Gobiernos
locales, descentralización y participación ciudadana en Montevideo
Seminario 10 años de
descentralización: un debate necesario
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Algunas
conclusiones primarias
sobre
la creciente y relativa participación electoral
Dentro
de los CCZ los únicos órganos electivos son los Concejos Vecinales para cuya
integración se realizaron elecciones en 1993, 95 y 98. En ellas pueden
participar todos los habilitados para votar que residan en cada zona y la
presentación de candidatos se hace por medio de las organizaciones sociales o
por medio de una cantidad de firmas que apoye a cada candidato.
Como
la votación para elegir los CV no es obligatoria
se constituye en una primera medida de participación a nivel territorial
zonal, constituye su forma más amplia, primaria o expandida. En estas
elecciones se registró una cantidad de votantes del 7,28% del total de
habilitados para votar en 1993; 8,77% en la de 1995; y 11,20 % en 1998.
Si vemos esta participación electoral con respecto al número de habilitados parece baja, pero creemos que habría que analizarla en términos comparativos a nivel internacional [1] para poder ponderarla. Además podemos ver que ha habido un crecimiento del 20% del 93 al 95; y del 23% del 95 al 98 lo que nos permite tener una idea de la inserción de los CCZ en la ciudadanía local.
No
sólo nos interesó saber cual CCZ tenía mayor “participación local” y
cuales representaban mayor “capital político” para la administración
municipal[2] sino explicar las diferencias en esos dos indicadores
en los distintos CCZ según variables político-electorales y socio-demográficas.
Analizando,
así, la participación electoral en conjunto con
variables politico-electorales -los resultados electorales en las
elecciones nacionales (del 89 al 99) y los de las elecciones departamentales
(2000)-; y con variables
socio-demográficas[3] hemos llegado a algunas conclusiones interesantes[4].
Por
un lado, refiriéndonos a las variables político-electorales, se verificó que
los CCZ con mayor cantidad votantes en las elecciones
de los CV[5]
tienen mayoría del Encuentro Progresista[6].
Sin embargo, a medida que se avanza en el tiempo las sucesivas elecciones
presentan un crecimiento que tiende a desacelerarse entre los CCZ donde prima
el voto encuentrista (del EP) y tiende a aumentar entre los CCZ donde hay mayor
voto de los partidos tradicionales, fundamentalmente el P.Colorado. Esto se
puede ver, dado el crecimiento de votos absolutos en las elecciones de los CV,
como una tenue pero progresiva integración de los votantes de otros partidos
distintos al del gobierno municipal.
Este
fenómeno de integración de
vecinos votantes del P.Colorado se puede atribuir a distintas razones con pesos
específicos de difícil ponderación: la institucionalidad del propio sistema y
reconocimiento de los CCZ, al reconocimiento de la izquierda por parte del
sistema político y la ciudadanía, la imagen del Intendente Arana en comparación
con la del primer Intendente Tabaré Vázquez[7],
o a que la votación en los CV ya había alcanzado su máximo en las primeras
elecciones. Pero también a que este partido, que desde sus orígenes, es el
partido urbano y más precisamente montevideano, tiene una tradición de trabajo territorial en la capital
importante a través de múltiples redes clientelísticas hoy debilitadas pero
latentes[8].
El
perfil socio-demográfico de los CCZ que tienen mayor participación en las
elecciones de los Concejos Vecinales difiere del perfil del votante típico de
izquierda[9].
Los CCZ con mayoría de la población con alto índice de
Necesidades Básicas Insatisfechas, con ingresos bajos y educación
primaria solamente es la que más participa en las elecciones zonales[10].
En
cuanto al crecimiento de la participación en estas elecciones vimos en nuestra
investigación que aumentó la tasa de crecimiento del “capital político”[11]
que representan los CCZ con mayor cantidad de población con ingresos
medio-altos y altos en el período 95-98 con
respecto al de 90-94. Esto nos estaría indicando, indirectamente, una expansión
hacia sectores primariamente no comprometidos con el proceso.
Estas
conclusiones primarias, en función de datos socio-demográficos, parecen
indicarnos indirectamente cuáles son los sectores, dentro de los votantes del
Encuentro Progresista, que participan en las elecciones de los CV. El peso de
las necesidades de la población y las prioridades de las políticas municipales
(políticas sociales fundamentalmente) tienen
un peso fundamental que, incluso, explicarían la participación de sectores de
la población que no son de izquierda.
