DOMO DEL
PICCOLOMINI
(Geologic Lunar Research Group)
Rodrigo Viegas, Raffaello Lena,
Eric Douglass
Sumario
Este estudio describe un domo anteriormente
observado pero que no está en la lista de la ALPO ni fue clasificado.
Ubicado en 28,69º E y 27,50º S (Xi 0.426 y Eta -0.462), este
domo de tierras altas yace unos 85 Km al NW del majestuoso cráter
Piccolomini de 87 Km de diámetro y dentro de la cuenca del Nectaris,
aproximadamente 30 Km más cerca de su centro que el Altai Scarp.
Introducción
Los domos lunares son suaves abultamientos
de entre 3 y 60 Km de diámetro que tienen alturas de a lo sumo,
unos cientos de metros. La mayoría tiene un ángulo de inclinación
bajo, no más de unos pocos grados. Muchos tienen un cráter
central que se forma luego de la contracción del tapón de
lava y el posterior colapso del material que rodea la fuente (1). También
hay domos en las tierras altas, pero generalmente son difíciles
de observar debido al brillo y rugosidad de sus inmediaciones. En este
reporte, examinaremos un domo no catalogado, ubicado cerca del cráter
Piccolomini.
Geología de los domos de tierras
altas
El término “domos de tierras altas”
hace referencia a domos de albedo más elevado que el de las regiones
de los mares. El clásico ejemplo de un domo de tierras altas es
el Gruithuisen gamma, que tiene un albedo considerablemente mayor que el
del suelo circundante del Mare Imbrium. La mayor reflectividad de estos
domos sugiere que tienen una distinta mineralogía, más ajustada
a una lava con un menor contenido de titanio y hierro (2). Esto, a su vez,
sugiere que estos domos tienen una fuente de magma distinta que la usual
en los mares lunares. Dados los minerales involucrados, probablemente su
origen sea la corteza inferior (3), y no el manto superior del que se formaron
los mares. Si esta interpretación es correcta, entonces los domos
de tierras altas están relacionados al Apennine Bench formation
(una región de alto albedo y de origen volcánico que se encuentra
entre los Montes Appeninus y el cráter Archimedes, dentro del anillo
del Imbrium), y probablemente se hayan formado antes de cualquiera de los
mares ahora visibles. Más aún, esto sugeriría que
los domos de tierras altas son estructuras relativamente antiguas, y por
lo tanto, habrían experimentado más erosión por impacto
que los domos de mare.
Para finalizar, hay que señalar
que el hecho de que los domos de tierras altas tengan un albedo más
alto que el de los domos de mare es la razón por la cual es relativamente
difícil distinguirlos de las estructuras de tierras altas que los
circundan.
Observaciones
La primera observación por Rodrigo
Viegas fue realizada el 13 de abril del 2001 y fue llevada a cabo con buen
seeing (Antoniadi I a II) utilizando un Newtoniano de 114 mm con 225 aumentos.
La figura 1 muestra la apariencia de la región como la observara
y dibujara Viegas. Luego, el domo fue reportado al GLR (Geological Lunar
Research Group) donde se prosiguió la investigación. Este
domo había sido dibujado por Harold Hill el 18 de febrero de 1987.
En su libro “A Portfolio of Lunar Drawings” (4), Hill lo describe así:
"Un objeto tipo domo está indicado a un diámetro del Piccolomini
hacia el oeste". Él identifica al domo sin dar detalles sobre su
posición o la presencia de cráteres en su cima. Después,
el domo fue fotografiado por Alessandro Bares y Giorgio Di Iorio, del grupo
GLR (figuras 2 y 3, respectivamente). Puede ser observado con co-longitudes
comprendidas entre los 332º y 320 º, y entre los 140º y
152º para cuarto creciente y menguante respectivamente.
En la imagen tomada por Bares, un cratercillo
es claramente visible en la cima del domo. La figura 4 muestra la imagen
reproducida del Consolidated Lunar Atlas. Se deberá agregar que
la lista de domos de la ALPO contiene un domo cerca del Piccolomini, pero
con diferentes coordenadas (28,63º E y 19,39º S)
Giorgio Di Iorio |
Alessandro Bares |
Dimensiones y Clasificación
La posición del domo: 28,69º
E y 27,50ºS (Xi 0,426 y Eta –0,462) se determinó a partir de
nuestras imágenes y de las del “Times Atlas of the Moon”. Empleando
una digitalización del mapa 4-77hl del Lunar Orbiter, con una resolución
de 300 metros por pixel, (figura 5), se obtuvo los siguientes valores de
sus diámetros, reportados en la Tabla 1:
Table I
Diámetro E - W (Km)
|
Diámetro N - S (Km)
|
Relación entre los ejes mayor
y menor
|
11.4
|
9.8
|
1.163
|
foto
Lunar Orbiter
La
altura del domo es difícil de estimar desde que no contamos con
imágenes satelitales de alta resolución de esta región.
Sin embargo, el borde externo del domo parece relativamente empinado y
las imágenes reproducidas en las figuras 3 y 4 revelan la presencia
de una sombra arrojada por el domo a alturas moderadas del Sol de 7,3º
y 6,9º respectivamente.
Se deberá notar que este domo excede
el límite usual de la clasificación de Westfall, para la
pendiente (5 grados; ref 5). Sin embargo, las pendientes mayores también
se dan en los otros domos conocidos de las tierras altas (Gruithuisen gama).
Descripción e interpretación
La región circundante al domo es
llana y lisa, sugiriendo la posibilidad de un antiguo asentamiento volcánico.
Además, los asentamientos volcánicos más activos,
yacen entre los anillos más externos de sus respectivas cuencas
(tal como en este caso). Por esto, aunque faltaría el albedo más
obscuro característico de los mare, no hay razón para suponer
que no puedan darse volcanes aquí. La falta de otras morfologías
volcánicas es un tanto embarazosa, pero recordando que se trata
de una región muy antigua (3.83 - 3.92 giga años de edad),
no será sorprendente que las estructuras de relieve bajo (como mare
ridges) o las llanuras planas (inundaciones de lava) hayan sido erosionadas
por impactos ulteriores.
El domo mismo, exhibe un pequeño
cráter en su cima, tal vez su cráter principal. La imagen
del Lunar Orbiter, figura 5 revela otros cratercitos cercanos, pero el
ángulo de iluminación haca difícil determinar si poseen
bordes o son de naturaleza volcánica.
foto:
Consolidated Lunar Atlas
Conclusión
Este domo, a 28,69º E y 27,50º
S es otro claro ejemplo de la naturaleza elusiva de los domos de las tierras
altas. Al mismo tiempo, este estudio muestra que la combinación
de cuidadosas observaciones visuales y con CCD, hechas por diferentes observadores,
provee poderosas herramientas para el estudio e interpretación de
los domos lunares.
Reconocimientos
Deseamos agradecer a Alessandro Bares y
a Giorgio Di Iorio por su contribución a esta publicación.
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