11/01/92
DARAN PALABRAS QUE SALEN DEL CORAZON
Pondrían algún tema para la Bendición.
No miro a nadie, que no haya celosía, como digo siempre.
Gloria pide Amor para la Bendición. Karin pide Paz.
María Dina: Que Dios proteja a la Madre en su viaje.
Gracias María Dina, gracias por todo, y yo pido que los proteja siempre
también a ustedes y que cuando yo regrese me encuentre que todo está
solucionado, que todos ya están felices, que no hay temor en nadie,
y que la comprensión y la armonía y todo lo más lindo
esté en cada familia.
Ya escuchaste lo que han ofrecido o pedido tus hijos.
Ahí me estás mostrando un gran corazón y no es un corazón
humano, es un corazón distinto. Lo veo en el espacio, lo vi como un
gran rubí, por eso decía, no es humano. Lo vi como un gran rubí,
como una gran piedra preciosa. Yo sé, mi Señor, que para TI
el valor material no sirve, pero eso es un símbolo. De pronto lo vi
verde, y comprendo ahora, es la Tierra. La Tierra, el gran valor que está
representado en la piedra preciosa y sin embargo en esa esperanza. El corazón
palpita y parece como que hubiera una danza en él. Se mueve, se mueve
con gracia. Y dice EL:
Porque la Paz reinará en todo lugar,
lo que dijo Karin, la paz y el amor.
Protección sí, mi María Dina,
la Misión muy grande será,
Ella quedará -dice por mi- sorprendida,
con las manifestaciones, con las palabras,
con las luces, que allí comenzarán a iluminar.
Mi Señor, pero ya ha sido iluminado también por otros seres.
TU das tu Luz a través de tantos, de tantos de tus hijos, de tantos...
hasta que sé que el día que llegue va a ser a través
de todos tus hijos.
Y ustedes, mi protección siempre tienen también,
que no olviden que cuando han caído,
con cada uno me he desgarrado YO a la vez.
Por lo tanto, hijos míos,
así todo bendecido está,
con Amor, con Paz, con Alegría,
con Protección, almitas mías.
Este pan que ahora se compartirá,
este pan que es llevado nuevamente a ese hogar,
este libro que contiene tantas palabras,
que quieren también una bendición,
ustedes también son libros,
aunque libros humanos,
que darán también de esta Palabra,
pero la que sale del corazón,
no de las páginas escritas,
sino lo que en cada uno muy pronto,
como una planta que comienza a florecer,
así será también,
porque hay mensajes sin palabras,
basta con la dulzura de una mirada,
basta con una sonrisa,
basta con la mano que se extiende,
también es suficiente una caricia,
también el deseo de una Bendición.
Y cuando comienzan las Palabras,
qué hermosas todas serán.
Serán las palabras como músicas
que todos podrán escuchar,
y serán compartidas y trasmitidas por la brisa,
porque ya los vientos no rugirán,
pero serán transportados también tan aprisa
que deberán llegar a todo lugar.
Así mi Palabra se irá cumpliendo,
Benditos ustedes también,
Bendito el alimento de los hogares,
y tengan la seguridad
que nunca les va a faltar.
Es palabra que como Dios y Padre
siempre cumpliré.
Mi Señor, me hiciste levantar la mano...
Así como la alzo YO -dice EL-
Por lo tanto, no sólo esta Bendición,
sino la otra como siempre está.
Esa Paloma que es Madre
y que llegó también como siempre,
no sólo a este lugar,
que está revoloteando en tantos sitios,
esa Paloma, ese Espíritu Santo,
cuántos invocan, pero en todos está.
No olviden que todos son Triángulos Divinos,
Ella y YO en cada ser,
La Madre y YO como Padre,
cómo nos vamos a alejar de los hijos.
Pero Ella dará su Bendición también.
Ahí está, mi Señor... la veo como ataviada de gala....!
Qué sorprendente, Ella dice que no es Reina, que no quiere coronas,
que Ella no es la Reina de los Cielos, sino que es la Madre de Todos. Ahí
dejó de ser la Paloma, ya se transformó en la Madre, pero...
las alas.... hoy está totalmente distinta, está como de fiesta,
mi Señor, y sin embargo, cuántas veces la veo que llega apesadumbrada,
las plumas son grisáceas, como arrastrándose por el dolor del
mundo, y hoy la estoy viendo así. ¿Qué significa? Habrá
por fin una alegría, porque ayer... ayer me presentaste dos visiones
horrendas! dos catástrofes en distintas partes del mundo, fueron dos
visiones horrendas. Y por qué la veo así? Si ya fuera, mi Señor,
la transformación de la Tierra, si ya Tu Hijo comenzara, ahí
sí estaría manifestado,... no sé por qué... o
está anunciando un tiempo futuro.... No te dejo hablar, mi Señor,
perdóname, por favor...!
