Buenos Aires, 22/09/95
EL ME HIZO MADRE
Ahora, si me traes a la palomita, como haces siempre.
Y hace como un gesto con la mano. Y veo como que este lugar es enorme, no estamos
acá, y está lleno de gente. Mira que no pierdo la noción
de donde me encuentro, mucha gente. Pero allá escondidita aparece la
palomita y mira pero no quiere molestar a nadie. Pero alguien se dio cuenta
y hace señas como diciendo: ¡está ahí!. Y todos se
dan vuelta y la ven que está allí. Y Ella ya sabía todo,
no ignoran nada los padres, tampoco el ángel que está en tu cuerpo
ignora nada, todo lo sabe, hasta el próximo paso, todo. Solo que no es
el momento de darle el conocimiento al cuerpo. Ahí la paloma crece...
crece y está grisácea.
Y el Padre dice:
Está grisácea por el dolor del mundo,
pero pronto la verán...
Y hace así, como un chasquido con los dedos, pero es música que
sale de sus dedos,
pronto la verán resplandecer.
Y es como si sus dedos se hubieran transformado, sus manos en alas, las manos
del Padre.
Y hace como para abrazarla. De pronto Ella se comienza a transformar en la Madre,
es algo tan maravilloso lo que estoy viendo, porque todo su traje está
formado de plumas y estrellas. Y es todo como si una brisa maravillosa intercambiara
todo, plumas y estrellas, plumas y estrellas. Las alas son gigantescas. Hace
con las alas un movimiento y ya no está en la Tierra, está fuera
de la Tierra. Tomando a toda la Tierra en las alas y ella está inmensa,
la Tierra es pequeña. Ahí, y estoy sintiendo de pronto un frío
tremendo.
Ella eleva un canto, la voz de ella es maravillosa, y yo, cuando tengo que retransmitir
el canto de Ella, sufro, porque lo mío es un graznido espeluznante. Es
como un llamado, como cuando la Mamá pajarito está llamando a
los pichoncitos y todos vienen corriendo.... corriendo no, volando, volando,
correrán los pollitos, los patitos, pero los demás vienen volando.
Es como si todas las estrellas, todo, todo viniera y todos los ángeles,
y se reúnen también ahí, en sus alas.
La Madre los mira, y con una sola mirada los acarició a todos, no tiene
que estar mirando a uno por uno, con una sola mirada los acarició a todos.
Los envuelve en su ternura. De pronto su corazón sale del pecho y no
pueden creer, están en la Tierra entre sus alas y están mirando
y están como si se miraran en el espejo, están en el corazón
también. Tú, también, se miran como diciendo, pero si estoy
acá.... y estoy ahí....?
Y Ella dice:
Están ahí y están aquí,
y Yo estoy aquí y estoy ahí.
Junto con el Padre, no nos vamos a apartar,
por eso EL me hizo Madre,
Madre en el cielo cuando ustedes eran ángeles allá,
antes de ofrecerse para este cumplimiento.
Tesoros inmensos como son,
también, como ha dicho el Padre,
son los latidos de mi corazón.
Y es como si de pronto quieren hacerle caricias en el cabello y se prenden para
llegar más y darle besitos, se prenden de los cabellos, son tan chiquitititos
ahí, insignificantes, pero se prenden para poder darle besitos. Y Ella
se inclina y otra vez, con un beso lo envolvió todo.
Y ahora les canta su Bendición que es un arrorró. En Ella es maravilloso,
no escuchándomelo a mí, no.
(Canto en lenguas)
Y en esos gestos maravillosos, el Padre se acercó y poniendo sus brazos
debajo de las alas de Ella, pero no quedó solamente debajo de las alas,
la envuelve en un abrazo de ternura, es como tener todo en tus brazos, mi Señor.
A tu esposa y a todos tus hijos. ¡Cuánto amor, cuánto amor!
Con amor los creamos, dice EL
y por amor, junto a cada uno estamos.
