TODOS A PADECER (3)
-
USTEDES SE AUTOCONSAGRARON
- DESTINO MARCADO
- SE CONSAGRARON POR AMOR
Montevideo, 17.09.94
USTEDES
SE AUTOCONSAGRARON
Sarita, Que el Señor te dé fuerzas, como le dio a San Cristóbal
cuando cruzó el río y que todo esté bien. Víctor,
Custodias. Mario, Vientre. Salud.....
Las fuerzas, como aquel Cristóbal en todos mis hijos estará,
y sentirán que podrán cargar montañas,
y ya no les va a pesar.
Las montañas que llevan ahora,
las montañas donde están las piedras de la desilusión,
la ansiedad, el temor, el desgarramiento, la incomprensión.
Pero luego la montaña se transformará
en todas las grandes maravillas
y entonces como aquel Cristóbal
sentirán que la pueden llevar,
y cruzarán los mares y en ellos no se hundirán.
Y habrá custodias, sí, custodias divinas
custodias hacia ustedes y de ustedes hacia otros a la vez.
Este es el tiempo maravilloso de los tiempos,
pero también sentirán los vientres
que todas las bendiciones las recibirán,
porque, no olviden lo que les he dicho,
cuando en el cielo surgió todo aquello
y ahí se conoció el dolor,
entonces, ahí fue cómo todos se ofrecieron
y dentro del mismo cielo crearon este Universo.
Que dicen que Dios lo creó para mandar a sus hijos
y a Aquel a padecer, no!.
Ustedes mismos lo dispusieron,
ustedes se auto consagraron para vivir todos los momentos,
querían cargar las montañas,
querían ser custodias,
sí, custodios lo serán, también como lo están siendo,
una palabra, una sonrisa, una mano extendida a tiempo,
eso también es ser los ángeles custodios
aunque estén en lo humano con estos cuerpos,
pero no deben olvidar que los caminos,
ustedes mismos los trazaron.
No deben olvidar que ustedes mismos pusieron las piedras
en las que querían sentirse destrozados,
que ustedes encendían el fuego en el que se querían quemar.
Mi Señor, otra vez me vuelves a mostrar incendios, y veo cómo
seres..... ¿estará ocurriendo en algún lugar? que estoy
viendo un edificio que se incendia y veo muchos seres y veo el edificio que
se destruye..... o es un símbolo de lo que TU me estás presentando
ahora.
No preguntes -dice EL-
¿Te acuerdas de Ruanda?
Sí, mi Señor, la recuerdo, cuando aquel 2 de abril Juan Carlos
puso la palabra Africa y ahi me mostraste lo que a los cuatro días surgiría,
Ruanda destrozándose. ¡Ay! mi Señor, y ahora eso, ustedes
encendían el fuego en el que se querían quemar.
No olviden lo que les he dicho,
la vida es una sola, pero la del alma,
el ángel que está en cada cuerpo.
Por eso es lo que ahora también les presento,
también, formaron los océanos
en los que cada uno en su momento,
se quiso también ahogar.
Pero no olviden que vientres, bendecidos todos son,
cuando querían ser padres allá y vinieron a hacerlo acá,
y a través de los tiempos
fueron padres y madres de todos sin excepción,
por eso, los vientres son bendecidos...
Mi Señor, pero veo como que estás besando un vientre, ese simboliza
en todos o es uno en particular, y veo como una estrella luminosa dentro del
vientre.
No preguntes -dice EL-
pero todos los vientres también a MI me han concebido.
Que no olviden que siendo Dios y Padre,
me hice hijo en cada venida de mis propios hijos.
Ese es el amor que les tengo,
no el cuco con que asustan,
Dios te hace esto, y Dios te aniquila,
o Dios te aplasta o Dios te devora.
No, no soy eso,
quise también con mis hijos
compartir como humano,
y venir en todos los tiempos
y todos los vientres a MI también me han llevado.
