Montevideo, 26/07/87

ANGELES y SELLADOS

Mi Señor, para tu Hilda, ¿puedes aclararle ahora TU un poco más?

Sí, mi bien amada, sí,
los Sellados ya mencioné
eran aquellos hijos de tanta fidelidad,
que aquellos otros benditos hermanos,
aquellos pidieron desesperados
ellos fueron causantes de tanto y tanto amargor,
por eso pidieron en manos
de los abnegados,
de los que vinieron a padecer
y lo hicieron por inmenso Amor,
estuviera la Obra más grande.
El Sello es la Luz que surgirá.
Luces como estrellas mi Hilda, bien amada,
¿Reencuentros?
sí, todos se van a reencontrar,
fieles y rebeldes, pero todos con Amor,
pero cuando comience la gran Obra,
antes de ellos es lo que acabo de decir a mi Carlos.
las estrellas que se acercan a la tierra
antes de esa Noche Negra,
los ángeles que descenderán,
caminarán en la tierra
y una prueba les dejarán,
una demostración de que en breve tiempo
ellos van a regresar.
Y ahí sí, tendrán el contento
de sentirse elevar.
¿Qué mostré en los lazos de Amor?
¿recuerdas? ¿recuerdas mi bien?
todo esto que vengo anunciando,
son para formar en cada eslabón
la cadena de Divinidad
que luego luminosa en el espacio la mostraré.
Y ahí está el gran reencuentro.
Mi Señor, me muestras cuando llegan de esos ángeles tuyos de carne y hueso como todos, y cómo les hablan, imparten instrucciones así como mostraste recién. Cómo se vuelven a elevar en las estrellas. Les dicen la fecha y el lugar preciso donde vuelven a reencontrarse todos con los seres que tienen ellos que conducir a la vez, y mostrabas en Carlos todos los que lo seguían, todos los que se apretujaban, todo lo que hubo, porque querían seguirlo. Porque comprendían que era una gran luz en el camino.
Veo después cómo son elevaqos, como si fueran pequeños rebaños. Cada uno de ustedes va guiando como pequeños rebaños y cómo todos son elevados. Y veo en una estrella gigantesca y muchas estrellas más pequeñas y son totalmente.... suben, suben, parece que no van a caber tantos y sin embargo sigue habiendo espacio. ¡Qué maravilloso es!
En distintos lugares mis corderitos ascenderán,
y ahí tendrán el Divino Encuentro,
porque el Hermano Mayor,
al que quieren abrazar,
ahí lo podrán ver
y con El a dialogar.
y después?....
y después habrá que volver
para a todos poder ayudar,
porque en esos momentos
será el error humano,
y la tierra estará sumida
en total oscuridad.
Amén

¿Cómo son los hermanos? Muy sencillo. Piensa que acá hay pequeños como acá hay pigmeos, piensa que hay altos como acá también los hay.
Las ropas, la indumentaria hay variada también, eso es lo de menos.
No importa lo que se lleve puesto, importa lo que hay. Todos son buenos. Y me aterra cuando hay personas que dicen, en tal luna vienen los buenos y en tal luna vienen los malos. Eso me aterra porque los malos no existen. Que ellos dejan que se piense eso, está perfecto. Porque
es la manera de que el humano pueda respetarlo. Porque de lo contrario, si grandes potencias supieran donde están y pueden localizarlos ¿qué harían? no irían para compartir o aprender, sino que irían para destruir. ¿Comprendes? Entonces hacen bien en camuflarse como hace el soldado en la guerra que se pone esos trajes y ramitas así, para que parezcan arbolitos ¿no? Ellos hacen bien en eso. Pero fíjate, que se dice que los humanos tienen ramitas así, antenitas, o cosas por el estilo. Pero son como en todos lados, exactamente como acá. Hay de distintas razas también. El contenido está adentro. En todos es igual. Si tu sacas tu corazoncito y lo comparas con los corazoncitos de los pigmeos, negrito, renegrido o un alto grandote o de ellos, verás que son exactamente iguales. Más pequeño o más grande, pero entonces es igual, todos del mismo color.