Yo no quería el dolor, se impusieron y así vinieron,
y dije: si van todos, voy YO también,
no como uno más sino en cada ser,
en todo, desde lo más insignificante,
también hasta en lo más grande,
en el árbol que es talado,
en mis hijos que en el fuego caen,
los que en el agua tienen que padecer,
padezco diez veces más, porque Soy Padre,
no me deleito en el dolor, soy Padre, y sufro,
porque cuando digo: en aquel calvario,
cuando mi Hijo dijo: Padre, ¿por qué me has abandonado?
No lo abandoné, sino que cada clavo en El
en MI eran diez.
Así en ustedes, almas mías, ángeles míos,
luces, como quieran llamar,
pero lo importante, ángeles benditos del cielo,
trozos de nuestro propio SER.
Amén
SANTA BERNARDITA HA VUELTO
Mírame, estoy en un basural,
soy la Inmaculada Concepción,
y al mundo, tú, esto lo manifestarás.
Mi Bernadita no temas, Bernadita estás acá.
Mi pequeña, a ti te aguardan momentos de sufrimiento,
pero siempre a MI como Madre, a tu lado me hallarás.
Mi Bernadita pequeña, que un Obispo te sancionará,
un Obispo como un hombre cruel,
pero cree que en la justicia está.
Fuiste y eres y serás, Bernadita Soubirou.
Recuérdalo, hija mía, soy Tu Madre que te da la Luz.
Inmaculada Concepción, al mundo tú le dirás,
la Señora así se llama,
y así el Mundo lo sabrá.
Amén
Madre: En esos cuerpos (Bernadita y el Obispo) de visita casi todas las almas
del mundo estaban presentes. Porque todos vivieron lo mismo también...
estaban frente a Su Madre.
COMO UNA NUEVA BERNARDITA, HABLARA CON
LA INMACULADA
Veo de pronto como si fueran dos grutas... como aquella gruta de Lourdes, y
dice EL:
Estuviste en tantos tiempos,
te ofreciste a padecer,
te has sentido como encerrada,
como en una cuevita, mi bien,
mas pronto de tí la luz, muchos la recibirán,
como aquella Lourdes bendita que a tantos la luz da.
Y me estás mostrando, mi Señor, como si de pronto, donde
se encuentra puede ver a Bernardita Soubirou. Bernardita Soubirou, es la que
estuvo frente a la gruta de Lourdes, la que recibía las Apariciones de
la Virgen, ¿todos tienen conocimiento de eso? Bueno, te veo como si estuvieras
en la gruta... pero como si estuvieras frente a Bernardita y dice EL:
Pronto te enterarás, alma mía,
cómo Bernardita en el mundo está,
y tendrás la inmensa alegría, de poderla abrazar.
Es la Mamá que te habla,
la que frente a ti, mi bien, está,
y antes de que llegue la Alborada,
todo ese amor y esa divinidad,
como perlas que caen y que ruedan
y que el mundo de Ella tendrá
una prueba pura y verdadera, así, mi Lourdes,
antes de esta hora que anuncio, cumplido todo será.
Te bendigo y te reitero, en el mundo te traje YO,
a pedido tuyo y a súplica de Cielo,
todo lo comprenderás, mi bien.
Alma mía, bienaventurada te puedes considerar,
pronto verás una gruta sagrada,
en lo alto, con la Inmaculada,
y a sus hijos, a la derecha,
con amor allí transportará.
Amén
Montevideo, 18/01/86
HABLA LA MADRE: HIJOS MÍOS, VENGO DESGARRADA DE DOLOR
Bendición.
Dice EL:
Bendición con la que envuelvo a todos mis hijos,
el mundo como desgarrándose que está,
una parte como he mostrado hoy,
solo derrumbe y sangre en esa parte del mundo.
¡Ay!, mi Señor, eso no lo quiero contemplar.
Ya ven cómo los necesito para una restauración total.
De lo divino, está despedazado,
pero también esto se había profetizado,
lo divino nuevamente restaurado, también estará.
Cómo fue taladrado aquel Hijo siendo parte de la divinidad,
ustedes hechos en la misma...
Mi Señor... me estás mostrando Tu Cielo y cómo fueron hechos
como TU dijiste, todos en poder en luz y en divinidad...
y cómo se han sentido muchos, dice EL, y
dicen:
"no me puede a mi así hablar si me he enlodado tanto!