Mi Señor, ¿pero lo que preguntó Lourdes?
Amén -dice EL- que ya todo lo responderé.
Amén
Montevideo,
05/08/95
DESTINO MARCADO
Olga,
destino marcado. Verdad real. Error humano.
En lo humano cuántos errores,
pero anunciados fueron también,
y es la verdad, la verdad real,
que todo debe de cumplirse,
tal como mi Jesús lo anunció.
Y este es el tiempo que El llega para transformarlo todo.
Destinos marcados, si ustedes mismos se fijaron los destinos,
pusieron las piedras en las que querían tropezar,
encendieron el fuego en el cual querían caer y quemarse,
también alborotaron las aguas en lo más profundo del mar,
para cuando quisieron caer en ellas también.
Pero esto representa situaciones de vuestras vidas,
las piedras de la vida,
las olas embravecidas representan situaciones,
cuántas veces se sintieron asfixiar.
Destinos marcados pero no por MI,
YO nunca quise el dolor en ninguno.
Y lo vuelvo a repetir aquí.
Ustedes se fijaron, lo hicieron por amor,
al ver que había dolor.
Pero este destino marcado, también marcado lo otro,
llegaremos hasta este punto,
y como un día de fiesta que comienza y ya no tiene cambios,
entonces verán que también ese destino,
transformar a toda la Tierra en el Paraíso prometido
esto se va a cumplir y ya no habrán errores.
Errores humanos como humanos,
pero en esos errores también estaba la disposición vuestra,
benditos hijos míos,
y esta es la verdad pura y plena,
la verdad en todo.
No quería YO el dolor,
qué Padre va a castigar a un hijo,
y cuándo dicen que Dios te aniquila y te manda al infierno,
jamás a ningún infierno a ningún hijo he mandado YO.
Se hizo de MI, lo más cruel, Soy el Dios, sí,
Soy el Creador, los amo,
son parte del cielo y partes de mi SER.
Y la Verdad pura, limpia, clara, es ésta,
jamás a ningún hijo, ni he condenado, ni condeno, ni condenaré.
En lo humano están los errores,
y está el juicio en lo humano también,
que hiciste esto o que hiciste aquello....
Ah, mi Señor, cuando en una oportunidad, y hace mucho que no lo menciono,
cuando decía yo, no señales con un dedo al otro, no señales,
gíralo hacia tí, y cuando el tío de Giancarlo dijo: Mamá,
cuando tú con un dedo estás señalando, tres te señalan
a ti misma. Tienes razón, dije.
En los errores humanos está el juicio inesperado,
pero pronto ya no habrá juicios, ni errores,
sino que serán las luces maravillosas que todo lo vienen a envolver,
serán los cantos de alegría que todos entonarán,
con una fuerza, una ternura y al mismo tiempo con humildad,
que nadie querrá destacarse diciendo:
yo canto mejor que aquél,
sino por el contrario, ¡qué hermoso canto el de ustedes!
¿me puedo unir yo también?
Amén
Montevideo,
02/03/96
SE CONSAGRARON POR AMOR
Mi
Bendición,
dice EL,
si al decir los bendigo,
les estoy hablando con lenguaje de Cielo, hijos míos,
pero no con el lenguaje humano,
el otro lenguaje que sólo el ángel que está en cada ser
me puede comprender.
Los bendigo,
trozos divinos que vinieron a la Tierra a sentirse despedazar.
Trozos como un pan, pero hecho a mano,
pero YO en el Cielo los he creado junto con la Madre,
con esa Madre Celestial,
los he creado no elaborando como un pan,
sino con la fuerza del amor
y luego ustedes cómo vinieron a la Tierra,
con la fuerza de la consagración.
Se consagraron también dejando el poder y la felicidad,
para venir como un pan despedazado,
así se quisieron sentir, destrozados,
para que ninguno pudiera en nuestro cielo faltar.
