TODOS A PADECER (4)

- QUERIAN CALVARIOS MAS GRANDES
- USTEDES MISMOS SE OFRECIERON


Montevideo, 15/02/97

QUERIAN CALVARIOS MAS GRANDES

Avalancha, Bondad, Voluntad. Decisión.

Por voluntad divina el Cielo dejaron,
por amor a todos vinieron acá a sentirse enclaustrados.
Pero la bondad, la bondad y esa voluntad
con que quisieron estar, lo hicieron por amor,
no lo hicieron por ustedes mismos para pasarlo mejor,
no, también se han sentido muchas veces como al pie de una montaña,
con una gran avalancha que viene ya a destruirlos.
Pero qué sucede, almas mías, cada piedra volverá a su lugar,
ya no habrá avalanchas de destrucción,
sino serán las avalanchas del inmenso amor.
Sí, aludes maravillosos, no de nieves, no de piedras,
no de lava de los volcanes, sino la gran maravilla
que pronto se presentará en toda la Tierra.
Esa paz que pronto va a reinar,
ese rey sin corona que se llama amor,
como tantas veces he dicho, del brazo de esa reina
también sin corona que se llama humildad,
pero que tienen tanta fuerza.
En esa esperanza que no se va a marchitar jamás,
en esa primavera que comienza a ser eterna
y es para toda la Tierra, no es para un solo lugar,
y se verá reverdecer todo, los desiertos, los volcanes
y gran parte de los mares también.
Sí, por voluntad divina dejaron el Cielo,
si YO no quería el dolor, ni en mi Jesús, ni en ustedes.

Mi Señor, cuando dijiste "en ustedes", de pronto me mostraste una muchedumbre que no alcanzaba a ver el final.
Así es.
Este tiempo fue anunciado y este tiempo cumpliéndose está,
pero también lo grande, lo maravilloso
y entonces, mira lo que surgirá.

Me estás mostrando un volcán, mi Señor, por favor, que no vaya a tronar, como cuando veía al Etna allá, qué hermoso, decía yo, qué linda puesta de sol, pero qué raro, pero sigue pasando el tiempo y siempre está la puesta del sol, pero cuándo se termina de poner el sol. Y cuando comenté y digo: pero qué raro, qué puesta de sol de tantas horas. No, me dijeron, es el fuego del Etna, el fuego del volcán, que estaba siempre. Pero ahora me mostró y me asusté, porque en una oportunidad llaman de Italia y digo, veo el Etna y lo veo muy hermoso, ay, pero de pronto comienza a rugir y la gente comienza a correr, y la gente corre y veo....... y en la misma semana se cumplió, el volcán, el Etna, rugiendo. Ahora me asusté cuando lo vi, pero no teman, porque enseguidita lo quiero aclarar.
Me mostró que salta algo y era como arco iris que comenzaban a saltar y comenzaban a bordear toda la ladera del volcán. No sé qué volcán es. Ahí está, pero de pronto es algo maravilloso. Es como si los viera a ustedes, como si estuvieran suspendidos, pero humanos, no fuera de este vestido, no, humanos, tal como son, los veo como que van esparciendo semillas.
¿Qué dije hoy? dice el Padre
No dije que son árboles de todos los frutos,
el fruto de la paz, del amor, de la abnegación,
esas son las semillas que van a sembrar,
pero la Tierra también sus frutos ofrecerá.
Ya no habrá hambre, almas mías,
pero el hambre que ahora hay, el hambre no del alimento
que se lleva a la boca, que sostiene la vida,
sino está el hambre de una justicia divina,
y no lo deben olvidar, justicia divina es amar, comprender, perdonar.
Pero, almas mías, mis benditos, vuestras voluntad, así como es,
verán como tiene, no voy a decir su premio,
pero como una recompensa celestial.
Sí, y esa bondad, si dejaron el Cielo y lo hicieron por bondad y amor,
lo dejaron para venir a arrastrarse.

Sí, mi Señor, TU has dicho arrastrarse como gusanitos y que TU te arrastrabas como un gusanito también al lado de cada uno. No el Dios en el trono, allá, no. Como un gusanito más, has dicho.
Así es, hijos míos, cómo no he de amarlos,
como no he de bendecirlos,
pero también una decisión hay que tomar.
Sí, en lo humano hay que tomar una decisión,
YO voy a inspirar qué decisión es,
pero también está la otra,
porque ustedes decidieron colocar la piedra
en la que querían tropezar,
ustedes dispusieron también aquella parte
tan cerrada que no podían avanzar,
ustedes crearon aquella cueva oscura
en la que querían estar para buscar una salida y una luz,
pero ustedes primero la prepararon,
antes de venir como humanos,
si YO no quería el dolor, lo vuelvo a repetir,
querían calvarios más grandes que aquél
que a aquel Hijo Mío, vuestro hermano, lo hizo tanto sufrir.
Benditos, benditos por siempre, trozos de mi corazón,
no me digan gracias a Mi,
gracias a ustedes, digo siempre,
gracias con toda la fuerza del amor la doy YO.
Amén


Mar del Plata, 04/01/97

USTEDES MISMOS SE OFRECIERON

¿Qué le pedirían a Dios esta noche?
Paz, Amor, Comprensión, Aceptación.... Si está bien lo que yo hago....

