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Gobiernos locales, descentralización y participación ciudadana en Montevideo
Seminario 10 años de descentralización: un debate necesario

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Estracto No. 4 de Artículo
REVISTA POLITICA Y GESTION N. 2
Universidad San Martin, Buenos Aires, 2001

LA DESCENTRALIZACION PARTICIPATIVA DE MONTEVIDEO:
10 AÑOS DE GESTION INNOVADORA

por Alicia Veneziano
Instituto de Ciencia Politica, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de la República/Uruguay

Algunas conclusiones primarias
sobre la creciente y relativa participación electoral

Dentro de los CCZ los únicos órganos electivos son los Concejos Vecinales para cuya integración se realizaron elecciones en 1993, 95 y 98. En ellas pueden participar todos los habilitados para votar que residan en cada zona y la presentación de candidatos se hace por medio de las organizaciones sociales o por medio de una cantidad de firmas que apoye a cada candidato.

Como la votación para elegir los CV no es obligatoria  se constituye en una primera medida de participación a nivel territorial zonal, constituye su forma más amplia, primaria o expandida. En estas elecciones se registró una cantidad de votantes del 7,28% del total de habilitados para votar en 1993; 8,77% en la de 1995; y 11,20 % en 1998.

Si vemos esta participación electoral con respecto al número de habilitados parece baja, pero creemos que habría que analizarla en términos comparativos a nivel internacional [1] para poder ponderarla.  Además podemos ver que ha habido un crecimiento del 20% del 93 al 95; y del 23% del 95 al 98 lo que nos permite tener una idea de la inserción de los CCZ en la ciudadanía local.

No sólo nos interesó saber cual CCZ tenía mayor “participación local” y cuales representaban mayor “capital político” para la administración  municipal[2] sino explicar las diferencias en esos dos indicadores en los distintos CCZ según variables político-electorales y socio-demográficas.

Analizando, así, la participación electoral en conjunto con  variables politico-electorales -los resultados electorales en las elecciones nacionales (del 89 al 99) y los de las elecciones departamentales (2000)-; y con  variables socio-demográficas[3] hemos llegado a algunas conclusiones interesantes[4].

 Por un lado, refiriéndonos a las variables político-electorales, se verificó que los CCZ con mayor cantidad votantes en las elecciones de los CV[5] tienen mayoría del Encuentro Progresista[6]. Sin embargo, a medida que se avanza en el tiempo las sucesivas elecciones presentan un crecimiento que tiende a desacelerarse entre los CCZ donde prima el voto encuentrista (del EP) y tiende a aumentar entre los CCZ donde hay mayor voto de los partidos tradicionales, fundamentalmente el P.Colorado. Esto se puede ver, dado el crecimiento de votos absolutos en las elecciones de los CV, como una tenue pero progresiva integración de los votantes de otros partidos distintos al del gobierno municipal.

 Este fenómeno  de integración de vecinos votantes del P.Colorado se puede atribuir a distintas razones con pesos específicos de difícil ponderación: la institucionalidad del propio sistema y reconocimiento de los CCZ, al reconocimiento de la izquierda por parte del sistema político y la ciudadanía, la imagen del Intendente Arana en comparación con la del primer Intendente Tabaré Vázquez[7], o a que la votación en los CV ya había alcanzado su máximo en las primeras elecciones. Pero también a que este partido, que desde sus orígenes, es el partido urbano y más precisamente montevideano,  tiene una tradición de trabajo territorial en la capital importante a través de múltiples redes clientelísticas hoy debilitadas pero latentes[8].

 El perfil socio-demográfico de los CCZ que tienen mayor participación en las elecciones de los Concejos Vecinales difiere del perfil del votante típico de izquierda[9]. Los CCZ con mayoría de la población con alto índice de  Necesidades Básicas Insatisfechas, con ingresos bajos y educación primaria solamente es la que más participa en las elecciones zonales[10].

 En cuanto al crecimiento de la participación en estas elecciones vimos en nuestra investigación que aumentó la tasa de crecimiento del “capital político”[11] que representan los CCZ con mayor cantidad de población con ingresos medio-altos y altos en el período 95-98  con respecto al de 90-94. Esto nos estaría indicando, indirectamente, una expansión hacia sectores primariamente no comprometidos con el proceso.

