Montevideo, 25/09/93
LA MADRE NO CONOCIO EL DOLOR ALLA
Sarita, dos golondrinas. Norma, Padre ¿por qué dinosaurios?
¿Alfa y Omega?
Ahí me está mostrando dos golondrinas, pero atrás de
esas dos golondrinas veo una que es más grande y la otra un poco más
pequeña. Y atrás de esas dos golondrinas viene una cantidad
enorme como formando una V. Y dice el Padre:
Dos golondrinas van adelante,
las demás, siguiéndolas están.
Esas dos golondrinas que han formado,
no un estandarte, sino que son las guías de tantas,
pero las otras han formado una maravillosa V.
V de la Victoria sí, finalmente triunfo sobre todo.
Pero no es decir, algo hay que destruir para poder triunfar,
no es decir, yo soy un campeón y le he ganado a aquél,
el otro que ha quedado rezagado y el otro que quedó más atrás.
No, es llegar todos por fin a la meta.
¿Quiénes son las dos golondrinas?
de muchas maneras simbolizado está,
pero esas dos golondrinas, somos nosotros,
YO como Padre y la Madre como Paloma,
pero ahora pidieron como golondrinas,
somos los que vamos guiando a nuestros hijos
hacia la meta ya prometida.
Un Alfa y un Omega, dinosaurios, se dijo también,
he dicho, como Norma de vida estás,
pero dinosaurios, como norma de vida también a ellos se les verá,
que no fue eliminado, no fue en un tiempo y después qué,
dinosaurios han continuado, se encuentran en partes de la Tierra,
pero saldrán también de los lugares donde se encuentran,
donde hay vegetación, donde el hombre piensa que no puede llegar,
y sin embargo va a comprender, sí, que puede llegar,
sí, que va a lograr,
y se podrán ver auténticamente.
Pero no piensen que ustedes fueron solamente primero dinosaurios,
u hombres de las cavernas o pasaron por distintas etapas,
o por la Edad de Piedra o de Madera.
No, todos tomaron su porción de tierra a un mismo tiempo,
en un mismo momento,
para formar cada ser, para formar cada cuerpo.
Así ha sido a través de los tiempos,
así quisieron dejar la divinidad,
porque en el Cielo así son.
Quisieron dejar el Poder y la Luz allá,
para venir a tomar la porcioncita
que lo de Adán es solamente un símbolo, no lo deben olvidar.
El símbolo de cada ser, así cada uno a un mismo tiempo,
tomó la porción y se formó
y YO me formé en cada uno también.
Pero no olviden que a través de los tiempos,
YO también tomé carne,
carne, engendrado por mis hijos
en vientre de cada hija,
a través de todos los tiempos,
siendo Dios y siendo Padre,
también me hice Hijo de mis propios hijos.
Cuánto de grande es tu Amor, mi Señor, el día
que me hiciste esta revelación, qué grandioso fue, qué
grandioso y que cada mujer puede decir: hubo un momento en que yo fui la Madre
de Dios. ¡Qué maravilla! Yo no lo podré decir nunca, pero
qué maravilla eso que acabas de decir, que cada una de tus hijas fue
madre tuya. Hasta qué punto te haces de humilde TU y te arrastras frente
a tus hijos.
Por eso digo, siempre los bendigo,
como cada bocadito de pan.
Como siempre les he dicho,
son integrantes del Divino y enorme Pan del Cielo,
que se despedazaron para venir a compartir los tormentos,
y la Tierra es como este cestillo, sí,
y aquí se encuentran todos mis hijos.
Pero ahora cada uno está por su lado
y luego volverán a sentirse integrantes de ese pan,
que fue despedazado.
Pero por ustedes mismos, cada uno quiso salir,
para venir a compartir,
pero cada uno se sentirá siempre en lo interior,
integrante de ese bendito pan.
Porque siempre, siempre he de bendecirlos,
desde el momento que en el Cielo a cada uno he creado,
ahí fue mi primer bendición,
siempre bendiciéndolos y sobre todo
cuando decidieron venir a esta total Obra de Amor,
Consagración y consagrados por todos y hacia todos,
que ninguno se pudiera perder.
Pero ¿es que habrá lugar en nuestro Cielo
para poder hacer un infierno?
No, hijos míos, eso jamás, Cielo fue y Cielo vuelve a ser.
Pero como siempre, también esa paloma,
que representada en esa lámina está.
