea del ministerio hacia los uruguayos que viven en el exterior fue más importante que todo lo mencionado anteriormente y creo que va a marcar un hito en la política exterior del país. Todas las acciones del Departamento 20 se materializaron con la realización del primer consejo consultivo, semanas atrás. Llevó dos años de gestación y ahora va a permitir una relación más permanente y fluida con la diáspora. En esta área también son realmente trascendentes las acciones realizadas junto a la Dirección Nacional de Identificación Civil en Buenos Aires, que redundaron en la posibilidad de entregar documentación a 10 mil uruguayos residentes en la vecina orilla que por falta de recursos no podían acceder a la renovación de la cédula de identidad y por ello tampoco estaban habilitados para tramitar la residencia o recibir beneficios sociales en Argentina.

Otra cosa que reviste fundamental interés son las cartas reversales firmadas con Argentina y Brasil que van a permitir que ciudadanos de los tres países residan, trabajen y reciban cobertura social con el mismo estatus de los naturales de las naciones en los territorios recíprocos.

­¿Cuales son las metas de la Cancillería para 2007?

­Seguir trabajando en la integración plena de Latinoamérica, fundamentalmente en materia energética, en infraestructura, que se construyan vías férreas y carreteras que nos unan; que permitan que este país aislado se comunique tanto con el Atlántico como con el Pacífico. Impulsar las negociaciones comerciales con la Unión Europea, que en el marco del Mercosur están trancadas desde hace años. Pero también profundizar los lazos con la Federación Rusa, con China, con Sudáfrica, con India... Y sobre todo dar una imagen más eficiente del país.

­¿Se podrá cumplir con las metas contenidas en el programa de gobierno antes de que culmine la presente administración?

­Eso esperamos todos, pero no será fácil.

Las dificultades creadas por las asimetrías del Mercosur han sido un gran obstáculo, pero se van a superar. Un ejemplo claro de ello es que en la última reunión del CMC se aprobó la duplicación de las compras de los socios mayores de productos que provengan de países menores y contengan un 70% de elementos extrarregionales; esos no van a pasar por doble arancel externo, lo que va a representar mayores posibilidades de comercio intrarregional.

URUGUAY Y EL MERCOSUR
XXXI Reunión Ordinaria del CONSEJO DEL MERCADO COMUN

Brasilia, 15 de Diciembre de 2006.

 (Resúmen de ponencia del Ministro de Relaciones Exteriores, Reinaldo Gargano)

 

   ·  El MERCOSUR atraviesa por una situación de notorias dificultades, tal como ha sido reconocido desde las instancias más diversas del bloque regional.

La coyuntura intra-bloque y el panorama de las negociaciones comerciales internacionales, tanto en el ámbito multilateral como bilateral, hacen necesarios un balance y una revisión, después de 15 años de iniciado el proceso de integración. Esta revisión deberá centrarse en la adecuación de los objetivos, de manera que sean realizables por medio de instrumentos eficaces y que respondan a las necesidades e intereses de todos los socios y permitan avanzar en la agenda incumplida del proceso MERCOSUR, que en definitiva es la agenda incumplida del Tratado de Asunción. Los temas de esta agenda incumplida son los que han determinado una distribución adversa de costos y beneficios desde el punto de vista de la economía uruguaya.
     Lo anterior no implica de ningún modo desconocer los logros y la significación de la construcción comunitaria a lo largo de los últimos 15 años. Por el contrario, se trata de generar las condiciones que permitan un compromiso sólido y estable con dicha construcción, por parte de todos los países

Miembros.

     Uno de los objetivos básicos de Uruguay en la negociación comercial internacional consiste en el logro de condiciones mejores, estables y predecibles de acceso a mercados.

     El MERCOSUR es para Uruguay un elemento estratégico, un factor decisivo para el  crecimiento a largo plazo de Uruguay, por lo tanto, el costo del estancamiento y/o una reversión parcial del proceso es extremadamente elevado, en tanto afecta elementos medulares de nuestra estrategia de desarrollo, frenando las potencialidades de crecimiento, de las que dependen directamente las posibilidades de generación de empleo y reducción de la pobreza.

 

      ·  Porqué el MERCOSUR es estratégico para el Uruguay y para su desarrollo, es una base estratégica desde donde tenemos que diseñar nuestras políticas?

    Porque hoy, luego de la crisis más graves de su historia, ha habido una recuperación notoria del intercambio comercial entre los países. En 11 meses del 2006, las exportaciones al bloque más Venezuela (nuevo miembro pleno) alcanzaron 937 millones de dólares. Si se le suman Chile y Bolivia las exportaciones alcanzan a 1.098 millones de dólares, lo que equivale al 30% de lo exportado por Uruguay en el período (3.675 millones de dólares).

