EL MANTO SAGRADO


 

Italia 28/03/86

REVELACIONES SOBRE EL MANTO SAGRADO

Madre: Bien, sobre el Manto Sagrado... ahora te diré. El Manto fue trabajado, por mano de mujer. Se hizo, en telares, de la época. Jesús, lo llevaba siempre, porque generalmente, tenía que trasladarse a lugares distantes, y le era muy útil, cuando a veces, tenía que quedar, y reposar, en lugares apartados... en las noches, con los amigos.
Cuando llegó el momento difícil... era también su compañero, pero, fue triste para El, separarse de ese amigo, que era su manto. Llegó un momento, en el cual, aquel trabajo... y El lo amaba... se lo comenzaron a disputar en un juego, los soldados, y aquél que le tocó, porque ganó... sintió que sus manos le temblaban, era como si tuviera, una radiación, que lo tenía que soltar. Le entró grande temor, Eráclito,
se llamaba el soldado. Y lo llevó... y lo sepultó. Escavó en un lugar, y lo ocultó, mirando por todo lado, que nadie lo viera. Y muchas veces en mi mente, viene algo: hermita de Jericó, la hermita de Jericó. Es como si estuviera en un lugar, que luego se levantó una pequeña hermita, como si estuviera en Jericó. Hasta allá, se trasladó él, Eráclito.

"Llega un día en el cual, también a la luz saldrá,
como aquel Copón divino, aquel de la Antigüedad, Amén."

+ Francisco: Madre, ¿Y de qué color era... el manto?
- Madre: Había sido teñido, era de color natural, al principio, pero después había sido teñido, porque había plantas, que producían su tinta, su color... de azul era... rojo no, azul.
+ Francisco: ¿Qué es la hermita?
- Madre: yo veo una hermita... como especie de un Templo pequeño.
+ Francisco: ¿Y quién lo va a encontrar?
- Madre: Quizás los legionarios... quizás un grupo grande... ¿Tú lo vas a encontrar?... ¿Lo dije yo?... No me acordaba... Me alegra mucho que así sea... Son tantas las cosas que digo...
+ Francisco: ¿Era pesado... liviano... abrigaba...?
- Madre: abrigaba, y era, ni pesado, ni liviano; era de fibra, como de lino... se lo ponía para protegerse de los vientos... así.


Montevideo, 22.12.85


EL MANTO SAGRADO

El Manto Sagrado, EL siempre me habla, que está en la Ermita de Jericó. Los soldados se habían sorteado las vestiduras... El que había tenido en suerte éstas, aquel soldado, sintió como un terror, después de todo lo que ocurrió, c uando se oscureció todo, cuando hubo el movimiento de Tierra, quedó aterrado y aquella vestiduras quedaron enterradas... Y EL dice que un día también saldrán a luz, intacta.
Hijo mío, mi Carlos bienaventurado, dice EL,
llega un momento en el cual se verá, aquel Sudario ensangrentado,
la figura auténtica que revelará.
Tu preguntaste por ello, y así te responderé.
Y también se verá la señal del clavo al rojo, mi bien.
Esta ya es una aclaración,
la Imagen auténtica verán,
que sin que nadie tenga que formar los pliegues,
ya que como viva, reflejada será.
Tantos milagros el mundo tendrá,
necesario todo es,
y tú luego, mi Carlos bienaventurado,
serás también incluido entre los milagros.
Amén


Montevideo 23/11/86

EL MANTO SAGRADO SALDRA A LUZ

(Susana pide un mensaje por ser la Fiesta de Cristo Rey)

Que a Cristo pronto verán,
que el trono viene como el rey,
ya que es humilde
viene como el ser que es,
como un hombre que a todos viene a abrazar, mi bien.
No quiere presentarse en su Poder
sino como uno, como uno más,
y tantas veces disminuirse ante todos,
y pasar hasta desapercibido
pero al Cristo lo abrazarás.
y no dejo en el olvido lo que acabo de mencionar,
que aquello de hace tanto tiempo
y que oculto hasta ahora está,
saldrá luego en un resurgimiento
aquel manto, aquel tejido rústico mi bien,
será una bendición que el mundo tenga
y que tantos lo verán.
Amén



Jericó, 21/04/87

EL MANTO SAGRADO AQUI OCULTO

Estamos a mitad de camino entre Jerusalem y Jericó, donde Jesús habla de la parábola del Buen Samaritano.

Lugar tan conocido, muy cerca de este sitio es,
donde se encuentra oculto aquel manto bendito
que luego resurgirá nuevamente por el Amor y la Fe.
Diré en su momento preciso desde este punto dónde está,
hacia el norte y en qué latitud,
y en qué preciso lugar.
Ahí, en piedra, sin trabajar, la ermita de Jericó bajo de ella, sepultado está,
aquel manto que portó al que llaman el Señor.
Aquel hijo tan amado y en aquel sufrimiento tal,
aquella prenda que se había sorteado
oculta y pronto a la vista de todos resurgirá.
Amén


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