Para estudiar los impactos ambientales
generados por la industria es necesario mirar todo el ciclo de vida del
producto, desde sus materias primas, pasando por los procesos de producción
y terminando con su disposición final. El análisis del ciclo de vida del
producto esta cambiando la visión lineal de los procesos industriales. En
el pasado únicamente se miraban los impactos que causaba una determinada
industria en sus procesos productivos, y por lo tanto el industrial era
responsable de la materia prima cuando llegaba a su planta, y su
responsabilidad cesaba cuando el producto salía al mercado. El nuevo
enfoque, esta llevando a las industrias a cambiar sus materias primas y
preferir aquellas que provengan de recursos naturales renovables, que sean
biodegradables, evitar el uso de sustancias peligrosas, y utilizar las que
causen el mínimo impacto negativo posible.
En los procesos productivos, han sucedido
cambios tecnológicos con el fin de hacer la minimización, reutilización
y reciclaje de residuos, en lugar de tratarlos simplemente en sistemas de
tratamiento como se hacia en el pasado. Estos sistemas anticuados en la
mayoría de los casos representaban solo una transformación del residuo y
una disminución de su impacto, pero no una solución definitiva.
Finalmente, los productos tambien estan siendo cambiados por aquellos que
sean reutilizabless, reciclables, biodegradables y que puedan disponerse
al final de su vida útil por medios seguros, que no signifiquen riesgos
al medio ambiente.
Todo este enfoque mencionado a sido
denominado Eco-Eficiencia y se ha definido como la eficiencia en el uso de
los recursos en todo el proceso productivo, uno de los requisitos
indispensables para lograr el desarrollo sostenible.
Cuando orientamos nuestra mirada a la
realidad del sector industrial y urbano de la ciudad de El Alto, todo el
enfoque mencionado se podría parangonar con una quimera. Las condiciones
en las que se desenvuelven las industrias y los industriales en esta
ciudad es de completa apatía al respeto a los ciudadanos y sus derechos
ambientales. Obviamente no toda la culpa se les debería endosar a este
sector, también las autoridades nacionales y locales son parte de esta
actitud.
En la ciudad de El Alto, tan solo el 30% de
la población cuenta con alcantarillado. En el sector industrial el
porcentaje es menor, esta por el orden del 20%, y las empresas que se
preocupan por practicar algún tratamiento a sus aguas residuales son
apenas el 12%. El degrado ambiental se abre paso a zancadas en esta
ciudad. En tanto no exista una voluntad política para resolver los
problemas de jurisdicción y jurisprudencia entre las autoridades locales,
regionales y estatales, las perspectivas para la ciudad de El Alto son
sombrías.
La investigación realizada que nos muestra
la realidad en la que se encuentra El Alto, fue posible gracias a la
cooperación del Secretariado de Manejo del Medio Ambiente del Centro
Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (Ottawa, Canada) con
la participación del Centro de Investigación y Promoción Educativa, la
Empresa Municipal de Mantenimiento Urbano y el apoyo de la Organización
Panamericana de la Salud.
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