     Aún con dificultades el MERCOSUR es estratégico para Uruguay.

Esas dificultades se materializan en incumplimientos, barreras no arancelarias, demoras burocráticas, impedimentos en frontera como es los caso de las bicicletas en Argentina o la entrada de arroz a Brasil, escasos avances en el tema del doble cobro del Arancel Externo Común, todo lo cual dificulta a las pequeñas economías la libre circulación de bienes.

     ¿Qué perspectivas se abrirían para las economías menores si los fallos se corrigieran y si como dijo el Presidente Lula se actuara con generosidad?.

    No pretendemos que se nos regale nada, sólo pedimos que se cumplan los acuerdos y lo ya pactado por parte de los socios mayores. Lo que sustenta nuestra crítica es tratar de superar los defectos que afectan nuestras relaciones con los socios

     Hay quienes dicen que ponemos el acento en los aspectos críticos, descalificando la imagen del MERCOSUR. Y no es así. Como dice el Presidente Tabaré Vázquez: queremos más y mejor MERCOSUR y por ello hablamos de lo que se podría mejorar, Y es por esto que buscamos que en las negociaciones externas del bloque se proceda con flexibilidad intentando mejorar la posición de los socios menores.

     Por ello la primera tarea para defender el MERCOSUR es cumplir con lo pactado y resolver las diferencias mediante el diálogo.

·        Bloqueo de los puentes. Art. 1 del Tratado de Asunción

     Desde hace dos años tenemos un diferendo con la República Argentina, que no logra superarse, y que ha llevado a que los argentinos bloqueen los puentes.

     El bloqueo implica el incumplimiento de lo que dispone el artículo 1 del Tratado de Asunción (“el Mercado Común implica la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países...”).

Produce un perjuicio gravísimo para la economía uruguaya, pero también para la economía de la República Argentina y de otros países de la región (Chile, Bolivia, Paraguay).

      Uruguay ha intentado solucionarlo por todos los medios.

    Con relación a la actitud de Argentina frente al diferendo, ha habido cambios. En una segunda instancia el gobierno argentino ha tratado de inducir a los grupos para que cesen el bloqueo, pero los argentinos han continuado con su acción. En ese sentido se puede decir que la actuación del gobierno argentino ha sido la de no actuar y de esa forma se está incumpliendo el Tratado de Asunción.

     Uruguay cree en la libertad de expresión pero también en el derecho internacional, en que el gobierno argentino puede actuar sin apelar a la represión.

     La solución de este diferendo ha tenido instancias internacionales pero lo hemos traído a este ámbito para recabar la opinión de nuestros socios en el MERCOSUR.

     Esta inacción del gobierno argentino, que implica el incumplimiento del laudo arbitral de fecha 6 de setiembre, pone en entredicho todo el sistema jurídico institucional, ya que no es concebible una institucionalidad firme del proceso de integración si no se cumplen los dictámenes de los Tribunales.

     ·  El punto central del planteo político - en cuanto al funcionamiento del MERCOSUR - es que hay que concebir al MERCOSUR como un instrumento político.

    Bolivia y Ecuador han manifestado su intención de entrar al MERCOSUR y se daría una buena imagen si pudiéramos resolver nuestros problemas.

     ·  Defender el MERCOSUR es resolver las asimetrías.

Dado que por el tamaño del mercado doméstico en Uruguay no es posible “un desarrollo creciente sin inversiones de escala con la región, que reduzcan costo y den competitividad.”

Uruguay ha aceptado los efectos comerciales – muchas veces adversos- implícitos en la integración regional. Parte de la des-industrialización de la década del noventa correspondió a casos de creación de comercio intra MERCOSUR en los que los productores nacionales eran los menos eficientes.

Es decir Uruguay, ha tenido costos por la apertura indiscriminada al exterior, pero ha sufrido también por las asimetrías con los socios mayores.

     ·  Defender el bloque es ponerlo a la ofensiva en las negociaciones externas.

     La negociación conjunta debería mejorar el poder de negociación, en particular,  para las economías menores del bloque. Sin embargo, este es uno de los beneficios buscados que no se ha materializado en el MERCOSUR, que, en este sentido, parece haber privilegiado los intereses defensivos por sobre los ofensivos. Ejemplo de ello es la negociación con la UE. 

·  Erradicar las Barreras No Arancelarias.

