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Para pagar la deuda social
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 Hay un punto de apoyo que moverá la Tierra hacia un orden más justo. La palanca
la encontró James Tobin, Premio Nobel de Economía 1981, y es un impuesto a las
transacciones financieras internacionales, que generaría recursos para una inversión
social que mejore radicalmente la situación mundial en un tiempo muy breve.
La idea fue
anunciada por Tobin en 1972 pero sólo ahora es vista como una alternativa por un
creciente movimiento de opinión pública que busca una alternativa concreta al modelo
económico imperante, ante la retracción en la financiación oficial de proyectos de
desarrollo.
Cuando se
formalizó el debate, en 1994, los cálculos presentados en el Informe sobre Desarrollo
Humano del PNUD indicaban que una tasa de 0,05 por ciento sobre las transacciones
internacionales de moneda podría producir recursos equivalentes a 150.000 millones de
dólares al año. La puesta en práctica y consecuencias del programa aprobado en la
Cumbre Social celebrada en Copenhague, en marzo de 1995 viene ganando opinión
internacional a favor de invertir la recaudación que se acuerde en programas de
protección ambiental, mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y combate a
la pobreza en el mundo.
| No está para nada claro que este impuesto vaya efectivamente a aplicarse y cuál
sería el porcentaje sobre transacciones diarias de 1.300 miles de millones de dólares.
El total mundial de comercio exterior es el 1,6% de esa cifra, lo cual le da perspectiva a
su dimensión. Hasta ahora, lo interesante es que la discusión de esta posibilidad se va
extendiendo y profundizando, al plantear una alternativa que parece concreta al modelo
económico imperante. No es entonces tema de grandes titulares, pero lo será. |
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