 


 

Montevideo, 09/O7/88

LOS CUATRO JINETES DEL APOCALIPSIS TRANSFORMADOS

Mi Señor, entonces ahora después de tantas aclaraciones ¿qué tienes TU para decir?

Tantas cosas -dice EL- y tan pocas a la vez,
en estas pocas, como el alimento,
el que está en un bocadito de pan
Como en un pequeño frasco,
unas gotas del mejor extracto
que a todo el mundo perfumará.
Mi Señor, ¿qué símbolo hay en esto? y ¿qué significa ello?
Todos mis hijos ya comprenderán
lo que acabo de decir.
Como primicia que son, que a la tierra
se ofrecieron, pronto termina el sufrir,
tendrán el Divino contento de poder sentirse otra vez,
como los ángeles que fueron,
en armonía, en amor, en comprensión,
en la sublimidad y en la luz,
luz que dentro de cada uno está.
Pronto surgirá, y cada uno bendecirá a la vez.
Mi Señor, fue algo hermoso lo que me mostraste. Me mostraste como
que cada uno está en un punto y como si girara mirando en derredor.
Pero todo lo que alcance la mirada y más también, es como si con la mirada solo ya pudiera bendecir y veo una gran transformación, mi Señor, en lo que va realizando..
¿No me vas a mostrar ninguna otra parte de la Tierra?..
ya anuncié que se precipitan las catástrofes
en aire, tierra y mar,
ya anuncié mis benditos hijos, todo cumplido será.
Y aquellos cuatro jinetes del Apocalipsis
pronto su carrera desenfrenada....
veo mi Señor, cómo finaliza. Llegan que... no digo... sí, llegan al final de la carrera, está perfecto. Y ahora, otra vez me vas a mostrar... veo que uno se tambalea en el caballo. Son tan negros, todos, todo, los rostros, los ojos parecen como chispas. Ay! y los dientes son como garras deslumbrantes, es lo único blanco que hay en ellos, asusta, mi Señor.
Ahí está la transformación, es como un rayo de luz que vino y el jinete, esos cuatro jinetes, el que representa la guerra de pronto resplandece, casi no lo puedo mirar, mi Señor, de tal blancura que hay en él. Y el caballo, el caballo se mueve apenas, suavemente. Y ahora parece que ni toca la tierra, es como desplazarse.
Sí, el de la guerra se transformó ya en la Paz.
Es desplazarse y envolver todo, todo, el aire, lo veo hasta galopar sobre el mar. Pero es un galope suave, suave, es llevar la paz en todos los sitios. Allá hay una ola gigantesca, renegrida, y él de pronto extiende las patas, las extiende tanto como si en este momento puede llegar a aquellas aguas que se agitan, que se levantan como olas embravecidas, negras, negras que aterran y se aquietan al instante. Y aquella misma ola es como una música.
Como una música suave -dice el Padre-
Después sigue el de la Peste, mi Señor. El jinete de la Peste. Esa peste que está hoy haciendo estragos en el mundo, y ya no sólo el cáncer como te he dicho, y no es sólo el SIDA, y puedo decir, no solo la droga, porque también peste es la ambición, son las armas, es todo lo que hay, mi Señor.
Todo lo que hay -dice EL-
sin embargo necesario todo ha sido, es,
pero lo Divino llega pronto,
aunque el dolor no se olvidará jamás.
Mira lo que presentaré.
Y veo también el Jinete, en su caballo, de la Peste. Y veo al caballo que va con las patas hacia todos lados como arrasando, como asolando, Como desvastándolo todo, aniquilando, no solo la Tierra, las piedras, las plantas, los seres, cabezas que toca explotan, estallan, se ensangrenta todo. ¡Qué horror! mi Señor.
Y de pronto, es como una flecha, ¿de dónde partió esa flecha? no lo sé. Pero la flecha no hiere, la flecha llega rápidamente, como lo que significa, rápidamente, y se detiene. Es todo una Luz inmensa y esa luz comienza a envolver tan rápidamente al jinete y al caballo que nunca había visto esto, mi Señor.
El caballo cae como de rodillas. El jinete se pone de rodillas sobre el caballo y cabeza con cabeza. Cuando levanta el rostro, se ve transformado. Hay salud en todo y comienza a irradiar a todo lo que lo rodea. La Tierra comienza a reverdecer.
No hubo, estoy segura, en la Tierra, una manifestación como la que estás presentando, mi Señor. Una Primavera cual no se vio jamás, como TU dices, ahí está. La Peste transformada en Salud.