     Las restricciones no arancelarias al comercio intra-zona siguen siendo muy significativas en varios sectores, algunos de ellos particularmente relevantes en las exportaciones uruguayas (arroz, bicicletas, agua mineral).

Es necesario trabajar para lograr la eliminación de las medidas para arancelarias. Para los socios mayores ese esfuerzo no les significaría ningún daño.

     ·  Es necesario mejorar lo institucional.

     Es fundamental para el bloque el sistema de solución de controversias. Hay incumplimientos de Laudos arbitrales cuyos dictámenes favorecen la posición de Uruguay. Es el caso de los laudos en el tema neumáticos, bicicletas y obstáculos a las vías de acceso a los puentes internacionales que unen a nuestro país con Argentina.

     No hay mecanismos coactivos y no se cumplen. Si actuamos de esta forma, para qué sirve el Tribunal Permanente de Revisión?

     Para que buscar el pronunciamiento de los tribunales, sino se cumplen sus dictámenes.

    Nosotros hemos luchado para que existan instituciones supranacionales. Creemos que debemos avanzar en la institucionalidad, sancionando los incumplimientos.

    ·  Consideraciones finales

    A veces tenemos la sensación de que el MERCOSUR tiene más prestigio afuera que adentro. Hay gente que quiere que el MERCOSUR fracase: nosotros no estamos dispuestos a eso.  Para los países de la región no hay destino fuera del MERCOSUR.

     Tenemos que hacer esfuerzos para que Bolivia se pueda integrar plenamente.

     Creemos que nuestra relación con Chile se puede profundizar, igualmente con Perú.

     La región tiene importantes recursos: naturales, energéticos etc..

     El papel de los Estados es fundamental como impulsores de la integración,  es vital en materia de infraestructura, energía y creación de empleo. 

     Sería criminal dejar pasar esta coyuntura histórica.·

 

Intervención del Diputado Roberto Conde (PS-FA) en Cámara,

cuando se trató el tema "Parlamento constitutivo del MERCOSUR"

"No es aceptable estancar el desarrollo del proceso de integración por un conflicto bilateral"

"Por el contrario, creemos que en situaciones de crisis la salida verdadera es apostar a la aceleración y al proceso de profundización de la integración regional"

"Vemos la integración como un proceso histórico que abarca lo económico comercial y, también, lo institucional, lo político y lo social"

       "Quiero empezar por hacer una brevísima reflexión sobre el tema previo que se planteó, respecto al conflicto con la República Argentina. El proceso de integración regional no es una cuestión bilateral uruguayo-argentina, sino que involucra a cinco países, lo cual es bien sabido: Venezuela, Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay. Entonces, para nosotros no es aceptable estancar el desarrollo del proceso de integración por un conflicto bilateral, que en este caso involucra a Uruguay; pero si se tratara de un conflicto bilateral que involucrara a otros, tampoco aceptaríamos un proceso de estancamiento. Está claro sí que el corte de los puentes es violatorio del Tratado de Asunción y también que corresponde al MERCOSUR analizar y pronunciarse sobre ese tema. El Uruguay ha planteado su posición ante el Tribunal, este se ha pronunciado y es evidente que hay responsabilidad oficial del Gobierno argentino al desconocer el claro pronunciamiento de un Tribunal del MERCOSUR. Pero también digo con absoluta claridad que este conflicto, aún en esta situación, no amerita para nosotros apostar al estancamiento o al retroceso del proceso de integración. Por el contrario, creemos que en situaciones de crisis la salida verdadera es apostar a la aceleración y al proceso de profundización de la integración regional, porque es allí donde se encontrarán las vías, los ámbitos y las posibilidades de resolver los conflictos.

         Tampoco tenemos que ver estos conflictos con una especie de ingenuidad histórica. Argentina y Chile estuvieron al borde de la guerra; Paraguay y Bolivia fueron a la guerra; Ecuador, en su momento, también fue con Perú a la guerra. Sin embargo, es absolutamente imprescindible no dejar prosperar los procesos que ahondan nuestras divisiones; por el contrario, debemos centrar todos los esfuerzos políticos en la construcción histórica de nuestra cooperación continental, obviamente, mirando en el horizonte la construcción de una comunidad de naciones todavía lejana.

