Informe: Algo extraño le ocurre a nuestros cereales
Comunicado de prensa


Anexo: La ingeniería genética en nuestra mesa

 

La ingeniería genética es la herramienta con la que ahora las trasnacionales intentan monopolizar la producción mundial de alimentos y restringir aún más nuestro derecho a saber qué le han hecho a nuestros alimentos. La globalización y el Nuevo Orden Mundial impuesto por la Organización Mundial de Comercio (OMC) han impuesto acuerdos, que, siguiendo criterios dictados por la obtención del máximo beneficio, ponen en manos de las grandes compañías agroquímico-farmacéuticas la salud y la alimentación de gran parte de la población mundial y se apoderan, por medio de la biopiratería, de la diversidad biológica existente principalmente en los países del Sur.

 

¿Por qué decimos NO a los alimentos manipulados genéticamente?

La manipulación genética consiste en el reordenamiento de los elementos básicos de la vida. Implica tomar material genético (también conocido como ADN) de un organismo y ponerlo en otro para cambiar sus características naturales. Es imposible predecir a largo plazo los efectos que tendrá un nuevo gen o grupo de genes sobre el organismo, el medio ambiente y nuestra salud. En una liberación a gran escala de organismos manipulados genéticamente, lo único cierto es que ocurrirán sucesos sumamente extraños. Las plantas manipuladas genéticamente pueden cruzarse con variedades cercanas silvestres y pasarles algunas de sus nuevas características. Una vez que esto haya ocurrido, será imposible controlarlo.

Hay cultivos transgénicos, como el caso de la soja Round Up Ready -que ya está siendo cultivada en Argentina y Brasil y en estado de ensayo en nuestro país- que ha sido modificada para resistir al plaguicida Round Up y así permitir su aplicación sin riesgo para la planta -con el consiguiente aumento de su uso, cuyos residuos se acumularán en nuestros alimentos.

La soja transgénica ha sido desarrollada por Monsanto ... el mismo fabricante del plaguicida Round Up.

Por su parte, las compañías ya se están preparando y quieren aumentar los niveles de residuos autorizados. Todo esto puede terminar en una situación incontrolable.

En este contexto, y en la medida que este problema se da en un mundo "globalizado" y nos afecta a todos con alimentos genéticamente manipulados, patentados y comercializados por el mismo cartel trasnacional, nuestra respuesta también deberá ser tanto a nivel de país como a nivel mundial, de lo cual esta campaña es un buen ejemplo.


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