SOBRE LAS ALMAS: DISTINTAS VENIDAS (2)

- RETORNO
- AlMAS DE ETERNIDAD, CUERPOS EFIMEROS
- SE REVISTIERON DE TODOS LOS VESTIDOS
- VINIERON A PASAR Y PADECER TODO



Montevideo, 14/01/89

RETORNO

Mi Señor, tu Leonardo pide Retorno.

Y te voy a responder.
Como Padre no quería el sufrimiento,
pero ustedes, hijos míos, dijeron:
todos debemos ir, ninguno quedará acá,
solo tu, Padre y nuestra Madre,
en el Cielo quedarán.
Y YO dije: de ninguna manera, hijos,
les estoy hablando en palabras humanas,
como un verdadero Papá,
que si van todos, voy con cada uno.
y ustedes prepararon en los tiempos
todo lo que había de ser,
que pasaremos por esto y por aquello,
que llevaremos todo hasta este final,
después de haber compartido todo en todo,
recién entonces regresaremos.
El tiempo será exhaustivo, pero lo cumpliremos.
Y se abrieron las puertas de las cárceles del tiempo,
las cárceles del tiempo,
se sintieron prisioneros, como se suelen sentir,
que aunque estén en libertad, están encadenados,
por obligaciones, por situaciones,
por inconvenientes, por temores, por dudas,
por tantos hechos...
¿Verdad, hijos míos, que así es?
Que estoy compartiendo con ustedes
las cadenas invisibles,
pero pronto se transformarán
como en plumas divinas del Espíritu Santo,
que lo que ahora fueron heridas por tanto aprisionar,
luego serán caricias que todo, todo lo calmarán.
Cadenas que se transforman en plumas
y de un resplandor tal,
que sentirán que las plumas los besan,
que las plumas los acarician,
las plumas también los peinan,
las plumas como zapatitos y se sentirán elevar.
Cadenas que han sido pesadas,
afirmados a la tierra los han tenido hasta acá.
Luego a través de esas plumas benditas,
serán como alfombras mágicas que se sentirán así, como volar.
Regresaron tantas veces,
vuestras almas han retornado,
pero todas en un mismo número,
puedo decirlo, estoy en cada lado,
no estoy junto a uno solo,
sino compartiendo en todos
y en todos ha sido y será lo que falta por igual,
En sufrimientos, en suspiros,
en tiempos de espera, en tiempos perdidos,
en tiempos aprovechados,
en todos los tiempos idos.
El futuro, lo que queda para sufrir,
tan poquito es, que puedo decir: no es nada,
comparado con lo que ha pasado.
Y voy a aclarar, hijos amados,
que ustedes el Universo también lo han formado
y que no lleva millones de años,
sino el tiempo necesario para la total purificación,
no de ustedes que se ofrecieron,
sino de aquellos que lloran por un gran arrepentimiento,
porque valoran vuestra consagración, vuestro ofrecimiento.
Lo valoran a tal punto de decir:
en nosotros el despedazar,
nosotros queremos sucumbir
y que nuestros hermanos puedan realizar,
porque ellos se lo merecen,
vimos cuán grande es vuestro Amor.
Así pronto será también el grande abrazo,
y los míos estarán en todos los vuestros,
ya no habrá más división.
Entonces, ya no habrá retorno.
Porque el último es, el paso que darán en el Cielo,
todos juntos, a un mismo tiempo,
ni unos primero, ni otros después,
ese será el último retorno.
Sentirse como ángeles nuevamente,
qué feliz me sentiré, cuando pueda verlos
como niños felices, como el pequeño,
al levantarse en el día de Reyes,
que puede ver todos los juguetes,
los que soñó y los que son sorpresas,
Así será para ustedes también,
lo que esperan y lo que está guardado,
para otorgarlo como lo que tanto espero
para mis hijos amados.
Ahí seré YO el Rey Mago y no digo nada más,
sino
Amén.


Montevideo, 18/01/89

ALMAS DE ETERNIDAD, CUERPOS EFIMEROS

Mi Señor y ¿qué tienes para tu Eduardo?