         Hecha esta primera salvedad, señor Presidente, haré una segunda reflexión de índole general. Nosotros no pensamos mejorar la institucionalidad del MERCOSUR, lo que no solo refiere a la instalación de un Parlamento del MERCOSUR, sino a mejorar la "performance" y las facultades del Tribunal de Resolución de Controversias, a dar facultades a la Secretaría y a resolver las reformas institucionales que quedaron pendientes en diciembre de 2004 en la Cumbre de Ouro Preto. La profundización institucional del MERCOSUR no solo atañe al Parlamento y no tiene por qué contraponerse a las cuestiones de estancamiento, de problemas o de fracasos económicos y comerciales. Nosotros vemos la integración como un proceso histórico que abarca lo económico comercial y, también, lo institucional, lo político y lo social. Por tanto, hemos definido nuestra estrategia como un avance en paralelo en todos los frentes. Para nosotros no es una cosa primero y otra después porque, precisamente, si hoy el MERCOSUR tiene frustraciones y atrasos en el campo económico comercial es porque no ha discutido suficientemente y en profundidad la estrategia política y no ha afirmado la voluntad política de los Estados para hacer madurar y profundizar el proceso de integración.

         Por tanto, el principal problema del MERCOSUR hoy es político, y mientras no se reafirme la voluntad política de su profundización, tampoco habrá mejora en el campo económico comercial.

         Paso a mi tercera reflexión. Nosotros no queremos ‑lo digo porque está subyacente en casi todos los discursos‑ descuidar el aspecto económico comercial. Paradojalmente, cuando muchos de quienes nos critican diciendo que no ponemos hincapié suficiente en los temas económicos y comerciales han planteado la posibilidad de que el MERCOSUR retroceda y se resigne a ser apenas una zona de libre comercio ‑esto es, un mercado libre para la expansión de los grandes capitales transnacionales, lo cual significa fracasar completamente en la integración económica y comercial,‑ nosotros hemos dicho todo lo contrario: queremos ir hasta las últimas consecuencias, tal como el MERCOSUR fue definido en 1991. Queremos un mercado común; queremos zona de libre comercio; queremos unión aduanera para poder comerciar y negociar con el resto del mundo como un bloque aduanero único, queremos mercado común con absoluta libertad de circulación de factores, y también queremos coordinación macroeconómica. Para nosotros no es tiempo de retroceder; es tiempo de avanzar y de profundizar, precisamente en esto, en los aspectos económicos y comerciales. Y si queremos institucionalidad política es para discutir a fondo la estrategia y la voluntad política para construir la base material de la integración, que es el mercado común y no una zona de libre comercio. Y los que quieran retroceder a zonas de libre comercio no están respetando precisamente la voluntad originaria del MERCOSUR.

         Creemos que hay potencialidad histórica en los pueblos mercosurianos para avanzar y no para retroceder. Ese es el camino que este Gobierno se ha trazado, que no rompe con el mandato de los tratados constitutivos del MERCOSUR, sino que los continúa. Y si se nos piden políticas de Estado, ahí están: ¡ser coherentes hasta el final con la construcción del mercado común tal como lo marcamos en el año 1991 y lo votamos en esta Cámara! ¡Esa es la política de Estado!

         Paso a mi cuarta reflexión, señor Presidente. Se nos ha reprochado que no hemos construido consenso interno. Tengo en mi poder la versión taquigráfica de una interpelación muy seria y documentada, muy importante, del entonces Senador García Costa, de julio de 2004, al entonces Canciller Opertti. Se han hecho menciones a esta interpelación muy interesante. Podría decir que el grueso de la argumentación, la exposición troncal del señor Diputado Trobo en la tarde de hoy coincide plenamente con la exposición medular del Senador García Costa del año 2004, haciendo hincapié fundamentalmente en la cesión de soberanía, en la inconstitucionalidad de las disposiciones de este Protocolo y en una teoría nacionalista que no compartimos, porque para nosotros, señor Presidente, en esta época de globalización de la que tanto se habla ‑y vaya si se nos ha reclamado cuando se nos acusa de ortodoxos que nos "aggiornemos" a los tiempos que vivimos‑, en los tiempos en que vivimos, de poder unipolar, de mercado global y de civilización global, hay que ser capaces de rediscutir los conceptos clásicos de soberanía, porque no se puede existir en el mundo de hoy como se existía en el mundo de hace sesenta años. En el mundo de hoy, para ser soberanos, hay que tener fuerza y capacidad de bloque y aunque los Estados nacionales siguen siendo el escenario soberano y principal de la acción política de los pueblos, la globalización y el poder transnacional del capital han rebasado largamente el poder de los pequeños Estados nacionales, que si no son capaces de integrarse en políticas comunitarias de bloque o en políticas de negociación de bloques, no tendrán capacidad ni eficiencia para defender hoy su soberanía en el mundo global. Por eso hemos apostado al equilibrio del poder mundial a través de la construcción de bloques, porque sin equilibrio de poder y ampliación de la soberanía ‑no cesión de la soberanía, sino ampliación de la soberanía a una dimensión de bloque‑ los Estados soberanos lo son en la teoría, pero no lo pueden ser en la realidad de este mundo global y transnacionalizado con absoluta libertad de circulación de los factores de poder y de capital. Por tanto, hay que revisar los conceptos clásicos de soberanía y no concluir tan fácilmente que cuando uno construye comunidad de bloque o comunidad internacional está cediendo soberanía. En realidad, está ampliando soberanía, señor Presidente. Si no, vayan a preguntar a los españoles, a los franceses y a los alemanes cuál es la soberanía que cedieron. Además, vayan a preguntar a los franceses y a los alemanes qué serían hoy en el mundo sin la Unión Europea. Y no estoy hablando de Uruguay; estoy hablando de Francia y de Alemania. ¡No serían nada en el mundo sin la Unión Europea! Pregunten a ellos qué soberanía cedieron o, por el contrario, qué soberanía ganaron, para ser soberanos realmente en el mundo y tener poder. ¿Qué poder tendrían si siguieran siendo Francia y Alemania, naciones enfrentadas entre sí, con una política exterior determinada por una hipótesis de conflicto franco-alemán, si no hubieran sido capaces de cambiar esa hipótesis de conflicto franco-alemán por una hipótesis de cooperación permanente franco-alemana, que es lo único que les permite realmente seguir siendo soberanos?