Esa paloma que trajo esta pichona,
pero ahí está representada la Paloma y la Madre a la vez,
porque el Espíritu Santo es la Madre del Cielo,
la que allá los acunó, la que allá los meció,
la que allá con todos se alegró.
Y la única que desconoció que en el Cielo el dolor comenzó.
Allí en nuestro Cielo, sí, maravilla y poder,
donde todo era renovado constantemente,
ahí surgió también el dolor.
Por eso es un Alfa y Omega,
cerramos el círculo de dolor.
Así comenzó ese desentendimiento entre mis ángeles y
eran hermanos.
Y conmigo mismo hubo desentendimiento, mis propios mis hijos,
sin embargo YO los amo,
cómo voy a apartar a alguno de MI,
son mis hijos, y si tuviera que apelar a un tribunal para defenderlos,
allí estaría YO defendiéndolos, desangrándome
si fuera humano,
porque mis hijos son parte de mi Ser,
ninguno faltará, ni en MI, ni en el Cielo.
Pero la única que ignoró el dolor fue la Madre.
Y Ella, ahora está aquí con ustedes y los va a acunar.
Y veo la Paloma que se transformó ya en la Mamá, no en
una imagen, sino en algo real. Ahí está con esas alas divinas
de Paloma sí, hermosas. De pronto estaban pegaditas, pegaditas al cuerpo
y de pronto las empieza a desplegar y se hacen gigantescas. Y todas las luces
que parten de sus alas, arco iris otra vez, y luces, luces maravillosas.
Pero, algo que nunca había visto, ya comienza a transformarse en la
mujer y del corazón comienzan a salir, todos, todos, los veo a todos
como ángeles, salen, salen, salen y la rodean. Y Ella los mira y lo
mira a EL como diciéndole:
Sé que no falta ninguno.
Y EL con la mirada y la dulzura de su mirada y una sonrisa, sin palabras también
le responde.
Claro que lo sabes, cómo podría faltar,
no falta ninguno.
Y entonces Ella comienza a mecerlos como siempre, y hay, como siempre, una
cascada maravillosa. Y el agua de esa cascada canta y dice EL:
Pronto surgirá una cascada Divina,
tan cerquita, tan cerquita de acá,
será un agua tan milagrosa
como si ahí se le llamará,
pero los milagros están anunciados y todos se van a cumplir.
Y ahora.....
le dice y la señala dulcemente con su dedo.
Están esperando de Ti,
Y Ella entonces comienza, como siempre que hace con las alas un nido, a veces
lo transforma en un pesebre, otras veces es como una barca que va surcando
los mares y ahí va Ella como caminando en lo profundo pero va llevando
como esa barca y así la presenta. Y de pronto las alas las abre y formó
como una estrella, una estrella maravillosa, pero ahí está toda
la Tierra y todo el Universo congregado también. Y después que
veo esto, yo hoy decía, mi Señor, hoy no voy a poder repetir
ese arrorró de la Madre, hoy no voy a poder, mírame cómo
estoy... Ustedes saben si puedo, si no.....
No, vas a repetir ese arrorró -me dice
EL-
La Madre les comienza a cantar su bendición, mientras los está
acunando, les canta su arrorró. Pero es algo maravilloso, porque Ella
les está cantando en un tarareo, todavía no son las palabras,
un tarareo maravilloso, mientras va describiendo cosas. De pronto la vi que
se eleva con todos, se acerca y es como una puerta gigantesca, toda trabajada
de estrellas y como que les muestra y dice:
Pronto estaremos pasando ya esa puerta.
Y es la otra parte del Cielo que quedó vacía, quedó desierta.
Y verán todas las obras que van a realizar.
Y mientras ahora los está acunando, regresa, se pasea, y se pasea por
todos los lugares. La Tierra está ahí y sin embargo Ella está
alrededor de la Tierra, como una réplica. La Tierra es gigantesca y
Ella paseando todo alrededor de la Tierra, y la luz de sus alas se va reflejando
en la Tierra. Y sin embargo la Tierra como una réplica está
ahí, entre las alas también, donde están todos. Y ahí
les canta Ella.
(Canto en Lenguas).
Y con un gesto maravilloso, ... pero perdón, mi Señor, que te
interrumpa, viste que yo te dije que no estaba para repetir, viste cómo
estoy, TU lo sabes bien, pero yo te obedecí.
Con un gesto maravilloso, toma la Tierra y la pone en su corazón. Y
esto me lo has mostrado tantas veces.
Qué hay de mayor capacidad que un corazón.