Y cuántas veces he dicho, en vano el sacrificio no es,
al contrario, hijos míos, no voy a decir,
tendrán la recompensa del Cielo, si el cielo es todo vuestro,
ustedes mismos que lo que decidieron...
dejarlo, vacía aquella parte del Cielo quedó,
para acá, qué crearon, este Templo que es la Tierra,
Templo de Purificación y Dolor.
Vamos, vamos hijitos, la puerta del dolor ya se va a cerrar.
Pero no es decir queda en un pasado,
ya que todo se va a transformar.
Lo que fue dolor, será la alegría y será en felicidad.
Sí, benditos míos, así como el agua también es bendecida,
cuántas veces he mencionado...
Mi Señor, cuando TU me haces ver el agua cuándo TU bendices toda
el agua para tus hijos. Y TU me haces ver como dijo Jesús, quien tenga
sed venga a Mi a beber. Y es como si TU has dicho con esa frase tan hermosa:
tus hijos, peregrinos sedientos en el desierto de la vida. Cómo me gustó
cuando dijiste esa frase. Peregrinos sedientos en el desierto de la vida. Sedientos
de ternura. Y TU me mostrabas cuando tus hijos decían: que también,
como dijo Jesús, si tenéis sed, venid acá a beber. Sedientos
de ternura en ustedes la van a hallar, sedientos de fe, de esperanza, de reconfortarse
un poco, de fuerza, de ánimo... sedientos de comprensión, sedientos
de paz. Pero TU me muestras como que ya muy pronto todo esto surge en todos
y de todos para todos y por todos a la vez, así.
Sí, dice EL, como
ese gran abrazo,
que ya no habrán ni razas, ni ideas distintas,
sino todo será compartido, porque en todo estará lo divino.
Cómo no he de decir benditos hijos míos,
si quisieron venir como humanos
a arrastrarse en la piedras de la vida,
y sentir también el dolor inmenso, como ha sido,
el puñal que tantas veces el corazón ha atravesado.
Pero diez veces más de cada uno el mío.
Soy padre, jamás me aparté.
Si aquél, como he dicho, empuñando un cañón me dispara,
si me desintegra totalmente,
con cada partícula besaré las manos de ese hijo,
ya que este tiempo se anunció y todo debía ser cumplido,
hasta eso, cómo he de apartarme de alguno, de ninguno y jamás.
Qué imagen hicieron de MI, cámbienla, mis benditos.
Pero ahora, ahora, también la bendición de la Madre tendrán.
Primero como esa palomita, esa palomita como se suele ver,
palomita como cualquier palomita que se ve por ahí,
picoteando en las veredas o en las callecitas.
Y que viene un coche y se levanta rapidito y se pone en otro lugar.
Así, así se presenta Ella que no se quiere diferenciar.
Pero ahora, mírenla, mírenla, dice EL.
Y veo que con los ojos del corazón todos la pueden ver, primero como
presenta y ahora cómo va creciendo. Y a medida que va creciendo se va
transformando. De pronto veo esa paloma y la veo como si fuera aquellos dos
mil años atrás. En el cenáculo. Y veo cómo estaban,
María, los Apóstoles, amigos y desconocidos también. Cuando
de pronto, descendieron lenguas de fuego. Y yo cuando he visto tantas veces
eso en visión, he dicho: no, eran plumas de la Madre, no eran lenguas
de fuego, eran plumas de la Madre, de esa Paloma.
Y al recibirla, y estoy viendo acá, lo mismo... estoy viendo en una visión
maravillosa, es como si hubiera muchos más, estoy viendo aquello, aquella
reiteración. Las plumas están descendiendo, blancas, pero es tanta
la fuerza que tienen que parecen como de fuego por lo que deslumbran. Y están
entrando en ustedes, están entrando esas plumas. Y es como si cada uno
estuviera recibiendo en ese preciso instante algo nuevo, o comprensión,
o sabiduría, o distintas gracias maravillosas del cielo... no sé...
no sé qué. Incluso, quizá sea algo muy simple, una fuerza
nueva, cómo tratar a aquél que es difícil, o qué
palabras emplear en aquella situación, o aquello otro, o cómo
abrir aquella puerta que parece que se cerró que parece que tiene........