         Paso a la quinta reflexión. Mencionaba recién la interpelación que el Senador García Costa hizo al ex Ministro Opertti, y que coincidía medularmente con la exposición del señor Diputado Trobo; se nos pide que construyamos consenso y políticas de Estado; pues bien, antes de que se conociera el Protocolo Constitutivo del Parlamento del MERCOSUR, los Jefes políticos, doctores Lacalle, Batlle y Sanguinetti, ya habían dado su posición en contra; abiertamente en contra. Basado en estos argumentos, me pregunto qué política de Estado podríamos construir cuando llegado el momento de decidir hay partidos que dicen tajantemente "no al Parlamento del MERCOSUR" y otros que decimos "sí al Parlamento del MERCOSUR". Es imposible construir una posición común, no hay síntesis posible. Entonces, que cada uno asuma las responsabilidades históricas. Nosotros asumimos la responsabilidad histórica de instalar el Parlamento del MERCOSUR como herramienta útil al proceso de la integración.

         Esta anécdota o, mejor dicho, esta metáfora, repetida por el señor Diputado Washinton Abdala una vez más en la tarde de hoy acerca de que el MERCOSUR es un matrimonio desavenido que decidió tener un hijo, la dijo el doctor Sanguinetti hace exactamente un año, en diciembre de 2005, cuando se conoció el Protocolo Constitutivo del Parlamento del MERCOSUR. No habíamos tenido tiempo todavía de discutirlo, recién lo había aprobado el Consejo del Mercado Común, cuando ya se estaba negando toda posibilidad de aceptar un Parlamento del MERCOSUR. Entonces, ¿de qué consenso y de qué política de Estado me hablan?

         Voy a hacer referencia a las interrogantes que planteaba el señor Diputado Lacalle Pou. Nos pregunta en qué parte del Tratado se asegura el desarrollo sustentable, la justicia social, la lucha por la libertad y la paz. Yo pregunto, ¿en qué parte de la Constitución uruguaya se asegura el derecho a la vivienda, a la alimentación, a la vida, a la libertad, a la educación gratuita, etcétera? No se asegura en ningún lado. Son normas programáticas, dependen de la capacidad, de la voluntad política, de la fuerza y de la grandeza de los hombres para hacerlas realidad. Nosotros asumimos ese desafío. Si lo escribimos es porque esa es la realidad en pos de la cual vamos. Obviamente, no está garantizado en ningún documento; lo que está garantizado es el mandato moral y el objetivo programático; lo otro dependerá de nuestra capacidad política.

         Sinceramente, creemos que el Parlamento es útil para estos objetivos porque hoy el MERCOSUR no tiene ningún ámbito de discusión política permanente, pública, representativa y democrática. Hoy en el MERCOSUR las negociaciones se hacen en más de cuarenta o cincuenta comisiones existentes, pero no se sabe ni de qué tratan, ni en qué estado están, ni por qué las propuestas fracasan. Hemos dicho en todos los foros, en todos los seminarios, que no queremos más un MERCOSUR integrado por comités de técnicos negociadores, ni queremos más un MERCOSUR de diplomáticos. Respetamos el papel de los técnicos y respetamos el papel de los diplomáticos, pero no hay construcción comunitaria posible sin Parlamentos, sin representantes políticos de los pueblos, y es hora de que ocupen su lugar, entre otras cosas, para sacar a la luz años y años de fracasos y expedientes hundidos en los cajones que nadie conoce, porque queremos discutir a la luz pública con nuestros pueblos todos los temas, sin tabúes ni restricciones.