YO digo: purificado estás.
Y ahora, mi Señor, al mundo lo veo girando, girando en un desorden tal,
que de pronto gira hacia un lado rápidamente se detiene, se sacude en
otra forma, en distintas direcciones, qué sacudida ¡qué
sacudida atroz!.
Dice EL:
Qué sacudida atroz, nuestro mundo viviendo está,
en caos y en confusión y YO como Padre, junto a cada uno voy,
mi presencia y mi amor siempre estarán.
Pero pidieron mi Bendición.
Como Padre y en nombre del Cielo los bendigo YO,
como también los bendice el Cristo
y el Espíritu Santo que es la Madre también da su bendición.
Y pronto los sacará del quebranto del horror, del caos y de la confusión,
y pronto los pondrá en el camino firme,
como mamá que ayuda a dar los primeros pasos a su bebé,
así lo viene a hacer, como Paloma que protege a pichones,
pero como Madre que no los va a abandonar.
El Espíritu Consolador, así también reconocerán
y les da la bendición.
Y veo cómo llegó como paloma y se transforma en mujer,
y cómo de pronto toda una luz enorme parte de su corazón y los
envuelve a todos y todos sienten la paz y la serenidad.
Y es la Palabra de Ella que dice:
Hijos purísimos de mi corazón,
también partes de mi Ser,
vengo desgarrada de dolor,
ya que con todos vengo compartiendo.
Pero hay que ayudar a los hermanos a
aquellos que mucho más están padeciendo.
A levantarlos y a unirlos y a enseñarles a caminar,
a enseñarles a todos ellos lo que es la pureza y la cordialidad.
Son pichones que se han herido, picotoncitos de aquí y de allá,
pero enséñenles que los piquitos divinos
se han hecho para los trinos y se han hecho para besar.
Y así ustedes irán bendiciendo a cada hermano
que a vuestro lado pasará, irán bendiciendo a cada uno
en un reconocimiento ya casi celestial.
Amén
LA INMACULADA Y LA LUNA NUEVA
El mundo acá. Y estoy viendo cómo la Inmaculada está con
su pie sobre la Luna Nueva parada sobre el mundo. La serpiente ya no existe
porque fue transformada en bondad. La tiene en las manos, lo que fue maldad
inmensa, ahora se transformó en bondad y es como un ser diminuto en sus
manos. Un ser que le besa las manos, pero que continúa llorando, llorando
en un arrepentimiento que parece que no tiene fin, llorando por todo el mal
que sembró en la tierra. Ellos ya están acá, ya descendieron
totalmente, y ahora cada uno pone, la Luna Nueva que traía, la pone en
la cabeza de cada uno. Todos tienen su Luna Nueva brillante sobre la cabeza.
Y cada uno queda en proyección a espaldas y así se sienten rodeados.
Ellos también están tomados de las manos, estando las manos tomadas,
pero apoyadas a la vez en los hombros de ustedes. Ese mundo está girando
debajo del pie de la Inmaculada y la luna le hace como un cosquilleo en el pie.
Pero Ella no la pisa a la luna, sino que la luna se ha puesto debajo de su pie.
Ella ahora se inclina y mientras en una mano sostiene la Bondad, en la otra
levanta esa Luna Nueva.
De las dos puntas de la luna nueva se ven aparecer dos estrellas. Y es asombroso,
de una de las estrellas comienza a surgir el Cristo, al que se está aguardando.
Y en la otra infinidad de puntas, los veo a ustedes como réplicas, es
sorprendente, porque veo a todos ustedes en cada punta de esa otra estrella,
ahí están todos ustedes, dentro de esa otra estrella. ¡Qué
grandioso que es mi Señor!
Veo ahora como ellos están ayudando a elevarlos, los están levantando,
y los están elevando. Se van transformando las ropas de ustedes en las
tonalidades de las piedras preciosas más maravillosas.
Y dice EL:
Tantas veces he mencionado que como piedras preciosas
están,
piedras fundamentales de la Nueva Jerusalem,
firmes, sólidas, divinas, como que el cielo así se manifestará.