Y va profundizándose más y más y más en toda la Tierra hasta lo más profundo, es como atravesarla y envolverla toda.
Y este jinete se une al otro, al de la Paz.
Y ahí está el de Hambre. Y seres que ya son esqueléticos, tirados que no tienen fuerza para levantar las manos, apenas entreabren los ojos. Una gota de agua, una migaja, nada más. Y los cuervos revoloteando, nunca había visto esto, mi Señor, así en visión, nunca me habías presentado. El Hambre... y otro con su mesa desbordante que cae y con el pie golpean lo que cae, arrojándolo lejos. . . .
Otra vez aquello, y ahí llega, como volando por los aires, renegrido ese otro caballero en su caballo. Pero... ahí veo como un gran ángel, mi Señor, y veo que viaja como con un manto. Y el jinete se detiene antes que el ángel que tiene ese manto. Está tachonado como de estrellas ese manto. Y aquel jinete se detiene, y comienza a llorar. Y comienza a mirar todo lo que se desvastó, lo que él desvastó. Ves como una súplica a todas las estrellas. Se siente indigno pero quisiera besarlas. Y el ángel le acerca el manto y comienza a besar a las estrellas y comienza a resplandecer. El caballo en un relincho, como diciendo, finalmente llegaste, ya no tengo porqué recorrer haciendo más daño. Es tal la blancura también. Y ahora está todo enjaezado el caballo, es como si todas las estrellas se hubieran multiplicado y de pronto se hubieran prendido en él y comienza a galopar, también suave como los otros. Ves un galope, con su pata, como un baile va haciendo pero se van desprendiendo y multiplicando estrellas.
Y comienzan a surgir frutos y los seres se comienzan a recuperar.
Y muchos ángeles vienen a alimentarlo, como si de cada estrella partiera un ángel y está ayudándolos. Y qué transformados están, ya no son aquellos rostros que ya ni eran rostros. Ya no son aquellos cuerpos esqueléticos, aquellos vientres voluminosos, esas rodillas que aterraban, no. Hasta la carne se está tornando tan hermosa, tan hermosa, tan delicada, como de un bebé, robusto, lindo, no gordo, pero como de un bebé saludable. Ahí sigue, y aquel otro, el de la Muerte, ahí lo veo, en los campos de batalla, entre huesos. Ahí lo veo, flotando por los cementerios y llegan más cortejos de un lado y de otro.
Y ahí te veo a TI, finalmente, mi Señor. Finalmente los cuatro caballeros se transforman.
Llegas y ese jinete de la Muerte que era un esqueleto cubierto de ropas, pero un esqueleto negro. Primero se cubre y luego se quita ese velo, ese velo espeso y TU le sonríes y le dices:
También tú te transformas, en vida
y en vida eterna que aquí nuevamente comenzará.
Comenzará la Vida que tuvieron todos en el Cielo.
y le dice al caballo:
Vamos, tú eres nobleza, y como noble te sentirás.
y de pronto, es increible, la cola del caballo, muy muy espesa y muy blanca, es como en un agitar de felicidad, como una bandera ondeando al viento. Y el caballo siente como si tuviera alas, como si fuera un ángel también. Y allí el caballero, también como un ángel con alas. De pronto se pone de pie, sobre el caballo, teniendo siempre las riendas en la mano y se siente que puede volar. Volar muy alto, muy alto y comienza a cantar.
Ves ese himno a la Libertad. Y veo que aquellos huesos se comienzan a revestir. Y aquellos seres van saliendo de sus sueños que parecían que ya nunca más despertarían y entonan con él el Himno a la Libertad. Ya no más prisiones en la Tierra, ya no más temores, ni dudas, ya no más sufrimiendo, sino la Alegría del Cielo, esa Unión tan límpida, tan pura.
Y ahora veo a los cuatro. Los cuatro jinetes, juntos, cabalgando, cabalgando por el espacio, felices, ya no habrá más daño.
Ya no habrá más daño -dice EL­
mis ángeles bien aventurados,
la obra estará pronto en vuestras manos
y vuestros Corazones radiantes de Amor,
cumplirán en todo, a nadie dejarán de lado,
porque YO no soy Juez, ni tampoco
son ustedes jueces de vuestros hermanos.
Adelante, adelante, que el camino se abre más,
y desciende de lo alto la Corona del Alto Honor.
Amén

Montevideo, 07/07/88

REVELACION:
LOS DOS TESTIGOS DEL APOCALIPSIS


Giancarlo.- 7 de Julio. Con Alvaro y Susana.