No el mundo, el Universo entero entra en cada Ser.
Nada fuera va a quedar, ustedes son obra y ejemplo de
amor,
cuando alguien eleve la voz,
ustedes mantengan la calma, la dulzura, la suavidad,
y después, si es necesario se habla,
o de lo contrario es saber siempre a tiempo callar.
Amén
Buenos Aires, 21/07/96
EL PRIMER ROSARIO DE ANGUSTIAS
Ahora pedimos la Bendición. Preséntenselo al Padre con el corazón,
yo los presento a todos en todo momento. Esta bendita pidió para unos
bebitos que tiene que llevar esto bendecido, es pan que ahora será
compartido por todos, y a lo mejor alguien podrá llevar algún
bocadito a algún lugar también...... Yo los pongo a todos ustedes,
como digo, como si estuvieran todos en la bandeja.
Dice el Padre.
Como que la bandeja es, bandeja del cielo que a la Tierra
llegó,
como que la bandeja es también de un material,
pero también el pan de la Tierra surgió.
Sí, así ustedes, almitas mías, trozos de mi corazón.
Sentirán pronto que la tierra es bendecida
y que se va a estremecer de felicidad y emoción.
Y ya no habrá temor.
Situaciones, maravillosas serán.
La salud, pero en todos los seres,
miren, plantas, animalitos, aves, peces,
qué comprensión, qué ternura,
ya el pez grande al chico no va a devorar,
sino por el contrario, besitos se darán.
Transformación en todos, hijos míos, tan amados,
bendigo el pan, no olviden que estoy a vuestro lado.
Era un pan grande del cielo que a la tierra decendió
y el pan se dividió en trocitos,
así ustedes, como tantas veces he dicho,
partes del gran pan que vinieron por amor.
Cuando mi Jesús en el pan se ofreció,
un símbolo de ustedes también,
como de un sagrario que salieron
a sentirse despedazar y no solo una vez,
tantas que ya el ángel que está en cada ser,
al cuerpo conocimiento y sabiduría dará.
Pero nadie se sentirá, Yo soy,...
sino qué hermoso es ver al otro,
y poderlo por fin con la fuerza del amor poderlo abrazar.
Rosario, el primer Rosario,
no de Aves Marías, ni de Padre Nuestro, ni Glorias,
el primer Rosario fue cuando dejamos el Cielo
y a la Madre la dormimos para que no viera este desgarramiento.
Fue un Rosario de besos, Rosario de angustias,
de tenerse que apartar y ya la cruz del dolor
en cruz maravillosa se va a transformar.
Ya no habrá cruz de sufrimiento, no,
ninguno enclavado en ella se sentirá,
sino por el contrario, sentirá el gran contento
que la cruz que forman en torno a cuántos por fin se cerrará.
Los caminos de piedras como Rosarios también,
que han tropezado en ella,
pero ustedes, hijos míos, pusieron las piedras.
Pero primero, no deben olvidar,
me ponía YO para poderlos aliviar,
YO porque Soy Padre, cómo iba a permitir
que ustedes se desgarraran tanto como querían sufrir.
Por lo tanto, pronto sí, otro Rosario
y ustedes se encontrarán radiantes, felices,
en torno a la Tierra este Rosario será,
con apariciones de la Madre,
con distintas razas y así, sencilla como es.
No la verán como Reina ni con un cetro en la mano,
sino que la verán como una mamá que viene a todos a abrazarlos.
Me perdonas, mi Señor, te interrumpo... Quiero decirles cuando me has
hecho ver las apariciones de la Madre, y me hiciste ver para el blanco es
blanca, para el chinito es chinita y me la hiciste ver en una oportunidad
en el Africa, vestida de plumitas.
Es que así es.
Ah! es cierto, me la estás mostrando ahora, cuando me la hiciste ver
de delantal, roto como el mío y amasando en la cocina. Y cuando después
dijeron que en un lugar de Italia llamado Eschio, en ese lugar veían
la aparición de la Madre en delantal. Grandioso.
Así será.
Un Rosario en torno a la Tierra con apariciones
y en su totalidad, que ningún hijo podrá dejar de verla,
ya que a todos se manifestará.
Bendigo todo, pero bendigo vuestro proceder, vuestras obras,
porque oración no es solo la plegaria de boca,
que a veces la plegaria en la boca está
pero el pensamiento en una preocupación
y no se pueden concentrar.
También plegaria es la obra que realizan,
la obra de cada día, plegaria que está prendida en MI
y jamás, jamás se va a apartar.