Ataviada de gala -dice EL-
así dijiste tú,
pronto todos los hijos la verán.
pero no será el atavío lujoso,
sino será con tanta simplicidad,
así como Madre que es,
si a los hijos en el Cielo los acunó,
y sufriendo está también en cada Ser,
pero esto tiene una gran representación.
Su traje es dorado ¿lo puedes ver?
Sí, mi Señor, lo veo, lo veo y deslumbra y es como si la brisa
lo moviera... y está formado por plumas, mi Señor! plumas doradas.
Que siempre digo, las lenguas de fuego que vieron descender en el Cenáculo,
yo siempre te decía, eran las plumas del Espíritu Santo, no
eran lenguas de fuego, hasta que un día me lo confirmaste. Pero ahí,
está, todo su ropaje y son divinas, nunca vi plumas tan maravillosas.
Ahí está.
¿Qué más ves? -me dice ahora-
Veía todas las plumitas como que estaban hacia abajo, pero de pronto
las veo a la inversa, todas como que se dieron vuelta, y están derechitas,
pero... frágiles, leves, suaves,... y otra vez, ahora sí, otra
vez, me sorprendía eso... en cada pluma están representados
los hijos. Ahí están todos. Todos los hijos.
Y hoy -dice EL- volverá
a ser un corazón.
Todos quieren estar en él,
en ese corazón de esa Madre
Hoy lo vuelve a formar con las alas,
el inmenso corazón,
nadie falta en él.
Y veo como si de pronto con las alas recogiera todas las plumas que están
en el vestido. Todas! Forma con las alas el corazón y están
reforzadas las plumas de las alas con las plumitas que forman ustedes, ya
no están en el vestido, están ahí. Pero los va haciendo
más chiquititos, más, más, más, más chiquititos
y entonces sí, ahí los acerca al corazón y los mece con
una ternura... Pero de pronto es como si te mirara, mi Señor, algo
te está diciendo con su mirada, no comprendo....
Me está pidiendo que por fin
entre sus alas deposite al Cielo,
la parte que quedó desierta,
porque todos vinimos a vivir estos tormentos.
Y TU le sonríes, asientes con la cabeza y es como si de pronto esas
puertas que representan la frontera, el Cielo allá, el Universo dentro
del Cielo acá, de pronto es como si se abriera por fin la frontera.
Y le haces ver, sí, el Cielo se está preparando para recibirte
con todos tus hijos otra vez. Ya no estará solo el Cielo, no estará
desierto, no estará... enlutado, como TU decías, ya estará
radiante. Ahí está. Pero otra vez, como una cortina maravillosa,
toda de plumas donde están tus hijos, vuelve a dejar y se mueve, se
mueve como esperando el momento ya de transformarse y a abrirse otra vez.
Ahí está Ella que parecía que ya iba a entrar, cuando
vio que se abría parecía que no quería esperar un instante
más, ya entrar con todos los hijos disfruten del Cielo otra vez! ahí
está, esperando de nuevo. Veo que su rostro se ensombrece, mi Señor.
Pero la fuerza que hay en TI es nueva fuerza en Ella también. Y dice
EL:
Bueno, lo que están esperando
ahora de Ti -le dice-
Sí, -dice Ella-
mi Bendición,
en este arrorró
como siempre les cantaré.
Y ahí está. Pero lo sorprendente es que cada uno está
representado en una pluma, y cada pluma es como una nota musical y entre todos
forman una sinfonía de música para acompañar ese arrorró
de la Madre. Y la Madre mientras los está meciendo y cada uno toca
la nota que le corresponde para esa música tan divina.... Ella les
canta. (Canto).
Y hace como un impulso, como si quisiera por fin abrir aquella cortina y que
todos los hijos volvieran al Cielo. Y el Padre se acerca con esa ternura infinita
y pone las manos entre las alas... para abrazarla por la espalda. Algo le
susurra... yo por respeto no pregunto qué es, pero veo que el rostro
de Ella se ilumina. Y EL se da vuelta y me mira y me dice:
Le estoy diciendo
que ya estamos en el Tiempo,
que ya va a abrir esas puertas
y todos juntos entraremos,
los cuerpos se comenzarán a transformar,
lentamente al principio,
y después rápidamente
en los cuerpos semi divinos,
no lo deben olvidar,
todo lo que prometo será cumplido.
Y ahora, nuestro pan
compartido por todos será.
Amén
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