Montevideo 18/9/85

UNIDOS EN EL SALVATAJE DIVINO

… almas mías que descendieron acá, no notaron las presencias, pero presentes están, que vinieron preparadas, tres de mis hijas están. Y vienen. Ay! mi Señor es sorprendente, porque no están en fila, sino que forman un triángulo, mirando adelante. Con trajes delicados, no ceñidos, pero son trajes lisos y ampliándose más hacia el ruedo y unas flores blancas, grandes, muy hermosas, colocadas como una diadema. Sonríen: ALICE, JENNIFER y MAIRA. Entre las tres traen una corona también formada por flores. Es decir, cada una trae una corona formada por flores, pero me estás mostrando como aquello que parecía una corona, las levantan y son muchas coronitas juntas y cada una forma como una sola con todas las demás. Me expreso mal pero me comprenden? Es hermoso. Siempre unidas. Se inclinan y distribuyen rápidamente, entre las tres distribuyen todas las coronitas en las cabezas de ustedes, pero inmediatamente son las mismas flores que tienen ellas, un poco más pequeñas, pero todos tienen y las flores crecen, comienzan a crecer y crecer. Son de distintos aromas siendo la misma flor. Y en esta divinidad como se han presentado, veo como que arrojan al espacio más coronitas y van a distintos lugares, una cayó en la cabeza de Estela y otra … siguen distribuyendo. Las arrojan suavemente y van volando y van llegando a muchas, muchas cabezas y a todos los veo en la misma actitud, de rodillas con las manos juntas y preparados y la coronita de pronto solita se ubica y se coloca en cada cabeza. Todas están iguales, nadie trata de hermosearse, de arreglarla, no, todos con esa sencillez y la recibieron con tanto amor.

Y veo como también llegaron allá, a la casa de tu hermano…
ALICE dice: Hoy en esta oportunidad, en congregarnos en un día que parece no como uno más, sino un día tan especial, dejamos nuestros trabajos, venimos a compartir con nuestros hermanos.
Y ahora giran las tres y es la primera que te da un beso, continúan girando y la otra te da otro beso, Jennifer, y ahora Maia, Maia …
Jennifer es la primer vez que oigo tu nombre. - Pero vengo siempre Mamá -dice ella. Gracias …

Están todos atrás mirando de túnicas blancas. Hoy no vinieron con sus equipos, sino con sus túnicas blancas. Pero lo que más me sorprende es que nunca había visto y es que todos tienen los cordones como los franciscanos y tienen una flor también en el lugar donde se une el cordón. ¿Qué representa? Es maravilloso verlos. De pronto ellas tres ahora, no sé, parecía que tenían como los trajes de comunión que tenían esa limosnera ¿se acuerdan? Bueno, veo que de esa limosnera sacan algo. No distingo qué, pensé que sería otra flor. No. No es una flor, la primera que saca es como una semilla gigantesca, digo semilla porque es ver dentro como si estuviera llena de semillitas pequeñas. Se abre sola como si estuviera ya en el momento de abrirse y ella toma pequeñas cantidades y las deposita en la mano de cada uno. Y es Jennifer. Alice, qué es lo que trae? Un manojo de hojas verdes y las trae todas juntas como si hubieran sido apartadas. Y entrega a cada uno y hay quien la huele, y han quien la lleva a la boca, la siente áspera pero siente de pronto un gran dulzor en los labios, porque siente que le ha quedado algo especial. Y hay quien lo pasa por las manos y piensan qué poder tiene esa hoja. Qué hay que realizar con ella. Y ahora Maia, no sé si entregará algo … Si mamá, yo también tengo para entregar … Mira lo que tengo yo, dice ella. Y pone una rodilla, la pierna flexionada como arrodillada y es como una gran caracola. Dice escucharás el ruido del mar, y lo pone en mi oído y escucho el ruido de las olas, pero de pronto escucho una ola muy fuerte y me dice, sí, y una ola muy fuerte, muy gigantesca, me da como miedo, qué pasa? Ves, dice, veo como tiemblan las Bermudas, lo estoy viendo ahora y como si esa ola se levantara de abajo, de la parte más profunda, y se levanta como encrespada, y deja ver, y sale un resplandor muy grande que se puede ver hasta lo alto. Algo pronto surgirá.

¿De qué se trata por favor? Aún no podemos comprender muy bien en el tiempo, pero sabemos, porque el Padre nos inspira, que algo surgirá. Y estás representando mi Señor, un adelanto en el tiempo.
También podrán contemplar lo que antes ellos realizaron y estaba a la luz del día, luego las aguas … lo invadieron, las aguas todo invadieron. Previsto todo ello fue, pero nuevamente al aire y a la luz quedará, a raíz del cataclismo que se producirá. Que todo esto es tan necesario. Tu Patricia preguntaste algo y en ello aquí la respuesta está. Ahora mis hijos también han conocido, lo que acabo de presentar, está todo ya aclarado, a nada deben temer, porque están mis hijos preparados en el salvataje divino se encuentran antes del tiempo previsto para ayudar a los hermanos heridos, restaurarlos, aliviarlos o ayudarlos también a morir.
Amén