Y... ¿qué tengo? -dice El-
luego verá en su camino,
cómo he estado como en laberintos,
pero que aire nuevo respirará él también.
Desde un Durazno... ¡ah!...
los frutos que ese durazno dará!
y no me refiero al sitio, sino a mi Eduardo,
porque sus palabras serán frutos
que a muchos ayudarán.
A unos para calmar el hambre y
a otros para aplacar la sed.
Porque los frutos de tus palabras
serán frescos, tiernos, jugosos,
dulces, al paladar y al alma, mi bien,
y dando desde los Tiempos, como Dios y Padre que soy,
tiempo de los tiempos, hijo amado,
he sido Padre de los que son ahora tus Padres,
y he sido Padre de los padres de tus padres,
y siguiendo más atrás, puedes comprender, hijito,
que soy el Papá de la Eternidad.
Pero tú también eres eterno,
tu cuerpo efímero, mi bien,
pero tu alma, es inmensa, es de Cielo,
pero en ella jamás hubo ni habrá orgullo,
y eso tu alma a tu cuerpo se lo dará a entender.
Te dije efímero, porque los cuerpos
por muy prolongada que la vida sea acá,
es solamente como un chispazo,
que apenas se puede vislumbrar.
El alma es Eterna, hijito,
pero en tu cuerpo, mucho tu verás,
estarás hasta el final de los Tiempos.
Y estarás también colaborando con ese ser,
ese Cristo, ese Hermano tuyo y es también de Eternidad.
Y también en un cuerpo efímero,
como en el pasado, ¿recuerdas? mi bien,
cuando estuvo en aquel calvario,
estuvo en tantos cuerpos,
por tiempos... como todos los hermanos,
su alma vino a padecer, no una sola vez,
sino tantas y tantas.
Sí, mi Eduardo, ya te lo confirmaré.
Pero muy pronto habrá un gran cambio en tu vida,
y entonces sí, fáciles serán,
porque serás ayuda invalorable,
en tantos que a ti clamarán,
y no serás sordo a ninguno,
con qué alegría, fuerza y amor,
te acercarás, hijo amado,
para ayudarlos en su agonía, en su deambular,
en su titubear, en sus dudas, en su temor.
y les darás firmeza y seguridad,
en alto portarás el estandarte de la Fe,
aunque tú, hay momentos que te has sentido abatir,
pero serás portador de él, como un nuevo capitán, hijito.
Amén
.



Montevideo, 07/01/95

SE REVISTIERON DE TODOS LOS VESTIDOS

Civilización Maya. Capítulo final. Abril.

Civilización maya, así pidieron
y vuestras almas qué es lo que hicieron,
ángeles que vinieron del cielo,
también ustedes pertenecieron
a aquéllos lugares.
También ustedes fueron quienes dejaron
a través de los llamados jeroglíficos tantas señales.
Pasaron por todo y en todo.
Ustedes pertenecieron a todas las razas,
estuvieron en la Tierra y fuera de ella también.
Vuestras almas se revistieron de todos los vestidos,
pero a nadie le duró un vestido más que al otro del hermano,
sino cada uno en su mismo tiempo y en un mismo sentido.
En distintas épocas pero han vivido lo mismo,
así, almas mías, han pertenecido,
pero pronto tendrán, de vuestras almas,
ángeles de sabiduría, tendrán también un gran conocimiento
y los recibirán vuestros cuerpos.
Así es, almitas mías, estamos en los Tiempos de los Tiempos,
tiempos de caos y de confusión,
pero tiempo de seguridad, de claridad, de maravillas.
Pero, no olviden que YO ya he dicho:
no solo un Dios que pueda llevar todo a la destrucción,
sino un Padre que todo lo va a transformar,
con ustedes los transformaremos, con infinito amor.
Ya nadie sentirá el orgullo,
porque ese señor también se va a transformar
será ahora transformado en ese otro señor que se llama humildad.
Humilde sí, así es.
Por lo tanto, toda la sabiduría,
hasta los más pequeños asombrarán, almas mías,
muchos están maravillando ya.
Pero llega el momento anunciado, en el cual todos se sentirán,
por fin tienen el conocimiento,
sabrán cómo dar cada paso.
Y hay una apertura.
Dijeron abril, no digo cuando,
hay una apertura para este nuevo camino,
en el que pronto todos ya se encontrarán.
Van transformando las piedras, los abrojos, las espinas.
Van transformándolo todo, almitas mías,
pero también los seres como hoy, como cocodrilo que hablé,
también digo: si he sido un abrojo que me prendí a ustedes,
si he sido espinas, en MI, como Padre todas las multipliqué.
No piensen que les tiro y me sonrío.
No, no les tiré ninguna, al contrario,
y ahora esto lo voy a aclarar.
Se autodestinaron,
ustedes quisieron ser los que se prendieran los abrojos y las espinas.
Y YO decía, no, almitas mías
y entonces, en MI las clavaba diez veces más.
Soy Padre, vuelvo a reiterar,
no soy el verdugo, ni soy el ser que va a disfrutar,
acá hay calor me voy a refrescar,
allá hay frío me voy buscando la tibieza en algún rinconcito.
No, hijos míos, eso YO no soy.
Soy el que sufre en cada uno
y cuando se encuentran desolados,
no saben cómo estoy YO.
Pero respeto vuestro ofrecimiento,
pero lo respeto pero en un límite, nada más.
Ustedes querían algo tan inmenso de dolor,
de desesperación y apenas les dejé una parte,
si YO sabía que en lo humano no podrían resistir,
no podrían cargar, la cruz es invisible
pero Yo sé cuánto pesa,
cómo, qué Padre sería YO si les hubiera dejado pasar
toda esa tremenda montaña.
Ese avasallante volcán, esos mares embravecidos,
no, benditos hijos míos,
ustedes como almas divinas todo lo conocen,
conocen lo profundo de la selva
y lo profundo de los mares también,
conocen la desolación de los desiertos,
pero conocen también lo que es empuñar un cañón
y sentirse despedazar a la vez por él.
Sí, almas mías, sí, se ofrecieron para todo y en todo,
quien hoy es despedazado en otro momento lo empuñó.
Por lo tanto, mis bien amados,
se ofrecieron porque no querían ser jueces de los hermanos,
hasta ese punto se consagraron.
Querían vivir en todo y por todo,
querían sentirse también atropellar,
pero sabían muy bien cómo tenía que ser.
Ustedes prepararon toda esta Creación de dolor
y lo hicieron por amor,
para sufrir por los hermanos y para rescatarlos,
que ningún hermano pudiera faltar en nuestro Cielo
que se está preparando y nos está esperando,
nadie fue a felicidad mientras hubiera dolor
de la frontera que es la montaña rosada para acá.
Amén