Bueno, ahora digo, Mi Señor, qué vas a responder a tus hijos.

Sé lo que cada uno necesita, en lo humano,
en su situación, en sus momentos amargos,
no piensen que me voy de vuestro lado.
Pero pronto todo lo comprenderán
porque este Tiempo mi Jesús también lo anunció.
Aceptación, como dijo aquella hija,
sí, aceptar la cruz invisible que pesando tanto está,
que a veces no pueden avanzar en algunas situaciones
porque la cruz los tiene como enclavados en el camino de la vida.
Pero no se deben inquietar,
este tiempo fue anunciado por aquel Hijo Mío,
dos mil años pasaron ya, se está cumpliendo
cuando El había dicho que volvería,
y este es el tiempo que de sorpresa llega
y entonces todo, todo lo comprenderán.
Amor, si no se fue de paseo, está en cada ser.
Paz, pronto se sellará en todos,
en la Tierra, en las naciones, dentro de las naciones,
pero sobre todo en cada hogar.
Cuando El dijo, volveré, no dijo día, año, ni mes,
sino dijo: en los tiempos más amargos,
de guerras, de pestes, de desolación.
Guerras, entre hermanos, padres, hijos,
y no es que estén mis hijos desviados de un camino,
se está cumpliendo lo que aquel hijo mío
que es vuestro hermano, profetizó cuando habría de volver.
Sí, y entonces sí, la aceptación, esa cruz,
que no la confeccioné YO, no, cada uno para sí la preparó,
porque querían venir a compartir las amarguras, el dolor.
Eran ángeles allá, tenían alas, tenían poder,
pero al ver el dolor dijeron: vamos nosotros también.
Y así, dejando la gloria, tomaron este vestido, esta carne humana,
porque el ángel que está en cada ser,
está viviendo lo que se había ya mencionado
y este es el tiempo..... están en mis hijos....
Por lo tanto, este es el tiempo también de la total redención,
no es fin del mundo, es la gran transformación.
Alegría ya para todos, armonía y esa comprensión,
que parece que no existiera, no, tesoros míos,
si cada uno está actuando tal como así, se autodestinó.
YO no quería el dolor en mis hijos, no soy verdugo, ni juez,
los amo, jamás he hecho condenación de ninguno.
Pronto también lo van a comprender,
un padre si un hijo lo ama, lo ama,
si un hijo lo abofetea lo ama también,
no lo tira a un pozo, ni lo encierra en un galpón,
y menos por una eternidad, jamás lo he hecho ni lo haré.
Confíen en lo que les digo: soy Dios, soy Creador,
pero sobre todo soy Padre, en el Cielo los he creado, hijos míos,
y cuando decidieron venir, estoy en cada uno,
sufriendo diez veces más que cada ser.
Por cada lágrima de ustedes en MI las multiplico, diez más amargas.
Sí, benditos míos, pronto todo lo comprenderán,
cuando se dice aceptación, es en muchos sentidos,
no solo ahora en lo humano, en alguna situación que están viviendo.
Esto no lo puedo aceptar y lo otro hasta cuándo va a ser...
Tesoros míos, si ustedes mismos se ofrecieron
para que lo que había dicho aquel Jesús, vuestro Hermano Mayor,
volveré en esos tiempos,
precisaba también de sus hermanos que se ofrecieran.
Y cuando dicen: Dios me está probando,
cómo los voy a probar, si hace dos mil años YO ya sabía
que si este tiempo se cumplía, vendrían mis hijos para estar en todo,
en lo dulce y en lo amargo,
en lo limpio y en lo contrario.
Por lo tanto, mis bien amados,
cuando digo, pronto lo comprenderán,
el ángel que está en cada ser,
al cuerpo dará esos conocimientos,
pero también dará poder,
pero en el poder hay algo maravilloso.
Pero no habrá orgullo en ningún ser,
por amor se ofrecieron, con humildad vinieron,
así manifestarán y colaborarán
para que rápidamente la Tierra se pueda por fin transformar
en el Paraíso que se prometió,
el Paraíso Terrenal para todos sin excepción.
Amén



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