Ahora veo como si todos se pusieran en una semi genuflexión, inclinados hacia ustedes mismos y se van como alejando despacio, despacio, muy lentamente, pero ahora cuando se van alejando un poco más es un gesto con la mano y es como si de pétalos se cubriera todo. Pero los pétalos se van uniendo, uniendo y al descender forman como mantos que los cubren a cada uno. Como representan en una forma tan divina como una gruta, pero es una gruta como de pétalos sobre cada uno de ustedes que los ha envuelto. En tonalidades maravillosas, son tonos naturales pero maravillosos. Pero de pronto la nave se ilumina totalmente y despide destellos y esos destellos se reflejan en ese manto que los cubre y resplandece en todos. Ustedes se mantienen exactamente iguales, pero de pronto comienzan ustedes a irradiar una luz. Es una luz poderosa y divina. Debe ser la luz aquella que poseían, esa luz que tu les diste mi Señor. Y así en esa forma maravillosa los veo a todos elevarse, elevarse junto a ti mi señor. Y no se arrodillan ante Ti, se sienten felices y seguros, no tienen por qué arrodillarse, con esa confianza que solamente junto al Padre se puede tener, a ese Padre como eres tu. Mientras ellos se van alejando, alejando, tu sonríes. Al fin te veo sonreír … y a todos también, a todos alrededor tuyo, y todos comienzan a cantar y TU cantas, cantas con ellos mi Señor! …

Canto con ellos, si, canto con ellos. El primer paso que doy, canto con ellos y muy pronto será ya el canto de la paz, de la alegría, de la libertad y del infinito y eterno amor.



11/1/86 - MONTEVIDEO

EL TEMPLO DE CRISTAL DE LA LUNA

Graciela

Te veo frente a un templo de cristal, Graciela, es algo tan maravilloso. Es exactamente igual a la parte de la luna desconocida. La parte de la luna que está habitada, es algo maravilloso. El hombre no ha podido poner el pie allí, porque ellos no lo han permitido, los desvían. Si vinieran acá y se temiera a lo que pueda suceder los desviarían y los llevarían al océano o al desierto. Allá los llevaron a la zona de cráteres. Frente a ese enorme templo de cristal. Te vi llegar, veo como te reciben, como te saludan y tu estás extasiada contemplando ese templo de cristal.

Y dice EL: Esto se cumple mi Graciela bien amada, porque como una gracia te reitero en el mundo estás. Has venido como tantos de mis hijos a tu pedido, para compartir y para ayudar, y llega el momento divino de la unión entre todos mis hijos, que se verificará. Llega el momento divino, que después de esa noche de terror, el Cristo su pie en la tierra pondrá; y te reitero, llega el momento divino, en esta grandiosidad no estarás sola, mi bendita, sino con tantos otros … habrá un encuentro, que inolvidable luego será. Un encuentro y no en el espacio, sino como que del espacio se puede verificar. Las estrellas descienden a la tierra, pero vienen tripuladas, como aquella de Belén, aquella de la antigüedad, estrella que fue tripulada, ángeles de paz y de amor, tu conoces, te he hablado de la alborada, pero antes de esta alborada. Y levanta la mano y dice: Palabra mía, de tu Dios, Padre y Creador.
Amén.



GANÍMEDES


A no inquietarse mis bien amados,
si de Ganímedes también si, hablaré.
Las estrellas tienen sus nombres,
como esto que le llaman Planeta Tierra,
YO le llamo Templo de Purificación
y mis hijos lo saben bien.
Hay habitantes en muchos sitios,
pero el inicio, cuando la creación del Universo
y el Universo se creó dentro de nuestro propio Cielo,
el inicio fue acá, la Tierra
y cada uno tomó su porción de tierra para poderse formar
Angeles que dejaron la felicidad porque aquí quisieron venir.
Por lo tanto, adelante sin temor,
que los caminos muy pronto mucho más se abrirán
y entonces sí, las estrellas que se vienen acercando
y aquella más grande que la de Belén,
verán que en otros sitios también hay gatitos
y todos son respetados,
porque está inculcado el amor en todo, hacia todo y por todo,
de manera que …

Mi Señor … pero algo más también te habían pedido …

Lo sé, dice EL, pero eso lo dejo para dentro de un momentito,
soy un Papá que quiero conformar a todos mis hijitos
y continuaré con Ganímedes.
Ganímedes como en otras estrellas también,
hay vida, hay amor, hay respeto y hay alegría
y a los niños, como en tantos de aquellos lugares
de esas estrellas benditas que todos son de la misma condición …
a los niños no se le regalan juguetes bélicos
ni se les inculca el odio, ni hay preferencia por uno o por otro,
en todos está el amor, el respeto, la armonía,
ese es el ejemplo que reciben y así van creciendo
y así llegando a la ancianidad también,
en una alegría que a todos los une
y en una paz que nunca se ha roto ni se va a romper.
Salieron de acá buscando nuevos mundos,
salieron de acá donde se pudieran establecer,
se establecieron en muchos sitios
y uno de ellos es Ganímedes
y otros que después los conocerán también.
Amén.


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