Y ahora.............................
Ahora, dice EL, ahora continuamos
con lo que estoy presentando.
Dones divinos surgen en mis hijos,
dones maravillosos,
¿pero cómo lograrán?
con ejemplo sublime de esa señora humildad,
que ese orgullo también se transforma,
porque orgullo en ninguno jamás se va a presentar.
Pero ahora, ya la paloma dejó de serlo
para transformarse en la Madre que es.
La Madre que desde el cielo, también quiso dejarlo para estar...
en cada hijo, como Trinidad, que somos los tres.
Por lo tanto, vamos, le dice a Ella,
ahora toda la Tierra deposito entre tus alas
y entre tus brazos también.
Y Ella al tomar toda la Tierra, es como si el Universo entero, no solo la Tierra,
el Universo entero, norte, sur, este, oeste, se está presentando. Y aquí
está quien hizo esta obra. Norte, sur, este y oeste..... Y......
Pronto se verá el norte, el sur, el este y el oeste,
y el centro como que es la Tierra de una pureza tal,
pero también así como está en esto manifestado,
será todo un contorno de estrellas,
pero ya no será norte, sur, sino que irá girando,
porque todo, todo se irá renovando en una manifestación tal,
que si he depositado esto entre tus alas y tus brazos, le dice a Ella,
ahora Tú también los bendecirás,
porque los hijos quieren escuchar la palabra de una Madre.
Y Ella comienza ahora a hablar:
La puerta que se quiere cerrar,
que es la puerta del dolor y destrucción,
la puerta la vamos a abrir para también poderla transformar,
y que todo sea el paraíso, la Gloria para todos.
¡Vamos, vamos, hijos míos!
Y veo cómo que todos están en la puerta, salieron de la puerta
del dolor, no quieren volver atrás. Pero de pronto es como mirar, y sólo
la mirada transformó todo, la puerta desapareció, quedó
un espacio amplio,... no, no hay más dolor. Pero allá había
cañones, allá había sangre que corría en la tierra,
allá había inundaciones, allá volcanes que rugían,
allá los leones, allá las hienas, allá las serpientes.
Y ahora ¿qué pasó...?
La Transformación total.
¡Qué maravilla! Y dicen todos:
Entonces, qué vamos a hacer,
a tomarnos de las manos y a cantar como cuando éramos niños.
A la rueda rueda, del pan que del cielo llegó,
a la rueda rueda del pan de canela,
y ya la maestra no nos va a dar ningún coscorrón,
porque llegó el tiempo de la ternura,
que ya no se amarga, no se quiebra.
Y los veo a todos como en torno a la Tierra que está entre las alas de
la Madre cantando, en una...
A la rueda rueda, a la rueda rueda,
con mamá y papá,
a la rueda rueda, ninguno falta acá.
Nunca presentaron esto, siempre es nuevo, siempre la sorpresa... Y la Madre
ahora comienza a cantarles su arrorró.
Que si ya no había fieras en la jungla que rugieran, mi canto al lado
de Ella sí, es un rugido horrendo, como digo siempre, abran los oídos
del corazón y cierren estas orejitas, para escucharla a Ella, nada más
no a mi. Les canto su arrorró.
(Canto en lenguas)
Qué increíble, por qué de pronto se destacó una
parte de Arabia. No sé, algún significado hay, pero si fuera que
ya está el sello de la paz en todo.
No te inquietes, dice EL,
ni mis hijos jamás.
Se están cumpliendo los últimos pasos en la Tierra,
para comenzar los vuelos maravillosos
que todo lo vienen a transformar.
Amén
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