UN NUEVO ROSARIO DE DIVINIDAD
DICE LA MADRE DEL CIELO: SIEMPRE ME
DAN DULZURA
A TRAVES DE VUESTROS SUFRIMIENTOS
14/03/92
Mabel, Madre de la Rosa Mística. Sueño de Madre. Y yo pido una
gota de miel para nuestra amada Madre.
Pero... y no llegamos al segundo domingo de mayo. Bueno....
Ahí estás mi Señor, y estás mostrando a esa Madre
del Cielo. Ahí está, nos la presentaste hoy, primero como Paloma,
como haces siempre, ya directamente ahí está. Pero es como si
fuera a dar ahora la Bendición, no la vas a dar TU primero, sino Ella.
¡Qué maravilloso, mi Señor! Y veo como que todos ofrecen
una rosa. Y Ella mira la rosa de cada uno. Y Ella, después de mirar la
rosa de cada uno te mira a TI, como diciendo:
Tienen espinas, les causan dolor,
Rosa Mística, me dicen,
Yo también tengo espinas,
porque por mis hijos
está lleno de espinas este humilde corazón.
Mi sueño de Madre es,
como el de tantas madres,
ver la felicidad en los hijos.
Sé que mi sueño realidad pronto será.
Y entonces... entonces.....
Y hace así Ella, pero los veo que todos, al ofrecer la rosa, de pronto
le acarician el tallo, dejan solamente las hojas verdes, de un verde maravilloso,
y dentro de cada rosa, es como si cada uno se presentara y como si los pétalos
formaran las manitos de ustedes y en el hueco de las manos que son como los
pétalos de las rosas, le están dando gotas de miel. Y Ella dice:
Siempre me dan dulzura, aunque no parezca,
de cada uno siempre la recibí.
Siempre me dan esta miel del Cielo,
ofrecida a través de vuestros sufrimientos
Gracias, gracias, gracias y reitero
gracias una y otra vez,
qué delicia paladearla,
por esto todos al mismo tiempo,
no recibir de uno primero
y el otro que tenga que esperar,
y aquél para cuándo, para un después....?
No, multiplicada como estoy,
al mismo tiempo puedo recibir,
ya no es una gota de miel como Madre que soy,
es la miel como un panal inmenso
que me vienen a ofrecer.
Miel que no empalaga, qué delicada está.
Gracias, gracias mis benditas almitas,
ángeles purísimos.
Pronto tendrán la gracia de ver
que mi sueño se transforma por fin en realidad.
Y el sueño de todas las madres,
al mismo tiempo será,
ver la realidad, ver por fin a sus hijos,
en esa unión, en esa perfección,
como tantas veces el Padre lo ha dicho,
el cordón umbilical se cortó,
pero el del corazón jamás!
Se mantiene firme
porque es de Eternidad.
Amén
14/03/92
TODO SE VERIFICARA EN EL INSTANTE PRECISO
Cuaresma, mi Señor, Transformación y tres corazones. Irene, Luis
y Alba. Y ahora...
En esta Cuaresma, un gran hecho
en una parte del mundo se producirá.
será una conmoción, pero al mismo tiempo,
habrá una alegría.
Dentro de las catástrofes
que siguen, almas mías,
como vagones de un tren,
una catástrofe tras otra.
Y en cada uno estoy YO
para vivirla junto a cada Ser.
Pero pronto llega esa transformación,
la transformación de cada uno,
la transformación de ver
que llegó el momento anunciado.
Y ese momento es el justo,
ni antes, ni después.
Mi Señor, me dejas aclarar, como tantas veces TU lo has dicho. Por más
que queramos apresurar el tiempo, no podemos tomar ahora el desayuno de mañana.
Hay que esperar al mañana para tomarlo.
Tres corazones,
tres corazones hay en cada Ser,
porque cada uno es Trinidad,
con el corazón de cada hijo,
está la Madre y el Mío también.