         Decía el señor Diputado Washington Abdala que los parlamentarios son tratados como si fueran de segunda, apenas tienen diez minutos en las cumbres presidenciales para hablar. Este Parlamento tiene la facultad establecida en este Protocolo de llamar a cada Presidencia Pro Témpore del MERCOSUR ‑que son Presidentes de nuestros Estados‑ a que al inicio de su gestión presente su plan de trabajo. Deben comparecer ante el Parlamento cuando se termina su presidencia pro témpore a explicar sus logros y los resultados que han obtenido en su gestión. Ahora es al revés, los parlamentarios ya no tenemos diez minutos para hablar en las cumbres de Presidentes; ahora los Presidentes vienen a exponer ante los parlamentarios, representantes de los pueblos, qué piensan hacer para asegurar el progreso de la integración, y esto se establece en este Protocolo.

         Además, en este Protocolo el Parlamento está facultado para elaborar un informe anual sobre la vigencia y la realidad de los derechos humanos en el territorio comunitario integrado. Este Parlamento tiene facultades para llamar, a través del Consejo del Mercado Común, a cualquier funcionario del Mercado Común para que explique por qué las cosas progresan o no progresan, funcionan o no funcionan. A este Parlamento se le debe dar vista obligatoriamente, por primera vez en forma pública, del presupuesto del MERCOSUR. Nosotros, a semejanza del Parlamento Europeo, habíamos pedido la facultad de aprobar el presupuesto del MERCOSUR, y el Consejo del Mercado Común retiró esta redacción del Protocolo. Pero aun así, obligatoriamente en el primer semestre de cada año, se nos debe de dar vista del presupuesto del MERCOSUR cerrado al 31 de diciembre del año anterior.

         Podría mencionar otras facultades.

         Por otra parte, el señor Diputado Lacalle Pou también hacía referencia a la participación de la sociedad civil. Esto en realidad no es por la creación de un Parlamento. Desgraciadamente, en el MERCOSUR no ha funcionado, pero se han creado foros muy importantes. Existe el Foro Consultivo Económico y Social, que está integrado por los representantes de los trabajadores, de los empresarios y de los cooperativistas, que tiene un Estatuto interno del MERCOSUR, pero no tiene presupuesto y por eso no es muy eficaz. Se ha constituido una extensa serie de organismos llamados reuniones especializadas, como por ejemplo, la reunión especializada de cooperativas, la reunión especializada de la mujer, la red MERCOSUR de investigaciones económicas, que ha producido más de diez volúmenes con interesantísimas investigaciones económicas sobre el proceso de integración. El Parlamento no hará otra cosa que ser un interlocutor de la sociedad, discutir con ella, llamarla a comparecer y también colaborar con ella para que los esfuerzos de tanta gente en el MERCOSUR no se sigan desperdiciando como está sucediendo ahora, porque no hay un lugar donde cristalice, donde se exprese la voluntad normativa de la integración.

         Sexta reflexión. Se nos reclama seguridad jurídica. Una de las duras críticas que se hace al MERCOSUR es que carece de seguridad jurídica y que no tiene normas suficientemente internalizadas. Comparto plenamente esa crítica. Hace tres años y medio que estoy en la Comisión Parlamentaria y casi dos años que la presido, y lamento decir a mis colegas que yo todavía no he podido saber por qué el MERCOSUR no tiene un tratado propio de inversiones, cuestión que está en la base del proceso de la construcción del Mercado Común comunitario. Llamaremos ahora a los Ministros de Economía y Finanzas y a los Cancilleres para que nos expliquen por qué. Trabajaremos para que el MERCOSUR rediscuta y analice su propio tratado de inversiones; trabajaremos para que lo antes posible tenga su código aduanero; y trabajaremos para seguir avanzando en la coordinación de los sistemas educativos, del intercambio de títulos, etcétera. Ya tenemos convenios de cooperación y de coordinación de seguridad social. Aunque sea un tema muy poco conocido, ya existen dos jubilados del MERCOSUR, cuyos cómputos jubilatorios se han reunido, en un caso, en tres países y en el otro, en cuatro.

