"Al carajo con los moderados"
Mexico se desborda
Huelguistas de la UNAM procuran paros
solidarios en el continente
La huelga y ocupación de UNAM, la mayor universidad del continente, se
transforma en un hecho político al entrar en su segundo mes y el fantasma de la masacre
estudiantil de Tlatelolco, de 1968, se replantea en pleno período electoral.
Jueves - La paciencia se agota en los distintos frentes del conflicto
estudiantil que se inició el 20 de abril por la imposición de una tasa de 120 dólares
anuales a cada estudiante. El rector Francisco Barnés retrocedió el 7 de junio de la
medida, que de todas maneras satisfacía sólo el 2,5% de su presupuesto de 900 millones
de dólares anuales, pero una parte de los 270.000 estudiantes siguió la huelga con
ocupación, en base a una amplia plataforma de demandas.
Los huelguistas se apoyan en un plebiscito abierto a mayores de 11 años que refrendó sus
demandas con 650.935 votos. Unos 70.000 estudiantes perdieron ya el semestre de estudios y
profesores y estudiantes se unieron en reclamos contrarios a los huelguistas y lograron
una nutrida manifestación que tuvo, claro, apoyo del oficialismo.
Un sector de ellos, imposible de cuantificar, está afirmando que la UNAM "permanece
secuestrada por grupúsculos" y reclama que la policía desaloje a los estudiantes.
Eso es rechazado por quien aparece como el líder de la huelga, Alejandro Echeverría:
"Ni se atrevan, señores".
A su juicio, esa tesitura "sólo demostraría que aún no alcanzan a medir la fuerza
de la huelga". Actualmente, los huelguistas llaman a paros solidarios en las
restantes universidades de América Latina. A juicio del intelectual Carlos Monsiváis, la
huelga es dominada por sectores desahuciados por la democratización social, en una
definición que ha tenido rápida aceptación entre los opositores al paro.
Otros encuentran una explicación conspirativa a la huelga, afirmando que su dirigente
Alejandro Echeverría, con un supuesto pasado en la guerrilla salvadoreña, es en verdad
un agente del Ministerio del Interior del gobernante PRI, dedicado a promover la violencia
con el objetivo de perjudicar al alcalde de Mexico Cuauhtémoc Cárdenas, líder de la
oposición de centroizquierda y candidato presidencial en los comicios del año
2000.
La huelga se produce en un tiempo electoral, en el que el gobernante Partido
Revolucionario Institucional, PRI, arriesga seriamente perder la hegemonía que mantuvo
sobre el gobierno por siete décadas. No sin grandes dificultades el PRI se puso de
acuerdo en mantener elecciones internas abiertas en diciembre. Pero eso no alcanza para
cerrar y ni siquiera paliar la crisis política que está planteada en el sistema
político mexicano, en la que esta huelga radicalizada está actuando como
catalizador.
Es como parte de los elementos de esta mezcla explosiva que se precipitan que hay que ver
las revelaciones sobre la responsabilidad directa del entonces presidente Díaz Ordaz y de
su secretario de Gobernación (o ministro del Interior) Luis Echeverría, luego
presidente, en la matanza de unos 300 estudiantes concentrados en la Plaza de las Tres
Culturas, en Tlatelolco, en 1968. Esto, según una investigación de los periodistas Julio
Scherer y Carlos Monsiváis.
En lo inmediato, esto ha perjudicado al PRI, que ve relucir al sol sus trapos sucios y a
la oposición en condiciones de reclamarle por una transparencia que logró el periodismo.
(CHASQUE, 30.6.99)
el-editor@chasque.apc.org
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