Cuaresma y  nuestras cuaresmas.

3.- Oración

 

 
 
 

Hay personas que dicen: “yo no sé rezar”, “yo no sé orar”.
Piensan que orar es algo complicado y
que para ello se necesitan muchos conocimientos.

Orar es un regalo que nuestro Padre Dios
hace a todos los hombres y mujeres.

Por eso rezar es tan simple como respirar.
Claro, que un “neumólogo” nos dice que la respiración es un acto muy complejo.
Pero para la mayoría de nosotros respirar es simple.
Lo hacemos siempre, de día y de noche, mientras vemos televisión
y mientras lloramos, mientras bailamos y mientras conducimos...

Así es orar.
Saber que no estamos solos, como pasa con los amigos y amigas que están lejos,
que, aunque pasemos tiempo sin vernos ellos nos sostienen
por el solo hecho de saber que viven.

No necesitamos lugares especiales (por ejemplo un templo),
no tenemos que esperar que salga el sol ni que la noche caiga.
Dios está en lo más íntimo de nosotros mismos.

Y por supuesto tampoco tenemos que esperar las cuaresmas para orar.
Sin embargo, esos tiempos con sus características propias
llevan a la oración de una manera especial.

Justamente porque las cuaresmas nos llevan dentro de nosotros mismos
y allí encontramos la oración.

Podemos oír Su Voz en nuestro silencio.
Allí podemos gritar o susurrar o callar...
Oramos.

Pero también podemos decir que nuestras cuaresmas son escuelas de oración.
Sabemos que Dios no necesita ni de palabras ni de gestos...

Nosotros sí, y entonces oramos con todo nuestro cuerpo o con las palabras
que se nos vienen a la mente cualquiera sean ellas.

 

 

Cuaresma y nuestras cuaresmas.

4.- El Ayuno

 

 
 

Ayunar significa dejar de comer
Son famosos los ayunos Mahatma Ghandi,
algunos de los cuales duraron más de cien días.
En el tiempo litúrgico de cuaresma existe la costumbre
de hacer algunos días de ayunos.

Muchos nos preguntamos por qué ayunar.
Una manera de entender esta práctica es comparándola
con las épocas de entrenamiento en los deportes,
en la música y otros tipos de eventos.

El entrenamiento tiene por finalidad prepararnos para los momentos
de esfuerzo, de lucha, de competencia.
Es una manera de disponer todo nuestro ser
para cuando lleguen esos momentos de esfuerzo.

Hilary que fue uno de los que subió por primera vez,
en cuanto nos es dado saber, el Monte Everest en el Himalaya,
se entrenaba poniendo quilos de piedra en su  mochila y escalando montañas.
Así adquiría fuerza, equilibrio, capacidad toráxica para cuando llegase el gran esfuerzo.

El ayuno es una forma de entrenarse para una vida
cada vez más humana en el seguimiento del Señor Jesús.

Alguien dijo que cada día deberíamos hacer o estudiar algo difícil,
simplemente para entrenarnos y estar preparados en la aventura de la vida.

Dicen los evangelios que Jesús ayunó cuarenta días en el desierto
en preparación para los años de predicación que tenía por delante.

La vida cristiana es muy bella y exige preparación y entrenamiento.
Como Jesús los cristianos ayunamos, aunque las formas de ayuno,
como el entrenamiento, varían de acuerdo a las personas y a las culturas.

Señor, ayúdanos a encontrar nuestras formas de ayuno
para prepararnos a anunciar
la Buena Noticia de nuestra resurrección.