Montevideo, 26/04/97

VINIERON A PASAR Y PADECER TODO

Tú habías dicho de Giorgio Bongiovanni. Tú Hostias en el copón. Krishna.

Como Krishnas, dioses de amor,
así cuántos de mis hijos en la Tierra están,
para difundir lo que es el Cielo.
Pero son también como hostias que salieron de un copón,
de un Sagrario para sentirse destrozar.
También se han consagrado, no digo desde la Eternidad,
desde la Creación, hijos míos tan amados,
para pasar por todas las situaciones y no decir:
"Yo fui esto, yo fui aquello,
yo fui el importante aquí, el más importante allá"...
No, la humildad que hay en cada ser,
quisieron venir como hermanos, no como verdugos ni jueces,
a pasar por todas las situaciones ustedes también,
y muchos hacer como ese hijo mío como Giorgio Bongiovanni,
como muchos Giorgios en la Tierra hay,
con estigmas como mi Jesús.
Y no solo fue en aquel tiempo,
este es el Tiempo de los Tiempos, mucho más se confirmará.
Y vinieron a pasar y a padecer en todo,
como santos y todo lo contrario,
como intelectuales y totalmente discapacitados.
Por lo tanto, si como hostias salieron de un copón
y dejaron el Sagrario que era nuestro Cielo
para venir a esta otra parte, del Cielo también,
a este rincón que se le llama Universo, vinieron por amor.
Así ustedes también son dioses de amor divino
que dejaron todo aquello para venir a arrastrarse
ustedes también como gusanitos y nadie podrá decir:
"yo fui el importante", ¡no!
que aquél que parece que en un momento es el más grande,
verán dentro de él el ángel que está,
la humildad que hay en cada ser.
Y este hijo mío, este Giorgio, también él se ha ofrecido,
en otro tiempo fueron distintas sus venidas, como ustedes, almitas mías,
y este es el tiempo que él también se ofreció
para tener como una manifestación muy grande,
pero pronto surgirán como luces en cada herida.
Pero cuántos, sin derramar sangre están llenos de heridas,
empezando por el corazón.
Sí, heridas invisibles, no se pueden ver
pero están desgarrados, y se están desangrando,
no los visibles, como ya les he dicho, invisibles.
Pero son dioses, porque si los creé de mi propio Ser,
a mi imagen y semejanza también,
los creé en divinidad y los creé en todo.
Cómo no he de amarlos, si los creo de Mi Mismo,
si me arranco un dedo es como arrancar un hijo,
pueden imaginar nadie en nuestro cielo va a faltar,
están todos aquí, como también en la Madre,
porque juntos lo hemos creado, no fui YO solo,
cuando dije: a nuestra imagen y semejanza,
y no es decir hasta en lo humano,
a nuestra imagen y semejanza allá en el Cielo,
cuando los creamos como ángeles.
Pero cuando sucedió, porque en el Cielo no se conocía el dolor,
aquel momento de discrepancia entre mis hijos,
les llamen como les llamen,
mis hijos siempre han sido, son y serán
porque son de Eternidad.
Amén


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