Ofrecimiento (Pág. 2)

EN ESTA PÁGINA:
- VUESTRO HERMANO SE OFRECIO POR TODOS
- EL CRISTO QUIERE SER SOLO EN SUFRIR
- SOLO QUERIA PADECER EL


Montevideo, 01/02/97

VUESTRO HERMANO SE OFRECIO POR TODOS

Arcángeles, Ayuda. Salud. Unión de pareja.

Ahora, mi Señor, como siempre esperamos de TI. Cuando yo antes te decía qué temas tratarías y de pronto eran sorpresas que te dije que todas fueran sorpresas, bueno, hoy son sorpresas para todos. ¿Qué vas a responder?

Qué voy a responder, dice EL,
que la Tierra pronto se va a estremecer,
pero no por cataclismos sino por felicidad, por emoción,
porque llega ese Hijo Mío,
ese Cristo que por todos también se ofreció.
Y llega trayendo lo grandioso, salud claman unos,
paz, piden otros, el amor dónde está, me siento abandonado,
en casa no me comprenden, estoy en un camino y me siento desolado.
Miren, se acercan las estrellas
y ese que es Vuestro Hermano que se ofreció por todos,
El dijo: quiero ir yo solo, pero necesitó de aquéllos,
aquellos ángeles también en el Cielo.
Cuando el dijo: necesito de ustedes, quiero ir a la Tierra,
quiero ir por todos, pero necesito que uno me traicione.
¡No, yo no, ni yo, ni yo!, gritaban mis ángeles.
Y otro me tendrá que negar,
¡ah! qué esperanza, conmigo no cuentes!
Y así, así fue, otro me tiene que condenar,
y otro me tiene que castigar.
¡Ah, no, no, con nosotros eso no va!
Por lo tanto, no te dejamos salir del Cielo.
Pero me ofrecí y lo tengo que cumplir, así decía El.
Por lo tanto, así vino y necesitó también de aquel bendito hijo
que se llamó Judas en lo humano,
de aquel Pedro que lo negara,
de aquel otro que lo censurara,
el que lo condena, el que lo castiga,
el que lo saliva, el que lo hiere,
el que le clava la lanza como el puñal horrendo.
Así también, mis ángeles tuvieron que ofrecerse,
¿y los estamos juzgando? no, si YO no los juzgo,
si estaba en el dolor de cada uno de ellos.
Y cuando se dice ángeles o arcángeles en el Cielo al crearlos,
cuando eran todos pequeñitos, eran mis querubines,
iban creciendo, ya eran mis serafines,
seguían creciendo eran mis ángeles
y ya más grandes, mis arcángeles.
No hay diferencia entre mis hijos,
no, mis hijos también se ofrecieron dejando la felicidad,
dejando las alas para venir y compartir las horas amargas.
¡Aquel es un demonio!, palabras humanas son,
también tuvo que ofrecerse para que se cumpliera en este tiempo
todo el tiempo cruel que mi Jesús anunció.
Por lo tanto a no temer, que aquél que te hiere, esta sufriendo,
pero necesario también ha sido.
Aquel que te clava la espada en el pecho te atraviesa y es una traición,
también él se ofreció como aquel Judas, hijos míos también benditos.
Pronto van a comprenderlo todo,
no soy Padre que ame a unos sí y a otros no,
no soy Padre que bese la mano de aquél que me está acariciando
o que está con sus manitos implorando o agradeciendo.
No, beso las manos de aquél que me arroja fango también,
porque también tuvo que ofrecerse
para que se cumpliera todo lo que mi Jesús había anunciado.
Sí, hijos míos, cómo no he de amarlos,
con fuerza de cielo, con amor y comprensión de Padre,
así es, no teman, estamos en el tiempo
de la total redención y transformación.
Esta Tierra destruida y aniquilada,
muy pronto, tan pronto como si fuera un presente
será transformada en el sublime paraíso terrenal,
porque con estos cuerpos vivirán la unión.
Y entonces sí, las parejas ya comienzan a ser de Eternidad,
ya en el amor la sinceridad, la fidelidad, la pureza, lo grande, lo fuerte.
Pero no solo así, familias dispersas, pero una sola,
todos integrantes de una sola familia.
Hijos míos, familia de Cielo en la Tierra, viviendo así,
como hormiguitas, como lombrices, como gusanitos.
Pero no deben olvidar que como hormiguitas
al lado de cada hormiguita estoy,
como una lombricita también me transformo en lombriz
para estar junto a cada hijo porque en MI hay amor.
Como un caracolito también cargando mi casa a cuestas,
cómo los voy a abandonar.
Pero llega también alimento, para todo aquel pueblo lejano,
el otro y el otro que padeciendo de hambre están,
cuando mueren de hambre o de sed,
no deben olvidar que en cada hijo muero YO también.
Pero pronto la maravilla para todos sin excepción,
porque hasta las arenas del desierto se van a representar
como en un reverdecer, dando frutos y alimento por doquier,
y todo bendecido.
Amén



Montevideo, 15/03/97

EL CRISTO QUIERE SER SOLO EN SUFRIR

Sorpresa. Tregua. Yo iba a decir un sueño....... Carlos, el botón....

Eso lo dejamos para después. Ahora, mi Señor, qué vas a responder a tus hijos....

