03/11/91

EL PAN FORMADO POR TODOS LOS HIJOS


Pongo todo, Miramar, Necochea, Mar del Plata, Mar de Oro, como dijo ayer, todo, todo. No dejemos nada afuera, pidan ustedes todo lo que necesiten, con el corazón depositen en esta Bendición. Y ¿quién pondría un tema? Tú, por ejemplo ¿qué dirías al Padre como tema para la Bendición? ¿No sabes? ..... Ah! que el pan es grande. Ah! perfecto, ya tenemos, muy bien, mi Señor, aquí están los panes. Mi Señor, Tú ahora vas a bendecir los panes...
Y este ser pidió
un pan grande como una flauta
y mira, qué flauta y qué música!
Este pan está compuesto,
formado por todos mis hijos,
partículas de este Divino Pan son,
ninguna migaja faltará en él.
Todo el Universo acá YO deposité,
se desprendieron para venir
en distintos momentos,
sufrieron, pero el pan íntegro
al Cielo volverá.
Pronto lo podrán comprender,
y se sentirán otra vez
esas partículas divinas,
tiernas, pero que comidas ya no serán.
Se han ofrecido como hostias,
se han despedazado, como ya he dicho,
pero se sentirán como corderitos
en ese verde pastizal,
verde por la esperanza.
Y el agua de ese arroyito que corre,
mansa y mansa, es música también.

Mi Señor, pero me estás mostrando la flauta, es el pan, y sin embargo, es el sonido de una flauta maravillosa, es la música más hermosa que pude haber escuchado y ahí está, es el pedido de ese pichoncito, mi Señor, y ahí está la flauta emitiendo eso. Pero es como si todos estuvieran, fueran como gorjeos de pájaros, y parece... esos gorjeos de pájaros, todos unidos, forman esa música en esa flauta. Ahí están, dejan de ser las miguitas para formar el pan, pero ya con cuerpos, con caritas y también como una estrella en cada frente.
Pidieron por determinado lugar,
pidieron por determinado sitio
y todos aquí están.
El Cielo en esta forma
en mis manos lo tengo YO.
Y todo lo Bendigo,
bendigo las lágrimas que se derramaron,
bendigo los corazones que se ofrecieron,
bendigo al pan que compartido fue,
el que compartirán ahora,
y los que seguirán después.
Bendigo las obras inmensas
que pronto realizarán,
que si grande ha sido hasta ahora,
no se puede comparar
con lo grande que muy pronto
mis benditos realizarán.
Son ángeles y partes de mi cuerpo,
como he dicho otras veces,
son los poros por los que respiro,
son los latidos de mi corazón,
que por ustedes vivo,
son mis ojos, por ustedes miro.
Hijos míos, pero también
la otra Bendición está.
La Paloma que hoy se siente fortalecer,
porque ve, queda un día menos,
para terminar de padecer.
Sufre por cada uno
y cada uno Trinidad Divina es,
que no es un solo triángulo,
sino que aquel representa
lo que está en cada ser.
Cada uno es Trisagio Sublime,
porque en cada hijo estoy,
como está la Madre también.
No es uno solo y los demás ¿qué?
¿hierros herrumbrientos,
que tiro a un galpón...?
No, mis benditos, no,
son Triángulos Divinos de Cielo
santificados todos,
aunque en lo humano
se hayan enlodado,
también YO con ustedes
he caído en el fango.
Y ahora...

Y la mira y con su mirada comienza a transformar a la Paloma en la Madre del Cielo. Pero la veo con innumerables rosarios. Otras veces ya he visto esto, rosarios de todos los colores, pero de todos los colores parten rayos de luces y forman los arco iris más maravillosos y los envuelven a todos. No sólo a ustedes, se extienden más y más hasta que la Tierra está... toda, y entran adentro de la Tierra, esto no lo vi nunca... los arco iris dentro y fuera de la Tierra, llegan hasta lo más grande y la Tierra toma la forma de un corazón. Y dice el Padre:
La Tierra es el amor,
aquí todo comenzó,
y aquí todo va a ser también como un adiós.
De aquí partiremos otra vez,
a lo que es nuestro Cielo,
y el Universo se vuelve a transformar,
en el Cielo, en lo que fue.

