La difícil transición del PRI
Escándalos de corrupción en Mexico
El conservador Partido de Acción Nacional, PAN, puso fin a cinco años de
acuerdos parlamentarios con el oficialismo y venía intensificando su campaña de
acusaciones sobre la vinculación entre el narcotráfico y el financiamiento ilegal del
gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero la agenda política
cambió.
Se presentó una nueva situación de corrupción, mucho más grave. El rescate de dos
casas bancarias con deudas por 84.000 millones de dólares fue investigado por una
comisión parlamentaria, con resultados asombrosos para la opinión pública mexicana.
El monto de la deuda plantea un problema económico por lo menos serio para el Estado
mexicano. A esto se suma que el 21,8% de las operaciones que generaron la deuda en la
institución creada para sanear la situación, el Fondo Bancario para la protección del
Ahorro, son fraudulentas. Y el PAN afirma que en banca Unión se descubrieron operaciones
"abiertamente ilícitas" por unos 1.200 millones de dólares, que serán objeto
de acciones penales.
La punta de la madeja surgió el 6 de julio, con la declaración del ex banquero Carlos
Cabal Peniche desde la celda en Australia que frenó su huída de México por acusaciones
de fraude, de que el PRI y la Comisión Nacional bancaria lo presionaron para que
entregara 5 millones de dólares a la campaña electoral del actual presidente Ernesto
Zedillo.
Eso sucedió en 1995, cuando las entidades que dirigía y poseía, Banco Unión y Banca
Cremi, ya estaban intervenidas por la superintendencia de contralor bancario. Las
presiones de parte del gobierno estuvieron a cargo del entonces subsecretario de Hacienda
Guillermo Ortiz y actual gobernador del Banco de Mexico, dijo. También Zedillo trabajaba
en la época en el Ministerio de Hacienda.
El dinero, contó el detenido, había sido comprometido en enero de 1994 para la campaña
electoral de Luis Donaldo Coilosio, pero tras su asesinato en marzo de ese año, él no
quiso reafirmar su compromiso ante el nuevo candidato del PRI, Zedillo, por razones
"de preferencia política". Su actitud reticente fue compartida por muchos otros
donantes comprometidos con la campaña de Colosio, afirmó.
Las revelaciones se dan en plena batalla por la sucesión presidencial y luego que el
gobierno mexicano negoció y finalmente obtuvo "un blindaje financiero" de
23.000 millones de dólares para evitar sobresaltos. Ahora los sobresaltos son de otra
naturaleza. El Ministerio de Hacienda niega actualmente al Congreso (parlamento),
amparándose en el secreto bancario, información sobre cómo se manejó el Fondo de
Protección al Ahorro Bancario, Fobaproa, que absorbió con dinero del contribuyente
84.000 millones de dólares de créditos fallidos.
Mientras tanto, el PRI ha fijado un tope de gastos para las respectivas campañas de sus
cuatro precandidatos, de 6 millones de dólares. A esos 24 millones deberá sumarse el
gasto de la elección presidencial en sí, el próximo año. Las encuestas le dan
actualmente el triunfo al PRI sobre su principal oponente, el PAN, con el 38% del total de
votos. La posibilidad de alianzas en la oposición para revertir esta tendencia muestra
grandes dificultades políticas, pero ni la oposición ni el propio PRI creen que esta
tendencia que le da el triunfo se mantenga en los agitados meses que se vaticinan.
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