 Estas conclusiones primarias, en función de datos socio-demográficos, parecen indicarnos indirectamente cuáles son los sectores, dentro de los votantes del Encuentro Progresista, que participan en las elecciones de los CV. El peso de las necesidades de la población y las prioridades de las políticas municipales (políticas sociales fundamentalmente)  tienen un peso fundamental que, incluso, explicarían la participación de sectores de la población que no son de izquierda.

 Junto a la integración de variables político-institucionales y socio-organizacionales y las metodologías cualitativas aplicadas a cuatro casos seleccionados, esperamos comprobar si en los CCZ de mayor participación  la inversión del triángulo del diseño institucional tiene menos efecto porque el “polo  social” tiene su propio espacio de legitimidad ante la sociedad local y; a la inversa, en los CCZ con menor nivel de participación el “polo político” tendería a “invadir” el espacio dejado por el social.


[1] Una referencia fundamental en América Latina es el Orcamento Participativo de Porto Alegre del cual no se cuenta con cifras de participación, pero más importante que esto es el hecho de que la experiencia de Montevideo no constituye, como esta, en el diseño e implementación de una política municipal (el presupuesto) sino que implica la transformación de todo el aparato de gobierno en el sentido de la descentralización lo que supuso la participación no sólo en esa política sino en el Plan Estratégico, en el POT, en políticas sociales de diversa índole (con experiencias de cogestión) y el control sobre los servicios desconcentrados.

[2] Creamos dos indicadores: uno de “participación local” (votos en las elecciones de los CV con respecto a los habilitados en cada zona) y otro de “capital social” (votos en las mismas elecciones pero con respeto al total de votos en cada elección de CV-1993-95-98). Aquí sólo nos referimos al primer indicador porque el análisis detallado del estudio empírico trasciende el alcance de este artículo.

[3]  Población, NBI, nivel socio-económico, nivel educativo

[4] Estas  conclusiones son provisorias ya que hace falta tomar en cuenta variables socio-organizacionales (cantidad de organizaciones sociales antes y después de asumir la izquierda) y variables institucionales (presupuesto asignado y otorgado; convenios de la IMM con ONGs y organizaciones sociales, cantidad y tipo de Comisiones Temáticas, cantidad y tipo de demandas e iniciativas, etc.).

[5] Aquí trabajamos con agregados, no con individuos. Las unidades son los CCZ no los votantes.

[6] Lo que no significa que la mayoría de los votantes del EP a nivel nacional participen en las elecciones de los CV.

[7] Arana tiene una imagen de líder más moderado que Vázquez.

[8] Si vemos las tendencias de evaluación de la gestión de los dos Intendentes podemos observar que esta expansión hacia estratos medios y de otros partidos puede deberse a los niveles de aprobación de la gestión de Arana. Pero si vemos la tendencia a la aprobación de la gestión en los dos peródos de administración municipal de izquierda es bastante estable a lo largo de los diez años, lo cual nos confirmaría que tiene mayor peso explicativo de la participación en las elecciones de los CV la votación al EP/FA que el nivel de aprobación de la gestión (gráfico 4).

[9] Como sostiene Constanza Moreira: “el EP/FA vota mejor entre los jóvenes, entre la población con educación secundaria completa y terciaria”. En cuanto al perfil socio-económico la autora dice: “puede afirmarse que el EP/FA mantiene un fuerte perfil de adhesiones por los estratos medios y medios altos, mientras que el P.Nacional se concentra en los estratos más bajos y el  P.Colorado presenta adhesiones equivalentes en todos los estratos”. (Moreira, C. 2000).

[10] Tenemos la hipótesis de que la mayor participación (medida por los dos indicadores) se explica también por la tradición organizativa de cada zona de asociaciones vecinales, sociales y sindicales. Pero esos datos todavía no los hemos integrado al análisis y aquí de lo que se trata es de exponer las conclusiones provisionales que podemos adelantar.

[11] El indicador “capital político” mide la votación de los CV en relación a la votación total en los 18 CCZ en cada una de las elecciones de estos Concejos.  Este indicador introduce, así, la variable poblacional representando el peso político de cada CCZ para la toma de decisiones, no midiendo el grado de participación que se da en cada uno de ellos. Esto lo hace el indicador “participación local” que no es pertinente a los fines de este artículo.  

INDICE

  1. Descripción y análisis del caso de estudio

  2. La evolución del sistema descentralizado

  3. El sistema descentralizado: democracia, legitimidad y actores

  4. Algunas conclusiones primarias sobre la creciente y relativa participación electoral

  5. Conclusiones tentativas: La influencia del sistema político

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