Pinochet en la mira de Washington
El juez Baltasar Garzón está recibiendo apoyo reservado de Washington para
enjuiciar a Pinochet al menos desde mayo y ahora le da oficialmente elementos para que
reabra el caso Letelier
CHASQUE (Miércoles) - Estados Unidos de América ha revelado estar apoyando
con hechos, más que con gestiones políticas, la decisión británica que en principio
acepta la extradición de Pinochet a Madrid para que sea juzgado por genocidio, terrorismo
y tortura. Esto sugiere un entendimiento de fondo sobre el asunto entre los gobiernos de
Tony Blair y Bill Clinton.
El apoyo de Washington contradice los esfuerzos diplomáticos chilenos, que hizo
importantes cambios en su gabinete el martes para mejorar su posición negociadora. En
Chile la situación se torna cada vez más compleja, con plenarios de generales a espaldas
del gobierno, el aumento de causas judiciales en contra de Pinochet y la salida a la
opinión pública de un alto oficial retirado revelando detalles siniestros de actos
represivos que sólo podía ordenar el propio Pinochet.
El flamante canciller chileno Juan Gabriel Valdés pidió a España una respuesta formal a
su solicitud de allanarse a una negociación política a la detención de Pinochet y Frei
se reunió al efecto con el presidente del gobierno Español José María Aznar. El primer
ministro británico Tony Blair no fue a la cumbre, frustrando así el intento del saliente
presidente chileno Eduardo Frei de entrevistarse con él al respecto. La sobriedad sobre
el tema de su canciller Robin Cook no sólo reafirma la posición británica de no
politizar el trámite que mantiene detenido a Pinochet desde el 16 de octubre, sino que de
hecho facilita la posición activa que está revelando tener EEUU al respecto.
Tras la reunión Valdés-Cook, la cancillería chilena sugirió que su gestión ante Gran
Bretaña había fracasado: "el gobierno chileno espera de su par inglés que no
persista en afrontar el asunto desde la vía jurídica solamente, sino que flexibilice su
posición y reconozca la dimensión política", afirmó el comunicado emitido a su
término.
Chile había llegado a Río con un cierto apoyo latinoamericano a su posición. El
extrovertido presidente argentino Carlos Menem había declarado ya en Buenos Aires su
intención de interceder ante británicos y españoles en favor de la postura de Frei.
También Uruguay había dado indicios de su apoyo, y el ex presidente del gobierno
español Felipe Gonzalez hizo de su apoyo al retorno de Pinochet a Chile el tema de su
primera declaración pública. La cancillería brasileña, Itamaraty, pieza clave en la
política del continente, se abstuvo de la cuestión al punto de que la información ni
siquiera menciona que se la haya consultado.
La ofensiva chilena en Río tuvo a La Habana como un singular punto de referencia, según
un cable de IPS del 27. En él se especulaba con que la ruta de retorno de Pinochet a
Santiago podía pasar por La Habana y se destacaba que "la posición del gobierno de
Frei en el caso Pinochet tuvo desde su origen el virtual apoyo de Fidel Castro, quien dijo
en Oporto el 17 de octubre (durante la anterior reunión Iberoamericana) que el arresto
del ex dictador podía generar problemas para la estabilidad de Chile". La próxima y
IX Cumbre Iberoamericana será en La Habana en noviembre. El ex dictador chileno, de 83
años, enfrentará una nueva instancia del juicio de extradición en Lonfres a partir del
27 de setiembre. . (Chasque - 30/6/1999 )
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