Chasque - Especial Borges

La obra de Jorge Luis Borges tuvo un destino vaticinado por el bello título de uno de sus cuentos tempranos, El jardín de los senderos que se bifurcan, de 1941. Ahora que se aproxima el centenario de su nacimiento, el 24 de agosto, es bueno disponer de la brújula de los enlaces adecuados para internarse en muchos de esos senderos.

A las bifurcaciones que en verdad tiene la realidad que supo mostrar el escritor argentino, se agregan como lección la dualidad de los espejos, lo inaprensible del momento, la moraleja de la universalidad y lo ajeno del coraje como valores enseñados por el maestro en la humildad que le permitió la sabiduría.

El mundo puede arrepentirse de no haberle dado, en su pequeñez universal como la infamia, el premio Nobel a uno de los grandes de las letras universales. El reconocimiento cálido que hoy logra la letra de este hombre, ciego en vida a muchas cosas, entre ellas la política, es un premio por cierto mayor que el sueco aunque ya no barnice su pluma.

El tiempo es maduro entonces para sumergirse masivamente en la obra de un hombre del cual aún no hay editadas obras completas que puedan realmente llamarse tales. Una de las razones, aunque no excluyente, es que los momentos de su texto, corregidos en ediciones sucesivas, no fueron una marcha hacia la perfección sino un tributo a los volátiles pareceres de sus tiempos personales.

Otro medio que la letra impresa, con el que él jamás soñó, es hoy capaz de albergar el todo respetando las partes y el tiempo de cada una de ellos. Él hubiese tenido reflexiones inteligentes para dejar sobre la Torre de Babel que en verdad es Internet y que hoy es capaz de albergar no sólo el caos sino también la coherencia final de su obra, de su palabra, de la memoria anecdótica y de la reflexión crítica que arman los senderos. Ellos no están bifurcados sino que se bifurcan cada vez que se recorren, y ese es el viaje, fantástico como la realidad, que se invita a emprender. Será la tarea infinita de Chasque fracasar en el intento permanente de completar el jardín, en las nuevas oportunidades que con certeza brindará su memoria.