Mi Señor, esas alas maravillosas de la Madre, que despiden todo eso y que tienen la cantidad de rosarios y de todos los colores, comprendo lo que son, son los rosarios de oraciones.
Sí, pero también son
los rosarios de las obras
que mis hijos realizaron.
Los rosarios a través de todos los Tiempos.
Por eso también se consagraron,
como aquel primero que fue amargo,
estos últimos serán de dulzura,
será como paladear cada cuenta,
será como ver que ya este Hijo
en la cruz no estará jamás.
La cruz está en cada ser,
los brazos abiertos,
esa es la cruz en cada uno de ustedes
y así la presentaré.
Los brazos abiertos y luces que despedirán.
La Luz Divina que muy pronto
todos podrán ver,
pero ninguno en sí, la querrá contemplar.
Este es el símbolo de la gran Humildad.
Y ahora la vuelve a contemplar y le dice:
Sabes que todo aquí está
y formaré un asa en tus alas,
y esas alas tuyas son como un cofre de Amor,
y los cofres que habían estado antes,
se abren todos para formar uno solo.
Y en ese solo cofre,
como las piedras preciosas del Cielo,
que Tu no tienes corona,
pero todos quieren formarla,
te consideran superiora,
Reina también de ellos.

Y Ella vuelve a sacudir la cabeza y dice:
No, corona no.
Pero cuando sacude la cabeza, lo hace con tanta ternura que las coronas se multiplican y están en todos ustedes por igual. Es como si se multiplicaran todos y cada uno estuviera en la corona de cada hermanito. Y dice Ella:
Así sí, que soy feliz,
las coronas más hermosas no pueden ser.
Yo me siento que a todos los tengo,
coronan mi corazón,
porque es el Amor que tengo en él.
Y ahora sí, mi Bendición les cantaré,
y nadie fuera de ella quedará,
ningún lugar de la Tierra.
Cómo voy a decir,
acá hay un privilegio
y los demás ¿dónde están?
No, si los tengo a todos,
y felices ustedes son,
porque vuestras almas
con todos se conocen,
los de aquí, los de allá,
los de más allá,
los que están en el mar,
los que van por los aires,
y los que están en otras partes,
todos hermanitos,
son partes nuestras,
con todos vinimos.

Y ahora veo que comienza ya a acunar, es como un cesto maravilloso, como un pesebre, no lo sé, pero con asas de estrellas, con dos lunas nuevas que se encuentran y con un sol maravilloso.
No -dice EL- no es el sol,
es la Tierra que ilumina más que el sol.
Es la Tierra,
y no olviden que el Universo es,
como el reloj del Universo,
como el reloj de los Tiempos
y la Tierra es el cucu, cucu, cucu,
que pronto dará esa hora,
final del sufrimiento.

Y ahora, se acerca Ella con ternura, y extiende los brazos y toma también ese pesebre, o eso que es maravilloso que formó con las alas y EL abraza también allí, junto con Ella abraza a los hijos.
Y ahí está otra vez, dentro de ellos, otra vez, ese pan, esa flauta, esos panes todos, pero como en uno solo y otra vez la música y Ella cantándoles su arrorró en esa Bendición.
(Canto en lenguas)
Amén



Montevideo, 28/02/98


LA MADRE SE MANIFIESTA


Pureza. Se acercan las estrellas. Luz, Paz y Amor.
Luz, ustedes son luces divinas, en la Tierra, almitas mías.
Y también son como estrellas,
estrellas de cinco puntas, cabeza, manos y pies,
que la luz que irradiarán, ninguno en sí la querrá ver,
pero feliz en verla en los demás.
Paz, la paz después de las guerras también se anunció,
y está hecha esa paz, en un sello con amor,
que ya no se va a romper como ahora
que se selló la paz y al instante... con la guerra otra vez.
El rugir de cañones, no, ya será música de corazones.
Por lo tanto, almitas mías, las estrellas se están acercando a la Tierra,
tantas estrellas han descendido ya, pero están silenciosas,
están también esperando el momento, mis ángeles en ellas.
No hago diferencia entre mis hijos, ángeles todos,
para vivir la gran maravilla y entonces sí,
la Tierra, con una pureza tal,
la Tierra como el amor en el espacio para el Universo,
la Tierra como en un ejemplo tal,