Sorpresas, sí, sorpresas que vengo anunciando,
pero muchos dicen: cuántas sorpresas amargas,
cuántas piedras que me están destrozando.
Una tregua dicen, una tregua, por supuesto,
pero la tregua ya será eterna, será maravillosa,
será como esa primavera que anuncio,
no más veranos ni inviernos crudos, no,
primavera para toda la tierra.
Y entonces verán, hijos míos, bien amados,
cuando dije como una primavera, pero será ya universal,
cuando he dicho que la Tierra esto pequeño dentro del Universo,
como una madre que está a punto de parir, frutos para todos dará.
Y ¿qué son los frutos? los frutos de la Tierra.
Y ustedes ¿qué son? árboles de todos los frutos también.
Cuando digo: mis hijos se están saludando,
sí, mis hijos se están saludando,
YO también los estoy respetando,
porque soy Padre, no soy como he dicho tantas veces,
ni verdugo, ni juez.
Por lo tanto al decir son árboles de todos los frutos,
no esto que pueden llevar,
que tienen un terrenito que los vamos a plantar,
que en una macetita, qué florcitas que dará.
Ustedes, ustedes son también plantitas,
con florcitas como pétalos que acarician,
aunque muchas veces se sintieron destrozar.
Los árboles como he mencionado, de todos los frutos como son,
el fruto de la piedad, de la ternura, el fruto...
Mi Señor, porqué me mostraste el llanto...?
también para enjugar el llanto de aquel que está en inmenso dolor.
El fruto de la paz sublime, frutos de todas las clases,
más pequeños, al más grande,
pero así también manifestado está,
en los distintos sentimientos, pero pronto todos serán de divinidad.
Cómo los amo, pronto todos lo van a comprender.
No me deleito, como he dicho tantas veces, en el dolor,
sino la cruz que querían cargar la llevo en MI para aliviarlos.
Lo que les dejé es pequeño comparado con lo que querían cargar.
Ustedes creen que solamente mi Jesús se ofreció,
quería ser El solo que viniera y se ofreciera por amor,
no quería el dolor en los hermanos.
Pero dijeron: cómo te vamos a dejar, vamos también nosotros,
queremos una crucifixión, más grande
que aquella que Tú cargaste allá.
Aquel dolor que llevaste, aquel taladrar.
Pero El dijo: no, yo con ustedes por siempre también,
como hermano que soy,
y así como en esta imagen me pueden ver,
mis brazos abiertos, así voy a llegar para abrazarlos a todos.
Al que me ama y al que me conoce,
al que me rechaza, al que me aborrece,
pero entonces verán, esto es también un gran cumplimiento.
Cuando dije: volveré, ¿cómo dije? en el momento peor,
volveré en el momento más amargo de mayor destrucción,
de hambre, de cataclismos, terremotos, bombardeos, volcanes.
Y ustedes ya pronto comprenderán porqué esto está sucediendo.
Y ahora, lo mira al Padre y dice:
continúa TU y perdona que te interrumpí.
Pero nunca había hablado... recién me estoy dando cuenta... siempre es Tu Palabra, mi Señor, y hoy diste la oportunidad a Tu Hijo, nunca lo haces.
Sorpresa dijeron, sorpresa que también ahora reservé.
Amén

Montevideo, 05/04/97

SOLO QUERIA PADECER EL

Freno divino. Fe. El Cristo...
¿Qué vas a responder, mi Señor, ahora a tus hijos?

Freno divino.
Muy pronto verán que el freno divino,
lo que representa, no es para frenar y decir:
"bueno, ahora por acá, me voy a quedar, "
no, en ese freno divino, es ver, hijos míos tan amados,
aquel que está sufriendo, es frenarse para poder, para ir a ayudarlos.
El freno divino es, muchas veces,
cuando están como humanos enfurecidos,
... frenarse,... eso es freno divino también.
O cuando se quiere cerrar el puño,
YO los abro y los lleno de besitos,
porque sé que dentro de ese gesto,
también mis benditos tienen sufrimiento.
¿Y qué es la fe?
Cuántas veces dicen: ya perdí la fe, o nunca la conocí.
La fe es una fuerza inmensa que pronto surgirá en todo ser.
Por fuerza de la fe, podrán, hijos míos, avanzar.
Por fuerza de esa fe, ninguno ya se detendrá.
Y frenos, al contrario, ya no habrá que frenar,
¡vamos todos adelante, vamos todos a cantar,
sintiendo que por fin ha llegado el divino sello de la paz!
La paz en cada corazón, esa unión maravillosa.
Por lo tanto, hijos míos, a no temer,
que quieren que les hable de vuestro hermano Mayor,
ese que no quería en ninguno de sus hermanitos el dolor.
Ese que solo quiso dejar el Cielo,
solo quería padecer El.
Sí, pero ustedes ¿qué hicieron?, ángeles como eran allá,
dijeron: no podemos dejarte solo,
si anunciaste tiempo de guerras y de desolación,
queremos ir también como humanos a compartirlo.
Y este es el tiempo, amargo, pero pronto el divino dulzor.
Este es el tiempo del enfrentamiento,
como humanos tal como se anunció, pero en lo interno,
el ángel se está abrazando y pidiéndose perdón.
Eso es lo que es auténtico, lo sé porque soy Padre, soy Dios,
los amo con amor de Cielo.
A qué hijo puedo dejar fuera.
Si este tiempo fue anunciado,
sabían que vendrían ángeles hermanados en la divinidad
y sin embargo, como humanos rivales,
sí, pero rivales solamente en este tiempo pasajero como humanos,
pero ya llega ése Vuestro Hermano para unirlos en el gran abrazo, unirlos como humanos porque en lo divino jamás se han separado.
Por lo tanto, mis benditos, cómo no he de amarlos,
cómo no he de agradecerles,
soy vuestro Dios, soy vuestro Padre y pronto me sentirán.
Si estoy en diálogo con cada uno
y en lo humano no lo pueden sentir,
dialogo con el ángel que está en cada cuerpo,
pero pronto sentirán que en lo humano también está mi voz,
mis brazos que los rodean, mi ternura y mi acunar,
pero no para dormir, sino como para darles también
la gran maravilla como bebés que de mis brazos no caerán.
Amén


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