         Si queremos trabajar, el campo que tenemos por delante es enorme. No producimos derecho positivo comunitario. ¡Claro que no! Y por eso mismo esto no es un organismo supranacional; y por eso mismo no viola la Constitución uruguaya; y por eso mismo no cede en ningún tipo de soberanía. La señora Diputada Charlone lo ha fundamentado extensamente, basándose en los informes de los juristas por ella citados, que no voy a reiterar.

         Pero el hecho de que el Parlamento del MERCOSUR no produzca derecho comunitario positivo no quiere decir que no sea un ámbito extraordinariamente fecundo si se lo sabe usar para construir la voluntad normativa de la integración. Esto es: detectar los temas, investigarlos y elaborar los proyectos de norma, y luego debatir con los Parlamentos nacionales. Además, aunque no tenga la capacidad de generar derecho positivo, tiene una facultad, que es lo que nosotros, en la jerga interna de la Comisión, llamamos su vía rápida. Esto es: los Poderes Ejecutivos tienen cuarenta y cinco días para mandar a los Parlamentos los proyectos de norma que hayan sido acordados por el Parlamento del MERCOSUR y el Consejo del Mercado Común, y los Parlamentos nacionales tienen ciento ochenta días para tratarlos o devolverlos al Consejo del Mercado Común para saber por qué se devuelven.

         Aquí se ha querido advertir una inconstitucionalidad; el doctor Durán Martínez la ha señalado; el doctor Gonzalo Aguirre también. Creemos que es un tema absolutamente superable. No pensamos que esto tenga un rango de inconstitucionalidad. Pero lo cierto es que a partir de esta norma se termina definitivamente en el MERCOSUR el tiempo en que un proyecto de derecho comunitario pasa cinco o seis años archivado en los Parlamentos, sin que nadie sepa si se trata o por qué no se trata. Esto es construir derecho comunitario. No podemos resolver derecho comunitario; pero podemos construir derecho comunitario. Y no tenemos que resignar esa posibilidad porque el Parlamento es también un proceso; el Parlamento se profundizará con el MERCOSUR o perecerá con él. No tenemos una visión estática ni ingenua de estos procesos. Pero es una oportunidad histórica y debemos aprovecharla plenamente.

         Quiero hacer dos últimas reflexiones.

         Me voy a referir a la ciudadanía. Yo no creo en la construcción de una comunidad de naciones sin ciudadanía comunitaria. Y realmente el MERCOSUR, hasta ahora, es un proceso histórico ajeno a la conciencia y al protagonismo de nuestros pueblos. Creo que la falta de un Parlamento o de un órgano permanente de representación de esos pueblos en la acción institucional comunitaria es la causa fundamental de que nuestros pueblos no tengan conciencia de la importancia histórica del proceso integrador. Nosotros tendremos que hacer del Parlamento un ámbito receptor y, al mismo tiempo, propulsor de todas las manifestaciones ciudadanas de la integración, poniendo especialísimo interés ‑como dije‑ en los derechos humanos y en la riquísima, extraordinariamente rica cultura de nuestra comunidad. Quizás el trabajo de reafirmación de la identidad cultural de nuestra integración comunitaria sea una de las tareas más apasionantes ‑por cierto, no la única‑ que tiene por delante el trabajo de los parlamentarios del MERCOSUR.

         No voy a entrar en el análisis a fondo de la situación actual del MERCOSUR, en la que se ha insistido en varias intervenciones. Lo he dicho al principio: no contraponemos lo económico-comercial con lo político, institucional, jurídico y social. Por el contrario, creemos que de la conjunción es de donde surgirán los avances.

         Quizás no haya desafío más inmediato para nosotros que avanzar rápidamente hacia la constitución de la unión aduanera, porque esto es lo que nos va a permitir empezar a operar como bloque en el mundo. Mientras no demos este paso, no estaremos en condiciones de actuar económicamente como bloque. Aquí quiero romper otro tabú que también se utiliza mal, y es el famoso tema de la apertura internacional. Nosotros no pretendemos ser una aldea autárquica ni un país aislado en el mundo. En el mundo global de hoy hay que integrarse o perecer; hay que negociar o perecer; hay que acceder al mercado mundial o perecer. Ahora, lo que ocurre es que nosotros queremos hacerlo negociando como bloque, en formato cuatro más uno ‑o cinco más uno cuando a fines del año próximo culmine el proceso de integración plena de Venezuela‑, porque estamos convencidos que negociar acuerdos de comercio en el mundo como bloque es más beneficioso para nuestros pueblos y para nuestro desarrollo que hacerlo individualmente. Por tanto, en esto tenemos definición estratégica. No es que seamos tan miopes que no nos demos cuenta de que hoy en el mundo es necesario negociar.