Y ahora la Madre que tiene la Luna, la luna en sus manos,
pronto comprenderán lo que esto representa.
La Luna ya está en sus manos.
Grandes manifestaciones pronto se recibirán.
Y ustedes integrantes de esa estrella divina.
Pero hay más, mi Señor, hay más seres que estoy
viendo, como si la estrella tuviera más puntas, muchas más. Hay
más seres, mi Señor.
Sí. El séquito divino formado está.
Son tantos y tantos de mis hijos que luego todos,
tomados de la mano como ahora, al mundo querrán abarcar.
Como un cinturón de cielo, para brindarles amor,
como un cinturón de cielo cerrado con broche perfecto,
porque con ustedes...
¡Ah! mi Señor. TU eres el broche perfecto, porque veo tus manos
tomando para unir las manos de tus hijos. Gracias, mi Señor.....
Y ahora lo veo, todos ustedes rodeando al mundo, pero veo al Cristo arrodillado,
la Tierra sigue girando y cómo a medida que la tierra sigue girando y
van girando todos, El va depositando un beso en cada uno. Y todos sonríen
felices, porque saben que el Amor ya llegó a la Tierra, porque saben
que el dolor comienza a desaparecer. Pero, mi Señor, pero primero falta
esa noche negra..... no quiero pensar el tiempo...... que sean unas horas nada
más por favor.
Dice EL:
Descendieron vuestros hermanos, que mis hijos también
son,
están tomados todos de la mano
como prueba de fidelidad, de integración.
Hermanados desde cielo, nadie fuera quedará.
No olviden lo que he presentado,
la unión perfecta, la armonía, pero también el poder y
la humildad.
Y ahora veo cómo la Inmaculada une las dos manos en la que tenía
la Bondad y la coloca sobre la Luna Nueva y la presenta, y es sorprendente,
cómo de la bondad parten innumerables estrellas. Y comienzan a partir
estrellas y estrellas y envuelven al mundo.
Lo que antes fue maldad, lo que antes fue destrucción
se ha transformado en Bondad, como siembra en el mundo
para las nuevas flores que ofrecerá.
La Bondad trae en las flores los nuevos nombres que cada una recibirá.
Que aquella flor blanca es la pureza, que la roja es el amor,
aquella rosada, ilusión, pero la otra es el candor,
y la otra la inocencia y la otra la suavidad,
y aquélla se llama ternura y aquélla se llama... la paz,
aquélla es la fe, y la otra es la esperanza, la otra la cordura,
y aquéllas otras ¿qué son? toda la
divinidad,
porque el jardín más divino en la Tierra pronto se manifestará,
surgiendo, brotando, viniendo, ofreciendo, almas mías, así es.
Y ahora, los estoy bendiciendo, como que hijos míos son,
que los bendigo con la fuerza del Dios y del Padre que los creó,
los bendigo con el amor del cielo que de allá acá vinimos a padecer.
Ustedes irán bendiciendo, tal como lo he hecho YO.
Y ahora...
y dice la Madre,
Yo acabo de bendecirlos por las estrellas que les brindé,
Yo acabo de bendecirlos como Madre que en el vientre los porté.
Y el Cristo también los bendijo, en el beso que depositó,
cada uno lleva de El también Santa y Sagrada Bendición.
Amén
VIRGEN
DE LOURDES
Hoy la Iglesia conmemora una aparición triunfal.
Mas no fue en ningún palacio ni en ninguna catedral.
Como siempre la bendita Madre en el lugar de humildad,
se presentó a pastorcitas y lo fue en un basural.
A través de los tiempos, almas mías, aquello se modificó.
Corre un agua curativa pero acá habrá otra,
y será el final de la divina Misión.
En esta aparición de Lourdes, tal como Ella lo es,
en tantos lugares con distintos nombres,
jamás, dijo soy María, pero sí, dijo:
SOY LA INMACULADA CONCEPCION, porque así es.
Es la Madre Inmaculada lo es todo en el Cielo, mi bien,
sí, mi Susana abnegada, sin ella nada podría existir.
Muy pronto tendrán conocimiento,
Espíritu Santo como Paloma de Divinidad,
se transforma en la mujer, y qué símbolo en todo hay.