Los bendigo con fuerza de Padre,
y a MI no me digan gracias a Dios,
YO digo, gracias ustedes, hijos míos,
por vuestra total consagración.
Estamos en los Ultimos Tiempos,
no del mundo, sino del dolor,
Pero ahora ven, paloma mía, dice.
Y es como si de pronto se abriera todo, se abren las puertas y entra la palomita.
Ahí, chiquitita, pero como siempre, esto se hace inmenso, no veo un
edificio, se hace inmenso. Y veo a la paloma como siempre. De pronto es como
si aspirara profundamente y en ese aspirar profundo se agranda. Pero en ese
aspirar es como si los hubiera aspirado a todos para tenerlos dentro y al
mismo tiempo se multiplica para estar en todos a la vez. Es grandioso y es
maravilloso.
La paloma crece y de pronto se transforma en la Madre. Pero veo un corderito
ahí, un corderito que viene todo así, y de pronto el corderito
se pone en dos patitas y se transforma en el Hermanito Mayor. Y estoy viéndolos
a ustedes, hoy los vi como rosas, los veo otra vez, no me hubiera acordado
si no me los muestras, mi Señor. Como flores, capullos, de todas las
variedades.
Y dice:
Ya no habrá orgullo, pero no deben olvidar,
son flores del divino jardín,
pero son árboles también, por los frutos se les reconocerá,
el fruto de la ternura, de la comprensión, de la fe,
del amor, el fruto de la alegría.
Aquel que está sumido en el dolor,
que no puede sonreír, sólo lágrimas amargas hay,
darán el fruto de la alegría para poderlo también transformar.
Arboles de todos los frutos, sí, almas mías es,
y vuestras raíces como alas,
se sentirán transportar y no solo una vez.
Las estrellas se están acercando
y como Jonás en la antigüedad, también los irán
invitando,
para el primer abrazo,
mis ángeles de allá, mis ángeles de acá, iguales
todos,
cómo los voy a diferenciar, iguales todos,
legionarios del amor, siempre benditos y pronto,
ya no habrá en ninguno temor, sino la alegría
de que por fin llegó la total redención.
La paloma que ya se transformó en la Madre, el cordero que se
transformó en el Hermano Mayor, ustedes, flores, frutos, todo, pero
de pronto los veo ahí, surgiendo de todo el ser de la Madre, asoman
las caritas, todos contentos, sacan los brazos, se toman de las manitos...
se acarician... no falta nadie, y están sorprendidos. Porque los que
están sorprendidos son algunos que dicen: yo estaba tan sucio, tan
hundido en el estiércol de la vida, cómo puede ser que esté
aquí yo también. Y los demás le sonríen y le dicen:
Pero que en otros momentos nosotros estuvimos como tú
a la vez.
Y ya ves, estamos acá.
Tú no podías faltar.
Vamos, alégrate, ¿cómo te ves?
¡Uy, qué limpio estoy, no lo puedo creer!
si estaba tan horrendo, que decía: para mí no hay perdón.
Y ahora, ¿qué me pasó?
¿Qué te pasó?
Lo que nos pasó a nosotros también,
el amor y el perdón,
la comprensión, la ternura y la fe,
esto es lo que nos limpió, por eso estás limpio tú también.
Y ahora el Padre, mirando a la Madre, le dice:
Y ¿qué estás esperando...?
Y la Madre tomando toda la Tierra entre los brazos con el pan, y como el pan
color de la Tierra también... el pan lo veo que va girando, norte,
este, sur, oeste, norte... y va girando, girando.
Y dice la Madre:
La Tierra en sus giros pronto también se transformará.
ya no sentirá ningún gemido, sino cantos de alegría
y la Tierra se estremecerá,
¡qué feliz me siento, ya en mi no hay dolor!
por mí no corren ríos de sangre, ya no siento el rugir del cañón.
Siento la felicidad de todos, ¡ay qué bonito que es!
soy Tierra, soy Madre, yo también di mis frutos.
Y ahora, Yo me siento a la vez, como una primavera rejuvenecer.
Y dice la Madre:
Así será y ahora mi Bendición les
cantaré.
Y la Madre tomándolos a todos en los brazos, no solo a ustedes, son
muchos más los que estoy viendo, los toma a todos, de pronto y les
canta su arrorró, su Bendición. Como yo siempre digo, no me
escuchen a mi, escúchenla a Ella.
(Canto en lenguas)
Amén
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