El embargo y la represión interna
sostienen a Fidel, según HRW
HRW, la más influyente organización defensora de los derechos humanos de
EEUU, condenó tanto al gobierno de Cuba como a la política anticubana de Washington, a
la que consideró ``contraproducente`` en materia de promoción de los derechos de las
personas.
Cuba desarrolló en los últimos 40 años ``una maquinaria de represión
altamente eficaz``, mantenida mediante intimidación, encarcelamiento de disidentes y un
marco legal que niega los derechos básicos a los ciudadanos, denunció Human Rights Watch
(HRW) en un informe publicado este viernes. Con estos recursos es que "Fidel Castro
mantiene el control del país". El embargo comercial que impuso Estados Unidos a Cuba
hace 38 años en realidad perjudicó la causa de los derechos humanos en ese país:
"sólo empeora las cosas", según el informe de HRW, titulado ``La maquinaria
represiva de Cuba: Los derechos humanos cuarenta años después de la revolución``.
El embargo ofreció al régimen de Fidel Castro un pretexto para mantener un férreo
control sobre la isla, agrega. La política de Washington también frustró los esfuerzos
multilaterales para lograr que el presidente cubano emprenda reformas políticas y tuvo un
costo muy alto e indiscriminado para la salud y el bienestar de todos los cubanos. ``El
embargo ha sido contraproducente para la promoción de los derechos humanos, ya que
dividió a la comunidad internacional y permitió a Castro justificar la represión con
argumentos antiimperialistas``, señaló José Miguel Vivanco, director de
HRW/América.
En un completo análisis de la situación de los derechos humanos en Cuba, el nuevo
informe revisa los mecanismos y tácticas usados por el gobierno de Castro para negar los
derechos de sus ciudadanos, así como los esfuerzos internacionales para promover el
cambio. El más fuerte de esos esfuerzos es la ``Posición Común`` adoptada por la Unión
Europea (UE) en 1996, que condiciona la plena cooperación económica con La Habana a
reformas clave en materia de derechos humanos, destacó HRW. La organización urgió a la
UE a coordinar sus esfuerzos con Canadá y países de América Latina y el Caribe.
HRW entrevistó a decenas de ex presos políticos, familiares de prisioneros actuales,
activistas sindicales y de derechos humanos, periodistas y al ministro de Justicia Roberto
Solongo, entre otros, para la elaboración de su informe. El documento concluye que Cuba
no cumple con las normas internacionales sobre derechos humanos.
En sus esfuerzos por reprimir disidentes, el gobierno continúa ``tratando como crímenes
actividades pacíficas como reuniones para discutir sobre economía, envío de cartas al
gobierno, informes sobre asuntos políticos o económicos o declaraciones a la prensa
extranjera``, denunció Vivanco. ``Cuarenta años después de asumir el poder, el gobierno
de Castro aún procesa a disidentes por expresar pacíficamente sus opiniones``,
sostuvo.
Los tribunales cubanos todavía se rigen por disposiciones del código penal sobre
propaganda enemiga, desacato a la autoridad y otros cargos de muy vaga definición , tales
como ``actos contra el Estado`` y ``peligrosidad``. Además, Cuba niega a sus ciudadanos
las garantías del debido proceso, afirmó HRW.
Por ejemplo, las leyes cubanas limitan el derecho a un juicio justo permitiendo a las más
altas autoridades políticas controlar a jueces y fiscales, otorgando amplia autoridad
para realizar búsquedas y arrestos y restringiendo el derecho a la defensa e incluso a un
juicio público. Una nueva ley que entró en vigor en marzo estableció penas de hasta 20
años de prisión para cualquier acción que pudiera interpretarse como un apoyo al
embargo estadounidense contra Cuba, en adición a otra ley de 1996 que penaliza aun un
aparente respaldo a la política de Estados Unidos. El propio estado de las prisiones
cubanas actúa como disuasor de la expresión de opiniones (IPS y CHASQUE)
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