No es Paloma, sino es la Madre, el Espíritu Consolador.
Cuando a mi Hijo lo traje al mundo y El dijo,
todo pecado perdonado será, menos el pecado contra el Espíritu
Santo,
esto quería significar que quien peque contra la Madre,
El los iba a despedazar.
Esto estaba representado en la Inmaculada que hoy se conmemora,
pero todos los días son para amar,
así como la Madre ama, así ustedes por igual,
el amor, es por siempre, Susana, porque el amor es de eternidad.
Amén
BENDICION DIVINA DE LA MADRE
Veo una Montaña Rosada, la montaña que resplandece. Una luz del
otro lado de la montaña. De pronto batir de alas, ángeles, ángeles
que llegan, ángeles que vienen formando una letra. No la entiendo....
sí..... es una doble v. Es la V de la Victoria, pero es doble, ¿la
victoria doble mi Señor?
La Victoria sobre el dolor,
el dolor se transformará,
la victoria del amor que a todos los unirá.
Y aquí llegan hijos míos, que quieren también compartir,
son ángeles, divinos como ustedes y llegan para unirse en este camino,
en esta misión de gloria y purificación.
La purificación ya toca a su fin,
ya no quedará mancha en mis hijos.
Los veo como llegan ahora, es como si trajeran guirnaldas de flores, todas en
forma de V, es maravilloso. Es como si los ángeles se colocaran alrededor.
Pero de pronto ahí está la Madre.
Y dice EL:
También Ella quería estar para una Bendición
impartir.
Pero me la muestras, mi Señor, el pecho de plumas como de paloma, las
alas de paloma pero terminan en manos. Su rostro, su cabello es todo luz. Sus
pies, el pie sobre la Luna Nueva, y la Maldad que ya no existe, porque fue transformada
en Bondad, igual está bajo el pie, pero no porque la Madre quiera, sino
porque la Bondad aún sigue suplicando, aún sigue implorando, porque
siente todo el daño que hizo a la humanidad desde siempre. Y Ella deja
su pie sobre la bondad, pero la acaricia, con el pie suavecito, suavecito, con
inmensa ternura. Pero de pronto ya no puede más, se inclina, la toma,
pero tiene las alas. Los veo a cada uno de ustedes de pronto, como se prendieron
en el pecho y todos se quieren meter entre las plumitas del pecho. Y Ella sonríe.
Pero debajo de esas plumas veo el pecho auténtico de Ella, es pecho de
mujer. Y todos metiditos ahí, queriendo escuchar el corazón, es
como si entre ustedes se estuvieran mirando todos, todos como si dijeran "yo
lo oigo, y ¿tú lo oyes?"
Sentirán muy pronto los latidos de la Madre Celestial,
también sentirán los gemidos... ¡ahh! pobre, pobre humanidad.
Pero Ella está para todos, no para un grupo y viene a bendecir.
Y ahora como en un arrullo les cantará un arrorró.
Y veo como los toma ahora entre las alas y los abraza teniéndolos juntito
al corazón les canta muy suave, como tantas veces lo ha hecho. (Canto
en lenguas)
Y es un besito, suave, suave, pero tan grande que los envuelve a todos. Y ese
beso es todo luz, y veo todos los rostros, maravilloso... Comienzan a desaparecer
las alas para ser los brazos maternos. Y cómo los toma de las manos,
como diciendo, el mundo ya ha sido renovado. Esto es ya para el final. Pero
veo que lleva un rosario. Y dice:
Cuántos me rezaron, cuántos en él
se unieron,
pero cómo fue de amargo el primero con que se despidieron.
Sí, almas mías, mis bien amadas, en conocimiento de todos habrá,
cómo fue aquel rosario, los próximos con Papá a los hijos,
dice Ella,
los vamos a glorificar.
Amén
Veo
el rosario y el lazo, pero sobre todo el amor. Y ahora es luces que despide
el cabello, luces tan maravillosas como si las luces que parten del cabello
fueran envolviendo al mundo y fueran penetrando y el mundo es todo luz. Y ahora
yo digo Amén. Amén y gracias por todo.
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