Así son tres corazones,
pero en lo humano,
cuántas veces se sienten divididos.
Pero pronto sentirán, no que son tres,
no que son diez, no que hay dos,
sino será como uno solo
por la fuerza del Amor, de la comprensión.
Y ahí también está la gran transformación,
sí, mis benditos, en todo,
el alma está viviendo
cada instante y cada tormento,
cada dolor, cada tormento,
en cada instante y en cada ser,
así como lo reitero, se vive como se profetizó.
No es que se diga: que sufran otros,
y aquí, el placer, no!, es para todos.
Cuando Jesús en aquel calvario,
ese hijo Mío,
pronunció los momentos más amargos,
los momentos se están cumpliendo,
y por Mi no pasan de largo,
al contrario, los sufro y me desgarro,
sin embargo no me cruzo de brazos,
y lo saben muy bien.
Debo ser el primero en respetar la profecía,
aunque Ella me diga:
el tiempo es largo, mi Señor...
Sí, es cierto, mi Señor, no te interrumpo más.....
Sé en lo humano cómo es,
pero cuando digo es pronto,
y este es el Tiempo,
es que este es el Tiempo de todo
el atroz momento, en el total cumplimiento,
y este es el momento de la felicidad para todos,
todos sin discriminación,
y nadie se sentirá superior a otro,
no lo deben olvidar,
ni en mis hijos, los que están en la Tierra,
ni los que están en las estrellas,
nadie sentirá que hay algo que lo supere,
sino se sentirá como el ser más humilde.
Aunque hoy no es la humildad de siempre,
ese bendito pan
que Ella le puso de aquí y de allá,
del otro lado y de más allá....
Hijitos míos, todo lo bendigo,
como ustedes están bendecidos,
y la Madre al hablar, recibió la miel de ustedes,
eso para Ella fue una Bendición.
Y ahora le dice:
Hoy, ya no te presentaste como Paloma,
como ese Espíritu Santo,
sino directamente como la Madre,
Rosa Mística pero sin espinas,
no temas, renovado sentirás tu corazón,
les cantarás tu arrorró.
Y mira, tantas veces te ofrecieron Rosarios,
Rosarios de penitencias, de súplicas,
de acciones de gracias, de distintos colores,
rosarios desgarrantes.
El de hoy es casi transparente,
como los hijos también lo son.
Rosarios que ya no tendrán cruces,
porque dolor no existirá,
sino serán una cuenta tras otra
para demostrar cómo Tú
en las distintas presentaciones en la Tierra
podrán reconocer todas las Apariciones.
Mi Señor, hoy estás formando, como TU has dicho tantas veces,
como un rosario en torno a la Tierra, las 59 apariciones de la Madre. Y TU ahí,
como una luz, con los brazos abiertos iluminando toda la Tierra, girando para
iluminarla toda. ¡Que maravilla, mi Señor!
Así todo es bendecido,
y ahora, Tú, le dice a Ella,
también Tú los bendecirás,
que hoy tus alas se transforman,
las plumas como en pequeños nidos,
como esos pétalos con miel
que los hijos te han ofrecido,
¡vamos ya!!
Y Ella de pronto sacude las alas, las alas que tenía como de Paloma,
pero las sacude y las plumitas se forman sin dejar de ser plumas como pétalos
de rosas, sin espinas, como si todas tuvieran miel, como que cada uno puede
reconocer cuál es su pluma, cuál es la dosis de miel de dulzura
que va a recibir de la Madre. Y Ella dice:
Bueno, así, me ofrecieron a Mí,
también a ustedes ofrezco.
Rosa Mística, me llaman,
soy simplemente esa Mamá del Cielo.
Sin corona, y lo saben muy bien,
tantas veces les he dicho,
Yo no soy Reina,
soy simplemente la Mamá
que en el Cielo los acunó,
y ahora les vuelve a cantar,
porque les canto con todo mi Amor,
esta Bendición Arrorró.
(Canto en lenguas)
Amén
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