NINGUNA EUFORIA
El huracán de la ayuda es peor que el Mitch
El monto total de la ayuda aprobada, pese a lo abultado de la cifra, no causó
euforia entre los países centroamericanos. Los fondos frescos son sólo la cuarta parte y
todavía hay mucha oscuridad sobre la transparencia con que se manejarán, para tener
garantías de que realmente lleguen a beneficiar a quienes los necesitan.
Estocolmo (Sergio Ferrari, especial para Chasque.)- El Grupo Consultivo
anticipó la decisión de asegurar 9 mil millones de dólares a Centroamérica. El Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), organizador del encuentro de Estocolmo, destinará
5.300 en conjunto con el Banco Mundial, en tanto el resto, 3.700 millones, sería el
aporte de los donantes bilaterales. Si bien el total implica un tercio más de lo que se
había anticipado potencialmente en el primer Grupo Consultivo de Emergencia en
Washington, en diciembre pasado, no hubo demasiada euforia al conocerse las cifras
finales.
Eso, por varios motivos. Por una parte no se comunicó claramente, al cierre del cónclave
de Estocolmo, cómo es asuma se repartía por países ni la naturaleza de los proyectos
específicos. Por otra, dentro de esos montos, en apariencia gigantescos, entra de todo:
reasignación de fondos aprobados con anterioridad, recursos para financiar la reducción
de la deuda externa de Nicaragua, concesión de ayuda dentro de programas previos y
recursos específicamente destinados a los programas de reconstrucción. Muy probablemente
los fondos *frescos* sólo significarán 2 mil millones de dólares.
Uno de los temas centrales de Estocolmo, fue el de la gestión futura de ese paquete. «
En un cónclave cuyo objetivo era concertar nuevos compromisos para renovar una ayuda
internacional masiva, ningún tema ha sido más importante que el de la transparencia »
tal como enfatiza la revista « Confidencial » de Managua, evaluando los
resultados.
« En los próximos días las instituciones estatales deberán pasar el test principal del
aspecto cualitativo más importante del proceso de transformación. El dilema es si
lograrán hacer accesible a los campesinos y sectores populares los beneficios y
oportunidades asociadas a la ayuda externa, o como ha ocurrido en el pasado, las ventajas
de la ayuda serán únicamente aprovechas por los empresarios privados tradicionales y el
clientelismo político », enfatiza « Confidencial » en su análisis.
El planteo subraya un notorio punto débil de la presencia gubernamental: la falta de una
perspectiva regional, « cuestión en la que los centroamericanos salieron aplazados en
Estocolmo » y que motivará una nueva reunión del Grupo Consultivo en octubre para
profundizarlo.
« Confidencial » concluye afirmando que « Estocolmo inició un experimento novedoso al
incorporar al mundo local de la sociedad civil en los debates conceptuales. Pero concluyó
con un resultado tradicional al insistir en cifras globales de ayuda, sin ofrecer
indicaciones aproximadas sobre sus diversos componentes y destino por países. Y no deja
de resultar irónico que cuando más se habla de transparencia, los resultados positivos
de Estocolmo sean más difíciles de traducir en el lenguaje que entienden los pueblos de
la región »
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