         Ahora, como no queremos ser un pequeño país aislado viviendo de los nichos de mercado de los países grandes ‑teoría que aquí en el Uruguay se ha propugnado y defendido‑, estamos pensando que el desarrollo de nuestro país va íntimamente ligado al proceso integrador en tanto no solo depende de las cuestiones comerciales sino que depende, además, de los acuerdos de integración de los factores productivos, porque vamos a insistir y a exigir. Y a nosotros nadie nos tiene que dar lecciones por falta de carácter o hacer especulaciones sobre falta de carácter. ¡Vamos a cumplir con los compromisos que firmamos en el MERCOSUR y vamos a exigir a todos los demás que los cumplan!

         Aquí se han asumido compromisos que tienen que ver con la integración de las cadenas productivas, con un trato preferencial de inversiones para las economías pequeñas, con políticas sistemáticas de reducción de asimetrías y con objetivos de coordinación macroeconómica. ¡Todo eso es parte de nuestra agenda! Vamos a exigir que se cumpla, pero lo vamos a hacer desde una posición coherente; no amenazando con irnos del MERCOSUR sino diciendo que estamos allí para trabajar y para exigir que todos trabajen en esta dirección, coherentemente, como debe ser.

         Quiero hacer una última reflexión, señor Presidente, porque fue casi una alusión directa. El señor Diputado Trobo hizo hincapié, casi al final de su intervención, en el sistema de toma decisiones, que todos sabemos que está acordado por mayorías especiales que involucran mayorías de los países, mayorías internas de los países y mayorías de países en el conjunto del MERCOSUR. Hemos puesto demasiado cuidado ‑porque este es un tema que desde el primer momento se planteó como algo hipotéticamente conflictivo‑ en que cuando se tomen estas decisiones no pueda haber ningún mecanismo tal que se formen mayorías automáticas de los países mayores para imponer resoluciones o decisiones a los países menores.

         Todas las decisiones se tomarán por una ingeniería de mayorías que involucra a parlamentarios y a países, de modo tal que no surgirá de allí ninguna mayoría automática que comprometa la capacidad de pronunciamiento de nuestros pueblos.

         Se nos ha preguntado por qué hemos aceptado que en el MERCOSUR se formen mayorías y se rompa la regla del consenso. Esta es una afirmación absolutamente falsa y equivocada. En ningún caso se rompe la regla del consenso. ¿Por qué? Porque las decisiones que tome el Parlamento del MERCOSUR deben ir al Consejo del Mercado Común y allí se rigen por la regla del consenso, ese filtro se pasa a través de la regla del consenso. Por tanto, si el Consejo del Mercado Común no se aviene a acordar con decisiones tomadas por el Parlamento del MERCOSUR, allí se instala un mecanismo de reconsideración y de renegociación; pero se pasa siempre por el filtro del consenso. Y además, como si fuera poco, se va inevitablemente al pronunciamiento de los Parlamentos nacionales. Quiere decir que el Parlamento del MERCOSUR no quiebra la arquitectura de la interestatalidad basada en el consenso que hoy tiene el MERCOSUR. La arquitectura institucional basada en el consenso, que se expresa en el Consejo del Mercado Común, en el Grupo del Mercado Común y en la Comisión de Comercio del Mercado Común no se quiebra por la existencia del Parlamento del MERCOSUR que, en todo caso, toma decisiones que tendrán que pasar por los ámbitos interestatales del consenso. Entonces, se nos pregunta enfáticamente: ¿qué hay detrás de todo esto?, ¿qué se nos dio a cambio?, como tratando de dar a entender que hemos cedido, supuestamente, algún tipo de soberanía porque se nos dio algo a cambio.

         Termino, señor Presidente, con dos afirmaciones contundentes, enérgicas. No hemos hecho ningún tipo de cesión de soberanía; absolutamente ninguna, y aquí no se ha podido dar ningún argumento consistente en esa materia.

         Se nos pregunta qué se nos dio a cambio. ¿Sabe qué, señor Presidente? No se nos dio nada, porque para nosotros los principios y las convicciones no se compran ni se venden ni se cambian por favores; son principios y son convicciones. Así actuamos y así seguiremos actuando en el futuro para construir nuestra comunidad de naciones."

Ver también:
Vázquez al MERCOSUR: Uruguay pide derechos y no dádivas
Venezuela y Uruguay: Más y mejor MERCOSUR
La integración latinoamericana implica conflicto
MERCOSUR o ALCA, Liberación o Dependencia
Hay que tener proyecto en común
Los caminos de América Latina
NO AL BLOQUEO ARGENTINO CONTRA URUGUAY

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