Junto
a la integración de variables político-institucionales y
socio-organizacionales y las metodologías cualitativas aplicadas a cuatro casos
seleccionados, esperamos comprobar si en los CCZ de mayor participación
la inversión del triángulo del diseño institucional tiene menos efecto
porque el “polo social” tiene su propio espacio de legitimidad ante la
sociedad local y; a la inversa, en los CCZ con menor nivel de participación el
“polo político” tendería a “invadir” el espacio dejado por el social.
[1]
Una referencia fundamental en América
Latina es el Orcamento Participativo de Porto Alegre del cual no se cuenta
con cifras de participación, pero más importante que esto es el hecho de
que la experiencia de Montevideo no constituye, como esta, en el diseño e
implementación de una política municipal (el presupuesto) sino que implica
la transformación de todo el aparato de gobierno en el sentido de la
descentralización lo que supuso la participación no sólo en esa política
sino en el Plan Estratégico, en el POT, en políticas sociales de diversa
índole (con experiencias de cogestión) y el control sobre los servicios
desconcentrados.
[2]
Creamos dos indicadores: uno de “participación local” (votos en las
elecciones de los CV con respecto a los habilitados en cada zona) y otro de
“capital social” (votos en las mismas elecciones pero con respeto al
total de votos en cada elección de CV-1993-95-98). Aquí sólo nos
referimos al primer indicador porque el análisis detallado del estudio empírico
trasciende el alcance de este artículo.
[3]
Población,
NBI, nivel socio-económico, nivel educativo
[4]
Estas conclusiones son
provisorias ya que hace falta tomar en cuenta variables
socio-organizacionales (cantidad
de organizaciones sociales antes y después de asumir la izquierda) y
variables institucionales (presupuesto asignado y otorgado; convenios de la
IMM con ONGs y organizaciones sociales, cantidad y tipo de Comisiones Temáticas,
cantidad y tipo de demandas e iniciativas, etc.).
[5]
Aquí trabajamos con agregados, no
con individuos. Las unidades son los CCZ no los votantes.
[6]
Lo que no significa que la mayoría
de los votantes del EP a nivel nacional participen en las elecciones de los
CV.
[7]
Arana tiene una imagen de líder más
moderado que Vázquez.
[8]
Si vemos las tendencias de evaluación
de la gestión de los dos Intendentes podemos observar que esta expansión
hacia estratos medios y de otros partidos puede deberse a los niveles de
aprobación de la gestión de Arana. Pero si vemos la tendencia a la
aprobación de la gestión en los dos peródos de administración municipal
de izquierda es bastante estable a lo largo de los diez años, lo cual nos
confirmaría que tiene mayor peso explicativo de la participación en las
elecciones de los CV la votación al EP/FA que el nivel de aprobación de la
gestión (gráfico 4).
[9]
Como sostiene Constanza Moreira:
“el EP/FA vota mejor entre los jóvenes, entre la población con educación
secundaria completa y terciaria”. En cuanto al perfil socio-económico la
autora dice: “puede afirmarse que el EP/FA mantiene un fuerte perfil de
adhesiones por los estratos medios y medios altos, mientras que el
P.Nacional se concentra en los estratos más bajos y el
P.Colorado presenta adhesiones equivalentes en todos los estratos”.
(Moreira,
C. 2000).
[10]
Tenemos la hipótesis de que la mayor participación (medida por los dos
indicadores) se explica también por la tradición organizativa de cada zona
de asociaciones vecinales, sociales y sindicales. Pero esos datos todavía
no los hemos integrado al análisis y aquí de lo que se trata es de exponer
las conclusiones provisionales que podemos adelantar.
[11]
El indicador “capital político” mide la votación de los CV en relación
a la votación total en los 18 CCZ en cada una de las elecciones de estos
Concejos. Este indicador
introduce, así, la variable poblacional representando el peso político de
cada CCZ para la toma de decisiones, no midiendo el grado de participación
que se da en cada uno de ellos. Esto lo hace el indicador “participación
local” que no es pertinente a los fines de este artículo.
INDICE
El sistema descentralizado: democracia, legitimidad y actores
Algunas conclusiones primarias sobre la creciente y relativa participación electoral
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