 

Y el tuyo también, mi bien,
escuchas mi Palabra que más clara te la ofreceré.
Te ofrezco mi Palabra como también mi corazón.
Que no olvides que Soy Padre Dios,
ni Juez, ni verdugo, sino soy en cada uno
la parte que necesitan.
Soy la Fuerza, Soy la Verdad, Soy la Luz,
Soy el Camino que no se destruirá jamás.
Por lo tanto, mi bienaventurada Susana
cambios drásticos pronto habrán,
pero no pienses en ti y no pienses en qué lugar,
ahora te aclararé, drásticos en un lugar de la Tierra,
y ya también se revelará,
aquello de los dos testigos que biblícamente anunciado está.
Son varios los símbolos, alma mía
y ahora dos naciones.
Dos naciones en una confrontación tal,
que el juicio será verificado, mi bien en otro lugar,
todo lo que vengo anunciando, todo cumplido alma mía es,
como he dicho, catástrofes en mar y tierra
y en cada hijo me despedazo diez veces más
por el Amor que a cada uno tengo, mi bien.
y tu, mi Alvaro bien amado,
no te inquietes, no, mi bien,
que todo esto es necesario,
pero en lo humano el alma se está desgarrando
y e1 alma . . .

Y veo cómo hay más de una que te piden perdón por lo que tienen que hacer, sí, por lo que en cada cuerpo te hacen sufrir, mi bien

 

pero no temas, que si tu hieres, tu alma también dice
en una súplica de Cielo: perdóname
si estoy mal y de esta manera te enfrento,
pero tengo que actuar en este cuerpo
y la otra dice: adelante, adelante, hermano mío,
sé porque todo es, perdóname cuando te hiero
y las almas se abrazan, mi bien.
Amén


Montevideo, 27/09/86

LA VISlON DE LOS 24 ANCIANOS

Mi Señor... ay! gracias, ya me habías dicho, que ibas a mostrar...
Veo como si de pronto todo esto es levantado. Somos todos levantados.
somos, digo, porque yo también me veo con todos ustedes, y llevados
al salón de los 24 Ancianos.
Junto al salón de los 24 Ancianos, hay otros sectores. y un poco más apartado hay un sector donde hay aparatos, parecidos a televisión, botones, no sé... no sé cómo llamarle. La parte técnica, quizá pueda llamarle, no lo sé. Ahí hay varios trabajando.
Pero estamos en el salón con los 24 Ancianos.
Es sorprendente, uno de ellos levanta un copón. Una réplica del auténtico copón, que está oculto en un lugar, y un día. y dice EL:

Y un día a la luz saldrá,
Veo como todos van ubicándose en los distintos lugares que ya estaban preparados para recibirlos. Siento mucho frío yo. No sé ustedes cómo estarán.
Se levanta uno de los ancianos de barba muy larga, muy blanca y se acerca a ti Alberto, y te toma de la mano. Te lleva a ocupar otro lugar, no en el que te habías ubicado. Pero allí hay más seres. Veo como si los asientos empiezan a moverse y se van acercando más y más, poniéndose más y más junto a aquellos seres.
Uno de los ancianos no tiene casi barba.
Veo distintas razas, no los veo a todos iguales. Uno de ellos desenrosca como un pergamino. Y lee y trasmite sin hablar. Todos van recibiendo ese mensaje. Pero veo de pronto una Luz inmensa. Sé que es tu presencia allí mi Señor, todos perciben esa Luz inmensa, saben que es tu Presencia.
Esa Presencia tuya que ahora va tomando forma, y todos te pueden percibir. El Anciano terminó de trasmitir su parte.. no sé cómo llamarle, lo que se le había encomendado. Y veo mi Señor, como si de pronto, de TI mismo, parten rayos de Luz que va hacia cada uno. Como aquella Pentecostés que fueron lenguas de fuego, acá son rayos de luz hacia cada uno. A uno el rayo de luz va directo al corazón, el otro va a la frente. En otros va a una mano, en otro va a la boca, en otro va a los ojos.
Hay quienes en los oídos. Pero cada rayo de luz deja iluminada la parte del ser que la recibe. Y ahí, el que ha tocado los oídos siente música Divina, el que ha sido en la lengua, se comienza a entender con todos los Ancianos, siendo todos de distintos puntos; como si cada uno hablara una lengua distinta, aunque hayan llegado a ese grado ahí de Sabiduría, de perfeccionamiento. El que es en los ojos, puede distinguirte más claro, mi Señor, pero puede ver a través de esas paredes gruesas de metal. El que es en el corazón, siente más amor. Un total apartamiento de todo lo que sea lo material, para un total acercamiento a todo lo que es espiritual, ternura, comprensión.
Cada uno en esa medida.
Cuánta maravilla hay.
Y ahora escucho tu voz, mi Señor y todos la pueden sentir. Está tu Presencia y es tu Voz.
Ahora se sacude todo ese salón, se sacude totalmente y miran como sorprendidos, y se ve como una Cruz de Luz, pero cuando penetra allí,
y todo vuelve a la normalidad, esa Cruz de Luz es el Cristo. El batir de alas nuevamente que es el Espiritu Santo.
y dice EL:

 

No sólo somos tres
ya que todos son parte de mi SER,
así es como son bendecidos
porque el triángulo Divino con cada uno lo formé.
Cada uno es integrante de esa Divinidad,
Triángulos Divinos del Cielo,
Padre, Hijo y la Madre,
Padre, Hija y la Madre
triángulos infinitos
multiplicados están.
Paloma, Espíritu Santo...

Y veo ahora, la Paloma, con las alas, así formando parte del triángulo. Y el Padre en un lado, una hija en un lado, otro triángulo...
Ya ahora no, es el Padre en lo alto, la Paloma diminuta, la otra hija en el otro lado, pero siempre uniéndose las manos. Todos formando triángulo. Y así, así se van multiplicando. En otro veo, la Hija, el Papá y la Mamá. La hija así con los brazos extendidos, y todos siempre así unidos. La mano de la Madre con la de la hija, la mano del Padre con la de la Hija, y las manos de los Padres unidas así.

Pronto todos el conocimiento tendrán
que auténticos hijos de Cielo son,
bendecidos por la Eternidad,
en mi nombre como Creador ,
en nombre del Espíritu Consolador,
y en nombre también del Cristo
al que pronto abrazarán.
Pero todos se abrazarán
como hermanos de Cielo que acá están,
en este infinito Universo
que pronto desaparecerá,
para dejar nuevamente paso a nuestro Cielo,
y como ángeles otra vez,
donde no hay discrepancias ni enconos,
ni sufrimientos, sino la a1egría compartida
todos unidos y todos cantaremos
por fin otra vez.
Y ahí glorificaré a mis hijos.
Pero ahora lo voy a hacer,
Gloria a todos mis hijos
por tanto y tanto padecer.
Y vuelvo a bendecirlos
porque son trozos de mi corazón,
y digo sublimes ángeles míos,
y sublimes y divinos
porque así los engendré YO .
Amén
La imagen ahí está, pero veo como todos los Ancianos se acercan, lo rodean, lo saludan, con sencillez, con dulzura, todos se comienzan a retirar, pero te veo a ti mi Señor, multiplicándote. La Paloma en infinidad de palomitas y el Cristo en infinidad de Cristos. Pero de pronto es identificado como que cada uno es parte crística también. Esto no lo había visto nunca, nunca. Pero está el auténtico y está también así. Por todos los hermanos se ofreció, quería sólo El padecer, desde antes de la Creación acá.
Y ahora, ahora todos todos, venimos nuevamente, vuelve a descender todo esto y Cristo nuevamente caminando por el mundo, y cada uno a su labor pero sintiendo que en cada uno hubo una transformación...

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