Mi Señor, en un momento me mostraste los cambios de la Tierra, me mostraste la Tierra como está, enseguida me mostraste la Tierra transformada como en un corazón, enseguida me la mostraste como un corazón que palpitaba, enseguida me la mostraste verde por la esperanza para toda la Tierra, no una parte y otra oscura, en otra volcanes, no. Toda la tierra reverdeciendo. Y enseguida, la Tierra de una blancura tal, no con nieve, no, vi tibieza, pero de una blancura tal, como un templo en el espacio, algo maravilloso.
Esto representa la pureza, la pureza de cada ser,
que si en lo humano se sienten que se han enlodado,
pero el ángel que está en cada cuerpo,
si se ofreció es para nunca juzgar a otro hermano.
Pureza en todo, así dejaron las alas, puras, limpias, inmaculadas.
Sí, almas mías, no se deben asustar, inmaculadas,
como la Madre Inmaculada es,
aquella Madre que hace miles de años en el Cielo los acunó
y después, ahora, en estos últimos tiempos,
se encuentra y se manifiesta con apariciones en tantos lugares a la vez.
Así, inmaculados como Ella, así son,
aunque en lo humano se han sentido enlodar hasta lo más horrendo.
Pero, tesoros míos, si todo se anunció,
cuántos de mis hijos también se han ofrecido
para estar en lo más horrendo, en lo más....

Mi Señor, TU tienes palabras tan tiernas y yo emplearía palabras humanas..... EL hace un gesto...
Mis hijos todo lo comprenden y todo lo van a comprender también.
Por lo tanto, luz, paz, amor, estrellas benditas,
estrellas que se acercan, rápidamente,

Sí, mi Señor, pero tu rápidamente cuánto puede tardar, no por mí, por TI mismo, porque TU estás sufriendo, como digo desgarrado en tantos sitios de la Tierra, en lugares donde hay dramas horrendos, como los terremotos, por ejemplo. Por TI mismo, mi Señor, que TU me has mostrado como estabas, todo destrozado, todo ensangrentado y era por el dolor de tus hijos. Yo no te puedo ver más así. No el Dios que se jubiló, se va de paseo, a otro lugar, no, el Dios Papá, como eres TU.
Cuántas veces yo he cambiado ese Padre Nuestro... que estás en los cielos, qué vas a estar en los cielos, Padre Divino que estás en cada hijo desgarrándote, cuando uno cae TU caes primero, para que no sufra tanto.... Tus brazos siempre abiertos donde encuentran refugio, eso es lo que yo veo.
Así es, tesoros míos, ángeles purísimos llenos de amor,
son luz, son paz, son divinidad, son pureza también,
pero son estrellas maravillosas que caminan en la tierra,
y son también templos caminantes, templos que están sin puertas,
donde todos tienen cabida, donde todos pueden entrar,
y ustedes ¿qué quisieran hacer?
Que ninguno de ahí pueda salir, porque ahí está el amor para todos.
Incluso aquél que te agredió, pero fue en lo humano,
se pusieron de acuerdo en el Cielo,
como mi Jesús con aquellos hermanos.
Solo yo no me puedo hacer todo, decía.
Pero yo no te puedo traicionar,
y yo no te puedo herir,
y yo no puedo hacer clavos, ni yo una cruz.
Y Yo solo no puedo hacer todo, los necesito a ustedes.
Dejemos el cielo y vamos a la Tierra,
si yo los comprendo, pero Yo me ofrecí y solo no lo puedo hacer.
Vamos, que ya no puedo estar más por aquí.
Y así fue y así vinieron y así ustedes también.
Cómo no he de amarlos, tesoros del cielo y trozos de mi corazón.
Amén


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